¿Está naciendo la Contra-Revolución Francesa?

http://www.tradicionyaccion.org.pe/tya/spip.php?article240

UN ACONTECIMIENTO FASCINANTE, DE ALCANCE MUNDIAL

¿Está naciendo la Contra-revolución Francesa?

Alejandro Ezcurra Naón
Jueves 9 de mayo de 2013

Hasta no hace mucho, la Revolución(*) que devasta el Occidente cristiano avanzaba con suma cautela, evitando cuanto posible reacciones en la población que escapasen a su control, y pudiesen comprometer el éxito de su marcha hacia la utopía igualitaria y anárquica.

Pero ahora, esa cautela parece haber quedado atrás: a medida que una marea conservadora se afianza por todas partes, las fuerzas revolucionarias parecen haber optado por atropellar sin miramientos a la opinión pública, buscando imponerse por la vía de los hechos consumados.

Es lo que vemos en países como Venezuela, Argentina, Brasil, Colombia o Uruguay, donde gobiernos y parlamentos implementan leyes y políticas anticristianas cada vez más despóticas, sobre todo en materia de familia —blanco central de la actual revolución cultural—, pero también en terrenos como el cercenamiento a la propiedad privada, las “negociaciones de paz” con las FARC en Colombia, etc. Y lo hacen pasando por encima del sentir de las mayorías y del propio estado de derecho.

Socialistas, los “victoriosos”... vencidos

El caso más resonante de ese atropello se dio a fines de abril en Francia, al aprobarse un proyecto legislativo de “matrimonio” entre personas del mismo sexo, impulsado por el gobierno socialista. Las encuestas revelaban que una mayoría de franceses rechaza esa absurda parodia matrimonial. Y las impresionantes movilizaciones de protesta realizadas en París el 13 de enero y el 24 de marzo pasados (esta última sumó 1,4 millón de personas, y fue la mayor manifestación pública de la historia de Francia) y en muchas otras ciudades, fueron la imagen visible de esa tendencia.



La gigantesca protesta del 23 de marzo: la mayor manifestación de la historia de Francia. Conscientes de su falta de apoyo ciudadano, y para evitar que el rechazo popular al proyecto creciera hasta volverse incontenible, el gobierno socialista y la Asamblea Nacional (Parlamento) dominada por la izquierda optaron cínicamente por adelantar en un mes la votación parlamentaria, prevista para fines de mayo. Así, el día 23 de abril el proyecto fue votado y aprobado, ante la protesta de una multitud calculada en 200 mil personas.

Mientras los parlamentarios de la izquierda festejaban la votación gritando frenéticamente “¡igualdad! ¡igualdad!” con aplausos rítmicos, desde las galerías un grupo de jóvenes interrumpió el sabbat revolucionario desplegando una bandera blanca con la palabra “Referéndum”. Entonces el Presidente de la Asamblea, el socialista Claude Bartolone, fuera de sí ordenó a gritos: “¡Saquen de aquí a esos enemigos de la democracia (sic!), ellos no tienen derecho de estar aquí!” [1]. Como se ve, la “democracia” socialista consiste en acallar a los que piden democracia de verdad.

Esta bofetada al sentimiento popular, por pura y ciega obstinación ideológica, le costó caro a la izquierda. Los socialistas salen de su “victoria”... vencidos. La aprobación al gobierno Hollande se desploma de manera “inexorable”: en abril cayó hasta el 25%, “el índice más bajo jamás alcanzado por un presidente en la V República”, mientras el rechazo a su gestión trepó hasta el 74% [2] [3].

Un nuevo e histórico fenómeno de opinión

Esos números no indican apenas una coyuntura política. Ellos corresponden a un nuevo y extraordinario fenómeno de opinión, que toca en el fondo de los espíritus y se extiende por toda Francia. Es un estado de resistencia activa a la ofensiva revolucionaria, presentando cuatro notas inéditas:
1) una raíz ideológico-religiosa;
2) sus protagonistas son jóvenes, tanto matrimonios como solteros de ambos sexos;
3) su estrategia es innovadora y eficiente;
4) tiene carácter irreversible.

En las semanas previas a la aprobación del proyecto, multitudinarias manifestaciones de rechazo ocurrieron en ciudades de toda Francia, siendo las más importantes las ya mencionadas en París. La próxima será el 26 de mayo, Día de la Madre en Francia, y posiblemente congregará aún más gente.

A la par de esas demostraciones, las calles de París y las principales ciudades del interior eran escenario de constantes manifestaciones-relámpago de grupos reducidos, que desconcertaban a la policía. La estrategia consistía en que, en puntos diferentes de la ciudad, bloques de una veintena de jóvenes interrumpieran el tráfico durante algunos minutos, coreando alegremente dichos chispeantes como uno dirigido al presidente Hollande: “Touche pas au mariage,/ occupes toi du chômage”, (“no toques al matrimonio, ocúpate del desempleo”). Al llegar la policía se dispersaban velozmente y reaparecían de inmediato en otro punto, combinado sobre la marcha por celular-internet. Algunos de esos grupos eran de ciclistas, que convergían en un lugar predeterminado —por ejemplo el puente de Los Inválidos—, se sentaban en la pista formando una barrera con sus bicicletas, lanzaban sus proclamas y cánticos y partían enseguida, a veces aplaudidos por los automovilistas.

Con la policía desbordada por este “juego de escondidas” de varios grupos actuando simultáneamente en París, el ministro de Interior Manuel Valls ordenó dispersarlos con gas lacrimógeno a destajo. Represalia inútil: rápidamente su orden fue ridiculizada, y se pasó a llamarlo “Manuel Gas”.

En materia de estrategias novedosas, cabe destacar los bien organizados “comités de recepción” al presidente Hollande y sus ministros. En todos los actos públicos a que estos asistían, eran recibidos por grupos de jóvenes con cánticos, abucheos y eslóganes muy bien escogidos —la graciosa y fulgurante chispa francesa no podía estar ausente—, al punto que el mandatario y sus ministros, humillados y atemorizados, se vieron obligados a cancelar varias apariciones públicas.

También se realizan “sit-in” de protesta nocturnos: vigilias con velas, cánticos religiosos o patrióticos y rezo del Rosario, realizados durante algunas horas en lugares simbólicos como los jardines de Luxembourg o del Louvre. Tales acciones continúan hasta hoy, aunque en muchos casos son duramente reprimidas por la CRS (tropa de asalto). El saldo de esa represión ha sido cientos de manifestantes arrestados diariamente, varios de ellos heridos (incluso sacerdotes y niños), sólo por protestar pacíficamente. Indignado por ese abuso, Tugdual Derville, uno de los principales voceros de las protestas, desafió: “¿Cuántos autos incendiados? ¡Cuántos vidrios rotos? ¡Ninguno!”. La propia policía comenzó a expresar su malestar: algunos efectivos incluso se animaron a felicitar a los estudiantes por su valentía, lamentaban arrestarlos, y se quejaban de estar siendo utilizados políticamente: “Sentimos vergüenza de hacer lo que estamos haciendo” [4].



El protagonismo de los jóvenes, la gran novedad: “encantados de protestar", ellos conforman "una juventud conservadora, orgullosa de sus valores”. Otra estrategia publicitaria es el llamado “balcón para todos”, aplicado en varias ciudades: en los balcones de las residencias penden una multitud de fajas y banderas iguales a las que los manifestantes llevan por las calles Ver por ejemplo: [5], formando un vistoso espectáculo.

Sería largo referir el extraordinario ímpetu de una población que se siente maltratada por un poder político que, a menos de un año de haber asumido, se ha divorciado tan rápida y drásticamente de los ciudadanos, ignorando sus expectativas y reclamos. Un buen “sismógrafo” para medir ese estado de resistencia es el hecho de que 15 mil alcaldes (¡¡sí, como se lee – 15 mil!!) ya han declarado su negativa formal a celebrar en sus jurisdicciones “matrimonios” civiles entre personas del mismo sexo. El propio diario “Le Monde”, afín al gobierno, comenta que a quien quiera conocer hacia dónde va el país le basta poner en un buscador de Internet dos palabras: “Hollande dimisión” [6]. El comentario más difundido es: la izquierda perdió la juventud, perdió la calle, perdió al pueblo... y perdió la brújula.

Los católicos, a la cabeza de la “derechización” de la sociedad

Aunque la ley nefanda ya fue aprobada, la población no se da por vencida y las protestas redoblan. Incluso ahora, cuando los estudiantes veillants (participantes de las vigilias de protesta) han entrado en período de exámenes, sus propias madres los sustituyen en la protesta. Son las llamadas “mères veilleuses” (madres en vigilia), que por un juego de palabras el público convierte en “merveilleuses” (maravillosas) [7].

La participación de familias en las protestas indica que la sociedad como un todo se siente involucrada en ellas, y que el francés medio se ha desplazado del centro hacia la derecha: estamos ante “la emergencia de una generación conservadora orgullosa de sus valores, que está encantada difundiéndolos ruidosamente, en la calle ... Abundan los grupos de familias jóvenes, católicas en su mayoría, acompañadas de bandas de jóvenes encantados de protestar” [8]. Son sectores que nunca antes fueron contestatarios pero que ahora “descubren el perfume particular de la insurrección” [9].



“Abundan los grupos de familias jóvenes, católicas en su mayoría”. En este frente, la presencia católica es determinante. Y esto tiene un alcance incalculable. El sitio “Boulevard Voltaire” traza el perfil de los contestatarios: “Estos resistentes son... ¡católicos! ...Ellos comienzan a comprender el fracaso de un liberalismo que ha enloquecido; ellos buscan crear otra cosa, y no cristianizar el socialismo. Se trata de familias, y sobre todo de jóvenes” que “han salido a la calle para decir «basta» a los destructores de la sociedad” [10]. Otro sitio completa: son personas “de alto nivel espiritual y dogmático, seguros de su fe y de su sangre por la cual corren 1500 años de Francia, y conscientes de los deberes que esta herencia contiene” [11]. Uno de los jóvenes “en vigilia” explica por qué están allí: “somos la luz y la sal del mundo: somos católicos franceses y nada nos podrá hacer vacilar” [12].

La revista del Episcopado francés, “La Croix” —que ha tomado una posición ambigua y concesiva en el caso— se alarma por la polarización creada: explica que para la izquierda, “retroceder es imposible, sería renegar de sí misma”; y como los católicos conforman la “mayoría hostil al proyecto”, el vigor de su resistencia hace que se hable incluso de “amenaza de una «guerra civil»”. Comentario impensable hasta muy poco tiempo atrás [13].

Un “despertar” contrarrevolucionario, tal vez irreversible

En artículos posteriores mostraremos otros aspectos de este apasionante fenómeno de opinión, que tiene su punta de lanza en Francia (y que los medios peruanos de desinformación esconden cuanto pueden). Así lo define el conocido periodista Ivan Rioufol:

“La izquierda se frota los ojos. ¡Ella fue despojada de lo que le era más querido!. Ella no vio venir, en efecto, la nueva indignación popular. Ella, que tanto ha adulado a la juventud, descubre, estupefacta, estos indignados que le dan las espaldas: miles de jóvenes desafían el poder establecido, rechazando su proyecto de “matrimonio” y de adopción para los homosexuales. (...)

“Por otro lado, la izquierda no comprende nada” de lo que pasa: “Ella sólo ve en los manifestantes a «extremistas», «ultras», «exaltados», «homófobos» (...) Esta grosera demonización deja de lado lo esencial: lo que está llegando es el despertar de una juventud ... que sigue un sentido opuesto a la herencia de la vieja sociedad que toca a su fin: la de los adeptos de mayo de 1968, y de su ideología relativista de lo «políticamente correcto»”.

De aquel legado revolucionario, estos jóvenes “rechazan todo, comenzando por su desprecio por la familia, la nación, la cultura. Hace ya varios años que los sondeos de opinión han identificado ese nuevo perfil de la juventud, que se inscribe en una reacción a 40 años de desastres ideológicos: ella quiere, de ahora en adelante, escribir una nueva Historia” [14].

El ciclo de la Revolución Francesa se agotó, y la “nueva historia” que comienza a escribirse parece ser un acontecimiento exactamente opuesto, el nacimiento de una Contra-Revolución Francesa, con un potencial de propagación formidable debido a la irradiación cultural que Francia conserva hasta hoy.



Elocuente portada de “Le Point” (18-4-2013): ¿Estará naciendo una Contra-Revolución Francesa, de amplitud similar y sentido opuesto a la Revolución de 1789? Si esos resistentes actúan con convicción y perseverancia, puede esperarse de este movimiento aquello que señala Plinio Corrêa de Oliveira: “Cuando los hombres resuelven cooperar con la gracia de Dios, son las maravillas de la Historia que así se operan: es la conversión del Imperio Romano, es la formación de la Edad Media, es la reconquista de España a partir de Covadonga, son todos esos acontecimientos que se dan como fruto de las grandes resurrecciones de alma de que los pueblos son también susceptibles. Resurrecciones invencibles, porque no hay nada que derrote a un pueblo virtuoso y que verdaderamente ame a Dios.” [15].

(*) Empleamos el término “Revolución” en el sentido que le da el Prof. Plinio Corrêa de Oliveria en su ensayo Revolución y "Contra-Revolución", de proceso histórico de destrucción del Occidente cristiano - Ver http://www.pliniocorreadeoliveira.in...ucion_2005.pdf

http://accionnacionalcatolica.blogspot.com.ar/2013/05/debemos-seguir-el-ejemplo-de-francia.html

DEBEMOS SEGUIR EL EJEMPLO DE FRANCIA: RESISTIR, NO DESANIMARNOS Y GANAR LA CALLE



El gobierno socialista de Hollande ordena reprimir a manifestantes católicos.

Desde fines del año pasado, el gobierno socialista de Hollande se propuso que Francia, la que otrora fuera la hija predilecta de la Iglesia, hoy sea convertida en una nueva Sodoma, buscando la aprobación de la ley de "matrimonio" gay.

Sin embargo, el pueblo galo, encabezados por los católicos, reaccionó masivamente contra este despropósito. En un comienzo, cuando el aberrante proyecto de ley era tan solo eso, se organizaron multitudinarias marchas, cuyo punto mayor fue la manifestación del 13 enero de 2013, en la cual se evidenció el enérgico rechazo de más de un millón de personas.

Pero lo más llamativo no fue ello, sino lo ocurrido después de la nefasta aprobación, que se diferencia a lo ocurrido en otros países.

El 23 de marzo de 2013, alrededor de 200 mil personas esperaban el resultado de la votación en los alrededores de la Asamblea Nacional. Cuando se supo que el "matrimonio" igualitario ya era ley y que dentro del recinto habían retirado violentamente a manifestantes Pro Familia, surgió en estás personas, en su mayoría jóvenes, un sentimiento de indignación.

Al grito de "el pueblo somos nosotros" estos jóvenes intentaron ingresar a la Asamblea Nacional, pero las vallas y la brutal represión policial se los impidieron. Sin embargo, mientras los manifestantes se replegaban gritaban en tono amenazante "esto no es un adiós". El resultado de la represión socialista: 12 detenidos y varios heridos.

Lejos de caer en desanimo, al día siguiente las calles de París se vieron colmadas por más de 1,4 millón personas, siendo la manifestación más grande en la historia de Francia, y para el próximo 26 de mayo se espera que el número de manifestantes sea superado.

Esto es algo nuevo y esperanzador, ya que a diferencia de lo ocurrido por ejemplo en nuestro país en 2010, que luego de la sanción del "aberromonio" se esfumó la protesta, ahora no solo que se continúa sino que se potencia.

Evidentemente los franceses están dando prueba de que todavía es posible hacer frente al proyecto de destrucción de la familia y de la sociedad tradicional en general, planeado y orquestado por el Nuevo Orden Mundial. Ello es así a tal punto, que en un reciente artículo publicado en la web de Tradición y Acción de Perú, Alejandro Ezcurra Naón se pregunta si está naciendo la contrarrevolución francesa, y nos ilusiona con "un despertar contrarrevolucionario", al cual considera como "tal vez irreversible". No esperemos ello, sino ACTUEMOS PARA QUE SEA UNA REALIDAD.

Fotos y Video sobre la Resistencia de los Católicos Franceses.

Aquí haría falta un Robespierre.

Sotacomitre escribió:Aquí haría falta un Robespierre.

Son los Robespierre los que gobiernan.

No se... veo a todos corruptibles y a ningun "ajusticiado"

Una plaza pública, un patíbulo y 50 sogas, el resto se rinde por miedo.

Son muchos pero muy cobardes, solo tienen dinero.

El artículo tiene parte de razón. Otro dato revelador es cómo Le Pen y su Front National barría entre la población más joven en las últimas elecciones.

Aunque me fastidia un poco viniendo del país propagador de la Ilustración y el laicismo, hay que reconocer que hoy en día es el país europeo occidental con una base católica mas amplia y sincera. La presión que esta realizando la tercera generación de musulmanes contra la población autóctona y la población asimilada (entre ellos bastantes descendientes de españoles que emigraron a Francia durante el siglo pasado) va a llevar a que estalle un movimiento de reacción, incluso violento. Si no fuera por el voto africano (que votó masivamente a Hollande), Le Pen hubiera ganado. Los franceses tienen una merecida fama de progres, sobretodo los de ciudad, pero parece que la cosa está cambiando por momentos, el progresismo se empieza a ver como una ideología reaccionaria, sistémica, por parte de los más jóvenes.

Por otro lado, Francia es una de las cunas del progresismo, tiene lógica que haya gente muy harta ya de la vaina. Llevan muchos años, más que nosotros, sufriendo la dictadura de la corrección política. Hablé con algunos franceses los días que se estaban produciendo las manifestaciones anti matrimonio homosexual y me dijeron que estaban teniendo tanto éxito porque, en el fondo, no era más que una excusa para darle un toque de atención a Hollande por estar ya hasta los huevos de los progres y del multiculturalismo. Es más, el 90% de los franceses con los que he hablado me han repetido lo mismo: consideran ya a París como territorio francés ocupado.

Este tipo de cosas es lo que tiene estar en la mayoría que deben hacer lo que digan las minorías en el Sistema actual.

Algo que me hace mucha gracia es el tratamiento asquerosamente hipócrita que se ha dado en los medios de desinformación de este país sobre este tema, que demuestra la gran sorpresa que ha supuesto para la progresía, que siempre había visto a Francia como la "Luz de la Ilustración". Se manifiestan 600.000 personas en Barcelona y es "La Voluntat d'un poble". Se manifiesta millón y medio en París (la mayor manifestación de la historia de Francia) y es "¡¡fascismo!!", "¡ultraderecha!". Si los cachorros proetarras de la Ada Colau hacen "escraches" a concejales del PP, es algo buenísimo y digno de alabar, si los hacen jóvenes católicos contra políticos sociatas, entonces se trata de "intolerables agresiones fascistas ultraderechistas homofóbicas".

Aquí vemos como se las gasta la "pacífica" policía del "democrático" Estado francés:

Ojala sea cierto, en toda Europa necesitamos una contrarevolución de ideas tradicionales e identitarias.
Por cierto os recomiendo que veais el manifiesto de la Generación Identitaria, una gran declaración de ideales.

Y aqui en España ocurre todo lo contrario. Quienes se manifiestan son los sindicatos gorrones, la izquierda y los piojosos marihuaneros perroflautas.
Si se llegase a que algun grupo de derechas, católico y con valores occidentales, les hiciera frente saldrian corriendo como hicieron sus ancestros en 1.936, porque esa gentuza son muy valientes cuando van en manada, pero cuendo se han de enfrentar con alguien en igualdad de condiciones, lo primero que hacen es salir dandose con los talones en el culo.

ultrasalchicon escribió:Ojala sea cierto, en toda Europa necesitamos una contrarevolución de ideas tradicionales e identitarias. 
Por cierto os recomiendo que veais el manifiesto de la Generación Identitaria, una gran declaración de ideales.

¿Así que una declaración de guerra es una "gran declaración de ideales"? Quizá para el siglo V a. de C.  pudiera valer. Ahora, en pleno siglo XXI, ya se ha visto a lo que conduce el empleo de la violencia "identitaria" para "imponer" ideales occidentales. A Irak. O sea, a muerte, destrucción, injusticia, desunión y al enriquecimiento de unos pocos a costa del sufrimiento de la mayoría.

No he tenido oportunidad de ver ese vídeo, así que mi comentario alude a las palabras transcritas en las noticias que lo comentan. 

¿Qué sentido crees que le dan los contrarrevolucionarios franceses a la expresión "declaración de guerra"? ¿Y qué consecuencias diferentes de las que acarrearía un simple "manifiesto" crees que trae esa consideración?

Creo que es más un acto de insumisión. De no tragar con los dogmas establecidos hoy día en los países occidentales. Se han cansado de ser ellos los "perjudicados". Pero de ahí a pensar que van a coger cada uno una escopeta y se van a liar a tiros con políticos y demás... hay mucha distancia. Es una expresión que muestra inconformidad. Es como si la plataforma del 15 M declarara la guerra a los banqueros, políticos, multinacionales y demás. No te los imaginas haciendo una guerra, en el sentido literal de la palabra, contra toda esa gente.

¿Como el 15M? Bueno, será como su sombra, porque parece que a los contrarrevolucionarios franceses se les ve con buenos ojos y hasta se presume de que sus protestas son "pacíficas" (las fotos y las noticias dicen otra cosa), y aquí el 15M ha recibido por todos lados... 
http://www.europacritica.com/e-xclusivos/im-presentable/francia/paris/manifestaciones/matrimonio-homosexual/282780

No he dicho que los contrarrevolucionarios franceses fueran iguales que los del 15 M. Creo que me has entendido bien.

En cuanto a las manifestaciones, en las del 15 M hemos visto como ellos recibían y también se repartía en sus "manifas". Y es que, en los tiempos que corren, las manifestaciones son todas iguales.

Estoy de acuerdo en que hoy en día las manifestaciones son iguales, por eso me hace gracia cuando algunos simpatizantes de los contrarrevolucionarios franceses presumen de que sus "manifas" son pacíficas y las de los "otros" no. Es engañarse a uno mismo, pero allá cada cual.

Sé que no has comparado a los contrarrevolucionarios franceses con el 15M en ese sentido, pero lo he comentado en mi respuesta porque recordé que otros sí hacen esas comparaciones, y a unos los tratan de manera muy positiva, como defensores de "valores tradicionales", y a otros de "perroflautas" y otros términos más o menos vejatorios.

Ah, ok. De acuerdo. Pensaba que creías que estaba comparando los dos movimientos. 

Y sí, esas manifestaciones en Francia, derivan en lo que derivan. Fotos hay. Por lo cual, es una tontería decir que son pacíficas.