La estafa democrática de España, Europa y Estados Unidos

La estafa democrática de España, Europa y Estados Unidos

La palabra democracia significa el poder del pueblo, entendiendo por pueblo a la ciudadanía y no al municipio pequeño con un par de miles de habitantes o menos. Los ciudadanos son los que tienen el poder y se supone que deben formar parte de las decisiones que toman los políticos. Ya que el político, en democracia, no es una figura autoritaria, ni dictatorial, ni totalitaria, ni tiránica, sino un servidor de la ciudadanía y de la democracia.

En este tipo de régimen político, el menos malo de todos los inventados por el intelecto humano, Mariano Rajoy, José Luis Rodríguez Zapatero, Ángela Merkel, Nicolás Sarcozy o Barack Obama aprueban sus políticas, o deberían aprobarlas, teniendo en cuenta los intereses ciudadanos, los intereses de todas las personas. Incluso si no les han votado. Mariano Rajoy no puede gobernar sólo para los votantes del PP y Barack Obama no puede gobernar sólo para los votantes del Partido Demócrata.

Esta es la situación teórica. Los partidos políticos tienen una serie de ideologías y planes para gobernar un país de la mejor manera posible para todos los ciudadanos, no de la mejor manera para ellos mismos. De esta forma, en un escenario práctico en el que se cumpla lo teórico, un político consultaría a los ciudadanos y a los votantes, por medio de referéndums, sobre cuestiones de vital importancia para el futuro del país. Un ejemplo: se habría convocado un referéndum para decidir si se debe o no modificar la Constitución Española para instaurar por ley un techo al déficit público.

Pero la clase política española que gobierna con alternancias de poder que recuerdan a Cánovas del Castillo, Sagasta y los demás políticos bipartidistas de la Restauración --pese a que por el momento no hay pactos para intercambiarse el poder entre PP y PSOE-- tiene una concepción de la democracia que no se corresponde con lo que de verdad significa lo que es una democracia. Tanto el PP como el PSOE son dos partidos políticos que practican día a día la estafa democrática y se aprovecha del conformismo de la mayoría de los ciudadanos con derecho a voto que van a votar cada cuatro años para seguir imponiendo su ley. La Ley Electoral.

La Ley Electoral española actual favorece que un partido político como el PP o el PSOE, con menos de un tercio de los votos totales posibles, obtengan una mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. El PP, en las últimas elecciones del 20-N, tiene 186 diputados y mayoría absoluta con menos de once millones de votantes de los más de 35 millones de votos posibles. A esto se le llama democracia. De igual, forma, se le llama democracia al régimen político español, en el que el poder judicial está viciado por la elección política de los magistrados.

Así pasa, que cuando una sentencia judicial legaliza la participación en los procesos electorales de partidos o coaliciones como Bildu o Amaiur, a los cinco minutos las acusaciones de permitir que ETA tenga poder político gracias a la utilización política maniquea de la justicia. Esto está bien porque los magistrados conservadores están a favor y los progresistas en contra y aquello está mal porque los magistrados progresistas están a favor y los conservadores en contra. De esta manera piensan los partidos políticos mayoritarios. Lo mismo pasa cuando se abre un proceso judicial contra un político: nunca es porque hay indicios de delito y debe ser tratado como un ciudadano cualquier contra el que hay indicios, siempre se trata de persecución política.

EL DINERO POR ENCIMA DE LA DEMOCRACIA

Además de todos estos fallos y perversiones del sistema político llamado democracia, provocado por quienes deben velar por ella, los políticos, con la complacencia y conformismo de la inmensa mayoría de los ciudadanos que no ven esta realidad o no quieren verla o la ven y no les importa nada, existe el gran problema de que el poder del dinero en el régimen económico capitalista actual es más importante a la hora de tomar decisiones políticas que el poder de los votos y de la democracia.

Modificar la Constitución Española para fijar un techo de déficit constitucionalmente para "calmar a los mercados" es un ejemplo sangrante de cómo los políticos que gobiernan anteponen los intereses económicos a los intereses democráticos. Los mismos partidos que se han puesto de acuerdo para tomar esta decisión, el PP y el PSOE, son los mismos que no se sientan a reformar la Ley Electoral para que la igualdad efectiva entre todos los ciudadanos que se recoge en la Constitución se materialice.

Les viene bien, la Ley Electoral beneficia a dos grandes partidos como PP y PSOE y los mecanismos de la democracia se ponen al servicio de los partidos políticos para convertirla en una partidocracia. Esta ley, además, les viene como anillo al dedo a los partidos autonómicos como CiU, ERC, PNV, FAC (el Foro Asturias de Francisco Álvarez Cascos) y CC, que están sobredimensionados en el arco parlamentario. Con menos votos que partidos como UPyD o Equo obtienen más diputados. Y los únicos que quieren cambiar esta situación son los perjudicados: IU, UPyD y Equo. Los demás, no. Por todos los motivos que tengan, que son bien claros.

Pero volviendo al hecho de que se pone al dinero por encima de la democracia, las inyecciones de capital a los bancos, que ascienden a decenas de miles de millones de euros, son flagrantemente antidemocráticas. Y lo son porque estos mismos bancos que reciben inyecciones de dinero público gracias a que los partidos políticos quieren --¿quién o qué financia a los partidos políticos? Pregúnteles a Emilio Botín, Isidro Fainé, Francisco González y compañía-- son los que desahucian a ciudadanos porque no pueden pagar la hipoteca. Aunque sean una persona mayor de 70 años con un marido dependiente.

Eso da igual, el dinero se ha convertido con el paso de los años en un factor determinante para llevar a cabo políticas antes que las reglas del sistema democrático. La democracia no existe en Europa ni en España de forma continuada desde hace siglos. Regímenes monárquicos absolutos, dictaduras militares, caciquismo a nivel nacional --el mismo que parece que le gusta al que ha sido candidato socialista a la presidencia del Gobierno el 20-N, Alfredo Pérez Rubalcaba, al decirle a una mujer en un pueblo gallego en un "mini-mitin" que él le paga una cerveza si ella convence a los vecinos para que voten al PSOE--, bipartidismos pactados... De todo menos democracia real continuada.

ESTADOS UNIDOS

Ni tan siquiera se puede hablar de una democracia continuada en los Estados Unidos, que para los estadounidenses es la cuna de mundo libre. Unos estadounidenses que creen que son los mejores del mundo, cuya política internacional ha ido variando a lo largo de los años desde no entrometerse en los asuntos de los demás para que nadie se entrometa en los suyos hasta entrometerse en todo lo que acontezca en el mundo sin que nadie se entrometa en los Estados Unidos. Los cables recabados por Wikileaks sobre el modus operandi de la diplomacia secreta estadounidense hechos públicos en medios de comunicación como El País o The New York Times, tratados periodísticamente como corresponde antes de su publicación, es una demostración.

Es una demostración de que hablar de democracia en Estados Unidos es no saber le significado de lo que es una democracia. Aun así, quienes abogan por un modelo federalista similar al estadounidense para refundar la Unión Europea tras el fracaso absoluto de su fundación en los términos actuales, quieren emular a los Estados Unidos. Eso sería un error muy grave, ya que trasladar el modelo estadounidense a Europa supondría gobernar para los lobbies, para los grupos de presión religiosos, políticos y económicos, para los grandes grupos farmacéuticos, para Goldman Sachs. Sería gobernar para todos menos para los ciudadanos.

Eso no es una democracia. No puede serlo. Votar cada cuatro años, a pesar de que en el país norteamericano sí haya frecuentemente referéndums para tomar decisiones políticas, algo que no sucede en Europa ni en España, no es democrático si después los gobernantes se comportan así: gobernando para todos menos para los ciudadanos. Aun así, nadie debe llevarse a engaño pensando que Estados Unidos es la cuna de la democracia, porque ya de buenas a primeras los políticos estadounidenses creen que este país debe llevar la voz cantante de los asuntos internacionales, apremian a los demás Estados a solucionar sus problemas en la medida en que afectan a EE.UU. y usan la tortura y campos de concentración modernos como Guantánamo como parte de sus políticas antiterroristas o como quieran llamarlo.

Todo esto dejando a un lado cómo es la sanidad y la educación en los Estados Unidos, en las que lo público que garantice una igualdad de oportunidades entre todos los ciudadanos, sean cuales sean sus raíces, su color de piel y su poder adquisitivo no existe. En los Estados Unidos prima lo privado, los lobbies médicos tienen el poder y los políticos, por mucho que Obama prometa universalizar la sanidad pública, no lo van a hacer. ¿Quién financia las campañas de Barack Obama? ¿Sólo con donaciones de los ciudadanos? ¿No hay lobbies ni grandes bancos detrás de esa financiación?

Quien más dinero pone para colaborar con una campaña electoral, más poder tiene a la hora de obligar a un presidente a tomar sus decisiones. Estados Unidos no es una excepción de este modelo partidocrático basado en que el poder financiero y los lobbies tienen el poder gracias a las concesiones y bajadas de pantalones de los partidos políticos. Es más, es el modelo paradigmático de este tipo de políticas antidemocráticas. Un país en el que en muchas ocasiones, o tienes dinero para pagarte una operación o te mueres sin que te atiendan. Esa es la democracia que, al parecer, algunos políticos europeos quieren emular para una Unión Europea refundada.

UNA UNIÓN EUROPA COMO LOS EE.UU.

Es preocupante que en Europa se esté pensando en instaurar un modelo de Estados que se unan en una organización supranacional que tenga delegadas competencias de sus Estados miembros y que sea parecido a los Estados Unidos. Muy preocupante porque el modelo antidemocrático de los Estados Unidos se trasladaría a Europa de forma más agudizada de lo que ya está implantado. Dado que al otro lado del Atlántico las decisiones políticas se toman teniendo en cuenta que las agencias de calificación como Fitch o Moodys o los grandes fondos de inversión como Goldman Sachs, y en Europa también se está haciendo de la misma forma, las consecuencias serían desastrosas. A la hora de tomar decisiones políticas, la Fed tiene más voz y voto que los ciudadanos. En Europa, el BCE, Merkel y Sarcozy tienen más voz y voto que los cientos de millones de ciudadanos europeos de esa presunta Unión Europea que existe.

Posiblemente se conseguiría salir de la crisis, aunque al menos fuese de manera ilusoria. Das de comer al monstruo hasta que se ve saciado, aunque para ellos tengan que morir cientos de miles de personas hambrientas y esqueléticas. Los poderes financieros ordenan, explícita o implícitamente a los jefes de Estado y de Gobierno lo que deben hacer y estos obedecen. Los lobbies mediáticos, farmacéuticos o religiosos financian una campaña electoral y le dicen al candidato que les alegraría mucho derogar tal o cual ley, recomendar la compra de este medicamento en lugar de este otro, y el presidente de turno, para devolver el favor de haber ganado las elecciones con la ayuda de estos lobbies, accede.

Así, agradeciendo a los poderosos sus apoyo, se tomarían las medidas de ajustes y de recortes para salir de la crisis o al menos parecerlo. Da igual que los grandes bancos sean los culpables de la crisis, da igual que el Banco Santander invirtiera en la estafa piramidal de Madoff para enriquecerse sin hacer nada en el menor tiempo posible --un estafador estafando a estafadores--. Lo que hace falta para que todos los ciudadanos vivan bien es que esos mismos delincuentes o banqueros que actúan dentro de la legalidad pero con la ética en lo más profundo de las cloacas de la ciudad de Nueva York reciban todo el dinero público que haga falta. El entramado bancario y su salvación están por encima de todo, incluso de la ley.

Por eso en Europa se aprueban fondos de rescate de hasta un billón de euros, por si acaso hace falta dar dinero a los bancos. En cambio, no se impide que los bancos desahucien a los ciudadanos. El que ha sido candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo dejó claro: la dación en pago (saldar la deuda hipotecaria con el banco a través de la cesión de la vivienda y no tener que seguir pagando la hipoteca después de ser desahuciado) no es posible porque eso sería una intromisión del Estado en un contrato privado entre el banco o la caja y el ciudadano. En cambio, no hay problemas para inyectar dinero público a los bancos. Lo público al servicio de lo privado sí, pero evitar que lo privado se beneficie y ahogue a lo público, no.

Eso es lo que se va a vivir con la futura Unión Europea que se funde o refunde, si se hace. Acordémonos de qué ha pasado con la refundación del capitalismo de la que hablaba Sarcozy hace unos años. No ha habido tal refundación, el capitalismo sigue igual que siempre. De hecho, lo que presumiblemente puede ocurrir con la futura Unión Europea ya está pasando. Ya está pasando que la Unión Europea no existe como organización supranacional donde hay libertad y democracia a nivel paradisíaco. ¿Cómo se puede estafar a los ciudadanos hablando de democracia en la Unión Europea si la libertad de movimiento en el espacio Schengen para los Estados miembros valen para unos países pero no para otros?

¿Cómo se puede estafar a los ciudadanos hablando de democracia en la Unión Europea si los representantes de los Estados miembros en la Unión, que se supone que trabajan en el Parlamento Europeo como si lo hicieran en los parlamentos nacionales, no tienen nada que decir o no tienen permiso para hablar acerca de cómo solucionar una crisis económica y política, ya que los únicos que pueden hablar y hablar y tomar las decisiones son Ángela Merkel y Nicolás Sarcozy? ¿Qué va a pasar en esa refundación de la Unión Europea, que ha fracasado porque es imposible unir en una misma organización supranacional a Estados que no tienen nada que ver los unos con los otros y que lo que han hecho a lo largo de la historia, debido a los poderes políticos dictatoriales que han tenido, ha sido luchar entre ellos cambiando las alianzas en cuanto les ha interesado cambiar de bando?

Posiblemente pasará que la Unión Europea, una utopía que sólo se está llevando a cabo por intereses económicos, políticos y militares de unas minorías que utilizan a las mayorías conformistas que no hacen nada por evitarlo, estará liderada por los mismos políticos hipócritas que saltan a la escena. Se llaman demócratas los políticos como Ángela Merkel y Nicolás Sarcozy. Pero no lo son. Son dictadores disfrazados de demócratas que han engañado a sus votantes. Igual que hacen los presidentes de Estados Unidos como la saga Bush, como Bill Clinton o como Barack Obama actualmente. Lo mismo que todos los presidentes de la historia democrática de España desde la Transición Española.

Esta crisis económica bestial, que está convirtiendo a los ricos en más ricos y que está convirtiendo a los pobres en más pobres (o en muertos por las hambrunas en el Cuerno de África, región del mundo de la que nadie habla en el Ecofin ni en las reuniones bilaterales de Merkel y Sarcozy), está destapando las caretas, ya destapadas antes, de la estafa democrática de España, Europa y Estados Unidos. Regiones del mundo gobernadas por políticos al servicio de los poderes financieros, farmacéuticos o religiosos y que dan la espalda a la ciudadanía. A los votantes sólo se les nombra cuando hay elecciones. Esa es su democracia. Esa es su dictadura. Ese es el objetivo de Merkel, de Sarcozy, del BCE, del FMI, de Goldman Sachs, de Moody's, de Fitch o de Standard & Poors.

LA HISTORIA VOLVERÁ A REPETIRSE

El resultado final de esta crisis será que los bancos volverán a ser tan avariciosos como antes y volverán a provocar otra crisis económica a nivel mundial. Bueno, de hecho, como nunca ha dejado de ser avariciosos y usureros, simplemente seguirán comportándose igual. Y los políticos volverán a acudir a la llamada del banquero pidiendo dinero público para limpiar la mierda de los activos tóxicos y volver a obtener más miles de millones de euros de beneficios anuales de los que están obteniendo. Se volverán a inyectar miles de millones de euros a las entidades financieras y se seguirá dejando que los desahucios se produzcan porque el Estado no puede intervenir en los contratos privados. Volveremos a oír mensajes apocalípticos de los políticos que afirman que hay que ayudar a los bancos para que no nos hundamos.

Pero muchos ya se han hundido, muchos mueren de hambre en África, en Europa, en Asia, en Estados Unidos. Muchos mueren sin que haya medicamentos para curar sus enfermedades. Muchos mueren de sed porque el despilfarro del mundo occidental seca el agua que millones de personas necesitan para vivir. Muchos están en el paro mientras los que les despiden tienen beneficios. Muchos no tienen formación porque se prima poner ladrillos que enseñar, que educar, que dar conocimientos. Porque si los poderosos, la minoría, diera las herramientas necesarias como para que las mayorías supieran lo que están haciendo, tal vez dejarían de ser una minoría privilegiada y poderosa que estafa al ignorante.

Y mientras ocurre todo esto, mientras se recortan derechos ciudadanos sin que quienes tienen la obligación de pagar lo que les corresponde lo pague, sin que se haga nada por evitar los paraísos fiscales, unos pocos gobiernan dictatorialmente, disfrazándose de demócratas, países como Estados Unidos, como Alemania, como Francia, como España. Algunos quieren gobernar una nueva Unión Europea para tener más poder del que tienen ahora. Otros se niegan o simplemente quieren imponer su ley. Muchos quieren seguir estafando a los ciudadanos. Y mientras, los ciudadanos se dejan estafar votando siempre a los mismos estafadores y a los mismo dictadores que salen a la escena con la careta de los demócratas. Así, los estafadores seguirán estafando y en unos años la Historia volverá a repetirse.

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