Últimos temas
Barcelona Hoy
El Magacín
Viajar es vida
Ahora es tendencia
Gafas de sol baratas
Dupalu
Universopinup
Tabarnia
Estadísticas
Tenemos 3261 miembros registradosEl último usuario registrado es Ethinbivo
Nuestros miembros han publicado un total de 111475 mensajes en 10842 argumentos.
LA REVOLUCIÓN Y LA INDEPENDENCIA DE LAS PROVINCIAS HISPANOAMERICANAS
2 participantes
Foro 1492 :: FOROS :: FORO DE HISTORIA
Página 1 de 1.
LA REVOLUCIÓN Y LA INDEPENDENCIA DE LAS PROVINCIAS HISPANOAMERICANAS
LA REVOLUCIÓN Y LA INDEPENDENCIA DE LAS PROVINCIAS HISPANOAMERICANAS
Lo que podríamos definir como Revolución Liberal Burguesa, no se limitó exclusivamente al ámbito peninsular en sí, sino que también tuvo otra versión al otro lado del Atlántico, en Hispanoamérica, muy posiblemente por no decir con total seguridad, auspiciada por Gran Bretaña desde tiempos atrás, no ya como Revolución en sí, si no como colaboración directa con la emancipación hispanoamericana. En Hispanoamérica, el desarrollo de una burguesía blanca, los criollos, compuesta por terratenientes y comerciantes que no participaban en un gobierno destinado a una burocracia procedente de la Península, tuvo un papel fundamental en la independencia hispanoamericana, algunos historiadores lo han definido como el complejo criollo de frustración, pero esta interpretación, según estudios recientes como los de Pierre Chaunu, ponen en evidencia las falacias de tal interpretación, aunque si bien es cierto que pudo tener algo que ver, el motivo principal no fue sólo las pretensiones de la clase criolla, sino más bien un sentimiento que desarrolla el movimiento revolucionario que ya se había iniciado en América del Norte en 1767 y se cierra con la emancipación de las provincias españolas en América en 1810, a lo que hoy, se puede definir una vez conocidos los resultados de la nefasta política y el interesado resultado británico de la misma, como la Involución Hispanoamericana. Aquí yace el primer error de la política llevada a cabo desde la metrópoli, y del que ya dejó constancia Malaspina en su informe científico-político y por el que fue acusado de traidor, encarcelado, y desterrado de por vida. La falta total de apoyo y de colaboración con un territorio que se sentía español, pero también abandonado a su suerte lejos del amparo real de una monarquía decadente a la que sólo interesaba el beneficio comercial para engrandecer las arcas de los intereses creados, por mucho que pueda parecer sesgada esta información para aquellos autores que pretenden con una fecunda imaginación y atrevido falseamiento y equivocada interpretación de textos de ingenuo y patriótico fraude, el ideal de que la emancipación colonial, fue culpa exclusiva de la Revolución Liberal promovida por la Constitución de 1812, ya que en realidad fue una acumulación de despropósitos o desaciertos no carentes de un interesado intervencionismo extranjero que desencadenó en la independencia hispanoamericana que se sentía tan española como cualquiera de las otras provincias españolas. La población hispanoamericana en su máximo exponente, no entendió nunca el término de la emancipación o independencia, y una prueba de ello, puede darse en que por ejemplo en el Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, donde se declaró la independencia de los reyes de España, sus sucesores y metrópoli sólo se conoce únicamente el acta de ese día en concreto, mientras que los libros de actas donde se debieron debatir los pormenores de los beneficios y las causas y cuestiones que se plantearon desaparecieron y nadie dejó constancia en fechas anteriores y posteriores de haberlos leído. Este es sólo un ejemplo, pero existen muchos más que no pretendemos enunciar aquí, pues no es causa principal del tema, que no es otro que el resultado y la causa del pretendido interés de una Constitución Liberal, y de los acontecimientos de una época, aunque es importante explicar el punto de vista de lo que se ha afirmado en este artículo, y sobre esto vamos a tratar en adelante, sin dar más trámite pormenorizado de cada una de esas independencias, limitándonos a dar una visión globalizada del episodio, intentando hacer ver cada una de esas causas que desencadenaron tal desastre.
Los acontecimientos iniciados en 1808 como resultado de la hasta entonces pésima política del Antiguo Régimen en manos del cuarto de los borbones o más bien su favorito el mal llamado Príncipe de la Paz Godoy, creó una situación crítica al ser requerida la Administración colonial por el gobierno usurpador afrancesado para que se reconociese la autoridad de este. Esta situación desembocó con el unánime apoyo y reconocimiento a Fernando VII y a los poderes establecidos en la metrópoli frente a los franceses, con las promesas que se hicieron en un manifiesto redactado por Quintana en el que se insistía en proyectos reformistas del nuevo poder que comenzó declarando la igualdad de derechos entre españoles de ambos lados del océano, para convocar luego por primera vez en la historia a los diputados de las colonias para las Cortes de Cádiz, en un intento por remediar los desatinos del pasado, pero ya era tarde, y como se suele decir, tarde y mal, dos veces mal, pues el germen de la emancipación ya había comenzado algún tiempo atrás.
Las Cortes de Cádiz, no se puede decir que fueran hábiles en cuanto a la política americana se refiere. Los diputados hispanoamericanos que fueron convocados para participar en las sesiones de las Cortes, lo hicieron con el mismo ímpetu y entusiasmo en los debates que los peninsulares, pero no están orientados políticamente de una forma definida, y podemos observar como ejemplo a Blas Gregorio de Ostolaza y Ríos, confesor de Fernando VII en Valençay, peruano de nacimiento y cuyo padre era oriundo de la villa guipuzcoana de Guetaria. Excelente orador. Fue uno de los firmantes del Manifiesto de los Persas, por lo que fue premiado con el título de confesor y capellán de honor de Fernando VII. Este singular personaje fue nombrado director del Hospicio de la Misericordia de Murcia, pero su conducta con los hospicianos y con las jóvenes hospicianas fue tal que se le denunció en 1817 por corruptor, fue encerrado en las cárceles de la Inquisición y después enviado, por orden del rey, al convento de las Batuecas. De allí pasó a Sevilla, en donde se le siguió el proceso que la Inquisición había reclamado para sí. La llegada de la Constitución supuso su traslado en 1820 a la Cartuja, desde donde intrigó contra la Constitución. En 1823 fue desterrado a Canarias, donde se adscribe al partido liberal y, un año después, vuelve a la Península, a Orihuela, en donde publica otro Sermón contra los voluntarios realistas. En 1833, se unió a la causa carlista e intrigó en favor de los suyos hasta que, finalmente, fue detenido y luego fusilado. En resumen, cambiaba de bando conforme a las necesidades particulares. De absolutista y firmante de los Persas, a Liberal, y después a Carlista pasando por intrigante anticonstitucional, y que había sido considerado entre los realistas como el más radical, o un tal Mejía Lequerica, ya por entonces afiliado a las logias, pero hay que decir que la representación americana fue claramente restringida porque o bien los diputados gaditanos, o quien quiera que fuera que formalizara las convocatorias, quisieron evitar a toda costa una mayoría de elementos de ultramar.
Con motivo de esta vicisitud, está claro que en las Cortes de la Constitución de 1812, no existió, por tanto, representatividad proporcional entre los peninsulares y los americanos, siendo elegidos éstos últimos con el sistema de los suplentes, dando como resultado que la América española, no se sintiera en ningún momento auténticamente representada, y generalmente, sus peticiones no se vieron atendidas. Además, las pretensiones de la burguesía peninsular y las de la criolla eran contrapuestas, y las medidas favorecedoras en una eran contrapuestas en la otra. Las Juntas americanas vieron con tanta desconfianza a las Cortes gaditanas como a la administración afrancesada. Ya al regreso de Fernando VII se dio cuenta de que el poder establecido en América era en buena parte insumiso o equívoco, y que el movimiento emancipador estaba ya en marcha, con mayor fuerza si cabe en los virreinatos más jóvenes, como el de Nueva Granada, y especialmente en el área de Venezuela, y en el Río de la Plata, mientras que por el contrario, el de Nueva España y Perú mantenían, en líneas generales, fidelidad a la Madre Patria.
Imagen de la Constitución española de 1812.
Los criollos fueron, efectivamente los protagonistas del proceso emancipador, pero es necesario aclarar que constituían sólo una minoría en la mayor parte de las sociedades hispanoamericanas, favorecida, además, por una posición de dominio. El censo de Lima de 1791, o el de Méjico de 1794, por ejemplo, junto con otras estimaciones, la población americana española se estimaba aproximadamente en un 20 por ciento de población blanca, casi todos criollos, pues los peninsulares apenas llegaban al 2 por ciento de esta cantidad. El 26 por ciento eran mestizos, el 8 por ciento negros y el 46 por ciento indios, y a decir verdad, en muchas ocasiones los propios criollos tuvieron que sostener la causa de la emancipación contra elementos indígenas no criollos que en un primer momento no secundaban la insurrección criolla, así lo manifiestan algunos historiadores americanos de prestigio reconocido como Julio Icaza Tigeriano, Indalecio Liévano Aguirre y además, es muy recomendable leer al erudito Julio C. González para comprender el significado y las causas de este movimiento independentista, entre otros.
Una prueba la encontramos en la extracción social de los dirigentes de la emancipación, como Miranda, Bolívar, San Martín, Pueyrredón, Rivadivia, Sucre, Lezica, O´Hggins, que son miembros de buenas familias de lo mejor de la sociedad criolla, donde también abundan los intelectuales, los militares, los comerciantes y los grandes propietarios como la Junta de Hacendados de Buenos Aires, mientras que por el contrario, los elementos más modestos de la sociedad, es decir, los mestizos e indios, permanecen fieles a la metrópoli y en muchas ocasiones constituyen el grueso de las fuerzas realistas que combaten a muerte a favor del poder de siempre al mando de oficiales españoles en contra de la insurgencia criolla, y lo hacían convencidos, por temor al mismo elemento que se temía en la península, el liberalismo y su ideal, igual que hicieron los campesinos metropolitanos, por temor a que la consagración de un status social, económico y político emancipador, fuera peor que el del Antiguo Régimen, que a vistas a día de hoy, en la actualidad política, social y económica americana, cabría sopesar la el fundamento de sus temores, y lo que en un principio se idealizó como lo hizo Bolívar pretendiendo unos Estados Unidos Hispanoamericanos, cuando la realidad ha sido a la postre bien distinta, la creación de una serie de patrias diferentes y hasta contrapuestas.
Ateniéndonos otra vez a la actualidad política y social de nuestros días, el fenómeno, tal y como así lo tacha el Doctor Julio C. González, se podría definir como la balcanización de Hispanoamérica. Y el mismo Bolívar se dio cuenta de ello, cuando desde Guayaquil le escribió a su amigo, el coronel Patricio Campbell, diciendo que los Estados Unidos parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad. Su capacidad visionaria no le fue a la par con su capacidad política. Viendo de lejos el problema, no fue capaz de atajarlo, y cabría preguntarse la razón. Y realmente, tampoco es que fueran los Estados Unidos los únicos culpables de lo que hoy, ha vivido Hispanoamérica. En la imagen, Simón Bolívar.
Otra teoría en la que se basan algunos autores sobre el movimiento emancipador en América es la tendencia tradicionalista y el desarraigo de la metrópoli provocado por la política de reformas en ésta, es decir, el paso del Antiguo Régimen al Nuevo régimen, y que los criollos americanos imitaron las reformas constitucionales españolas utilizándolas como instrumento de separación de la metrópoli.
Lo cierto es que la independencia se estaba viendo venir desde bastante tiempo atrás, como se ha dicho anteriormente, pero más concretamente a partir del Decreto de Libre Comercio de 1778, el cual había contribuido al desarrollo de una burguesía americana paralela a la que estaba establecida en la metrópoli y que los negocios del tráfico habían desarrollado, y esta misma burguesía criolla hispanoamericana vio claro que el librecambismo que había liberado una serie de barreras intervencionistas no había roto el monopolio metropolitano y sólo podía negociar con o a través de la Península, con lo cual, sus aspiraciones para enriquecerse más y de una forma más rápida estaban mermadas. No es incoherente la idea de que el interés anglosajón, y la recién creada independencia de sus colonias, vieron clara también la oportunidad de intervenir de una forma más directa en la economía de los territorios españoles en América.
Prueba de ello, es que a día de hoy, tantos años después de su independencia, los intereses intervencionistas ingleses y norteamericanos, siguen prevaleciendo de forma importante, y la población autóctona, por llamarla de alguna manera, no ha mejorado tanto, ni al mismo nivel. También debemos tener en cuenta otra cuestión, y es que podemos suponer que la razón criolla, no era la falta participación económica frustrada, como causa única, pues realmente los criollos eran gente rica. Ni tampoco era causa principal la pretensión de empleos en la política y la Administración, sino, más bien, debemos considerar muy seriamente un trasfondo de racismo social establecido por los propios criollos, quienes afirmaron en América la idea de la superioridad racista del blanco sobre los demás grupos de la sociedad multirracial, poniéndose en la cúspide de la pirámide, y estableciendo al mismo tiempo la superioridad de los llamados peninsulares sobre ellos, ya que cualquier español llegado de la propia Península era cien por cien blanco, cosa que no ocurría con la mayor parte de los criollos por el inevitable fondo mestizo en un Continente en el que, a todo lo largo del siglo XVI, sólo hubo aproximadamente un 3 por ciento de inmigración femenina blanca.
De este modo, la idea del complejo de frustración de los criollos se desplaza del plano económico o político al plano racial. A todo esto, y aunque pequemos de reiteración, hay que añadir el apoyo en todo momento por Inglaterra, que ya venía intentando esa misma política desde principios del siglo XVIII de una forma más agresiva, utilizando un arma letal, que era la ingenuidad causada por la buena fe, que a la postre, destruyó a España y a las provincias españolas de Hispanoamérica. Mediante el Tratado de Apodaca-Cannig de 1809, España había contratado la ayuda británica para expulsar a los franceses, concretándose bajo la conducción de los generales Sir Arthur Wellesley, duque de Wellington, quien más tarde fuera vencedor de Napoleón en Waterloo, y William Carr Beresford, conquistador de Buenos Aires en 1806. Estos organizaron regimientos de españoles dirigidos por oficiales ingleses para combatir a los franceses y a los españoles bonapartistas de ideas novedosas.
A su vez, las Provincias Hispanoamericanas fueron sublevadas por oficiales disidentes y desertores del Ejército Español que con asesores británicos los indujeron a luchar contra Napoleón primero y a separar Hispanoamérica de España después. Mediante el mencionado tratado, los británicos se aseguraron las ganancias de un comercio, mediante el engaño tanto a los criollos, como a la Junta Central española. Este Tratado otorgaba a Inglaterra facilidades para el comercio en los dominios hispánicos, a cambio de pertrechos bélicos y el apoyo de sus ejércitos a las tropas y guerrillas españolas.
Imagen alegórica de Inglaterra y Francia repartiéndose el mundo.
El hecho de que la emancipación de los territorios hispanoamericanos se veía venir ya desde el último tercio del siglo XVIII y de que esos mismos territorios estaban cobrando una personalidad propia con ayuda de Inglaterra y con la propia independencia de los EE.UU con respecto de ésta fueron un claro ejemplo del camino a seguir, nos encontramos como prueba que en un primer momento, desde la metrópoli española se pensó en tomar alguna medida de previsión para adelantarse a los hechos, y el propio Conde de Aranda primero, y Godoy después, pensaron crear en América varios reinos independientes en cuyos tronos estarían príncipes de la rama borbónica bajo la común corona de España, en una especie de concordato vinculado con un pacto de familia, que al final, debido a la complicada situación, y posiblemente a lo avanzado del movimiento independentista auspiciado por la burguesía criolla junto a la injerencia inglesa, se quedó en un simple proyecto que las autoridades españolas no supieron cuajar en debida forma y tiempo.
El considerar al ideal de la Ilustración como una de las causas motrices de la independencia no es descabellado, ni mucho menos. Sí lo es que fuera la causa principal, ya que la participación hispanoamericana en el movimiento de ideas de la Ilustración es algo tardía y además llega desde la España metropolitana en los navíos de la Ilustración de la Real Sociedad Guipuzcoana de navegación, y llegan traducidas al español. Aunque también es cierto que la obra del padre Feijoo (Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro) ya estaba siendo leída y divulgada por todo el continente americano después del primer tercio del siglo XVIII, pero en realidad, sólo una pequeña parte de la élite criolla leía, y lo hacía casi exclusivamente en español. Por lo tanto, debemos asegurar que el ideal Ilustrado llega de España, y aunque no debemos pensar en que fuera la principal esencia de la emancipación, si sirvió su ideal para concretar el carácter del movimiento independentista, y lo hizo a través de la sociedad criolla. El criollismo insurreccional tiene más respuesta en las zonas de Buenos Aires y caracas que en Méjico y Chile, y sobre todo, su alcance fue todavía menor en el resto de Centroamérica y América Andina, donde los efectos de la Ilustración tienen menos fuerza, coincidiendo con un criollismo más escaso. El ideal norteamericano pudo tener una influencia cierta, pero en realidad, muy escasa, debido a que era un continente lejano, y casi incomunicado, por lo que el ideal, no tenía fácil acceso en el sur, aunque el germen de James T. Adams, Jefferson o Payne, no cabe duda de que tuvo su calado en el resto continental.
El procedimiento que los británicos emplearon para conquistar Hispanoamérica ya venía previsto concretamente desde 1711, año en el que ya se había publicado un Plan, y que siguiendo todos y cada uno de sus pasos al pie de la letra, se hizo efectivo su inicio en 1804 concluyendo en 1806 con la toma de Buenos Aires. Este procedimiento estratégico se basaba en cuatro puntos de fundamental importancia, que eran:
1.- Divide et impera.
2.- No comerciar, si no traficar
3.- Ejercer el poder, sin exhibirlo.
4.- Inducir a los enemigos de Inglaterra a hacer lo que Inglaterra necesita que hagan para que se destruyan solos.
En la imagen, los 10 países que Gran Bretaña no ha invadido nunca.
En la siguiente imagen, las consideradas por la ONU, colonias actuales y los países colonizadores.
Y les funcionó a la perfección. La paciencia y el saber hacer de los distintos gobierno británicos en el tiempo, todos con un mismo ideal, con una misma finalidad casi enfermiza, vieron claro que la debilidad de España iba a llenar no ya sólo sus arcas, si no sus espíritus, durante muchas generaciones, y así lo hicieron. Se dedicaron a seguir todos y cada uno de los puntos en su estrategia de forma ordenada, se preocuparon de fortalecer su poder en el mar, porque sabían que el mar era el medio para llegar al poder. Instruyeron a sus marinos de forma eficaz y considerada, el mar significó para ellos el eje motriz sobre el que giraban sus aspiraciones, y unido a una clase de políticos fuera de lugar, y a un espíritu obsesionado con el objetivo final de convertir y humillar a España, fue conseguido ante una nación débil, más preocupada en cambios y defensas de tradiciones, en asegurar reinados y enriquecer sus haciendas sin preocuparse demasiado de quién proporcionaba esa riqueza, ni el modo de transportarla. En definitiva, una nación de políticos débiles pero ambiciosos de poder aunque carentes de visión, y de una monarquía no ya corrupta, que lo era, si no despreocupada total y absolutamente por los designios de una nación, que mataba y se moría por ella con una fe ciega, carácter indiscutible del espíritu del español de a pie.
Imagen de la Armada Invencible.
La restauración fernandina en el trono en 1823 no sirvió absolutamente para nada, en este campo. Los intentos del realismo español de que en el tratado de Verona se hiciese sitio a la causa de la insumisión de los territorios americanos fracasó de forma rotunda, pese a ser incluido el tema en el orden del día, y el fracaso lo hizo posible la oposición de Inglaterra y la total y absoluta indiferencia de las potencias continentales, a quienes no interesaba en absoluto el restablecimiento del prestigio español, sino más bien, preservarse de la amenaza del liberalismo. Fernando VII lo intentó negociando con Francia, pero el temor y la amenaza de Inglaterra de una guerra de carácter universal, dieron al traste con el intento. A partir de entonces, una España sin escuadra, y sin motivos para tenerla, grave error del que no se había preocupado de arreglar en su momento, volvió la mirada tierra adentro. La pérdida de América fue un desastre de dimensiones inconmensurables, y además, se produjo en el momento más inoportuno, donde un país esquilmado por la guerra de la independencia no sólo en el tema económico, sino en el de escasez de artículos, perdió de un solo golpe la posibilidad de recuperarse. La nación española, se vio falta de pronto de una vocación definida ante el mundo, y sin nada que defender, y sin ninguna aspiración fuera de su ámbito interno, se alejó del concierto de las naciones y paso a contar entre los países de tercera o cuarta fila, viviendo en adelante con una pasión desmesurada su propia historia como constante indeleble del propio temperamento español, una historia ensimismada e introvertida de riñas de familia, dando la espalda al mundo, que ya se la había dado a España mucho tiempo atrás.
Podemos definir pues, finalmente, que las causas de la emancipación de la América española, fueron en mayor o menor medida la posibilidad de la influencia de la independencia de los EE.UU, desde luego, también la influencia del ideal liberal, el deseo de una sociedad criolla en convertirse en eje de la economía y administración de su propio destino y del de los demás, la injerencia de Inglaterra y el desarraigo del resto de Europa, pero sobre todo, la falta de preocupación de una clase política española, constitucional y no constitucional desde tiempo atrás, que se había limitado simplemente a limitarse a no hacer nada por preocuparse un mínimo de esa otra parte de España que incluso hoy, sigue calando profundamente en nuestro sentimiento.
http://navegandoenelrecuerdo.blogspot.com.es/
Última edición por Aingeru el 5/9/2014, 4:22 am, editado 1 vez
Aingeru- Cantidad de envíos : 579
Edad : 61
Localización : Pamplona (Navarra)
puntos patrióticos : 6058
Registro : 13/07/2012
Re: LA REVOLUCIÓN Y LA INDEPENDENCIA DE LAS PROVINCIAS HISPANOAMERICANAS
Sobre el papel de Gran Bretaña en estos acontecimientos que tratas está el siguiente artículo, de gran interés (iba a dedicarle un hilo propio pero recordando éste abierto recientemente he decidido colocarlo aquí). Es sobre la política de Gran Bretaña seguida en el período histórico que tratamos con visos a dividir Hispanoamérica y así conseguir la supremacía política, comercial y financiera en la América española.
http://hispanoamericaunida.com/2014/01/01/actos-de-guerra-britanicos-para-separar-a-hispanoamerica/#more-3147
Actos de guerra británicos para separar a Hispanoamérica
“Los voluminosos estudios y libros que en su momento se publicaron para relatar y analizar los actos de guerra británicos para separar a Hispanoamérica de España (…) exigen en este tercer milenio (…) una nueva reedición integral y un nuevo estudio profundizado (…) como elemento vital para explicar por qué Hispanoamérica está cada vez más balcanizada, en territorio y en penurias para sus pueblos, y qué es lo que debe hacerse para que Hispanoamérica sea de una vez y para siempre un país”
Detalle de un grabado del Congreso de Viena representado por J. B. Isabey. Inglaterra manipuló este Congreso para lograr el control de las rutas marítimas mundiales, mientras intervenía militarmente en Hispanoamérica para destruir su unidad y así asegurar la dominación política, comercial y financiera británica.
El siguiente texto es un extracto del libro “La involución hispanoamericana. De provincias de las Españas a territorios tributarios. El caso argentino. 1711-2010″ (Capítulo IX: Los actos de guerra británicos para separar a Hispanoamérica de España en el diagrama internacional), obra de Julio C. González, abogado y economista, ex Secretario Técnico de la Presidencia de Perón, ex Profesor de la Universidad de Buenos Aires, y Profesor Titular de Estructura Económica Argentina en la Universidad Lomas de Zamora (Buenos Aires).
En Argentina, reiteramos, un arma eficiente para la dominación y el vasallaje inveterado ha sido la supresión sutil de los hechos y de los actos que eslabonaron los grilletes que nos encadenan. Esa supresión de fuentes para el entendimiento o intelecto es lo que ha permitido borrar de nuestra historia y de nuestras políticas a la memoria colectiva. Una comunidad sin memoria no es un pueblo, es un mejunje de gente que no sabe por qué se halla en una situación de penuria, ni conoce su destino. No sabe si existe y para qué existe. No tiene un principio de proveniencia. Tampoco una causa final para realizar sus vidas. Los años que transcurren desde 1810 hasta 1880 conforman una masacre sostenida de la etnia criolla o hispanoamericana: guerras con millares de muertos para separarnos de España; guerras civiles con millares de muertos entre Buenos Aires y las provincias; guerra con millares de muertos contra el Paraguay; epidemias de cólera y de fiebre amarilla con miles de muertos; guerra con miles de muertes contra los argentinos autóctonos, llamados indios…
Sin conocimiento de la conducción jurídica exterior y de la conducción jurídica económica no hay explicación de todas las calamidades que nos ocurren. La dependencia del Estado y del pueblo se mantiene inalterable. La leyenda histórica ocupa el lugar de la verdad. Y que la verdad permanezca desconocida es el seguro que tienen los poderes internacionales de la vigencia del sometimiento bajo apariencia de una Argentina Independiente que es inexistente. Y lo mismo ha acontecido con todas las repúblicas de papel, creadas en Hispanoamérica, después que dejamos de ser Provincias de España en cumplimiento de los planes británicos de 1711 y 1804.
El General Simón Bolívar, en sus últimos tramos de vida lo explicó muy bien:
“Dejamos de ser españoles y luego hemos ido de aquí para allá, en países que cambian tanto de nombres como de gobiernos de un día para el otro, que ya no sabemos ni de dónde carajo somos.”
[…] Aquí no habrá más guerras que las de los unos contra los otros, y éstas son como matar a la madre.” (García Márquez, El General en su laberinto, Sudamericana, 1989, págs. 190-191).
Después de estas reflexiones retomamos la exposición cronológica de la secesión o separación de Argentina y de Hispanoamérica.
Los voluminosos estudios y libros que en su momento se publicaron para relatar y analizar los actos de guerra británicos para separar a Hispanoamérica de España y los actos jurídico-políticos en que se enfrentaron y/o aliaron las potencias europeas con relación al plan británico de separar a Hispanoamérica de España exigen en este tercer milenio de la historia una nueva reedición integral y un nuevo estudio profundizado. No para curiosear un pasado como testigos mudos e intrascendentes, sino como elemento vital para explicar por qué Hispanoamérica está cada vez más balcanizada, en territorio y en penurias para sus pueblos, y qué es lo que debe hacerse para que Hispanoamérica sea de una vez y para siempre un país [...]
I. Independencia de América. Fuentes para su estudio
Colección de Documentos Conservados en el Archivo General de Indias de Sevilla. Dirección de Pedro Torres Lanzas, Jefe del Archivo de Indias y Director del Centro de Estudios Americanistas, Tomos Primero y Segundo, Ed. Tip. Zarzuela, Teniente Borges 7, Sevilla, 1924.
En esta obra se enumeran las notas internacionales, acuerdos, alianzas y tratados realizados por España, Gran Bretaña, Portugal, Francia, Austria, Prusia, Rusia y Estados Unidos con relación a la guerra de secesión que Inglaterra había promovido en Hispanoamérica. Un tema esencial y no conocido es la vinculación de Rusia y España para desbaratar los planes británicos sobre Hispanoamérica y la paz con España que propiciaba José Gervasio de Artigas. Las intrigas, deslealtades y traiciones llevadas a cabo para separar a las Provincias de España en la Península Ibérica de las Provincias de España en Hispanoamérica.
II. “La diplomacia de la Revolución. El Director Pueyrredón y el Emisario Le Moyne”
Esta ignota obra del autor de Juvenilia, Miguel Cané, se publicó en “La Biblioteca”, Dirección de Paul Groussac, Tomos IV-V, fechada en París, 1897 (1).
Un tema esencial de esta obra es el rol de Pueyrredón, Director Supremo, que, consecuente con su resistencia a la invasión bélica británica desde el combate de Perdriel en tiempos de Beresford (1806), mantiene el mismo criterio contra la invasión económica británica posterior a 1810, lo cual lo lleva a proyectar una vinculación con Francia para desterrar el dominio de los británicos, encubierto tras la forma de independencia jurídica (declarada pero nunca efectivizada).
Este sorprendente estudio cuestiona severamente la actuación de San Martín y explica cómo los intereses británicos instigan las guerras interprovinciales y promueven un federalismo anárquico en 1820 para mantener la hegemonía del Puerto de Buenos Aires y sus intereses, sobre las provincias y ciudades del interior. Todo lo cual impide a la Argentina de tener otras vinculaciones exteriores, quedando así vinculada en forma unilateral a Gran Bretaña. De donde surge con claridad meridiana, que la política exterior de Argentina con la comunidad internacional ha quedado subordinada (salvo heroicas herejías de algunos gobernantes) a la decisión del Foreign Office.
Ahora, para poder apreciar en forma adecuada la complejidad del proceso independentista, ya la decisiva intervención británica en el mismo, sería necesario revisar, previamente, la situación europea a partir de 1814, el surgimiento del Congreso de Viena y de la Santa Alianza, así como de la manipulación de ellos por la diplomacia inglesa.
El Congreso de Viena de 1814, preludio de la Santa Alianza
El 6 de abril de 1814, Napoleón Bonaparte, emperador de una Francia que durante un cuarto de siglo, desde 1789, no había cesado de guerrear, y que había dejado aproximadamente un millón cuatrocientos mil personas muertas, en los campos de batalla de toda Europa, abdica en Fontainebleau a favor de su pequeño hijo Napoleón Francisco José Carlos Bonaparte. La regencia de la esposa de Napoleón, María Luisa de Austria, no fue posible y Carlos Mauricio de Talleyrand (1754-1838), que se desempeñó como obispo de Autun, antes de la Revolución Francesa, y luego fue sucesivamente presidente de la Asamblea Nacional (1790) y ministro durante el Directorio, el Consulado y el Imperio, en el que fue además Gran Chambelán de la Corte, formó un gobierno provisional que hizo que el senado, el mismo día de la abdicación de Napoleón, votase la constitución de un gobierno monárquico hereditario a favor de Luis Estanislao Javier de Francia, hermano de Luis XVI, decapitado el 21 de enero de 1793. Talleyrand sirvió y traicionó invariablemente a todos los gobiernos que integró. Con absoluta naturalidad.
Empero, mientras las intrigas perdurables del “poder” destruían sucesivamente los gobiernos, Napoleón, confinado en la isla de Elba, emprende su intempestivo regreso y el 20 de marzo de 1815, llevado en triunfo por un pueblo que hecho multitud lo ha rescatado de su cautiverio y lo sigue incondicionalmente, vuelve al palacio de las Tullerías. Reinicia así sus últimos cien (100) días de gobierno. Cien días que por cierto no fueron exclusivos del último gobierno de Napoleón. Porque esos últimos cien días también le fueron adjudicados a otros gobernantes de distintos países antes de su destrucción total…
Batalla de Waterloo, según un grabado anónimo de la Biblioteca Thiers (Instituto de Francia, París). Waterloo supuso el fin del poder napoleónico y el triunfo de la supremacía de Inglaterra como primera potencia marítima mundial y árbitro del equilibrio de fuerzas de las potencias europeas.
Ante la abdicación de Napoleón en abril de 1814, los aliados que lo habían derrotado deciden convocar en Viena en el plazo de dos meses una reunión de plenipotenciarios para tratar el destino de Europa. El Congreso de Viena se celebró en esa ciudad a fines de septiembre de 1814 reuniéndose con el Ministro de Asuntos Exteriores de Austria, Clemente Lotario Wenceslao, príncipe de Metternich-Winneburg (1773-1850). Metternich había negociado el casamiento de Napoleón Bonaparte con la princesa María Luisa de Austria, reproduciendo así la alianza entre Francia y Austria verificada por el casamiento de Luis XVI de Francia con la princesa María Antonieta de Austria.
No obstante ese antecedente con toda displicencia hacia su pasado, Metternich citó en Viena a todos los representantes de los aliados que habían derrotado a Napoleón para constituir la Santa Alianza monárquica, anterior a la Revolución Francesa, y diagramar las fuerzas de las potencias europeas. Así se hizo y Metternich pasó a ser el árbitro de Europa manteniendo un equilibrio que duró –con algunas contingencias como la guerra franco-prusiana de 1870- hasta el siglo XX en 1914.
A Viena, invitados por Metternich concurrieron el representante ruso, conde de Nesselrode, los ministros prusianos, Hardenberg y Guillermo de Humboldt, y el secretario de Estado de Asuntos Extranjeros inglés, lord Castlereagh. Talleyrand asiste como delegado de Luis XVIII. Muchos príncipes, el emperador de Austria, el zar Alejandro, el rey Federico Guillermo III, acuden a animar, con su presencia y su fasto, el Congreso, el cual, según la frase del príncipe de Ligne, “baila, pero no avanza”.
“En efecto (2), las disensiones entre los aliados son grandes: fundamentalmente, surge la rivalidad entre Rusia e Inglaterra. Ambas tienen un concepto completamente distinto acerca del equilibrio de fuerzas europeo: Rusia, orgullosa de su nueva gloria, busca la supremacía continental y el equilibrio de las potencias marítimas; Inglaterra desea asegurar su indiscutible supremacía naval sobre el equilibrio de las potencias del continente. Prácticamente, según el plan inglés, las cartas podrían jugarse así: Inglaterra se reservaba el mundo atlántico, donde se apresuraría a firmar tratados con España, los Países Bajos y Estados Unidos de Norteamérica”. Por su parte, los países terrestres del continente buscaban reforzar a Prusia cuyo territorio ampliarían, anexándole Sajonia y la orilla izquierda del Rhin a la cual se separaría de Francia. De esta manera, Austria y Prusia mucho más extendida en su territorio, evitarían los proyectos de expansión de Rusia. En definitiva: la perpetua oposición entre el poder de la masa terrestre y su centro en el heartland que es Moscú, y el poder del anillo insular y por ende del mar, y su centro en el heartsea, que es Londres.
Waterloo (18 de junio de 1815)
El 13 de marzo de 1815 el Congreso de Viena declara a Napoleón Bonaparte “el perturbador de la paz del mundo fuera de la ley”. Napoleón ante este ultimátum busca una transacción con el zar de Rusia y el emperador de Austria. Pero Sir Arthur Wellesley, Duque de Wellington, no le da tiempo; desembarca precipitadamente en Amberes (Bélgica-Países Bajos) y reúne al sur de Bruselas un ejército heterogéneo compuesto por ingleses, holandeses, belgas y alemanes. El 18 de junio se produce la gran batalla en el pueblo de Waterloo (Bélgica). Ingleses y prusianos han derrotado definitivamente a Napoleón Bonaparte que se traslada a Rochefort, donde espera poder embarcar para América. Al no poder hacerlo resuelve, en un acto de descontrol emocional, entregarse a los ingleses y le escribe al príncipe regente de Gran Bretaña, hijo de Jorge III, una misiva en la cual expresa: “es el más fuerte, el más constante y el más generoso de todos mis enemigos…” “por lo cual me pongo bajo la protección de sus leyes”. Ingenuidad superlativa en un genio como era Napoleón… Tras esto es embarcado en el buque inglés “Belerofonte” conducido a Plymouth donde se le comunica que no será conducido a América, sino a Santa Elena, una isla peñasco en el centro del Océano Atlántico, donde muere envenenado (años después se encontró arsénico en sus cabellos). Es el 5 de mayo de 1821…
En Madrid, cuando visité al General de Ejército Juan Domingo Perón, pude observar que en su sobrio cuarto de trabajo no había no retratos ni estatuas. Sólo un pequeño busto de Napoleón Bonaparte sobre su escritorio. Toda una exhibición sustancial de su pensamiento recóndito.
Inglaterra árbitro del Congreso de Viena y de la Santa Alianza
Destruido definitivamente el poder de Napoleón Bonaparte, Inglaterra se convirtió en árbitro total del Congreso de Viena y era la gran ganadora de las guerras francesas y napoleónicas que duraron un cuarto de siglo. Lord Castlereagh ha hecho triunfar la supremacía del poder marítimo y controlar el equilibrio de las fuerzas de los Estados Europeos, contra las pretensiones hegemónicas del zar de Rusia o el retorno de una Francia potencia (Historama, 1965: 175).
La adjudicación de la Isla de Malta a Gran Bretaña, de las Islas Jónicas (Grecia) y el dominio ahora irreversible de los ingleses sobre Gibraltar, le aseguran a Gran Bretaña el dominio absoluto del Mar Mediterráneo y su acceso a todos los países del sur de Europa, del Asia Menor y del Norte de África.
A su vez con el Tratado del 2 de febrero de 1825, que en cuatro meses se impone a Chile, Perú, Gran Colombia (Colombia y Venezuela), a Guatemala y a México, el transporte naval con Hispanoamérica y los mercados de América del Sur (Brasil inclusive) quedan reservados a Gran Bretaña, con exclusión de toda otra potencia. A Francia se le impone una prolongada ocupación de sus fronteras y el pago de una indemnización de setecientos millones (Historama, 1965:176).
Se crea el Reino de los Países Bajos que se integra con Holanda, Bélgica y Luxemburgo en beneficio de Guillermo de Orange (Guillermo I, adlátere de Inglaterra). Las colonias holandesas de Cabo (África) y Ceilán (India) son transferidas a Inglaterra. Austria restablece su preeminencia sobre Italia. Rusia se incorpora a Finlandia y la mayor parte de Polonia. Los 35 estados alemanes que conforman la Confederación Alemana constituían una unión muy débil que estará subordinada a Austria hasta 1870, fecha en que Bismarck y Lasalle la unifican y crean la actual Alemania. Suecia gobernada por el mariscal Bernardote que había dejado a Napoleón y se había pasado a los aliados, se anexa Noruega que había pertenecido a Dinamarca, país que permaneció fiel a Napoleón hasta sus últimos días (1815).
El zar de Rusia por su parte buscó siempre un equilibrio territorial y marítimo contra Inglaterra. Lo que habría de unir a todas las potencia territoriales y marítimas era su común religión cristiana. Pero Inglaterra inmediatamente deshizo esta unión religiosa de la Santa Alianza: impidió que Rusia, unida a España hiciera posible la reunificación de Hispanoamérica con la España Europea. Por eso la revolución de Riego de 1820 impide zarpar a la expedición que se dirigía contra el enclave comercial inglés de Buenos Aires. Por otra parte, mantuvo separados y hasta hostiles entre ellas a las tres potencias marítimas de Europa: España, Francia y Países Bajos. Rusia como potencia terráquea fue separada de las otras naciones mediterráneas Austria y Prusia.
En definitiva, Clemente Lotario Wenceslao, príncipe de Metternich-Winneburg, canciller de Austria, dirigía el equilibrio de los países territoriales de Europa, pero Lord Enrique Roberto Hewarth, vizconde de Castlereagh, de Inglaterra, dirigía el accionar de los países marítimos España, Portugal, Francia y Holanda. Hispanoamérica –que antes era un país, al decir de Manuel Ugarte- fue balcanizada y dividida, después de ser separada de España con una sangría de guerras civiles interminables durante el siglo XIX y también en gran parte del siglo XX.
El divide et impera británico fue el principio que dirigió la fuerza de las ideas y la fuerza de los pueblos, de las armas, de las economías y hasta de las religiones, siglos XVIII, XIX, XX y XXI. Seguimos “sin saber de qué se trata”. Guerras o ventajas por pactos políticos. Acuerdos y desacuerdos comerciales. Democracias o dictaduras. Concilios ecuménicos o económicos. Un breve tiempo después: todo sigue igual.
Lord Thomas A. Cochrane
Viajes de Cochrane en toda la extensión de Hispanoamérica para apoyar los movimientos de secesión, de acuerdo con los planes de Gran Bretaña.
Para estudiar los actos de guerra británicos para separar a Hispanoamérica de España es conveniente comenzar por el análisis de una figura paradigmática de dicho accionar.
Lord Thomas A. Cochrane, Conde de Dundonal, Gran Cruz de la Orden del Baño de la Imperial Brasileña del Crucero Real de San Salvador de Grecia, Almirante de la Escuadra Roja, Contralmirante de la Gran Bretaña, etcétera. Estos eran los títulos nobiliarios y militares del marino inglés que, en cumplimiento de los planes británicos de 1711 y el plan operativo de Maitland-Pitt de 1804, tuvo a su cargo la expedición marítima al Perú que en 1820 consumó la secesión de Hispanoamérica de la España Ibérica.
Es necesario por lo tanto esbozar una sinóptica reseña biográfica de quien consumó para beneficio de Gran Bretaña la conquista económica y financiera de Hispanoamérica, conquista que quedó encubierta con gobiernos nativos ostensibles, cuyo único poder estaba y está limitado a actos protocolares y formas extrínsecas de una “independencia política”, solamente estética, formal. No jurídica-económica, sustancial.
El personaje en cuestión nació en 1775 y murió en 1860. Entre 1818 y 1821 realizó la campaña naval para conquistar Chile (Valdivia) y Perú (Callao). Actuó luego al servicio de Brasil y separó a este país de Portugal. La separación e independencia del Brasil del Reino de Portugal, consumada el 7 de septiembre de 1822, tuvo similitudes económicas y financieras con la “independencia” de Hispanoamérica. Brasil adoptó la forma monárquica de gobierno bajo el ampuloso nombre de Imperio del Brasil y coronó emperador a Pedro I. este era hijo del príncipe regente Juan de Portugal que se trasladó con la Corte Lusitana a Brasil en 1808 con motivo de la invasión de Portugal por Napoleón y gobernó en Río de Janeiro hasta 1821.
El primer acto de dependencia y subordinación económica financiera del Brasil fue hacia Gran Bretaña. “El naciente Imperio del Brasil se comprometió a entregar a su metrópoli, Portugal, una suma millonaria en libras, las cuales debía tomar prestadas a un conjunto de bancos británicos que eran acreedores de Portugal por la misma cantidad”. La “independencia” de Brasil, fue, por ende, comprada a Portugal (3). El autor de quien tomamos estos importantísimos datos sintetiza así las conclusiones de su análisis de inicio de la independencia del Brasil: “Brasil inició así su vida autónoma cargando con una deuda agobiante cuyos beneficios no había recibido”.
La conquista económico-financiera de todo el continente Sur Americano para las banca anglosajona fue, por lo tanto, integral.
Retomando las actividades de Lord Cochrane en 1827 lo hallamos combatiendo en Grecia, que dominada por los turcos desde 1458, recobró su independencia en una lucha entablada entre 1821 y 1824 en que fue declarada Reino Soberano con el concurso militar de Rusia, Francia y Gran Bretaña. Cochrane era, como es evidente, un ejecutor naval de la política exterior de Gran Bretaña. Tal era su profesión, sin idealismos ni impulsos de aventurero que lo motivasen. En el año de su muerte tenía publicadas en inglés cuatro volúmenes de sus Memorias: los dos primeros sobre sus operaciones en el Pacífico (Chile y Perú) y Brasil, y los otros dos restantes detallando su genealogía y su acción desde que llegó a Chile. Bilbao tuvo su autorización para traducir al español esta última parte de sus Memorias, que se publicaron en Lima en 1863 en la imprenta de José Masías. De esta obra transcribimos los siguientes párrafos que se refieren a la campaña del Perú:
“Mi aparición en el Callao causó grave aunque inútil alarma al gobierno. Volví sí a pedirle se pagasen las cantidades que se adeudaban a la escuadra, aludiendo con fuerza a los sucesos que habían tenido lugar en Guayaquil. Sin dárseme una respuesta por escrito, Monteagudo vino al buque “O’Higgins” lamentándose que hubiese yo recurrido a tan inmoderadas expresiones, puesto que el Protector, antes de saberlas, me había escrito una carta privada pidiéndome una entrevista; pero que al recibir la mía se había indignado de tal manera que su salud había peligrado. Me aseguró también Monteagudo que en aquella carta me había ofrecido una hacienda considerable y la decoración del Sol engarzada en diamantes, con tal que yo consintiese en mandar las marinas reunidas de Chile y el Perú en una expedición proyectada para capturar las Islas Filipinas, con lo cual yo haría una inmensa fortuna. Mi respuesta fue: “Diga V. al Protector de mi parte, Sr. Monteagudo, que si después de la conducta que ha observado, me hubiese enviado a una carta privada sobre un asunto tal, se la habría devuelto sin respuesta; y puede V. también decirle, que no es mi ánimo causarle perjuicio; que ni le temo ni le odio, pero que desapruebo su conducta”.
Lo novedoso y significativo de este texto es el proyecto “de capturar las Islas Filipinas” que se atribuye a San Martín. Si esto fuese cierto, la rebelión de San Martín en contra de todo el mundo hispánico por motivos que no se encuentran documentados ni estudiados.
Es oportuno destacar que en una obra recientemente publicada, Hugo Chumbita (4)pretende explicar el accionar de San Martín contra España como revancha psíquica al saberse hijo de una india guaraní cuyo nombre era Rosa Guarú y del capitán español Diego de Alvear y Ponce de León. El desgarramiento o exclusión social que sufría al saberse vástago “del opresor y la oprimida” determina su rotunda “certidumbre americana” de combatir a la potencia que había explorado, conquistado y colonizado América desde finales del siglo XV. Hipótesis como esta nos exhibe una falencia terrible de nuestra historia: ¿dónde está el archivo de San Martín? ¿Por qué esta pregunta tiene siempre un riguroso silencio por respuesta? El plan integral de San Martín para América y Filipinas debe aparecer y publicarse. La verdad no puede buscarse en conjeturas ni en suposiciones, necesita que se demuestre con pruebas sólidas e indubitables. Es el único medio de dar certeza a las elementales preguntas que se formula cualquier crítico que quiere separar la historia, como “prognosis” del futuro, de la novela y la leyenda a que se limitó el conocimiento de sucesivas generaciones de argentinos e hispanoamericanos.
NOTAS
(1) La Editorial Devenir, de Buenos Aires, con una introducción de José Raed, realizó una reedición en 1960. La Editorial Docencia, en su Biblioteca Testimonial del Bicentenario, ha realizado la edición facsimilar, con la introducción de Julio C. González (J.M.G.)
(2) Cfr. Historama (1965) Las revoluciones: la revolución de América, Europea revolucionaria y napoleónica, la revolución de América del Sur, Editorial Codex, Buenos Aires, pp. 174-175.
(3) Estrada, Fernando de (2000) trabajo publicado en Octubre Sudamericano, Año I, Nº 0, Ed. Raíces-Buenos Aires, diciembre de 2000, p. 115.
(4) Chumbita, Hugo (2001) El secreto de Yapeyú. El origen mestizo de San Martín, Ed. EMECÉ-Buenos Aires, págs. 213 y 215.
http://hispanoamericaunida.com/2014/01/01/actos-de-guerra-britanicos-para-separar-a-hispanoamerica/#more-3147
Actos de guerra británicos para separar a Hispanoamérica
“Los voluminosos estudios y libros que en su momento se publicaron para relatar y analizar los actos de guerra británicos para separar a Hispanoamérica de España (…) exigen en este tercer milenio (…) una nueva reedición integral y un nuevo estudio profundizado (…) como elemento vital para explicar por qué Hispanoamérica está cada vez más balcanizada, en territorio y en penurias para sus pueblos, y qué es lo que debe hacerse para que Hispanoamérica sea de una vez y para siempre un país”
Detalle de un grabado del Congreso de Viena representado por J. B. Isabey. Inglaterra manipuló este Congreso para lograr el control de las rutas marítimas mundiales, mientras intervenía militarmente en Hispanoamérica para destruir su unidad y así asegurar la dominación política, comercial y financiera británica.
El siguiente texto es un extracto del libro “La involución hispanoamericana. De provincias de las Españas a territorios tributarios. El caso argentino. 1711-2010″ (Capítulo IX: Los actos de guerra británicos para separar a Hispanoamérica de España en el diagrama internacional), obra de Julio C. González, abogado y economista, ex Secretario Técnico de la Presidencia de Perón, ex Profesor de la Universidad de Buenos Aires, y Profesor Titular de Estructura Económica Argentina en la Universidad Lomas de Zamora (Buenos Aires).
En Argentina, reiteramos, un arma eficiente para la dominación y el vasallaje inveterado ha sido la supresión sutil de los hechos y de los actos que eslabonaron los grilletes que nos encadenan. Esa supresión de fuentes para el entendimiento o intelecto es lo que ha permitido borrar de nuestra historia y de nuestras políticas a la memoria colectiva. Una comunidad sin memoria no es un pueblo, es un mejunje de gente que no sabe por qué se halla en una situación de penuria, ni conoce su destino. No sabe si existe y para qué existe. No tiene un principio de proveniencia. Tampoco una causa final para realizar sus vidas. Los años que transcurren desde 1810 hasta 1880 conforman una masacre sostenida de la etnia criolla o hispanoamericana: guerras con millares de muertos para separarnos de España; guerras civiles con millares de muertos entre Buenos Aires y las provincias; guerra con millares de muertos contra el Paraguay; epidemias de cólera y de fiebre amarilla con miles de muertos; guerra con miles de muertes contra los argentinos autóctonos, llamados indios…
Sin conocimiento de la conducción jurídica exterior y de la conducción jurídica económica no hay explicación de todas las calamidades que nos ocurren. La dependencia del Estado y del pueblo se mantiene inalterable. La leyenda histórica ocupa el lugar de la verdad. Y que la verdad permanezca desconocida es el seguro que tienen los poderes internacionales de la vigencia del sometimiento bajo apariencia de una Argentina Independiente que es inexistente. Y lo mismo ha acontecido con todas las repúblicas de papel, creadas en Hispanoamérica, después que dejamos de ser Provincias de España en cumplimiento de los planes británicos de 1711 y 1804.
El General Simón Bolívar, en sus últimos tramos de vida lo explicó muy bien:
“Dejamos de ser españoles y luego hemos ido de aquí para allá, en países que cambian tanto de nombres como de gobiernos de un día para el otro, que ya no sabemos ni de dónde carajo somos.”
[…] Aquí no habrá más guerras que las de los unos contra los otros, y éstas son como matar a la madre.” (García Márquez, El General en su laberinto, Sudamericana, 1989, págs. 190-191).
Después de estas reflexiones retomamos la exposición cronológica de la secesión o separación de Argentina y de Hispanoamérica.
Los voluminosos estudios y libros que en su momento se publicaron para relatar y analizar los actos de guerra británicos para separar a Hispanoamérica de España y los actos jurídico-políticos en que se enfrentaron y/o aliaron las potencias europeas con relación al plan británico de separar a Hispanoamérica de España exigen en este tercer milenio de la historia una nueva reedición integral y un nuevo estudio profundizado. No para curiosear un pasado como testigos mudos e intrascendentes, sino como elemento vital para explicar por qué Hispanoamérica está cada vez más balcanizada, en territorio y en penurias para sus pueblos, y qué es lo que debe hacerse para que Hispanoamérica sea de una vez y para siempre un país [...]
I. Independencia de América. Fuentes para su estudio
Colección de Documentos Conservados en el Archivo General de Indias de Sevilla. Dirección de Pedro Torres Lanzas, Jefe del Archivo de Indias y Director del Centro de Estudios Americanistas, Tomos Primero y Segundo, Ed. Tip. Zarzuela, Teniente Borges 7, Sevilla, 1924.
En esta obra se enumeran las notas internacionales, acuerdos, alianzas y tratados realizados por España, Gran Bretaña, Portugal, Francia, Austria, Prusia, Rusia y Estados Unidos con relación a la guerra de secesión que Inglaterra había promovido en Hispanoamérica. Un tema esencial y no conocido es la vinculación de Rusia y España para desbaratar los planes británicos sobre Hispanoamérica y la paz con España que propiciaba José Gervasio de Artigas. Las intrigas, deslealtades y traiciones llevadas a cabo para separar a las Provincias de España en la Península Ibérica de las Provincias de España en Hispanoamérica.
II. “La diplomacia de la Revolución. El Director Pueyrredón y el Emisario Le Moyne”
Esta ignota obra del autor de Juvenilia, Miguel Cané, se publicó en “La Biblioteca”, Dirección de Paul Groussac, Tomos IV-V, fechada en París, 1897 (1).
Un tema esencial de esta obra es el rol de Pueyrredón, Director Supremo, que, consecuente con su resistencia a la invasión bélica británica desde el combate de Perdriel en tiempos de Beresford (1806), mantiene el mismo criterio contra la invasión económica británica posterior a 1810, lo cual lo lleva a proyectar una vinculación con Francia para desterrar el dominio de los británicos, encubierto tras la forma de independencia jurídica (declarada pero nunca efectivizada).
Este sorprendente estudio cuestiona severamente la actuación de San Martín y explica cómo los intereses británicos instigan las guerras interprovinciales y promueven un federalismo anárquico en 1820 para mantener la hegemonía del Puerto de Buenos Aires y sus intereses, sobre las provincias y ciudades del interior. Todo lo cual impide a la Argentina de tener otras vinculaciones exteriores, quedando así vinculada en forma unilateral a Gran Bretaña. De donde surge con claridad meridiana, que la política exterior de Argentina con la comunidad internacional ha quedado subordinada (salvo heroicas herejías de algunos gobernantes) a la decisión del Foreign Office.
Ahora, para poder apreciar en forma adecuada la complejidad del proceso independentista, ya la decisiva intervención británica en el mismo, sería necesario revisar, previamente, la situación europea a partir de 1814, el surgimiento del Congreso de Viena y de la Santa Alianza, así como de la manipulación de ellos por la diplomacia inglesa.
El Congreso de Viena de 1814, preludio de la Santa Alianza
El 6 de abril de 1814, Napoleón Bonaparte, emperador de una Francia que durante un cuarto de siglo, desde 1789, no había cesado de guerrear, y que había dejado aproximadamente un millón cuatrocientos mil personas muertas, en los campos de batalla de toda Europa, abdica en Fontainebleau a favor de su pequeño hijo Napoleón Francisco José Carlos Bonaparte. La regencia de la esposa de Napoleón, María Luisa de Austria, no fue posible y Carlos Mauricio de Talleyrand (1754-1838), que se desempeñó como obispo de Autun, antes de la Revolución Francesa, y luego fue sucesivamente presidente de la Asamblea Nacional (1790) y ministro durante el Directorio, el Consulado y el Imperio, en el que fue además Gran Chambelán de la Corte, formó un gobierno provisional que hizo que el senado, el mismo día de la abdicación de Napoleón, votase la constitución de un gobierno monárquico hereditario a favor de Luis Estanislao Javier de Francia, hermano de Luis XVI, decapitado el 21 de enero de 1793. Talleyrand sirvió y traicionó invariablemente a todos los gobiernos que integró. Con absoluta naturalidad.
Empero, mientras las intrigas perdurables del “poder” destruían sucesivamente los gobiernos, Napoleón, confinado en la isla de Elba, emprende su intempestivo regreso y el 20 de marzo de 1815, llevado en triunfo por un pueblo que hecho multitud lo ha rescatado de su cautiverio y lo sigue incondicionalmente, vuelve al palacio de las Tullerías. Reinicia así sus últimos cien (100) días de gobierno. Cien días que por cierto no fueron exclusivos del último gobierno de Napoleón. Porque esos últimos cien días también le fueron adjudicados a otros gobernantes de distintos países antes de su destrucción total…
Batalla de Waterloo, según un grabado anónimo de la Biblioteca Thiers (Instituto de Francia, París). Waterloo supuso el fin del poder napoleónico y el triunfo de la supremacía de Inglaterra como primera potencia marítima mundial y árbitro del equilibrio de fuerzas de las potencias europeas.
Ante la abdicación de Napoleón en abril de 1814, los aliados que lo habían derrotado deciden convocar en Viena en el plazo de dos meses una reunión de plenipotenciarios para tratar el destino de Europa. El Congreso de Viena se celebró en esa ciudad a fines de septiembre de 1814 reuniéndose con el Ministro de Asuntos Exteriores de Austria, Clemente Lotario Wenceslao, príncipe de Metternich-Winneburg (1773-1850). Metternich había negociado el casamiento de Napoleón Bonaparte con la princesa María Luisa de Austria, reproduciendo así la alianza entre Francia y Austria verificada por el casamiento de Luis XVI de Francia con la princesa María Antonieta de Austria.
No obstante ese antecedente con toda displicencia hacia su pasado, Metternich citó en Viena a todos los representantes de los aliados que habían derrotado a Napoleón para constituir la Santa Alianza monárquica, anterior a la Revolución Francesa, y diagramar las fuerzas de las potencias europeas. Así se hizo y Metternich pasó a ser el árbitro de Europa manteniendo un equilibrio que duró –con algunas contingencias como la guerra franco-prusiana de 1870- hasta el siglo XX en 1914.
A Viena, invitados por Metternich concurrieron el representante ruso, conde de Nesselrode, los ministros prusianos, Hardenberg y Guillermo de Humboldt, y el secretario de Estado de Asuntos Extranjeros inglés, lord Castlereagh. Talleyrand asiste como delegado de Luis XVIII. Muchos príncipes, el emperador de Austria, el zar Alejandro, el rey Federico Guillermo III, acuden a animar, con su presencia y su fasto, el Congreso, el cual, según la frase del príncipe de Ligne, “baila, pero no avanza”.
“En efecto (2), las disensiones entre los aliados son grandes: fundamentalmente, surge la rivalidad entre Rusia e Inglaterra. Ambas tienen un concepto completamente distinto acerca del equilibrio de fuerzas europeo: Rusia, orgullosa de su nueva gloria, busca la supremacía continental y el equilibrio de las potencias marítimas; Inglaterra desea asegurar su indiscutible supremacía naval sobre el equilibrio de las potencias del continente. Prácticamente, según el plan inglés, las cartas podrían jugarse así: Inglaterra se reservaba el mundo atlántico, donde se apresuraría a firmar tratados con España, los Países Bajos y Estados Unidos de Norteamérica”. Por su parte, los países terrestres del continente buscaban reforzar a Prusia cuyo territorio ampliarían, anexándole Sajonia y la orilla izquierda del Rhin a la cual se separaría de Francia. De esta manera, Austria y Prusia mucho más extendida en su territorio, evitarían los proyectos de expansión de Rusia. En definitiva: la perpetua oposición entre el poder de la masa terrestre y su centro en el heartland que es Moscú, y el poder del anillo insular y por ende del mar, y su centro en el heartsea, que es Londres.
Waterloo (18 de junio de 1815)
El 13 de marzo de 1815 el Congreso de Viena declara a Napoleón Bonaparte “el perturbador de la paz del mundo fuera de la ley”. Napoleón ante este ultimátum busca una transacción con el zar de Rusia y el emperador de Austria. Pero Sir Arthur Wellesley, Duque de Wellington, no le da tiempo; desembarca precipitadamente en Amberes (Bélgica-Países Bajos) y reúne al sur de Bruselas un ejército heterogéneo compuesto por ingleses, holandeses, belgas y alemanes. El 18 de junio se produce la gran batalla en el pueblo de Waterloo (Bélgica). Ingleses y prusianos han derrotado definitivamente a Napoleón Bonaparte que se traslada a Rochefort, donde espera poder embarcar para América. Al no poder hacerlo resuelve, en un acto de descontrol emocional, entregarse a los ingleses y le escribe al príncipe regente de Gran Bretaña, hijo de Jorge III, una misiva en la cual expresa: “es el más fuerte, el más constante y el más generoso de todos mis enemigos…” “por lo cual me pongo bajo la protección de sus leyes”. Ingenuidad superlativa en un genio como era Napoleón… Tras esto es embarcado en el buque inglés “Belerofonte” conducido a Plymouth donde se le comunica que no será conducido a América, sino a Santa Elena, una isla peñasco en el centro del Océano Atlántico, donde muere envenenado (años después se encontró arsénico en sus cabellos). Es el 5 de mayo de 1821…
En Madrid, cuando visité al General de Ejército Juan Domingo Perón, pude observar que en su sobrio cuarto de trabajo no había no retratos ni estatuas. Sólo un pequeño busto de Napoleón Bonaparte sobre su escritorio. Toda una exhibición sustancial de su pensamiento recóndito.
Inglaterra árbitro del Congreso de Viena y de la Santa Alianza
Destruido definitivamente el poder de Napoleón Bonaparte, Inglaterra se convirtió en árbitro total del Congreso de Viena y era la gran ganadora de las guerras francesas y napoleónicas que duraron un cuarto de siglo. Lord Castlereagh ha hecho triunfar la supremacía del poder marítimo y controlar el equilibrio de las fuerzas de los Estados Europeos, contra las pretensiones hegemónicas del zar de Rusia o el retorno de una Francia potencia (Historama, 1965: 175).
La adjudicación de la Isla de Malta a Gran Bretaña, de las Islas Jónicas (Grecia) y el dominio ahora irreversible de los ingleses sobre Gibraltar, le aseguran a Gran Bretaña el dominio absoluto del Mar Mediterráneo y su acceso a todos los países del sur de Europa, del Asia Menor y del Norte de África.
A su vez con el Tratado del 2 de febrero de 1825, que en cuatro meses se impone a Chile, Perú, Gran Colombia (Colombia y Venezuela), a Guatemala y a México, el transporte naval con Hispanoamérica y los mercados de América del Sur (Brasil inclusive) quedan reservados a Gran Bretaña, con exclusión de toda otra potencia. A Francia se le impone una prolongada ocupación de sus fronteras y el pago de una indemnización de setecientos millones (Historama, 1965:176).
Se crea el Reino de los Países Bajos que se integra con Holanda, Bélgica y Luxemburgo en beneficio de Guillermo de Orange (Guillermo I, adlátere de Inglaterra). Las colonias holandesas de Cabo (África) y Ceilán (India) son transferidas a Inglaterra. Austria restablece su preeminencia sobre Italia. Rusia se incorpora a Finlandia y la mayor parte de Polonia. Los 35 estados alemanes que conforman la Confederación Alemana constituían una unión muy débil que estará subordinada a Austria hasta 1870, fecha en que Bismarck y Lasalle la unifican y crean la actual Alemania. Suecia gobernada por el mariscal Bernardote que había dejado a Napoleón y se había pasado a los aliados, se anexa Noruega que había pertenecido a Dinamarca, país que permaneció fiel a Napoleón hasta sus últimos días (1815).
El zar de Rusia por su parte buscó siempre un equilibrio territorial y marítimo contra Inglaterra. Lo que habría de unir a todas las potencia territoriales y marítimas era su común religión cristiana. Pero Inglaterra inmediatamente deshizo esta unión religiosa de la Santa Alianza: impidió que Rusia, unida a España hiciera posible la reunificación de Hispanoamérica con la España Europea. Por eso la revolución de Riego de 1820 impide zarpar a la expedición que se dirigía contra el enclave comercial inglés de Buenos Aires. Por otra parte, mantuvo separados y hasta hostiles entre ellas a las tres potencias marítimas de Europa: España, Francia y Países Bajos. Rusia como potencia terráquea fue separada de las otras naciones mediterráneas Austria y Prusia.
En definitiva, Clemente Lotario Wenceslao, príncipe de Metternich-Winneburg, canciller de Austria, dirigía el equilibrio de los países territoriales de Europa, pero Lord Enrique Roberto Hewarth, vizconde de Castlereagh, de Inglaterra, dirigía el accionar de los países marítimos España, Portugal, Francia y Holanda. Hispanoamérica –que antes era un país, al decir de Manuel Ugarte- fue balcanizada y dividida, después de ser separada de España con una sangría de guerras civiles interminables durante el siglo XIX y también en gran parte del siglo XX.
El divide et impera británico fue el principio que dirigió la fuerza de las ideas y la fuerza de los pueblos, de las armas, de las economías y hasta de las religiones, siglos XVIII, XIX, XX y XXI. Seguimos “sin saber de qué se trata”. Guerras o ventajas por pactos políticos. Acuerdos y desacuerdos comerciales. Democracias o dictaduras. Concilios ecuménicos o económicos. Un breve tiempo después: todo sigue igual.
Lord Thomas A. Cochrane
Viajes de Cochrane en toda la extensión de Hispanoamérica para apoyar los movimientos de secesión, de acuerdo con los planes de Gran Bretaña.
Para estudiar los actos de guerra británicos para separar a Hispanoamérica de España es conveniente comenzar por el análisis de una figura paradigmática de dicho accionar.
Lord Thomas A. Cochrane, Conde de Dundonal, Gran Cruz de la Orden del Baño de la Imperial Brasileña del Crucero Real de San Salvador de Grecia, Almirante de la Escuadra Roja, Contralmirante de la Gran Bretaña, etcétera. Estos eran los títulos nobiliarios y militares del marino inglés que, en cumplimiento de los planes británicos de 1711 y el plan operativo de Maitland-Pitt de 1804, tuvo a su cargo la expedición marítima al Perú que en 1820 consumó la secesión de Hispanoamérica de la España Ibérica.
Es necesario por lo tanto esbozar una sinóptica reseña biográfica de quien consumó para beneficio de Gran Bretaña la conquista económica y financiera de Hispanoamérica, conquista que quedó encubierta con gobiernos nativos ostensibles, cuyo único poder estaba y está limitado a actos protocolares y formas extrínsecas de una “independencia política”, solamente estética, formal. No jurídica-económica, sustancial.
El personaje en cuestión nació en 1775 y murió en 1860. Entre 1818 y 1821 realizó la campaña naval para conquistar Chile (Valdivia) y Perú (Callao). Actuó luego al servicio de Brasil y separó a este país de Portugal. La separación e independencia del Brasil del Reino de Portugal, consumada el 7 de septiembre de 1822, tuvo similitudes económicas y financieras con la “independencia” de Hispanoamérica. Brasil adoptó la forma monárquica de gobierno bajo el ampuloso nombre de Imperio del Brasil y coronó emperador a Pedro I. este era hijo del príncipe regente Juan de Portugal que se trasladó con la Corte Lusitana a Brasil en 1808 con motivo de la invasión de Portugal por Napoleón y gobernó en Río de Janeiro hasta 1821.
El primer acto de dependencia y subordinación económica financiera del Brasil fue hacia Gran Bretaña. “El naciente Imperio del Brasil se comprometió a entregar a su metrópoli, Portugal, una suma millonaria en libras, las cuales debía tomar prestadas a un conjunto de bancos británicos que eran acreedores de Portugal por la misma cantidad”. La “independencia” de Brasil, fue, por ende, comprada a Portugal (3). El autor de quien tomamos estos importantísimos datos sintetiza así las conclusiones de su análisis de inicio de la independencia del Brasil: “Brasil inició así su vida autónoma cargando con una deuda agobiante cuyos beneficios no había recibido”.
La conquista económico-financiera de todo el continente Sur Americano para las banca anglosajona fue, por lo tanto, integral.
Retomando las actividades de Lord Cochrane en 1827 lo hallamos combatiendo en Grecia, que dominada por los turcos desde 1458, recobró su independencia en una lucha entablada entre 1821 y 1824 en que fue declarada Reino Soberano con el concurso militar de Rusia, Francia y Gran Bretaña. Cochrane era, como es evidente, un ejecutor naval de la política exterior de Gran Bretaña. Tal era su profesión, sin idealismos ni impulsos de aventurero que lo motivasen. En el año de su muerte tenía publicadas en inglés cuatro volúmenes de sus Memorias: los dos primeros sobre sus operaciones en el Pacífico (Chile y Perú) y Brasil, y los otros dos restantes detallando su genealogía y su acción desde que llegó a Chile. Bilbao tuvo su autorización para traducir al español esta última parte de sus Memorias, que se publicaron en Lima en 1863 en la imprenta de José Masías. De esta obra transcribimos los siguientes párrafos que se refieren a la campaña del Perú:
“Mi aparición en el Callao causó grave aunque inútil alarma al gobierno. Volví sí a pedirle se pagasen las cantidades que se adeudaban a la escuadra, aludiendo con fuerza a los sucesos que habían tenido lugar en Guayaquil. Sin dárseme una respuesta por escrito, Monteagudo vino al buque “O’Higgins” lamentándose que hubiese yo recurrido a tan inmoderadas expresiones, puesto que el Protector, antes de saberlas, me había escrito una carta privada pidiéndome una entrevista; pero que al recibir la mía se había indignado de tal manera que su salud había peligrado. Me aseguró también Monteagudo que en aquella carta me había ofrecido una hacienda considerable y la decoración del Sol engarzada en diamantes, con tal que yo consintiese en mandar las marinas reunidas de Chile y el Perú en una expedición proyectada para capturar las Islas Filipinas, con lo cual yo haría una inmensa fortuna. Mi respuesta fue: “Diga V. al Protector de mi parte, Sr. Monteagudo, que si después de la conducta que ha observado, me hubiese enviado a una carta privada sobre un asunto tal, se la habría devuelto sin respuesta; y puede V. también decirle, que no es mi ánimo causarle perjuicio; que ni le temo ni le odio, pero que desapruebo su conducta”.
Lo novedoso y significativo de este texto es el proyecto “de capturar las Islas Filipinas” que se atribuye a San Martín. Si esto fuese cierto, la rebelión de San Martín en contra de todo el mundo hispánico por motivos que no se encuentran documentados ni estudiados.
Es oportuno destacar que en una obra recientemente publicada, Hugo Chumbita (4)pretende explicar el accionar de San Martín contra España como revancha psíquica al saberse hijo de una india guaraní cuyo nombre era Rosa Guarú y del capitán español Diego de Alvear y Ponce de León. El desgarramiento o exclusión social que sufría al saberse vástago “del opresor y la oprimida” determina su rotunda “certidumbre americana” de combatir a la potencia que había explorado, conquistado y colonizado América desde finales del siglo XV. Hipótesis como esta nos exhibe una falencia terrible de nuestra historia: ¿dónde está el archivo de San Martín? ¿Por qué esta pregunta tiene siempre un riguroso silencio por respuesta? El plan integral de San Martín para América y Filipinas debe aparecer y publicarse. La verdad no puede buscarse en conjeturas ni en suposiciones, necesita que se demuestre con pruebas sólidas e indubitables. Es el único medio de dar certeza a las elementales preguntas que se formula cualquier crítico que quiere separar la historia, como “prognosis” del futuro, de la novela y la leyenda a que se limitó el conocimiento de sucesivas generaciones de argentinos e hispanoamericanos.
NOTAS
(1) La Editorial Devenir, de Buenos Aires, con una introducción de José Raed, realizó una reedición en 1960. La Editorial Docencia, en su Biblioteca Testimonial del Bicentenario, ha realizado la edición facsimilar, con la introducción de Julio C. González (J.M.G.)
(2) Cfr. Historama (1965) Las revoluciones: la revolución de América, Europea revolucionaria y napoleónica, la revolución de América del Sur, Editorial Codex, Buenos Aires, pp. 174-175.
(3) Estrada, Fernando de (2000) trabajo publicado en Octubre Sudamericano, Año I, Nº 0, Ed. Raíces-Buenos Aires, diciembre de 2000, p. 115.
(4) Chumbita, Hugo (2001) El secreto de Yapeyú. El origen mestizo de San Martín, Ed. EMECÉ-Buenos Aires, págs. 213 y 215.
Casariego- Cantidad de envíos : 160
Edad : 44
Localización : Asturias, España
puntos patrióticos : 4681
Registro : 24/12/2013
Re: LA REVOLUCIÓN Y LA INDEPENDENCIA DE LAS PROVINCIAS HISPANOAMERICANAS
https://www.flickr.com/photos/28047774@N04/sets/72157633497604488/
Gabriel Fossa
El Plan Maitland en la Libertad de America
Nadie sabía de su existencia. Durante 184 años el Plan Maitland permaneció oculto en archivos británicos. Cuando Rodolfo Terragno lo descubrió, se produjo un giro en la historia de America del Sur. Ningún hallazgo la había modificado antes de tal manera.
El plan, presentado por Sir Thomas Maitland en 1800 al primer ministro británico William Pitt, preveía tomar Buenos Aires y luego, desde Mendoza, cruzar los Andes para "liberar" a Chile y seguir en barco para hacer lo mismo con Perú.
Maitland fue un oficial naval, escocés como la gran mayoría de sus vinculaciones, miembro del Parlamento y compañero de George Canning en aquella Cámara. Así como él también, integrante de la Junta de Contralor (poderoso organismo del ente paraestatal llamado Compañía de las Indias Orientales. Digamos una organización que, por una parte fueron los herederos legítimos de filibusteros a lo Cook, Cavendish o Morgan; y por la otra, revestidos con rasgos más o menos civilizados al uso de un Cuartel General o de un Estado Mayor; como herramienta para todos aquellos que planeaban nuevas conquistas, no sólo en la India, sino también en el Caribe y en Sudamérica).
Maitlan junto con Canning fueron Consejeros Privados de la Corona (a partir del 8 de abril de 1807). A Canning se le decía entonces “el heredero de Dundas”, ¿cómo lo llamarían a Maitland?
Posteriormente Canning fue Canciller entre 1807 y 1809 por recomendación de Wellesley (hermano del que entonces ya estaba en Portugal).
En 1783 William Pitt, segundo hijo de quien fuera Jefe de Gabinete de los reyes Jorge II y Jorge III, es nombrado Primer Ministro y Ministro de Finanzas. Su gobierno, que duraría 17 años, se iniciaba cuando el no tenía 25. Once años después, en 1794, desdobla un ministerio, colocando al Duque de Pórtland como Secretario de Estado de Interior, y lo separa de los negocios de la guerra que conserva Henry Dundas, Secretario de Guerra desde la asunción de Pitt. En este contexto del poder aparece Maitland vinculado a Dundas, “el más firme promotor de acciones británicas en Hispanoamérica”, y gracias a él tiene acceso directo a Pitt.
Porque Dundas, un escocés muy hábil políticamente, fue la sombra de Pitt y viceversa.
Maitland también estaba vinculado, a través de Dundas, a Sir John Coxe Hippisley, otro miembro del Parlamento y oficial del ejército de la Compañía de Indias Orientales. Hippisley era un buen conocedor de todos los temas sobre una posible acción militar en Hispanoamérica, porque había participado de las reuniones celebradas por Dundas con este motivo. Y ha participado en ellas en calidad de asesor, porque había reunido abundante información de fuentes insospechadas.
Hippisley vivió muchos años en Roma donde hacía tareas de espionaje para el gobierno británico, y fue allí donde obtuvo “información sobre los modos de atacar las colonias españolas”, todo lo cual paso a referir y analizar a continuación.
Faltaban aún diecisiete años para que San Martín iniciara su campaña libertadora. La existencia de este plan desmiente los supuestos de historiadores clásicos. Mitre, por ejemplo, sostenía que "así como la vida de Colón está encerrada en su idea de ir al oriente por occidente, la de San Martín está encerrada en la de llevar la libertad a través de la cordillera y el Pacífico, hasta Lima".
José Pacífico Otero decía que a -nadie más- podría habérsele ocurrido.
Hoy podemos afirmar, en cambio, que San Martín no emprendió su gesta confiando sólo en su intuición, sino que había accedido en Inglaterra a preciosos documentos sobre Sudamérica y los modos de ocuparla.
Este plan demuestra que el Libertador preparó cuidadosamente su campaña en Londres. San Martín, "era un estratega y, como tal, un estudioso; no un aventurero".
El plan fue titulado el Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar Perú y Quito. Gran Bretaña estaba por entonces en guerra con España y Francia en la guerras napoleónicas , y estaba tratando de ampliar su influencia en América del Sur ya que la pérdida de las 13 colonias de América del Norte, que se había independizado algún tiempo antes.
El plan consistía en:
Tomar el control de Buenos Aires .
Tomar posición en Mendoza .
Coordinar acciones con un ejército chileno independentista.
Cruce el Andes .
Derrota al español y tomar el control de Chile.
Continúe a través del mar y liberar Perú .
El plan nunca resultó a Gran Bretaña . Ellos dos veces intentaron tomar Buenos Aires y Montevideo durante las invasiones inglesas del Río de la Plata , pero fueron derrotados.
Las aAcciones militares británicas contra la Sudamérica española cesó durante la Guerra de la Independencia , cuando Francia se volvió en contra de España y la propia Gran Bretaña se alió con la resistencia española.
Según Argentina historiador Felipe Pigna , José de San Martín fue introducido en el plan por los miembros de la logia fundada por Francisco de Miranda y el escocés lord James Mac duff .
Con la finalidad de tomar esas “valiosas posesiones”, Maitland propuso:
1. Ganar el control de Buenos Aires. “Debería realizarse un ataque sobre Buenos Aires”. Para eso, Maitland consideró que harían falta 4.000 soldados de infantería; unos 1.500 de caballería; “con una proporción de artillería”.
2. Tomar posiciones en Mendoza. "Subsecuentemente a la captura de Buenos Aires el objeto debería ser enviar a un cuerpo a tomar posiciones al pie de la ladera oriental de los Andes, propósito para el que la ciudad de Mendoza es indudablemente la más indicada.”
3. Coordinar acciones con un ejército de Chili (así llama a Chile). Este otro ejército debería consistir en 3.000 soldados de infantería y 400 de caballería “con una proporción de artillería”. La mitad de la infantería debería “proceder de Inglaterra al Cabo de Buena Esperanza en barcos destinados últimamente a (…) Sudamérica”. La otra mitad debería ser “dotada por India, y proceder, cuando esté lista, directamente a la Bahía Botany”, en Australia, a los efectos de navegar luego a Sudamérica. El objetivo de tal ejército debería ser “indudablemente el Reino de Chili”. Debía atacar Valparaíso o Santiago o, “si encontrara que los Españoles se hallen en fuerza tal como para hacer que un inmediato ataque sobre Valparese o St. Iago sea imposible en el primer momento, actuar sobre el Río Biobío y fortificarse mediante una inmediata conexión con los indios.”
4. Cruzar los Andes. “El cruce de los Andes desde Mendoza a las partes bajas de Chili es una operación de cierta dificultad (…) Aún en verano el frío es intenso; pero con tropas de cada lado cuesta suponer que nuestros soldados no pudieran seguir una ruta que ha sido adoptada desde hace mucho como el más deseable canal para importar negros al Reino de Chili.”
5. Derrotar a los españoles y controlar Chile. El objetivo de esta etapa era “aniquilar el gobierno (español) del Reino de Chili” y convertir a ese pueblo en “un punto desde el cual podríamos dirigir nuestros esfuerzos contra las povincias más ricas”. Esta era la tarea a cumplir por las fuerzas unificadas del ejército que debía cruzar los Andes y el que llegara por mar.
6. Proceder por mar a Perú. “Si este Plan tuviese éxito en toda su extensión, la Provincia del
Perú debería quedar pronto expuesta a una captura segura.” y “últimamente nosotros podríamos extender el sistema colonial, usando la fuerza si fuere necesario.”
Lo indicado era para evitar toda violencia innecesaria. “Un coup de main (en francés en el original) sobre el puerto del Callao y de la ciudad de Lima podría en verdad probablemente ser exitoso y mucha riqueza sería ganada por los captores, pero este mero éxito, a menos que fuera asistido por nuestra capacidad de mantenernos en el Reino de Perú, podría terminar
últimamente excitando la aversión de los habitantes contra cualquier futura conexión, de cualquier clase, con Gran Bretaña.”
7. Emancipar Perú. “El fin de nuestra empresa debía ser indudablemente la emancipación de Perú y Quito.”
Gabriel Fossa
El Plan Maitland en la Libertad de America
Nadie sabía de su existencia. Durante 184 años el Plan Maitland permaneció oculto en archivos británicos. Cuando Rodolfo Terragno lo descubrió, se produjo un giro en la historia de America del Sur. Ningún hallazgo la había modificado antes de tal manera.
El plan, presentado por Sir Thomas Maitland en 1800 al primer ministro británico William Pitt, preveía tomar Buenos Aires y luego, desde Mendoza, cruzar los Andes para "liberar" a Chile y seguir en barco para hacer lo mismo con Perú.
Maitland fue un oficial naval, escocés como la gran mayoría de sus vinculaciones, miembro del Parlamento y compañero de George Canning en aquella Cámara. Así como él también, integrante de la Junta de Contralor (poderoso organismo del ente paraestatal llamado Compañía de las Indias Orientales. Digamos una organización que, por una parte fueron los herederos legítimos de filibusteros a lo Cook, Cavendish o Morgan; y por la otra, revestidos con rasgos más o menos civilizados al uso de un Cuartel General o de un Estado Mayor; como herramienta para todos aquellos que planeaban nuevas conquistas, no sólo en la India, sino también en el Caribe y en Sudamérica).
Maitlan junto con Canning fueron Consejeros Privados de la Corona (a partir del 8 de abril de 1807). A Canning se le decía entonces “el heredero de Dundas”, ¿cómo lo llamarían a Maitland?
Posteriormente Canning fue Canciller entre 1807 y 1809 por recomendación de Wellesley (hermano del que entonces ya estaba en Portugal).
En 1783 William Pitt, segundo hijo de quien fuera Jefe de Gabinete de los reyes Jorge II y Jorge III, es nombrado Primer Ministro y Ministro de Finanzas. Su gobierno, que duraría 17 años, se iniciaba cuando el no tenía 25. Once años después, en 1794, desdobla un ministerio, colocando al Duque de Pórtland como Secretario de Estado de Interior, y lo separa de los negocios de la guerra que conserva Henry Dundas, Secretario de Guerra desde la asunción de Pitt. En este contexto del poder aparece Maitland vinculado a Dundas, “el más firme promotor de acciones británicas en Hispanoamérica”, y gracias a él tiene acceso directo a Pitt.
Porque Dundas, un escocés muy hábil políticamente, fue la sombra de Pitt y viceversa.
Maitland también estaba vinculado, a través de Dundas, a Sir John Coxe Hippisley, otro miembro del Parlamento y oficial del ejército de la Compañía de Indias Orientales. Hippisley era un buen conocedor de todos los temas sobre una posible acción militar en Hispanoamérica, porque había participado de las reuniones celebradas por Dundas con este motivo. Y ha participado en ellas en calidad de asesor, porque había reunido abundante información de fuentes insospechadas.
Hippisley vivió muchos años en Roma donde hacía tareas de espionaje para el gobierno británico, y fue allí donde obtuvo “información sobre los modos de atacar las colonias españolas”, todo lo cual paso a referir y analizar a continuación.
Faltaban aún diecisiete años para que San Martín iniciara su campaña libertadora. La existencia de este plan desmiente los supuestos de historiadores clásicos. Mitre, por ejemplo, sostenía que "así como la vida de Colón está encerrada en su idea de ir al oriente por occidente, la de San Martín está encerrada en la de llevar la libertad a través de la cordillera y el Pacífico, hasta Lima".
José Pacífico Otero decía que a -nadie más- podría habérsele ocurrido.
Hoy podemos afirmar, en cambio, que San Martín no emprendió su gesta confiando sólo en su intuición, sino que había accedido en Inglaterra a preciosos documentos sobre Sudamérica y los modos de ocuparla.
Este plan demuestra que el Libertador preparó cuidadosamente su campaña en Londres. San Martín, "era un estratega y, como tal, un estudioso; no un aventurero".
El plan fue titulado el Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar Perú y Quito. Gran Bretaña estaba por entonces en guerra con España y Francia en la guerras napoleónicas , y estaba tratando de ampliar su influencia en América del Sur ya que la pérdida de las 13 colonias de América del Norte, que se había independizado algún tiempo antes.
El plan consistía en:
Tomar el control de Buenos Aires .
Tomar posición en Mendoza .
Coordinar acciones con un ejército chileno independentista.
Cruce el Andes .
Derrota al español y tomar el control de Chile.
Continúe a través del mar y liberar Perú .
El plan nunca resultó a Gran Bretaña . Ellos dos veces intentaron tomar Buenos Aires y Montevideo durante las invasiones inglesas del Río de la Plata , pero fueron derrotados.
Las aAcciones militares británicas contra la Sudamérica española cesó durante la Guerra de la Independencia , cuando Francia se volvió en contra de España y la propia Gran Bretaña se alió con la resistencia española.
Según Argentina historiador Felipe Pigna , José de San Martín fue introducido en el plan por los miembros de la logia fundada por Francisco de Miranda y el escocés lord James Mac duff .
Con la finalidad de tomar esas “valiosas posesiones”, Maitland propuso:
1. Ganar el control de Buenos Aires. “Debería realizarse un ataque sobre Buenos Aires”. Para eso, Maitland consideró que harían falta 4.000 soldados de infantería; unos 1.500 de caballería; “con una proporción de artillería”.
2. Tomar posiciones en Mendoza. "Subsecuentemente a la captura de Buenos Aires el objeto debería ser enviar a un cuerpo a tomar posiciones al pie de la ladera oriental de los Andes, propósito para el que la ciudad de Mendoza es indudablemente la más indicada.”
3. Coordinar acciones con un ejército de Chili (así llama a Chile). Este otro ejército debería consistir en 3.000 soldados de infantería y 400 de caballería “con una proporción de artillería”. La mitad de la infantería debería “proceder de Inglaterra al Cabo de Buena Esperanza en barcos destinados últimamente a (…) Sudamérica”. La otra mitad debería ser “dotada por India, y proceder, cuando esté lista, directamente a la Bahía Botany”, en Australia, a los efectos de navegar luego a Sudamérica. El objetivo de tal ejército debería ser “indudablemente el Reino de Chili”. Debía atacar Valparaíso o Santiago o, “si encontrara que los Españoles se hallen en fuerza tal como para hacer que un inmediato ataque sobre Valparese o St. Iago sea imposible en el primer momento, actuar sobre el Río Biobío y fortificarse mediante una inmediata conexión con los indios.”
4. Cruzar los Andes. “El cruce de los Andes desde Mendoza a las partes bajas de Chili es una operación de cierta dificultad (…) Aún en verano el frío es intenso; pero con tropas de cada lado cuesta suponer que nuestros soldados no pudieran seguir una ruta que ha sido adoptada desde hace mucho como el más deseable canal para importar negros al Reino de Chili.”
5. Derrotar a los españoles y controlar Chile. El objetivo de esta etapa era “aniquilar el gobierno (español) del Reino de Chili” y convertir a ese pueblo en “un punto desde el cual podríamos dirigir nuestros esfuerzos contra las povincias más ricas”. Esta era la tarea a cumplir por las fuerzas unificadas del ejército que debía cruzar los Andes y el que llegara por mar.
6. Proceder por mar a Perú. “Si este Plan tuviese éxito en toda su extensión, la Provincia del
Perú debería quedar pronto expuesta a una captura segura.” y “últimamente nosotros podríamos extender el sistema colonial, usando la fuerza si fuere necesario.”
Lo indicado era para evitar toda violencia innecesaria. “Un coup de main (en francés en el original) sobre el puerto del Callao y de la ciudad de Lima podría en verdad probablemente ser exitoso y mucha riqueza sería ganada por los captores, pero este mero éxito, a menos que fuera asistido por nuestra capacidad de mantenernos en el Reino de Perú, podría terminar
últimamente excitando la aversión de los habitantes contra cualquier futura conexión, de cualquier clase, con Gran Bretaña.”
7. Emancipar Perú. “El fin de nuestra empresa debía ser indudablemente la emancipación de Perú y Quito.”
Casariego- Cantidad de envíos : 160
Edad : 44
Localización : Asturias, España
puntos patrióticos : 4681
Registro : 24/12/2013
Temas similares
» POR QUÉ NO ESTALLA UNA REVOLUCIÓN
» Revolución de octubre de 1934
» La Revolución industrial cambia el mundo
» El Bienio Progresista (la revolución tranquila, 1854-1856) y la Unión Liberal (1856-1868)
» ¿Está naciendo la Contra-Revolución Francesa?
» Revolución de octubre de 1934
» La Revolución industrial cambia el mundo
» El Bienio Progresista (la revolución tranquila, 1854-1856) y la Unión Liberal (1856-1868)
» ¿Está naciendo la Contra-Revolución Francesa?
Foro 1492 :: FOROS :: FORO DE HISTORIA
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
10/1/2024, 5:44 am por 1492.ForoEspaña.com
» FELIZ 2024
3/1/2024, 11:12 am por 1492.ForoEspaña.com
» Este es el templo más increíble de la tierra
21/4/2023, 2:30 pm por roger54
» El Distrito de los Lagos o LAKE DISTRICT
21/4/2023, 2:30 pm por roger54
» Requisitos y Precios de Alquileres.
21/4/2023, 2:28 pm por roger54
» Los 100 lugares de Europa que debes de visitar antes de morir (imprescindible)
24/3/2023, 3:38 pm por roger54
» 100 lugares que visitar en Europa antes de morir
24/3/2023, 3:37 pm por roger54
» Qué ver en Asturias en 5 días
13/12/2022, 5:05 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Hola a todos!!!
17/11/2021, 6:06 am por 1492.ForoEspaña.com
» Nuevo parque
12/6/2021, 12:14 am por 1492.ForoEspaña.com
» El aceite de palma y la vida de los orangutanes
17/1/2021, 11:41 am por 1492.ForoEspaña.com
» Mis rincones favoritos de España
24/10/2020, 6:08 am por yolanda454
» Colau dice que Cataluña y España son dos países distintos
19/9/2020, 9:14 am por 1492.ForoEspaña.com
» ¿Te suena de algo la palabra Olite? alucinarás
8/9/2020, 3:02 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Practica para estudiantes. 200Euros
28/7/2020, 7:40 am por ranshofen1889
» • La GRAN MENTIRA de lo que se (mal) llamó 'Síndrome del Aceite de Colza Desnaturalizado'.
9/7/2020, 10:22 pm por Regeneración
» AYUDA PARA PONER AVISO EN INTERNET
26/6/2020, 8:17 pm por jonwalt
» COMO COLOCO MI FOTO
26/6/2020, 8:34 am por jonwalt
» soy nueva aqui
19/6/2020, 8:14 pm por jonwalt
» ¿Qué edad tenemos los foreros?
15/4/2020, 11:20 am por adrinhelueni198723
» ¿hombres con pelo largo o no?
15/4/2020, 11:10 am por adrinhelueni198723
» • ¿Netanyahu sigue la agenda de la "Misión Anglosajona"?...
11/4/2020, 9:32 am por Regeneración
» Fabian Mohedano dice que España necesita una reforma horaria
7/4/2020, 9:00 pm por 1492.ForoEspaña.com
» el coronavirus en africa
4/4/2020, 6:33 am por mindurri
» hola soy de nuevo mindurri
4/4/2020, 6:25 am por mindurri
» la union hispana
4/4/2020, 6:17 am por mindurri
» Chicas! vengo a alegraros el encierro por coronavirus
28/3/2020, 12:21 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Plataforma "exige" que el catalán sea oficial en toda España
28/2/2020, 7:09 am por 1492.ForoEspaña.com
» Atropellan a un independentista en la 134ª noche de cortes
25/2/2020, 3:08 pm por 1492.ForoEspaña.com
» El Parlamento de Cataluña se compromete a no comprar aceite del resto de España
19/2/2020, 11:06 am por 1492.ForoEspaña.com
» Risto expulsa a un ex diputado de Ciudadanos en directo
18/2/2020, 5:17 am por 1492.ForoEspaña.com
» Fallece inesperadamente Kirk Douglas a los 103 años
6/2/2020, 8:00 pm por 1492.ForoEspaña.com
» borrar
6/2/2020, 1:36 am por garciamartinez
» Eduardo Casanova llama "hija de puta" a la Policía Nacional
28/1/2020, 12:46 am por 1492.ForoEspaña.com
» La doble de Aitana de OT es clavadita a ella y esta soltera
16/1/2020, 7:33 am por 1492.ForoEspaña.com
» Cuando Puigdemont visite a Junqueras ¿pueden detenerle?
14/1/2020, 10:55 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Cuba Española
13/1/2020, 9:19 pm por SuperL
» Puigdemont se sale con la suya: será europarlamentario y Junqueras cumplirá 13 años
11/1/2020, 7:34 am por 1492.ForoEspaña.com
» Garzón ha perdido el norte
10/1/2020, 10:36 am por 1492.ForoEspaña.com
» Torra anuncia que desacatará la ley española "hasta el final" ¿¿??
4/1/2020, 10:52 am por 1492.ForoEspaña.com
» Desaparece el franco CFA de toda África
26/12/2019, 4:03 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Jordi Pujol robó a la hacienda española 900.000 euros pero el delito a prescrito
24/12/2019, 9:47 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Sahara Español?
23/12/2019, 1:48 am por NEROCAESAR
» 39 policías heridos en los disturbios provocados por la gente de paz
19/12/2019, 11:27 pm por 1492.ForoEspaña.com
» UAB muy fuerte lo de hoy
12/12/2019, 11:29 am por 1492.ForoEspaña.com
» Una pintura increible
12/12/2019, 4:11 am por Petehull
» Madrid es la capital del turismo español
11/12/2019, 9:07 pm por 1492.ForoEspaña.com
» 10 razones para que un catalán se haga madridista
11/12/2019, 7:18 pm por Petehull
» FC. Barcelona y Athletic de Bilbao expulsados durante un año de la Copa del Rey por pitar el himno nacional español
11/12/2019, 7:16 pm por Petehull
» Hoy hace 12 años que España no juega en Cataluña
11/12/2019, 7:15 pm por Petehull
» ¿Algún consejo para poder dormir?
11/12/2019, 1:18 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Ranking de la mujer más bella del mundo
10/12/2019, 9:53 pm por 1492.ForoEspaña.com
» 8 lugares que deberías ver antes de morirte
10/12/2019, 9:44 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Himno de España
29/11/2019, 11:49 pm por NEROCAESAR
» La Generalitat hace el ridículo más espantoso de su historia
29/11/2019, 11:44 pm por NEROCAESAR
» ¿Cortar jamón es un arte o debería de estar prohibido como pide el islam?
25/11/2019, 1:58 am por 1492.ForoEspaña.com
» Debate independencia Cataluña
16/11/2019, 2:23 am por AngelNC
» Pablo Iglesias la lia de nuevo diciendo chorradas
10/11/2019, 12:40 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Tuiteros independentistas celebran la muerte de una estudiante de 20 años
19/9/2019, 4:18 am por Adriano
» Presentación
17/9/2019, 7:29 am por Diego Merry del Val
» El sultán de Brunei dice que ya no viene a Barcelona... estupendo
22/8/2019, 2:40 am por 1492.ForoEspaña.com
» El autor del atentado de Hipercor se ríe de las víctimas
17/8/2019, 9:33 am por 1492.ForoEspaña.com
» Tv3 creo que esta vez se ha pasado
16/8/2019, 9:12 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Barcelona, Ciudad Sin Ley
12/8/2019, 9:34 am por 1492.ForoEspaña.com
» Valenciano y catalán ¿son la misma cosa?
9/8/2019, 1:40 am por 1492.ForoEspaña.com
» El castellano es un idioma perseguido por la Generalitat
4/8/2019, 11:02 am por 1492.ForoEspaña.com
» Barcelona es la mejor ciudad del mundo
25/4/2019, 12:55 am por 1492.ForoEspaña.com
» Hola,soy aqui.
28/3/2019, 5:16 am por aliciawei2016
» La educación y los exámenes
27/3/2019, 9:19 pm por 1492.ForoEspaña.com
» ¿Por qué la gente tiene más interés por las malas noticias?
27/3/2019, 9:18 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Rutas por Collserola
4/3/2019, 8:45 am por 1492.ForoEspaña.com
» Trucos para depilarse sin dolor
25/2/2019, 1:32 pm por Manu
» Camino de Santiago
13/2/2019, 9:57 am por jumeca53
» ¿José Manuel Opazo el presidente de España responde es un moroso?
9/2/2019, 11:51 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Qué guapa es Megan Boone!!
30/1/2019, 8:32 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Razones para usa Shopify
23/1/2019, 11:20 pm por 1492.ForoEspaña.com
» ¿Qué hacer cuando te jubilas?
23/1/2019, 11:03 pm por 1492.ForoEspaña.com
» el país más rico del mundo
29/12/2018, 6:49 am por 1492.ForoEspaña.com
» La evolución de la bicicleta
29/12/2018, 6:46 am por 1492.ForoEspaña.com
» Las presentadoras más guapas de España
29/12/2018, 6:44 am por 1492.ForoEspaña.com
» • La VIDA en el Planeta MARTE según dos contactados...
2/8/2018, 12:39 am por Regeneración
» ¡Asesorías Fiscales!
1/8/2018, 11:00 am por LuisFre
» ¿qué opinas que de Barcelona se separe de Cataluña?
25/7/2018, 5:52 am por juan daniel medina
» • Similitudes de dos contactados con ETs sobre Hercólubus (Nibiru)...
7/7/2018, 8:36 pm por Regeneración
» Me presento
6/7/2018, 3:35 am por LucasCastellano
» • Hercólubus y las profecías del astónomo chileno Muñoz Ferrada...
5/7/2018, 10:18 am por Regeneración
» • Ya hace años que se PROFETIZÓ...
3/7/2018, 7:48 am por RuizHill
» ¿Quieres trabajar?
3/7/2018, 7:40 am por RuizHill
» Si estudies portugués
3/7/2018, 7:36 am por RuizHill
» Así son los jóvenes gais de la derecha española
7/6/2018, 2:16 pm por RuizHill
» Los submarinos de la flora soviética
7/6/2018, 2:07 pm por RuizHill
» Trenes que te hacen soñar.
7/6/2018, 2:01 pm por RuizHill
» Carreras de drones con cámara, una pasada
7/6/2018, 1:47 pm por RuizHill
» El discurso de Putin
24/5/2018, 6:47 pm por pol44
» • La cadena de noticias CNN reconoce que Hercólubus existe...
14/5/2018, 2:23 am por Regeneración
» ¿Habéis oído hablar de los premios Ig Nobel? te partes
3/5/2018, 7:51 am por carlossequera24
» Peruana recibe prestigioso premio ambiental “Goldman”
3/5/2018, 7:49 am por carlossequera24
» Monarquía o República?
3/5/2018, 7:45 am por carlossequera24
» ¿Qué os parece este mapa animado del castellano?
3/5/2018, 7:42 am por carlossequera24