Últimos temas
Barcelona Hoy
El Magacín
Viajar es vida
Ahora es tendencia
Gafas de sol baratas
Dupalu
Universopinup
Tabarnia
Estadísticas
Tenemos 3261 miembros registradosEl último usuario registrado es Ethinbivo
Nuestros miembros han publicado un total de 111475 mensajes en 10842 argumentos.
Relación entre PIB y ética protestante
5 participantes
Foro 1492 :: FOROS :: FORO GENERAL
Página 1 de 1.
Relación entre PIB y ética protestante
.
Bernardo Gálvez dijo:
No me convence su argumento. Según su teoría del contagio, según el ejemplo
alemán, el sur de Alemania debería de "haberse visto influido" por sus vecinos
calvinistas suizos o la gente del norte de Alemania, pero, es que entonces,
¿como es que son más ricos que estos últimos cuando deberían estar a la par,
dado que, según usted, ambos comparten en parte cultura y "valores económicos
protestantes" -que por otro lado no necesariamente deberían de haber suplantado
completamente a los valores "no-protestantes", siempre se hallarán en menor
proporción en zonas católicas que en zonas eminentemente prostestantes-? (Se
puede explicar sus diferencias económicas con la Alemania oriental debido a que
ésta última tuvo un sistema económico como el de la URSS, cuyos nefastos efectos
ya hemos visto en absolutamente todos los países donde este tipo de economía ya
se ha implantado. Pero es que también pasa lo mismo si lo comparamos con la
parte protestante de la Alemania capitalista occidental) ¿Y cómo me explica,
entonces, que a comienzos del siglo XIX, gran parte Hispanoamérica fuera mucho
más próspera que EEUU; o que a comienzos del XX Argentina fuera capaz de
rivalizar en términos de PIB por cápita con Estados Unidos, siendo también uno
de los países más prósperos del mundo e indudablemente bastante más próspera que
cualquier país escandinavo en aquella época -bueno, es que en aquella época, las
regiones más industrializadas de España, como Cataluña, País Vasco (este último
caso es de risa, dado que en aquella época era, dentro de España, precisamente
la región más católica y reaccionaria a excepción de sus ciudades, recordemos la
enorme fuerza que tuvo el carlismo en esa región) y en menor medida Cantabria,
Asturias o la capital Madrid también eran más prósperas que por ejemplo Noruega,
donde buena parte de su "milagro económico" posterior ha tenido mucho que ver
con el petróleo del que disponían y siguen disponiendo-? ¿Cómo explica que la
muy católica Polonia fuera en su momento más próspera también que países
escandinavos, antes, precisamente, de caer en la esfera de influencia de la URSS
-no fue sino cuando, primero fue seriamente afectada por la 2º Guerra Mundial y
luego se instauró una dictadura comunista satélite de Moscú; cuando Polonia
decayó profundamente-?
A todo esto, ¿podría explicarme por qué los
Estados Pontificios eran más prósperos antes que después -varias décadas después
ya se corregiría el desequilibrio en parte con el norte de Italia, aunque el sur
de Italia sigue padeciendo muchas lacras, no necesariamente relacionadas con el
catolicismo sino con otros aspectos de su sociedad como, por ejemplo, la enorme
influencia política que la mafia ha ostentado en esa región- de la reunificación
de Italia y su conquista por las tropas del Reino de Piamonte-Cerdeña (que por
contagio con la parte calvinista de Suiza debería de estar más "protestantizado"
que los Estados Pontificios y ese contagio se debería haber producido también
con la reunificación italiana)?
No pongo más ejemplos, pero hay más
ejemplos que esos en la misma línea.
Por otro lado, yo creo que la
instauración de los valores protestantes no tiene tanto que ver con sus núcleos
iniciales sino por los lugares donde triunfó, nada más. Para explicar eso último
deberíamos remontarnos a los fines de la Contrarreforma. Por cierto, le comento
a modo de anécdota una noticia que le encantará. En Inglaterra, las iglesias
anglicanas y de otros cultos protestantes cada vez están más vacías y algo de
parte de su sacerdocio o de sus fieles están volviendo a la Santa Iglesia
Católica y Apostólica Romana. En efecto, mientras el anglicanismo (religión con
un excesivo influjo de pijoprogresismo introducido en ella) cada vez pierde más
fieles, el catolicismo en Inglaterra está ganando terreno, aunque bastante
lentamente. Pero bueno, Zamora no se conquistó en una hora.
http://www.churchforum.org/crece-flujo-anglicanos-a-iglesia-catolica.htm
http://movil.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=14381&accion=
Si su teoría -que no es sino la de Max Weber, por lo que observo- no es capaz de
responder a todas estas incógnitas o de rebatir mis comentarios, pues lo siento
mucho, pero no es válida. Una teoría general no es válida si a lo largo de los
aproximadamente dos siglos de capitalismo moderno -primero industrial y luego
financiero- hay decenas de ejemplos que la desmienten y por ello es imperativa
buscar otra explicación adicional. Una teoría general con más agujeros
históricos que un queso de gruyére pocas cosas nos va a explicar de modo
certero. Pues esto último, la certeza, es lo que buscamos.
Saludos
cordiales
El sur de Alemania bien ha podido verse influido por las zonas cercanas con mayoría de población no católica, y los usos y costumbres y las intensas relaciones comerciales han podido moldear en esa zona el carácter hasta hacerles mantener una actitud diferente hacia el trabajo, pero manteniendo sus creencias originales. No digo que así haya ocurrido, pero me parece una hipótesis bastante plausible. Weber constató que la religión protestante era la predominante en las clases capitalistas alemanas y sus hipótesis resultan bastante razonables. La explicación que usted daría a dicho fenómeno la desconozco, por eso tampoco puedo decir que me convenza cuando ni siquiera sé cual es.
¿Y cómo explica usted entonces que, en general, los países con poblaciones mayoritariamente protestantes hayan dado esa vuelta a la situación económica a la que se refiere con la América colonizada por España y Brasil frente a la colonizada por Inglaterra?
¿Noruega debe su milagro al petróleo? Vaya, es posible. ¿Puede su teoría explicar por qué Venezuela o Nigeria no han conseguido reproducir el "milagro" noruego a pesar de tener amplias reservas de petróleo?
Difícil la cuestión que plantea respecto a los Estado Pontificios, pero es un hecho, por mucho que lo justifique achacándolo a otras causas sin aportar más datos, que el norte de Italia, más próximo a las zonas protestantes en torno a Ginebra, gozan de mayor poder económico que el sur. Eso es un hecho.
Bueno, no sé de donde se saca que me alegra (o no lo hace) la "anécdota" que comenta acerca de la situación en Inglaterra si son ciertas esas noticias de la "recuperación" en Inglaterra, eso quizá le sirva a alguien para consolarse por la evidente pérdida de creyentes que sufre en España.
Refranes los hay para todos los gustos. Por ejemplo, quien no se consuela es porque no quiere.
Un saludo
Persia- Cantidad de envíos : 2525
Edad : 108
Localización : España
puntos patrióticos : 8225
Registro : 16/06/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Persia escribió:.
Bernardo Gálvez dijo:
No me convence su argumento. Según su teoría del contagio, según el ejemplo
alemán, el sur de Alemania debería de "haberse visto influido" por sus vecinos
calvinistas suizos o la gente del norte de Alemania, pero, es que entonces,
¿como es que son más ricos que estos últimos cuando deberían estar a la par,
dado que, según usted, ambos comparten en parte cultura y "valores económicos
protestantes" -que por otro lado no necesariamente deberían de haber suplantado
completamente a los valores "no-protestantes", siempre se hallarán en menor
proporción en zonas católicas que en zonas eminentemente prostestantes-? (Se
puede explicar sus diferencias económicas con la Alemania oriental debido a que
ésta última tuvo un sistema económico como el de la URSS, cuyos nefastos efectos
ya hemos visto en absolutamente todos los países donde este tipo de economía ya
se ha implantado. Pero es que también pasa lo mismo si lo comparamos con la
parte protestante de la Alemania capitalista occidental) ¿Y cómo me explica,
entonces, que a comienzos del siglo XIX, gran parte Hispanoamérica fuera mucho
más próspera que EEUU; o que a comienzos del XX Argentina fuera capaz de
rivalizar en términos de PIB por cápita con Estados Unidos, siendo también uno
de los países más prósperos del mundo e indudablemente bastante más próspera que
cualquier país escandinavo en aquella época -bueno, es que en aquella época, las
regiones más industrializadas de España, como Cataluña, País Vasco (este último
caso es de risa, dado que en aquella época era, dentro de España, precisamente
la región más católica y reaccionaria a excepción de sus ciudades, recordemos la
enorme fuerza que tuvo el carlismo en esa región) y en menor medida Cantabria,
Asturias o la capital Madrid también eran más prósperas que por ejemplo Noruega,
donde buena parte de su "milagro económico" posterior ha tenido mucho que ver
con el petróleo del que disponían y siguen disponiendo-? ¿Cómo explica que la
muy católica Polonia fuera en su momento más próspera también que países
escandinavos, antes, precisamente, de caer en la esfera de influencia de la URSS
-no fue sino cuando, primero fue seriamente afectada por la 2º Guerra Mundial y
luego se instauró una dictadura comunista satélite de Moscú; cuando Polonia
decayó profundamente-?
A todo esto, ¿podría explicarme por qué los
Estados Pontificios eran más prósperos antes que después -varias décadas después
ya se corregiría el desequilibrio en parte con el norte de Italia, aunque el sur
de Italia sigue padeciendo muchas lacras, no necesariamente relacionadas con el
catolicismo sino con otros aspectos de su sociedad como, por ejemplo, la enorme
influencia política que la mafia ha ostentado en esa región- de la reunificación
de Italia y su conquista por las tropas del Reino de Piamonte-Cerdeña (que por
contagio con la parte calvinista de Suiza debería de estar más "protestantizado"
que los Estados Pontificios y ese contagio se debería haber producido también
con la reunificación italiana)?
No pongo más ejemplos, pero hay más
ejemplos que esos en la misma línea.
Por otro lado, yo creo que la
instauración de los valores protestantes no tiene tanto que ver con sus núcleos
iniciales sino por los lugares donde triunfó, nada más. Para explicar eso último
deberíamos remontarnos a los fines de la Contrarreforma. Por cierto, le comento
a modo de anécdota una noticia que le encantará. En Inglaterra, las iglesias
anglicanas y de otros cultos protestantes cada vez están más vacías y algo de
parte de su sacerdocio o de sus fieles están volviendo a la Santa Iglesia
Católica y Apostólica Romana. En efecto, mientras el anglicanismo (religión con
un excesivo influjo de pijoprogresismo introducido en ella) cada vez pierde más
fieles, el catolicismo en Inglaterra está ganando terreno, aunque bastante
lentamente. Pero bueno, Zamora no se conquistó en una hora.
http://www.churchforum.org/crece-flujo-anglicanos-a-iglesia-catolica.htm
http://movil.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=14381&accion=
Si su teoría -que no es sino la de Max Weber, por lo que observo- no es capaz de
responder a todas estas incógnitas o de rebatir mis comentarios, pues lo siento
mucho, pero no es válida. Una teoría general no es válida si a lo largo de los
aproximadamente dos siglos de capitalismo moderno -primero industrial y luego
financiero- hay decenas de ejemplos que la desmienten y por ello es imperativa
buscar otra explicación adicional. Una teoría general con más agujeros
históricos que un queso de gruyére pocas cosas nos va a explicar de modo
certero. Pues esto último, la certeza, es lo que buscamos.
Saludos
cordiales
El sur de Alemania bien ha podido verse influido por las zonas cercanas con mayoría de población no católica, y los usos y costumbres y las intensas relaciones comerciales han podido moldear en esa zona el carácter hasta hacerles mantener una actitud diferente hacia el trabajo, pero manteniendo sus creencias originales. No digo que así haya ocurrido, pero me parece una hipótesis bastante plausible.
Entonces, según usted, ¿las relaciones comerciales moldean al completo el carácter o como lo quieras llamar de las gentes de un lugar? Yo no digo que no tenga que haber algo de influencia -eso francamente es completamente irrealista-, pero me resulta muy difícil de tomarme en serio la teoría de que la "forma de ser" de las gentes de un lugar sean completamente transplantado excepto en sus creencias, así, sin más. Por ello no me termina de convencer, aunque no niego que exista algo de influencia. Y aún así, esto sigue sin explicar ejemplos en los que no existe ese contacto, como el País Vasco, que hasta hace no muchas décadas era una de las sociedades más religiosas -más que el resto de España, probablemente- y tradicionalistas, y aún así su prosperidad era y sigue siendo completamente remarcable, aunque en declive lento en las últimas décadas -y eso que consiguieron sobrepasar mucho mejor que el resto de España el desmanteliento industrial felipista-.
Weber constató que la religión protestante era la predominante en las clases capitalistas alemanas y sus hipótesis resultan bastante razonables. La explicación que usted daría a dicho fenómeno la desconozco, por eso tampoco puedo decir que me convenza cuando ni siquiera sé cual es.
No conozco los suficientes datos como para elaborar un modelo complejo sobre la cuestión. Pero me resulta muy llamativo, repito, que, a pesar de lo que me está comentado -y no, las relaciones comerciales NO moldean al completo el carácter de una sociedad aunque ejerzan influencia- aún así los católicos -con algo de influencia calvinista- sean de hecho más prósperos -me remito al mapa por regiones del otro hilo, que mostraba las diferencias- que los más protestantes alemanes del norte, mejor dicho del noroeste -en el noreste es completamente comprensible debido a haber estado implantando el sistema económico de los regímenes comunistas-. Y rep. Si lo que comentas fuera cierto -el que el comercio cambie completamente la forma de ser una región- probablemente lo que conocemos hoy sería muy distinto, por lo tanto no considero que sea una teoría válida.
¿Y cómo explica usted entonces que, en general, los países con poblaciones mayoritariamente protestantes hayan dado esa vuelta a la situación económica a la que se refiere con la América colonizada por España y Brasil frente a la colonizada por Inglaterra? ¿Noruega debe su milagro al petróleo? Vaya, es posible. ¿Puede su teoría explicar por qué Venezuela o Nigeria no han conseguido reproducir el "milagro" noruego a pesar de tener amplias reservas de petróleo?
Esto último hunde sus raíces en la crisis económica hispanoamericana de la década de 1970 (por cierto, con mismos protagonistas o similares -FMI, Banco Mundial y demás mafias oligárquicas financieras- y con muchas similaridades fácticas con lo que estamos viendo en Europa ahora mismo). Hasta entonces muchos países, incluyendo algunos de los "milagrosos" escandinavos y a la propia España entre ellos, tenían mucho que envidiar en prosperidad y nivel de vida a Venezuela y a otros -tampoco todos- países hispanoamericanos. De hecho pocos países superaban en riqueza a estos países hispanoamericanos. Y no hace tanto de entonces. ¿Es que entonces estos países que comento eran protestantes o es que la teoría de Weber ya no puede explicar esto? La católica argentina -y en menor medida Chile-, más de un siglo después de la Revolución Industrial, en vida de Weber, de hecho, era un país que tanto en el área agrario como industrial rivalizaba en prosperidad con Estados Unidos, de hecho muchas personas europeas al emigrar a América dudaban al elegir su destino entre Nueva York y Buenos Aires (en el caso español es obvio que no existían tantas dudas y a donde fueron a parar muchos de esos españoles, especialmente de regiones como Galicia -por ello allí somos conocidos como "gallegos", en Argentina)
Por cierto, al mismo tiempo, EEUU es hoy -y lo era en 1900- bastante más católico que un siglo antes. Esto es debido a que previamente al siglo XIX la mayoría de los colonos en las entonces llamadas 13 colonias provenían de Gran Bretaña, Suecia o el norte de Alemania, es decir, que los aportes poblaciones europeos de religión de origen protestante eran la inmensa mayoría. En contra, durante el siglo XIX hubo un gran flujo de emigrantes italianos e irlandeses de religión católica -de hecho las élites dirigentes de EEUU intentaron en la medida de lo posible protestantizar a estas gentes, obteniendo meros éxitos parciales; evitar la difusión del catolicismo y, en última instancia, expulsar a los hispanoamericanos de lugares como Florida o las tierras arrebatadas por conquista militar a México, o sacar leyes de inmigración que restringieran enormemente la inmigración de zonas católicas -especialmente desde Italia-. Y de hecho, hoy día existe un gran flujo migratorio desde Hispanoamérica o Estados Unidos, por lo que precisamente EEUU jamás ha sido tan católico como ahora. Cada vez más gente habla español allí, lo cual considero muy positivo.
Difícil la cuestión que plantea respecto a los Estado Pontificios, pero es un hecho, por mucho que lo justifique achacándolo a otras causas sin aportar más datos, que el norte de Italia, más próximo a las zonas protestantes en torno a Ginebra, gozan de mayor poder económico que el sur. Eso es un hecho.
Es que mi teoría a este respecto es que es el sur de Italia el que cuenta con causas socioeconómicas diversas que desde la reunificación (curiosamente, hasta la época del tratado de Utrecht, cuando Nápoles, Sicilia y Cerdeña eran parte de la Corona de Aragón, estas partes eran más ricas que el norte de Italia más cercano a Suiza, es cierto que tampoco era una sociedad industrial, entonces hablamos del siglo XVIII) lastran su desarrollo económico (de hecho en Italia Sicilia tiene una suerte de concierto económico similar al del País Vasco y Navarra aquí, con resultados completamente distintos). Por otro lado precisamente buena parte de la industrialización noritaliana se hizo en el caso italiano gracias al proteccionismo, y no al libre comercio, lo que en parte invalida el propio argumento de las relaciones comerciales en tanto que no eran tan libres como requiere el supuesto formulado por Weber. Y que por otro lado el eje Londres- París-Milán en materia económica e industrial, desde finales del siglo XIX, ha sido el más relevante en lo que se refiere al comercio del norte de Italia y de la propia Europa. Más incluso que las relaciones con Suiza -que por otro lado tampoco es completamente calvinista-. Y que yo sepa Francia, aunque hoy día éste sea de los países menos católicos dentro de los países tradicionalmente católicos -allí la descatolización de la sociedad ha sido bastante más intensa que en cualquier otro país católico, incluida España-, tampoco ha sido un país protestante en tanto que todos los conatos de protestantismo fueron eventualmente aniquilados, recuérdese la expulsión de los hugonotes o protestantes franceses por parte de Luis XIV para evitar en el futuro más guerras de religión como las que habían asolado Francia durante finales del siglo XVI y principios del XVII.
Bueno, no sé de donde se saca que me alegra (o no lo hace) la "anécdota" que comenta acerca de la situación en Inglaterra si son ciertas esas noticias de la "recuperación" en Inglaterra, eso quizá le sirva a alguien para consolarse por la evidente pérdida de creyentes que sufre en España.
Lo asombroso es que con la inmensa campaña que se está haciendo contra ella y con el adoctrinamiento progre anti-religioso -tácticas que han servido para descatolizar Francia, por ejemplo- que se trata de ejercer sobre la sociedad española a todas horas desde hace tanto tiempo prácticamente 3 cuartos de los españoles siguen siendo católicos (según el CIS, el 73,4 por ciento, en concreto). A día de hoy me temo que, para desgracia de algunos -quien se sienta aludido sabrá por qué-, España sigue siendo un país católico, aunque obviamente en menor medida que en el pasado. De hecho en el último año más de 200.000 españoles en relación con el año anterior decidieron marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta. Y a bastante largo plazo la demografía limitará bastante la "desreligionizacion" -no sé la palabra exacta- de España, en un camino u otro -aquí entra en juego también la inmigración masiva musulmana y de católicos o cristianos evangelistas (sobre todo los primeros, que cada vez son más numerosos en los escalafones bajos del clero español) desde Hispanoamérica-, especialmente la primera dado que la segunda no es tan numerosa como hace unos años y en algunos casos hasta se está produciendo retornos de emigrantes a ciertos países hispanoamericanos.
Desde luego la Iglesia Católica en España está aguantando mejor el temporal que las iglesias más progresistas como la anglicana en Inglaterra. Los datos siguen estando ahí y espero que en el Vaticano, los arzobispados y diócesis tomen buena nota de ello.
Refranes los hay para todos los gustos. Por ejemplo, quien no se consuela es porque no quiere.
Un saludo
Bernardo Galvez- Cantidad de envíos : 2924
Edad : 31
Localización : La muy noble, siempre leal, decidida, siempre benéfica y excelentísima ciudad de Santander. La Montaña, cuna de Castilla. España.
puntos patrióticos : 10774
Registro : 27/05/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Ética protestante...La que llevó a actuar como actuaron ingleses y flamencos durante siglos con violaciones, genocidios étnicos y trafico de seres humanos incluido.
Nos referimos a eso, ¿no?
Nos referimos a eso, ¿no?
X bandera- Cantidad de envíos : 2447
Edad : 39
Localización : Castilla y León
puntos patrióticos : 9421
Registro : 13/12/2011
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Sí, las ingerencias ultraliberales del FMI, Banco Mundial y demás oligarquías financieras son bien conocidas por todos, pero esas oligarquías deberían imponer sus condiciones a todos, ¿no? Tu explicación no aclara por qué afecta a Venezuela o a Nigeria y no a Noruega. La inestabilidad política en los países hispanoamericanos frente a la estabilidad política noruega en el mismo período quizá contribuya a explicar parte de las situaciones diferentes. Y esa diferencias tal vez puedan relacionarse con las diferentes culturas de unos y otros países. Por cierto, una pena que no participaras en el debate sobre el liberalismo de Friedman con este analisis tuyo acerca de las oligarquías financieras...
Ajá, así que EEUU es cada vez más católico. Supongo que no es casualidad que la OCDE haya pronosticado que en unos pocos años perderá la hegemonía mundial ante China. http://www.euroxpress.es/index.php/noticias/2012/11/10/china-sera-la-primera-potencia-mundial-en-2016/
Y sí, a mí también me parece bien que el español se difunda cada vez más, pero esa no es la cuestión, ¿verdad?
Oh, sí, un 73%, pero esa cifra estática no cuenta todo, ¿verdad? Veamos la "evolución":
Cada año que pasa hay un trasvase de 0,9% de media de católicos a no creyentes/ateos. En cifras estaríamos hablando de unas 370.000 personas al año. El cambio es, basicamente, generacional, y por eso la Iglesia está tan interesada en que su asignatura de Religión cobre importancia entre los alumnos (esto último lo digo yo, no está en el enlace). De mantenerse la tendencia, para el 2040 habría más no creyentes/ateos que católicos. Por cierto, según los mismos datos del CIS, los porcentajes de "otras religiones" no han variado prácticamente en una década, a lo largo de la cual no ha podido pasar de un 2%. http://lacienciaysusdemonios.com/2010/08/08/la-religion-en-espana-el-porvenir-estadistico-de-una-ilusion/
Un saludo
X bandera, no te despistes, este hilo está muy lejos de ser una apología de la ética protestante. No es más que la continuación de un debate que surgió en otro hilo acerca de los orígenes del capitalismo y su posible relación con la ética calvinista/luterana y que se trajo aquí para evitar desvirtuar aquel otro hilo.
Aquí no se está hablando de "buenos" y "malos".
Ajá, así que EEUU es cada vez más católico. Supongo que no es casualidad que la OCDE haya pronosticado que en unos pocos años perderá la hegemonía mundial ante China. http://www.euroxpress.es/index.php/noticias/2012/11/10/china-sera-la-primera-potencia-mundial-en-2016/
Y sí, a mí también me parece bien que el español se difunda cada vez más, pero esa no es la cuestión, ¿verdad?
Oh, sí, un 73%, pero esa cifra estática no cuenta todo, ¿verdad? Veamos la "evolución":
Cada año que pasa hay un trasvase de 0,9% de media de católicos a no creyentes/ateos. En cifras estaríamos hablando de unas 370.000 personas al año. El cambio es, basicamente, generacional, y por eso la Iglesia está tan interesada en que su asignatura de Religión cobre importancia entre los alumnos (esto último lo digo yo, no está en el enlace). De mantenerse la tendencia, para el 2040 habría más no creyentes/ateos que católicos. Por cierto, según los mismos datos del CIS, los porcentajes de "otras religiones" no han variado prácticamente en una década, a lo largo de la cual no ha podido pasar de un 2%. http://lacienciaysusdemonios.com/2010/08/08/la-religion-en-espana-el-porvenir-estadistico-de-una-ilusion/
Un saludo
X bandera, no te despistes, este hilo está muy lejos de ser una apología de la ética protestante. No es más que la continuación de un debate que surgió en otro hilo acerca de los orígenes del capitalismo y su posible relación con la ética calvinista/luterana y que se trajo aquí para evitar desvirtuar aquel otro hilo.
Aquí no se está hablando de "buenos" y "malos".
Persia- Cantidad de envíos : 2525
Edad : 108
Localización : España
puntos patrióticos : 8225
Registro : 16/06/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Persia escribió:Sí, las ingerencias ultraliberales del FMI, Banco Mundial y demás oligarquías financieras son bien conocidas por todos, pero esas oligarquías deberían imponer sus condiciones a todos, ¿no? Tu explicación no aclara por qué afecta a Venezuela o a Nigeria y no a Noruega.
De Nigeria no recuerdo haber dicho nada. Por otro lado Nigeria es un país en el que existe un conflicto interno muy importante entre islámicos y cristianos, siendo estos últimos duramente perseguidos por los primeros. Además de que un país trazado por las potencias durante la descolonización a base de escuadra y cartabón, sin tener en cuenta tantos otros factores de tipo político, cultural, religioso, sociológico o étnico -lo cual es extensible a la inmensa mayoría de países del África negra producto de la descolonización de África-, este tipo de factores y otros que no detallaré han influido mucho en lo que se refiere a la situación de África (de hecho, tanto en la actualidad como antes de la época de la colonización de África los conflictos entre multitud de etnias, tribus y culturas distintas, los genocidios, la esclavitud de una etnia o tribu contra otra y demás barbaridades ha estado y está a la orden del día. Pero en cuanto a lo demás, considero que eso -lo que he comentado de Hispanoamérica- corresponde a intereses de índole económica y estratégica que a otra cosa. Y Noruega, independientemente del luteranismo tiene características que lo hacen má. No necesariamente relacionados con el luteranismo. La abundancia de petróleo o el no estar muy poblada no creo que tenga mucho que ver con el luteranismo. El buen-gobierno tampoco es exclusivo de ellos, no es que sea impecable del todo pero sí positivo.
La inestabilidad política en los países hispanoamericanos frente a la estabilidad política noruega en el mismo período quizá contribuya a explicar parte de las situaciones diferentes.
No creo que sea tan sencillo de explicar. Me parece que en ese tipo de cosas influyen más cosas que la religión, como otros aspectos culturales -e indudablemente, en Hispanoamérica, cuando mayor ha sido la difusión de ideas de origen anglosajón o anglófilas -directa o indirectamente- ha sido también cuando ha coincidido con esa gran inestabilidad-, y estratégicos/geopolíticos, además de otros factores internos. ¿O es que Polonia o Irlanda ha sido un país muy inestable políticamente -exceptuando períodos en que fueron conquistados por otras potencias, pero esto tiene más que ver con la correlación de fuerzas entre bandos en liza que con la religión, a fin de cuentas para poner fin a la independencia de Polonia a finales del siglo XVIII tuvieron que ser tres potencias europeas de las más importantes de la época como Austria, Prusia y Rusia quienes la atacaran al mismo tiempo-. Del mismo modo los países protestantes también han tenido sus miserias. ¿O es que en EEUU no hubo una brutal guerra civil entre 1861 y 1865, o mini-guerras entre Estados durante el período inmediatamente posterior a la independencia respecto de Gran Bretaña? Por otro lado, la doctrina Monroe -América para los (norte)americanos- lleva en boga desde hace bastante más de un siglo, y de esa idea y de los intereses primero británicos y luego norteamericanos se puede explicar no pequeña parte de los hechos políticos y geopolíticos acontecidos allí. Por no hablar de que, como dije arriba, "e indudablemente, en Hispanoamérica, cuando mayor ha sido la difusión de ideas de origen anglosajón o anglófilas -directa o indirectamente- ha sido también cuando ha coincidido con esa gran inestabilidad".
Y esa diferencias tal vez puedan relacionarse con las diferentes culturas de unos y otros países. Por cierto, una pena que no participaras en el debate sobre el liberalismo de Friedman con este analisis tuyo acerca de las oligarquías financieras...
Ajá, así que EEUU es cada vez más católico. Supongo que no es casualidad que la OCDE haya pronosticado que en unos pocos años perderá la hegemonía mundial ante China.
La OCDE puede decir misa si le apetece. Las bases de lo que va a acabar minando -eso, y no otra cosa- la hegemonía de Estados Unidos (en este otro hilo lo comento: https://1492.forosactivos.net/t13936-analisis-economico-de-roberto-centeno-sobre-el-primer-ano-del-gobierno-de-rajoy-y-prevision-para-el-2013 ), por cierto, se te olvida comentar que de momento las clases capitalistas y dirigentes del país siguen siendo mayoritariamente WASPs (¿no decías antes que al protestantismo de éstas se debía el mayor éxito o no de la economía del país? según Weber, ¿o te he entendido mal?) (y por otro lado EEUU tiene sus propias miserias, no necesariamente las mismas que las nuestras) fueron plantadas hace unas pocas décadas, prácticamente en los últimos días de la URSS, cuando el crecimiento de la población hispanoamericana en EEUU -cosa que me alegra, también considero positivo a largo plazo que halla más equilibrio en la balanza de poder del mundo, pero por otras razones ajenas al catolicismo- no era muy significativo en relación a hoy. Por otro lado, no creo que nadie con dos dedos de frente crea que China va a ver crecer indefinidamente su PIB (y más teniendo una burbuja inmo; aunque ésta no afecta mucho a su medio rural, que dicho sea de paso no es que sea el paraíso en la Tierra ni el sumúm de la prosperidad). Y China no es que sea muy protestante tampoco. Mira este otro enlace en lo que se refiere a China:
http://www.fluvium.org/textos/iglesia/igl411.htm
Y, para más inri, todo esto en medio de una dura persecución religiosa y represión contra los católicos chinos. Entonces, ¿vamos a atribuir el ascenso de China al crecimiento y éxito del catolicismo en este país, siguiendo tus teorías?
Ah, todavía no me has explicado como es que EEUU a pesar de ser más -bastante, teniendo en cuenta los aportes poblacionales realizados a ese país hasta el siglo XIX desde la época de las 13 colonias primigenias hasta entonces- católico a finales del siglo XIX que a comienzos de dicho siglo (debido fundamentalmente al origen de los aportes poblacionales en uno y otro periodo, antes del siglo y durante ese siglo, como expuse en mi anterior mensaje); era también bastante más próspero (de hecho el crecimiento económico de EEUU, en particular en la segunda mitad del siglo XIX aunque no de forma exclusiva, fue brutal; y fue tal el crecimiento demográfico de las etnias o nacionalidades procedentes de países católicos que se sacaron leyes inmigratorias como la de 1924 para penalizar enormemente ese tipo de inmigración, especialmente la proveniente de países como Italia). Y tampoco me has explicado a qué se debe el éxito de la industrialización en ciertos países de Hispanoamérica ya a finales del XIX (incluso en Paraguay, donde para detenerlo dado que no favorecía sus intereses Inglaterra financió e instigó a los países vecinos de Paraguay a una guerra en la que se exterminó a gran par, lo cual unido a los enormes daños materiales detuvo ese éxito de un país no sólo católico sino más contrario que sus vecinos a las ideas anglo-protestantes o como sean. En esto último, en lo del conflicto, no influyó tanto la religión ni las ideas mayoritarias en la sociedad sino una tremenda desigualdad entre los bandos en liza.). Si bastantes ejemplos de estos no se pueden explicar con la misma teoría es que esta tiene fallas.
http://www.euroxpress.es/index.php/noticias/2012/11/10/china-sera-la-primera-potencia-mundial-en-2016/
Y sí, a mí también me parece bien que el español se difunda cada vez más, pero esa no es la cuestión, ¿verdad?
Cierto. De todos modos de vistas al futuro nos puede hacer mucho bien.
Oh, sí, un 73%, pero esa cifra estática no cuenta todo, ¿verdad? Veamos la "evolución":
Cada año que pasa hay un trasvase de 0,9% de media de católicos a no creyentes/ateos. En cifras estaríamos hablando de unas 370.000 personas al año. El cambio es, basicamente, generacional, y por eso la Iglesia está tan interesada en que su asignatura de Religión cobre importancia entre los alumnos (esto último lo digo yo, no está en el enlace). De mantenerse la tendencia, para el 2040 habría más no creyentes/ateos que católicos.
Como ya he dicho antes creo que a décadas vistas será la propia demografía (ese componente generacional que mencionas) y/o ciertos acontecimientos históricos los que harán que cambie esa tendencia, no necesariamente a favor del catolicismo aunque desde luego en ningún caso a favor del ateísmo, por otro lado. De todos modos me alegra de ver una cosa: con ese gráfico -con sus números- y otros datos me has confirmado lo que ya pensaba sobre qué hay detrás de todo esto. No es casualidad que la caída se haya acelerado cuando se ha acelerado. No obstante el catolicismo ha pasado por momentos mucho peores en España y en todo el mundo y hay suficientes señales que me indican que no existe razón para ser profundamente pesimista en este aspecto, ni siquiera en España, por mucho que baje el porcentaje de marras. Por lo tanto tampoco estoy especialmente preocupado -a mí, de todos modos y esto ya de modo personal, no me molesta el ateísmo o el agnosticismo sino cierto anticatolicismo -y por tanto anticatólicos, más que anti-Iglesia, como demuestran los propios acontecimientos- rancio que sí veo en boga y que ya me hago una idea de su procedencia; aunque es obvio que a pesar de lo que comento y como católico las buenas noticias para mi religión me satisfacen-. Hay otras cuestiones más preocupantes como lo que cito más abajo.
Por cierto, según los mismos datos del CIS, los porcentajes de "otras religiones" no han variado prácticamente en una década, a lo largo de la cual no ha podido pasar de un 2%. http://lacienciaysusdemonios.com/2010/08/08/la-religion-en-espana-el-porvenir-estadistico-de-una-ilusion/
Esa parte del estudio no me parece de fiar -el resto de los datos sí encajan con los datos que manejo-. ¿O es que hace una década ya había millón y medio de musulmanes en España? No, si ahora va a resultar que no ha habido ningún tipo de inmigración masiva desde el Magreb y -en el caso catalán- desde Pakistán, o desde países musulmanes subsaharianos -ya en menor medida-.
http://www.abc.es/20121026/sociedad/abci-fiesta-sacrificio-musulmanes-201210260054.html
http://www.lavanguardia.com/local/20121008/54352781338/los-musulmanes-en-espana-superan-el-millon-y-medio-de-los-que-mas-de-un-millon-son-extranjeros-segun.html
http://www.elconfidencial.com/sociedad/2012/10/08/los-musulmanes-en-espana-superan-el-millon-y-medio-106951/
(Esta última gráfica tiene datos desfasados tiempo hace ya, como demuestran los enlaces superiores).
Pues lo dicho. Que este último dato, a diferencia del resto del informe, no cuadra con la realidad demográfica de la España actual. Porque lo que he puesto arriba solo son ejemplos, puedo encontrar más fuentes que reafirmen mis posturas respecto a este punto. Pero vamos, es que me parece incluso ridículo afirmar que hoy día sigue habiendo el mismo número de musulmanes en España (los aportes poblaciones inmigratorios de otras religiones no son tan significativos como para influir mucho en esos porcentajes) que en el año 2000 o el 2002. Diga lo que diga el CIS o quien sea.
Un saludo
Saludos cordiales.
Bernardo Galvez- Cantidad de envíos : 2924
Edad : 31
Localización : La muy noble, siempre leal, decidida, siempre benéfica y excelentísima ciudad de Santander. La Montaña, cuna de Castilla. España.
puntos patrióticos : 10774
Registro : 27/05/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Tampoco es demencial o poco razonable la hipótesis de Weber, y además coincide con la tradicional imagen que tenemos de nosotros mismos frente a la actitud para el trabajo que tienen, por ejemplo, alemanes o los propios estadounidenses, y a los que muy a menudo se les identifica con la frase "viven para trabajar", frente a nuestro "trabajamos para vivir". Que puedan influir otros factores, es también aceptable, pero no por eso creo que deba desecharse la hipótesis de trabajo de Weber.
Sencillo de explicar no hay nada, e incluso a la hora de hablar de "otros elementos culturales aparte de la religión", bueno, es complicado cuando hablamos de formas de ser, pensar y comportarse, dejar a un lado un aspecto para considerar otros, como si no fueran un "todo" indivisible.
La Guerra de Secesión duró cuatro años, no creo que sea comparable con los continuos golpes de Estado, pronunciamentos, guerrillas, revoluciones y, por tanto, largos períodos de inestabilidad que han atravesado los diferentes países hispanoamericanos tras alcanzar sus respectivas independencias.
La OCDE ofrece datos, no oficia misas.
China no es protestante, tampoco católica, luego ni confirma ni rebate lo que estamos discutiendo, pero según tú EEUU es cada vez más católica...y económicamente pierde terreno. Eso es un hecho, lo de que se sentaran las bases antes o después queda bonito pero no significa mucho.
No, no se me olvida, las clases dirigentes seguirán siendo WASP´S, y EEUU puede perder comba respecto a China...pero no respecto a los países "católicos" como los Hispanoamericanos.
También es un hecho que Reino Unido, Canadá o Australia están bastante mejor económicamente que las ex colonias españolas. Repito, no se deberá seguramente a una sola causa, pero desde luego creo que desechar sin más la típica "obsesión por el trabajo" que forma parte indiscutible de lo que define su religión me parece un tanto precipitado.
Creo que lo que yo afirmé en primer lugar tiene poco que ver con esto que dices, me parece que lo estás malinterpretando. En todo caso, la aceptación china de las prácticas capitalistas (supuestamente relacionables con la ética protestante de amor al trabajo, que es lo que se debate) sería lo que habría catapultado su economía. De hecho, su particular sistema que raya la esclavitud cuadraría bastante bien con ese "vivir para trabajar" que citaba anteriormente.
Los datos del CIS son correctos, pero eso no significa que los tuyos no lo sean. La diferencia reside en el modo en el que el CIS recaba los datos, y está explicado en la página del enlace que he aportado: reproduzco esa parte del artículo para que quede clara su postura y no pienses que el CIS "hace trampa".
Sencillo de explicar no hay nada, e incluso a la hora de hablar de "otros elementos culturales aparte de la religión", bueno, es complicado cuando hablamos de formas de ser, pensar y comportarse, dejar a un lado un aspecto para considerar otros, como si no fueran un "todo" indivisible.
La Guerra de Secesión duró cuatro años, no creo que sea comparable con los continuos golpes de Estado, pronunciamentos, guerrillas, revoluciones y, por tanto, largos períodos de inestabilidad que han atravesado los diferentes países hispanoamericanos tras alcanzar sus respectivas independencias.
La OCDE ofrece datos, no oficia misas.
China no es protestante, tampoco católica, luego ni confirma ni rebate lo que estamos discutiendo, pero según tú EEUU es cada vez más católica...y económicamente pierde terreno. Eso es un hecho, lo de que se sentaran las bases antes o después queda bonito pero no significa mucho.
No, no se me olvida, las clases dirigentes seguirán siendo WASP´S, y EEUU puede perder comba respecto a China...pero no respecto a los países "católicos" como los Hispanoamericanos.
También es un hecho que Reino Unido, Canadá o Australia están bastante mejor económicamente que las ex colonias españolas. Repito, no se deberá seguramente a una sola causa, pero desde luego creo que desechar sin más la típica "obsesión por el trabajo" que forma parte indiscutible de lo que define su religión me parece un tanto precipitado.
¿vamos a atribuir el ascenso de China al crecimiento y éxito del catolicismo en este país, siguiendo tus teorías?
Creo que lo que yo afirmé en primer lugar tiene poco que ver con esto que dices, me parece que lo estás malinterpretando. En todo caso, la aceptación china de las prácticas capitalistas (supuestamente relacionables con la ética protestante de amor al trabajo, que es lo que se debate) sería lo que habría catapultado su economía. De hecho, su particular sistema que raya la esclavitud cuadraría bastante bien con ese "vivir para trabajar" que citaba anteriormente.
Los datos del CIS son correctos, pero eso no significa que los tuyos no lo sean. La diferencia reside en el modo en el que el CIS recaba los datos, y está explicado en la página del enlace que he aportado: reproduzco esa parte del artículo para que quede clara su postura y no pienses que el CIS "hace trampa".
Un saludo.El universo de las encuestas es “población de nacionalidad española mayor de 18 años”. Es decir, no incluye a la mayoría de los emigrantes. En cierto modo podría parecer injusto, dado que un 10% de la población no aparece reflejado en ellas. Pero hay que tener en cuenta que sociológicamente la ideología de los emigrantes de segunda y tercera generación (los nacidos aquí) suele tender a igualarse con la de la población local (y casi nunca al contrario). En ese sentido, las percepciones sociológicas de los “recién llegados”, por muy
interesantes que sean, no suelen influir en los resultados del conjunto de la población a largo plazo. Y por eso no se les incluye ni en esta pregunta ni en ninguna de las otras muchas de las que consta cada encuesta.
Persia- Cantidad de envíos : 2525
Edad : 108
Localización : España
puntos patrióticos : 8225
Registro : 16/06/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Persia escribió:Tampoco es demencial o poco razonable la hipótesis de Weber, y además coincide con la tradicional imagen que tenemos de nosotros mismos frente a la actitud para el trabajo que tienen, por ejemplo, alemanes o los propios estadounidenses,
Las imágenes son eso, imágenes. En la España de la dictadura franquista existía una cultura del trabajo muy superior a la que hay en la España actual (mira este hilo sobre ello: https://1492.forosactivos.net/t14089-la-generacion-que-construyo-espana-quien-ha-escrito-esto ), con su cultura de la subvención y tantas otras cosas, y esa España no es que estuviera muy protestantizada, precisamente, al menos en relación con la actual. Por otro lado en la propia Suiza o Alemania en aquella época o ahora residió o reside una gran cantidad de gente española, de cultura española, catolicísima o de ancestros españoles que en nada tenían que desmerecer a la gente de allá en lo que se refiere a disposición del trabajo.
y a los que muy a menudo se les identifica con la frase "viven para trabajar"
De todo hay. Yo lo que he podido observar en persona he extraído la conclusión de que, no es que sean más trabajadores que aquella parte de España en la que todavía no ha calado tan hondo la idea de la subvención y del vivir de los demás, la paguita, esto que lo haga otro, etc...; sino que están mucho mejor organizados, jerarquizados. Por alguna razón que se me escapa aquí, más que vagos -excepto la parte de España que ya he comentado y que por desgracia cada día abunda más, paradójicamente, en una España que según tú mismo cada vez es menos católica-, tenemos otros defectos y lastres. O tal vez sencillamente no es más que la existencia de varias Españas, que tanto daño nos ha hecho a lo largo de los últimos dos siglos. No sabría decirlo con exactitud.
, frente a nuestro "trabajamos para vivir". Que puedan influir otros factores, es también aceptable, pero no por eso creo que deba desecharse la hipótesis de trabajo de Weber.
Desecharse no. Pero las muchas cosas que he comentado a este respecto en los últimos días y otras que creo conocer me inspiran dudas, serias en algunos casos, sobre hasta qué punto se corresponde esa teoría con la realidad.
Sencillo de explicar no hay nada, e incluso a la hora de hablar de "otros elementos culturales aparte de la religión", bueno, es complicado cuando hablamos de formas de ser, pensar y comportarse, dejar a un lado un aspecto para considerar otros, como si no fueran un "todo" indivisible.
La Guerra de Secesión duró cuatro años, no creo que sea comparable con los continuos golpes de Estado, pronunciamentos, guerrillas, revoluciones y, por tanto, largos períodos de inestabilidad que han atravesado los diferentes países hispanoamericanos tras alcanzar sus respectivas independencias.
Y sin embargo, esa brutal guerra civil se cobró unos 360.000 muertos y un sinfín de heridos graves (cifras similares a una guerra civil como la española que se llevaría a cabo con tecnología de unas 7 décadas posteriores). Probablemente el conjunto de muchos de los eventos de inestabilidad política en Hispanoamérica, con poquísimas excepciones, no se cobraron tantos muertos o heridos. Aunque estas cantidades tampoco están estrictamente relacionadas con la estabilidad política de un régimen. A fin de cuentas también el 3º Reich fue, durante los 12 años que duró e incluso a pesar de la 2º Gran Guerra, enormemente estable en el aspecto interno.
Pero, como he comentado, precisamente ese tipo de acontecimientos tuvieron -¡y siguen teniendo!- lugar precisamente en los lugares y épocas de mayor infiltración -aunque fuera con calzador- de ideas de origen anglosajón, o anglófilas, o hispanófobas, más o menos protestantizadas; o en guerras como la que he comentado antes, financiadas en incitadas desde Londres o, a partir de cierto momento, Washington DC. Jamás sucedieron cosas similares en el momento en que la que dicho tipo de ideas o de influencias extranjeras/extranjerizantes de dicho origen no tenían calado en gran parte de dicha sociedad (me estoy refiriendo, naturalmente, a cuando en Hispanoamérica regía la Corona Española de forma efectiva y no de forma nominal como sucedía en la práctica en los últimos años antes de la secesión -debido a las derrotas marítimas contra Gran Bretaña que nos cortaron las comunicaciones efectivas con los españoles del otro hemisferio y una Guerra contra el Francés que nos causó una enorme sangría de muertos, daños materiales y el tener que dedicar una cantidad enorme de esfuerzo contra la misma; "casualmente" durante este período que en conjunto engloba gran parte del reinado de Carlos IV y la Guerra de la Independencia fue cuando las logias masónicas anglófilas y francófilas que tanta participación sus componentes tuvieron en lo que sucedió entonces en Hispanoamérica proliferaron y se fortalecieron...), o durante el breve período en que se produjo un nuevo acercamiento internacional entre España y (primeras décadas del siglo XX, que, comparado con el siglo XIX en muchos aspectos o con la segunda mitad del XX ha sido, para los estándares hispanoamericanos, bastante estable desde el punto de vista polútico, aunque aquí habría y hay alguna que otra excepción, ya se sabe, me a estoy refieriendo especialmente a el país "so far from God and so close to the United States", cita del gobernante mexicano Don Porfirio Díaz).
La OCDE ofrece datos, no oficia misas.
Cierto -y en algunos aspectos suelen ser fiables, añado, en el terreno puramente económico-estadístico-, sin ir más lejos miremos estos datos económicos procedentes de la OCDE muy curiosos que desmonta uno de los mayores mitos económicos tanto del aznarismo en particular como del stablishment actual en general, y que, de hecho, se corresponde a lo que ha sucedido en este país (aunque la inmensa burbuja crediticia maquilló mucho esta realidad). Aunque esto no tiene mucho que ver con el tema del hilo, de todos modos.
http://elpais.com/diario/2007/09/11/catalunya/1189472845_850215.html
"El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (Employment Outlook, 2007) sobre la situación de la población empleada, que incluye los países económicamente más desarrollados del mundo, indica que España es, de los 27 países, el único que ha tenido durante el periodo 1995-2005 un descenso del salario promedio. Mientras que en el conjunto de estos países los salarios tenían un crecimiento anual del 1,8% durante el periodo 1995-2005 y del 0,7% entre los años 2000 y 2005, en España descendieron una media anual de -0,5% durante el primer periodo y de -0,3% en el segundo."
China no es protestante, tampoco católica, luego ni confirma ni rebate lo que estamos discutiendo, pero según tú EEUU es cada vez más católica...y económicamente pierde terreno. Eso es un hecho, lo de que se sentaran las bases antes o después queda bonito pero no significa mucho.
No, no se me olvida, las clases dirigentes seguirán siendo WASP´S, y EEUU puede perder comba respecto a China...pero no respecto a los países "católicos" como los Hispanoamericanos.
También es un hecho que Reino Unido, Canadá o Australia están bastante mejor económicamente que las ex colonias españolas.
Eso ahora mismo. Hace unos 60 años, mucho después por cierto de la teoría de Weber, en el Reino Unido seguían utilizando cartillas de racionamiento -incluso en la España de la autarquía se abandonaron antes, 1952 en el caso español frente a 1954 en el caso británico- y el nivel de vida era mucho mayor en una parte considerable de esos países hispanoamericanos. ¿O es que Hispanoamérica era pobre cuando españoles emigraban allí, durante finales del XIX y principios del XX, y a base de ese supuesto trabajo que no llevamos a cabo -según usted y Weber-, conseguían fortunas muy considerables -me refiero, por supuesto, a la figura del INDIANO -posterior a la secesión de Hispanoamérica-, aunque esta es más característica del norte de España que de todo el conjunto de España-? No sé si conoce mi región, pero si la conociera vería una gran cantidad de casonas y mansiones construidas con esas fortunas, que a su vez en el pasado también ayudaron a forjar industrias y empresas emblemáticas de la región, aunque esos tiempos ya están pasados. La cultura de valores "europedos memocráticos" y de la subvención que se ha impuesto en las últimas décadas ha echado todo ello, junto a tantas otras cosas, al desagüe de la historia. Y no fueron protestantes quienes hicieron esas fortunas -de hecho no pocos de esos indianos provenían de zonas rurales -en vez de ciudades como Santander- donde más resistencia existían frente a esos valores de origen anglo-sajón y donde más perviv- (si cree lo que digo, consulte los datos de elecciones como la de 1933 en la entonces provincia de Santander. No le resultará difícil reparar en qué zonas de Cantabria tenía más influencia unas cosmovisiones más contrarias al protestantismo y en cuales menos, y de donde solían provenir los indianos, de forma paradójica).
Pero me he enrollado demasiado. En definitiva, lo que comentas no siempre fue así, y no hace tanto tiempo que las cosas reales no se correspondían con esa visión actual de los acontecimientos allá, en lo que se refiere a la economía. Incluso considerando la inestabilidad política de la que hablamos antes. Y al ser algo que varía, que no es una tendencia clara, fija y permanente que se cumpla co, pues queda algo destartalada la teoría de Weber.
Repito, no se deberá seguramente a una sola causa, pero desde luego creo que desechar sin más la típica "obsesión por el trabajo" que forma parte indiscutible de lo que define su religión me parece un tanto precipitado.¿vamos a atribuir el ascenso de China al crecimiento y éxito del catolicismo en este país, siguiendo tus teorías?
Creo que lo que yo afirmé en primer lugar tiene poco que ver con esto que dices, me parece que lo estás malinterpretando. En todo caso, la aceptación china de las prácticas capitalistas (supuestamente relacionables con la ética protestante de amor al trabajo, que es lo que se debate) sería lo que habría catapultado su economía. De hecho, su particular sistema que raya la esclavitud cuadraría bastante bien con ese "vivir para trabajar" que citaba anteriormente.
Entonces, según tú, ¿el hecho de halla cada vez más católicos en EEUU -a pesar de que la mayoría de la población sigue siendo protestante- es una de las causas de su declive, pero cuando observamos el mismo fenómeno en China -con otras diferencias, las razones del crecimiento del catolicismo no son las mismas en los dos países-, no tiene nada que ver? Semejante cosa no se sostiene por un lado. O una cosa -aceptamos lo mismo en ambos casos-, o la otra -en vez de hablar del catolicismo habrá que mirar hacia otra parte-, pero aceptar una cosa cuando nos conviene e ignorarla cuando no son incompatibles.
Y por otro lado el protestantismo tiene muy poco que ver con China. La cultura china del trabajo probablemente sea más antigua que el propio protestantismo o que cualquier modalidad de capitalismo surgido en Occidente. No es que China ahora sea más rica porque halla adoptado un capitalismo protestantizado, sino que era su anterior sistema económico, el marxista-maoista -gracias al cual murieron muchos millones de chinos de hambre; bastantes más que en su posterior etapa capitalista- el que no cuajaba. Por otro lado el modo de dirigir la economía china por parte del Partido Comunista Chino tiene muy poco que ver con el protestantismo, de nuevo. Y por último concluyo diciendo que, diga lo que diga la OCDE, a la locomotora de crecimiento china se le está acabando el carbón -en forma de exportaciones brutalmente baratas masivas, mano de obra barata, manipulación brutalmente artificial y devaluaciones de la moneda china y burbujón inmobiliario en el este de país que deja pequeña a la burbuja española-, de todos modos.
Los datos del CIS son correctos, pero eso no significa que los tuyos no lo sean. La diferencia reside en el modo en el que el CIS recaba los datos, y está explicado en la página del enlace que he aportado: reproduzco esa parte del artículo para que quede clara su postura y no pienses que el CIS "hace trampa".El universo de las encuestas es “población de nacionalidad española mayor de 18 años”. Es decir, no incluye a la mayoría de los emigrantes. En cierto modo podría parecer injusto, dado que un 10% de la población no aparece reflejado en ellas. Pero hay que tener en cuenta que sociológicamente la ideología de los emigrantes de segunda y tercera generación (los nacidos aquí) suele tender a igualarse con la de la población local (y casi nunca al contrario). En ese sentido, las percepciones sociológicas de los “recién llegados”, por muy
interesantes que sean, no suelen influir en los resultados del conjunto de la población a largo plazo. Y por eso no se les incluye ni en esta pregunta ni en ninguna de las otras muchas de las que consta cada encuesta.
Entiendo, gracias por esa cita. Eso explica en parte el asunto. Aunque, no obstante, considerando la ligereza con la que se han repartido nacionalidades españolas a extranjeros (¿de dónde crees que han salido casi medio millón de musulmanes ya con la nacionalidad española?, a pesar de no contabilizarse al otro millón restante.), me siguen sin salir las cuentas del todo, aunque ahora el error absoluto de las mismas es menor que en el supuesto anterior que también incluía a la población extranjera sin nacionalidad española.
Un saludo.
Saludos cordiales.
Bernardo Galvez- Cantidad de envíos : 2924
Edad : 31
Localización : La muy noble, siempre leal, decidida, siempre benéfica y excelentísima ciudad de Santander. La Montaña, cuna de Castilla. España.
puntos patrióticos : 10774
Registro : 27/05/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
No, es verdad, esa España de la dictadura no estaba protestantizada, lo que estaba es "quasi-esclavizada". Con la mayoría de la gente sí, muy segura en sus puestos de trabajo, y con jornadas maratonianas, en muchos casos de sol a sol. Una gran imagen. Sí, pero te olvidas que los españoles que trabajaban en Alemania y en Suiza lo hacían bajo "sus" reglas, no las de los inmigrantes.
No creo que sea tanto una cuestión de muertos, como dices. Sí, muchos muertos, pero en cuatro años. Acabada la guerra, se reorganiza todo, y los inmigrantes más altas tasas de natalidad pueden cubrir en poco tiempo todas esas pérdidas humanas. A partir de ahí es fácil que se produzca el despegue económico, y lo mismo pasó tras la Segunda Guerra Mundial, pese a sus millones de muertes. Sin embargo la inestabilidad crónica de los países hispanoamericanos sí que es más fácil que afecte a la capacidad de un país para desarrollarse económicamente. ¿Dices que Alemania fue muy estable en medio de la guerra? Vaya, ¿y ya no te parece importante la pérdida de vidas humanas que sufrió en esa guerra? Entonces, ¿por qué te parece importante en la Guerra de Secesión?
Lo que dices de las logias masónicas no me parece un argumento de mucho peso. Precisamente por la poca influencia que podían tener (precisamente por su carácter secreto) en la mayoría de la población, ya perteneciera a la Corona española o se hubieran independizado.
España había salido de una guerra civil y el Reino Unido de una guerra mundial, así que me parece bastante lógico que después de la guerra pasaran años antes de que desaparecieran las cartillas de racionamiento, no creo que eso demuestre nada en sí mismo. Que los países hispanoamericanos no sufrieran directamente la guerra, disfrutaran de esa riqueza de la que hablas y aun así hayan perdido terreno creo que es un dato más a mi favor de que la inestabilidad política de esos países (no siempre achacable solo a ellos mismos, pues como bien has señalado antes la intervención de EEUU ha estado a la orden del día) ayuda a explicar su diferencia respecto de otros con mayor estabilidad y parecidos condicionantes productivos.
Es que yo no he reconocido que en China se dé el mismo fenómeno que en EEUU.
La economía china tendrá sus problemas, eso es evidente, pero lo mismo le pasa a la estadounidense. Además, por muchos problemas que pueda llegar a tener con sus exportaciones, también se han dedicado a la compra de deuda de otros países, incluidos los propios EEUU, así que si China flojea podemos imaginar cómo podría llegar a estar EEUU en esos momentos, que hace poco se salvó de entrar en recesión por un acuerdo in extremis entre demócratas y republicanos. Sí, ciertamente el modo de ser chino no es el de la ética protestante, pero si su actitud ante el trabajo fueran suficientemente similares, bien podría establecerse una similitud en cuanto a resultados.
Bien, esto se sale del presente debate, tan solo apuntaré algo que ya comenté en otro hilo (creo que el del multiculturalismo enn Europa si no recuerdo mal), creo que no todos los musulmanes son iguales y la mejor manera de que las prácticas y creencias de esa religión se moderen y abjuren del radicalismo es la integración. Y quien no quiera integrarse, me parece bien que sea expulsado. Los imanes que aquí ejerzan deberían ser formados aquí y no venir de otros países. El enfrentamiento ya sabemos por experiencia lo que hace, y Oriente Próximo es un ejemplo bastante claro de a lo que conduce. La única manera de que desaparezcan las teocracias es desde abajo, con el convencimiento de la población, pues ya se ha visto a lo que conducen las "revoluciones" de la "primavera árabe", a la sustiución de "dictaduras convenientes" a Occidente por gobiernos a cual más radical y presionados por una población harta de caciques pero hambrienta y, por tanto, fácilmente manipulable.
Un saludo
No creo que sea tanto una cuestión de muertos, como dices. Sí, muchos muertos, pero en cuatro años. Acabada la guerra, se reorganiza todo, y los inmigrantes más altas tasas de natalidad pueden cubrir en poco tiempo todas esas pérdidas humanas. A partir de ahí es fácil que se produzca el despegue económico, y lo mismo pasó tras la Segunda Guerra Mundial, pese a sus millones de muertes. Sin embargo la inestabilidad crónica de los países hispanoamericanos sí que es más fácil que afecte a la capacidad de un país para desarrollarse económicamente. ¿Dices que Alemania fue muy estable en medio de la guerra? Vaya, ¿y ya no te parece importante la pérdida de vidas humanas que sufrió en esa guerra? Entonces, ¿por qué te parece importante en la Guerra de Secesión?
Lo que dices de las logias masónicas no me parece un argumento de mucho peso. Precisamente por la poca influencia que podían tener (precisamente por su carácter secreto) en la mayoría de la población, ya perteneciera a la Corona española o se hubieran independizado.
España había salido de una guerra civil y el Reino Unido de una guerra mundial, así que me parece bastante lógico que después de la guerra pasaran años antes de que desaparecieran las cartillas de racionamiento, no creo que eso demuestre nada en sí mismo. Que los países hispanoamericanos no sufrieran directamente la guerra, disfrutaran de esa riqueza de la que hablas y aun así hayan perdido terreno creo que es un dato más a mi favor de que la inestabilidad política de esos países (no siempre achacable solo a ellos mismos, pues como bien has señalado antes la intervención de EEUU ha estado a la orden del día) ayuda a explicar su diferencia respecto de otros con mayor estabilidad y parecidos condicionantes productivos.
Es que yo no he reconocido que en China se dé el mismo fenómeno que en EEUU.
La economía china tendrá sus problemas, eso es evidente, pero lo mismo le pasa a la estadounidense. Además, por muchos problemas que pueda llegar a tener con sus exportaciones, también se han dedicado a la compra de deuda de otros países, incluidos los propios EEUU, así que si China flojea podemos imaginar cómo podría llegar a estar EEUU en esos momentos, que hace poco se salvó de entrar en recesión por un acuerdo in extremis entre demócratas y republicanos. Sí, ciertamente el modo de ser chino no es el de la ética protestante, pero si su actitud ante el trabajo fueran suficientemente similares, bien podría establecerse una similitud en cuanto a resultados.
Bien, esto se sale del presente debate, tan solo apuntaré algo que ya comenté en otro hilo (creo que el del multiculturalismo enn Europa si no recuerdo mal), creo que no todos los musulmanes son iguales y la mejor manera de que las prácticas y creencias de esa religión se moderen y abjuren del radicalismo es la integración. Y quien no quiera integrarse, me parece bien que sea expulsado. Los imanes que aquí ejerzan deberían ser formados aquí y no venir de otros países. El enfrentamiento ya sabemos por experiencia lo que hace, y Oriente Próximo es un ejemplo bastante claro de a lo que conduce. La única manera de que desaparezcan las teocracias es desde abajo, con el convencimiento de la población, pues ya se ha visto a lo que conducen las "revoluciones" de la "primavera árabe", a la sustiución de "dictaduras convenientes" a Occidente por gobiernos a cual más radical y presionados por una población harta de caciques pero hambrienta y, por tanto, fácilmente manipulable.
Un saludo
Persia- Cantidad de envíos : 2525
Edad : 108
Localización : España
puntos patrióticos : 8225
Registro : 16/06/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Antes de responder a este mensaje, quiero que me aclares algo sobre tu teoría -es decir la de Weber, porque no me termina de quedar muy claro, dado que en unos apartados nos encontramos hablando del grueso de la población y en otros de las élites sociales y capitalistas de las sociedades sobre las que estamos comentando. ¿La supuesta ética del trabajo protestante a quién se corresponde exactamente, a las élites burguesas, empresariales, industriales o financieras; a las clases populares y trabajadoras de la misma, o a todo el conjunto de una sociedad?
Lo pregunto dado que al estar mezclando indistintamente ambos conceptos con esa supuesta ética me encuentro algo confuso al responder algunas partes del mensaje, por lo que mi próxima respuesta la pospondré hasta que aclaremos este punto, lo que me ayudará a construir el mensaje y centrarme algo más.
Saludos cordiales.
Lo pregunto dado que al estar mezclando indistintamente ambos conceptos con esa supuesta ética me encuentro algo confuso al responder algunas partes del mensaje, por lo que mi próxima respuesta la pospondré hasta que aclaremos este punto, lo que me ayudará a construir el mensaje y centrarme algo más.
Saludos cordiales.
Bernardo Galvez- Cantidad de envíos : 2924
Edad : 31
Localización : La muy noble, siempre leal, decidida, siempre benéfica y excelentísima ciudad de Santander. La Montaña, cuna de Castilla. España.
puntos patrióticos : 10774
Registro : 27/05/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Estoy lejos de ser un experto en Weber, pero abordando este asunto desde un punto de vista lógico y de sentido común, y dado que Weber habla de "ética", eso significa que afecta al conjunto de una sociedad, porque no podemos pensar que las élites siguen una ética que no es compartida por sus conciudadanos. Lo que pasa es que es una sociedad de corte capitalista, tampoco podemos negar el gran motor en que se convierten esas élites, así que sí podemos suponer que su papel es bastante importante, dado que la mayoría de la población normalmente ha de adaptarse al modelo económico diseñado por las clases dirigentes, entre las que obviamente incluyo a las élites económicas, por mucho que "formalmente" y en teoría solo figuren los políticos.
Espero que esto te haya servido para aclarar un poco el debate que, hay que reconocerlo, se las trae...:D
Un saludo.
Espero que esto te haya servido para aclarar un poco el debate que, hay que reconocerlo, se las trae...:D
Un saludo.
Persia- Cantidad de envíos : 2525
Edad : 108
Localización : España
puntos patrióticos : 8225
Registro : 16/06/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Persia escribió:Estoy lejos de ser un experto en Weber, pero abordando este asunto desde un punto de vista lógico y de sentido común, y dado que Weber habla de "ética", eso significa que afecta al conjunto de una sociedad, porque no podemos pensar que las élites siguen una ética que no es compartida por sus conciudadanos. Lo que pasa es que es una sociedad de corte capitalista, tampoco podemos negar el gran motor en que se convierten esas élites, así que sí podemos suponer que su papel es bastante importante, dado que la mayoría de la población normalmente ha de adaptarse al modelo económico diseñado por las clases dirigentes, entre las que obviamente incluyo a las élites económicas, por mucho que "formalmente" y en teoría solo figuren los políticos.
Espero que esto te haya servido para aclarar un poco el debate que, hay que reconocerlo, se las trae...:D
Un saludo.
Muy bien, gracias por la respuesta, y es muy cierto lo que comentas sobre el tema de las élites dirigentes. Ahora voy a proceder a "diseccionar" tu mensaje...
Saludos cordiales.Persia escribió:No, es verdad, esa España de la dictadura no estaba protestantizada, lo que estaba es "quasi-esclavizada". Con la mayoría de la gente sí, muy segura en sus puestos de trabajo, y con jornadas maratonianas, en muchos casos de sol a sol. Una gran imagen. Sí, pero te olvidas que los españoles que trabajaban en Alemania y en Suiza lo hacían bajo "sus" reglas, no las de los inmigrantes.
Siendo objetivo, considero que lo de "quasi-esclavizada" es algo muy exagerado, y ahora procederé a explicar por qué, intentando ser, en la mayor medida de lo posible, objetivo -a todos, tanto a un lado como otro, nos cuesta muchas veces ser objetivo sobre esta cuestión de la Historia española-, no sé si lo conseguiré. Una de las primeras leyes fundamentales de la Dictadura de Franco fue el Fuero del Trabajo, obra del falangista ministro de Franco José Antonio Girón de Velasco (o de algún otro miembro de la facción de FE de las JONS que aceptó la unificación con la Comunión Tradicionalista por parte de Franco, formando el partido único de la dictadura, la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, o sea, el Movimiento Nacional. No estoy del todo seguro del autor en cuestión aunque como he dicho creo que fue Girón de Velasco). En este documento se pueden observar varias características, algunas creo que positivas, se concede el derecho a las vacaciones pagadas al trabajador y los descansos dominicales, se establece por primera vez un Salario Mínimo Interprofesional o SMI , subsidio familiar. Se establece la indemnización por despido, y se destinarían más recursos al Sistema de Prevención Social ya creado a comienzos del reinado de Alfonso XIII. Posteriormente también se establecerían las dos pagas extras y más cosas. Ahora, no es menos cierto lo del trabajo de sol a sol, aunque aumentaran los derechos laborales, debido al cambiar el huso horario por uno que no nos convenía -el usado en Italia y Alemania- y al establecer los horarios . Antes de entonces los horarios españoles eran homologables al resto de los países europeos, a diferencia de ahora -cualquiera que haya estado fuera sabrá de qué estoy hablando-. Aún a día siguen perviviendo esas rémoras. Esto unido también al hecho de que la jornada de ocho horas solo vino a finales de los 50/comienzos de los 60, aunque aún así a comienzos del régimen ya no seguían vigentes las jornadas de trabajo interminables decimonónicas. Por otro lado el Fuero del Trabajo prohibía la libertad a los trabajadores de afiliarse en sindicatos de clase (personalmente no lo apruebo en absoluto, aunque considero que un sindicato siempre cumplirá mejor su labor si es de las cuotas de los trabajadores afiliados quien lo sostiene económicamente. A diferencia de ahora, donde están metidos en un sinfín de chanchullos y reciben mucho dinero de las arcas públicas, para que los sindicalistos de siempre vivan bien -miremos por ejemplo el ejemplo de UGT. Con un líder marisquero caciquil que lleva colocado durante muchos años, pese a que supuestamente deben "funcionar de forma democrática"-, artículo 7 de la Constitución y tal), estableciendo en su lugar los llamados Sindicatos Verticales, de . Aquí es necesario decir otra vez que el régimen de Franco en su conjunto, aunque tomara elementos del falangismo y del franquismo, NO era un régimen fascista propiamente dicho sino una suerte de dictadura militar autoritaria conservadora en la que convivían, dentro del Movimiento, distintas familias, de la cual la parte de Falange -lo más parecido al fascismo que existió en España en aquella época- que apoyó la unificación con el carlismo -hubo otra facción falangista disidente, partidaria de la ortodoxia joseantoniana, que no la aceptó, encabezada por Manuel Hedilla- solo era una de ellas, que además iría perdiendo influencia, especialmente tras la caída del Eje.
Otra labor muy encomiable del llamado Ministerio de Vivienda, también de inspiración falangista, fue la construcción de un número muy considerable de viviendas de protección oficial. Para españoles de bajos estratos sociales, no como ahora, que la mayoría de ellas se dan exclusivamente a inmigrantes, creando más efecto llamada. Y de hecho entonces era mucho más fácil, como voy a demostrar al final de esta parte del mensaje, convertirte en propietario de un inmueble. Para ocultarlo, el gobierno de Zetaparo ordenó arrancar estas placas de las VPOs que he comentado:
Una vez dicho esto, creo que, a pesar de las cosas malas que había en todo este tinglado (he citado algunas arriba, como el tema de la prohibición de agrupación de obreros en sindicato, que en el fondo no era sino una suerte de restricción de las libertades políticas en tanto que los sindicatos obreros habían estado muy unidos a los partidos políticos del Frente Popular, o sea del bando perdedor de la guerra), no era del todo negativo. Especialmente a medida que la situación económica fue mejorando, a partir de los años 60, con el fuerte desarrollo industrial que aconteció en aquella España, lo cual, unido a unas condiciones de trabajo bastante buenas en un contexto en el que lo mismo sucedía en toda Europa -aunque allí las circunstancias no fueran las mismas que en España- pues condució a la creación de una clase media que hoy día se está destruyendo (a este respecto le he oído a mi padre, mediano tirando a pequeño empresario del sector de la carpintería como lo fue el suyo con anterioridad, que esa clase media tardofranquista ya se perdió durante los años 80/90 a raíz de la desindustrialización y de la fuerte crisis económica del tardofelipismo, sobre todo, pasando a dividirse en dos: una clase alta-baja que estaría compuesta por la antigua clase media más acomodada (funcionarios con un cierto nivel de vida, empresarios "nuevos" con éxito, profesionales liberales más acomodados) y una clase baja-alta que sería la clase media más modesta de antes -obreros industriales relativamente acomodados, pequeños empresarios agrícolas, trabajadores autónomos y un número muy considerable de empresarios pequeños, funcionarios de bajo nivel, etc...-). Por todo lo que comento, considero exagerado su comentario. Su padre, o sea mi abuelo paterno, que también fue mediano empresario, me ha dicho que a cuenta de toda esta legislación, "contratar un trabajador era como casarte con él", citando palabras textuales.
Precisamente muchas de las cosas que he comentado trascendieron el régimen franquista -aunque se derogó el Fuero del Trabajo y en su lugar durante la Transición se promulgó el llamado "Estatuto de los Trabajadores", que recogían parte de esos derechos que he mencionado y se legalizaron los sindicatos "de clase" -cuya opinión mía sobre ellos ya conoces, y si fuera trabajador asalariado, como es posible que lo sea en el futuro, tampoco estaría muy contento con su labor, precisamente, a tenor de los hechos-.
A día de hoy, con las sucesivas reformas laborales, los decretazos y demás, ese tipo de derechos son cada vez más escasos y menos frecuentes.
Por último quiero comentar que desde entonces el grueso de la gente ha perdido poder adquisitivo -la devaluación de la peseta y luego la enorme inflación encubierta que vino con el euro, los altos desempleos y lo que ello conlleva, sucesivas reformas laborales y decretazos, las ETTs, burbuja inmobiliaria que infló enormemente el precio de un bien básico como la vivienda, la inmigración masiva y demás aspectos ya conocidos-. Por ejemplo, y aportaré la fuente de esos datos, que precisamente no puede ser desde luego tachada de franquista -sindicato anarquista CNT (Confederación Nacional del Trabajo), no sabía que siguieran existiendo aunque parece que ya poco o casi nada tienen que ver con los combativos anarquistas de la España pre-Guerra Civil-:
Año 1978 (desde mi punto de vista se le puede aplicar a 1975 prácticamente, porque, al empezar a afectar la crisis del petróleo a España no es que los salarios aumentaran mucho en esos tres años, precisamente; y creo que además ilustra con datos lo que he explicado más arriba)
Salarios
Salario base administrativo de 2ª -Talleres Norvasa- : 28000 Pts -168 €- mensuales
Salario mínimo interprofesional: -18000 Pts - 108 €. Mensuales.
Valor inmueble
Piso de 90 m2. En extrarradio de una gran capital: entre 400.000 y 600.000 Pts. -2400 a 3600 €-
Carburantes
Litro de gasolina 24 Pts. -14 Cts. De Euro-
Varios
Periódico 8 Pts. -5 Cts. De Euro-
Transporte público. 5 Pts. -3 Cts. De Euro-
Barra de pan 9 Pts. -5.5 Cts. de Euro-
Año 2007
Salarios
Salario base administrativo de 2ª -Talleres Norvasa- : 872 € mensuales
Salario mínimo interprofesional: 570 €. Mensuales.
Valor inmueble
Piso de 90 m2. En extrarradio de una gran capital: entre 220.000 y 350.000 €
Carburantes
Litro de gasolina 1.10 €
Varios
Periódico 1 €
Transporte público. 1 €
Barra de pan 55 Cts.
Con estos datos se puede asegurar lo siguiente:
Un trabajador medio podía comprar en 1978….
1 Piso con 17 mensualidades
1166 Litros de gasolina con 1 mensualidad
3500 Periódicos con 1 mensualidad
5600 Billetes de autobús con 1 mensualidad
3111 Barras de pan con 1 mensualidad
Un trabajador medio puede comprar en 2007…
1 Piso con 320 mensualidades
792 Litros de gasolina con1 mensualidad
872 Periódicos con 1 mensualidad
872 Billetes de autobús con 1 mensualidad
1585 Barras de pan con 1 mensualidad
Otro dato: en 1981 la presión fiscal en España era del 13,8%, en 2006 estaba en torno a 36%.
Fuente, como he dicho, el sindicato CNT, creo que los datos han sido recogidos por gente de la sucursal del sindicato en Guadalajara:
http://www.cnt.es/noticias/datos-simples-datos
Personalmente, que quieres que te diga. No dudo que a día de hoy habría gente que no le importaría en absoluto tener que trabajar un par de horas más si ve que disminuye la presión fiscal y aumenta su poder adquisitivo. Aunque me remito a lo que he comentado sobre el tema de la jornada de ocho horas.
Bueno, ya hemos acabado por ahora con el tema del franquismo. Pasemos al otro punto: los inmigrantes españoles en Alemania y otros países europeos como Suiza o Francia. Llegados aquí, quiero -si no te importa, por supuesto, claro está- que me expliques exactamente a qué te has referido en el final de tu mensaje, en la parte que hablas sobre los inmigrantes españoles en esos países.
No creo que sea tanto una cuestión de muertos, como dices. Sí, muchos muertos, pero en cuatro años. Acabada la guerra, se reorganiza todo, y los inmigrantes más altas tasas de natalidad pueden cubrir en poco tiempo todas esas pérdidas humanas. A partir de ahí es fácil que se produzca el despegue económico, y lo mismo pasó tras la Segunda Guerra Mundial, pese a sus millones de muertes. Sin embargo la inestabilidad crónica de los países hispanoamericanos sí que es más fácil que afecte a la capacidad de un país para desarrollarse económicamente. ¿Dices que Alemania fue muy estable en medio de la guerra? Vaya, ¿y ya no te parece importante la pérdida de vidas humanas que sufrió en esa guerra? Entonces, ¿por qué te parece importante en la Guerra de Secesión?
Cierto es lo que comentas. Leyendo esta parte creo que antes no me he explicado bien, y voy a intentar aclarar lo que dije o mejor dicho quise decir hace algunos días: puse como ejemplo la Guerra de Sucesión (que no fue un conflicto aislado, sino algo que llevaba incubándose durante varias décadas ya, desde el momento en que comenzaron a industrializarse los estados del Norte tipo Nueva York, Massachussets o Filadelfia). Pero es que antes de esta guerra ya existía una cierta inestabilidad interna, básicamente causada por la divergencia de los intereses económicos reinantes en lo que luego conformarían los dos bandos de dicho conflicto civil. A veces esa inestabilidad se traducía en enfrentamientos, verbales o armados de baja-media intensidad entre los partidarios de un lado y del otro, eso sí, sin espadones militares de por medio. En general si existía inestabilidad en ese período al que hago referencia. A diferencia de en España o en Hispanoamérica, no obstante, lo que estaba en liza no era tanto distintos bandos de índole política (como aquí los carlistas, los liberales moderados, progresistas, republicanos y demás en aquella época) sino dos cosmovisiones distintas, dos tipos de sociedades distintas con distintos intereses económicos. Por un lado el Norte, en proceso de industrialización, donde la voz cantante va a ser llevada sobre todo por la alta burguesía tanto industrial como financiera, que hoy día además están entre las mayores fortunas del mundo. Una sociedad mayoritariamente industrial -en potencia-, urbanita -aunque el sector agrario también fuera muy fuerte, ya era patente para entonces que los núcleos de la actividad económica en esta parte del país estaban en las grandes urbes industriales y/o financieras-, en zonas de mayor inmigración proveniente de Europa que el Sur, mayor volumen demográfico, y una industria, como digo, incipiente, que en las décadas posteriores de la Guerra Civil se desarrollaría de modo muy impetuoso. Por otro lado, tenemos un Sur rural, uno de los mayores productores de algodón del mundo gracias a las plantaciones de esclavos y a otras granjas de menor tamaño, y consumidora neta de productos industriales producidos en Europa -sobre todo Gran Bretaña y Francia por aquel entonces-; y en menor medida los Estados del Norte. Sociedad más rural, aristocrática, hidalga, núcleos de población más pequeños. Más autogobierno sobre todo en el ámbito local y, en general, una sociedad más "a-su-bolista". Algo no muy distinto, en el fondo, del País Vasco o Navarra tradicional (aunque fuera paradójico, hubo antiguos carlistas que lucharon como voluntarios del lado sureño en esta guerra, a pesar de que pueda parecer que halla diferencias muy profundas entre ambos caso; y de hecho las había, por ejemplo en País Vasco o Navarra nunca hubo, ni siquiera ahora con la inmigración masiva, tanta población de ascendencia africana como hubo en el sur de EEUU a causa del comercio de esclavos negros), excepto en, por supuesto, la génesis de dichas instituciones en ambos lugares, de índole muy distinta. Intereses económicos, como digo: la burguesía industrial y financiera del norte le interesaba un considerable proteccionismo para proteger sus negocios de las industrias europeas -aunque entonces no todos los países de Europa estaban ya plenamente industrializados como pasaba en Gran Bretaña o en buena parte de Francia, Bélgica, Holanda o partes de Alemania. En la propia España no se estaban dando sino los primeros pasos todavía, por ejemplo- y poder expandir dichos negocios e industrias ocupando con sus productos los huecos dejados por los productos de origen europeo, la abolición de la esclavitud en el Sur para tener, junto a la inmigración, más mano de obra disponible para sus industrias. Al mismo tiempo, a los terratenientes sureños les interesaba sobre todo el libre comercio -en contraste con el proteccionismo querido por la burguesía norteña- y pocos impuestos, dado que al ser grandes productores de algodón y exportadores del mismo a otros lugares como las industrias textiles europeas, y a cambio consumidores netos de productos industriales fabricados en otras partes, y también defendían la esclavitud de acuerdo al estatus jurídico dado originariamente a la misma en la Constitución de EEUU en el año 1787, si no me engaña la memoria sobre la fecha; todo ello por razones obvias. A grosso modo estas eran las principales diferencias, que como digo, causaron un cierto período de inestabilidad que finalizaría con la guerra, en la que una cosmovisión, la del bando federal o lincolnista como se dijo durante la guerra; se impuso a la otra, la que encarnaban los Estados Confederados. Entonces ya comenzó más esa estabilidad política que asociamos con el sistema político useño, a partir de 1865.
Dicho esto, quiero aclarar que la intención única de todo esto es aclarar que, aunque el grado de inestabilidad fuera menor que en Hispanoamérica, tampoco siempre han sido balsas de aceite, los países por así decirlo protestantes.
Y en el último comentario también aclaré, o intenté hacerlo sin éxito, que no necesariamente tenía tampoco que ver mucho la gravedad de una guerra con la estabilidad del país. A ello venía el ejemplo de la Alemania nazi -en la que no obstante sí hubo algún intento de derrocar a Hitler en 1944, pero en aquella ocasión fue desde dentro del aparato del régimen, sectores conservadores de la aristocracia militar prusiana sobre todo, no desde fuera- durante la Guerra Mundial, que no obstante es muy distinto a la situación useña hasta 1865.
Espero haberme explicado bien esta vez.
Lo que dices de las logias masónicas no me parece un argumento de mucho peso. Precisamente por la poca influencia que podían tener (precisamente por su carácter secreto) en la mayoría de la población, ya perteneciera a la Corona española o se hubieran independizado.
Tenga en cuenta que gran parte de los caudillos separatistas en Hispanoamérica -como Simón Bolívar, José de San Martín, Manuel Belgrano o Bernardo O'Higgins, por citar algunos de los más relevantes- pertenecieron a la masonería cuando este tipo de logias empezaron a profilerar a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX -especialmente aunque no exclusivamente debido a las circunstancias que cité antes- y de hecho, al igual que ya había pasado en la independencia de Estados Unidos, la masonería jugó un papel muy importante dentro del bando separatista en aquella ocasión; y esta filiación de las élites criollas independentistas a la masonería continuaría existiendo cuando consiguieron también el poder político -el económico ya lo poseían en gran parte... se ha hablado mucho del oro y sobre todo la plata extraída en América durante el período de unión con España, que, mediante el sistema de las quintas, llegaba a la Corona Española, pero las cuartas quintas -por algo y no por nada se le llamó al impuesto sobre ese oro "quintas"- partes restantes se quedaron allí. Puede adivinar en manos de quiénes, aunque también es cierto que con el mismo se construyeron nuevas ciudades, catedrales, universidades, se invirtió en artesanías, en nuevos cultivos y plantaciones, etc... aunque también en los cofres de los criollos y posteriormente, tras la secesión de dichas repúblicas-, es decir, cuando definitivamente el bando o partido realista fue derrotado y se procedió a la constitución de iure -de facto hubo zonas que durante la guerra ya eran independientes de la Corona española, a pesar de los intentos de retormarla, a veces parcialmente exitosos. Solo parcialmente, y no suficiente para invertir el resultado final de la contienda-. Obviamente, esto aumentó bastante el poder e influencia de la masonería -y por medio de ella, las ideas a las que previamente me he referido-, que se verían bastante reflejadas en la actuacción de los distintos tanto gobernantes como bandos políticos que sucesivamente se disputarían el poder en esas repúblicas recién nacidas como entes políticos. Puede parecer no importante, pero tengamos en cuenta que en este tipo de organizaciones tomaba parte la flor y nata de dicha sociedad, por lo que fue un vínculo muy, que también se traduciría en las cuestiones políticas, como ya he comentado. Más intenso que con anterioridad, cuando el poder de la masonería -o de sus componentes, según se quiera ver- era más limitado. Esos dirigentes imbuidos de ideas -en unos lugares más que otros, me remito de nuevo a la cuestión paraguaya- anglófilas o de origen anglosajón y en buena parte hispanófobos (me remito de nuevo a lo que expliqué antes sobre las tres fases, contando la situación actual, a nivel general -hay excepciones muy particulares en las que no profundizaré-, que han existido en las relaciones entre España y los países independizados hispanoamericanos, desde el momento de dichas independencias), al menos en dos de las dichas fases -que además, y a esto me refería, también coinciden con las más tumultuosas. Esos dirigentes tan imbuidos de ideas de origen situado más al norte que España precisamente serían luego en muchos casos los cabecillas dentro de los bandos en liza en no pocas trifulcas internas en esos países y en no poca medida precisamente, buena parte de los artífices de dicha inestabilidad. Aunque al estar hablando de tantos países al mismo tiempo es lógico que existan excepciones en las tres fases que comenté (y los datos económicos me dan la razón, coincide la segunda fase, en la que por lo general hay mayor estabilidad política y al mismo tiempo mejores relaciones entre España y los países hispanoamericanos y mayor comunión entre las élites intelectuales de ambos lugares; con el momento más alto de buena parte de esos países desde el punto de vista económico; es decir, sobre todo las primeras décadas del siglo XX, en las que todavía había un óleo de Francisco Pizarro en el palacio presidencial de Lima, en Perú, al contrario que ahora, y al contrario que durante el siglo XIX. Por citar un solo ejemplo de eso que comento)
España había salido de una guerra civil y el Reino Unido de una guerra mundial, así que me parece bastante lógico que después de la guerra pasaran años antes de que desaparecieran las cartillas de racionamiento, no creo que eso demuestre nada en sí mismo.
Solo quería explicar que la situación actual no se ha mantenido estable siempre a lo largo de la época donde el sistema económico imperante ha sido el capitalismo moderno, primero en una variante industrial y ahora en lo que se ha dado en llamar capitalismo financiero, tampoco en lo que se refiere a la prosperidad económica de las naciones (tal y como expliqué antes). Sin ir más lejos, hasta 1914 y en menor medida hasta 1939, el Reino Unido era la potencia hegemónica mundial, no Estados Unidos, que aunque en el tablero geopolítico y económico -en los tratados de paz de Versalles consiguió acuerdos de libre comercio y tratados que le permitieron abrirse más el paso a sus productos en el mercado de un número considerable de países europeos (los que luego formarían la Sociedad de Naciones de duración de poco más de dos décadas- mejoró su posición al final de la Primera Gran Guerra, su hegemonía dentro del bloque capitalista primero y prácticamente a nivel mundial excepto unos pocos países después no llegó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
En cuanto a la cuestión de las cartillas de racionamiento... lo cierto es que a España, en términos de vidas humanas y de daños materiales le sentó bastante peor que al Reino Unido la segunda guerra mundial -demográficamente y en daños materiales hablando, las zonas más afectadas por el gran conflicto serían Alemania y buena parte del este de Europa, incluyendo Polonia, la parte occidental de las URSS y en menor medida los Balcanes. La guerra mundial en Europa fue mucho más cruenta, destructiva y mortífera en el frente oriental que en el occidental, y de hecho creo que en lo que se refiere a derrotar a la Alemania nazi el mérito corresponde en bastante mayor proporción a la URSS estalinista que a los anglos de ambos continentes-, aunque el Reino Unido también se viera bastante afectado por la misma -y de hecho se vio, aunque en este caso creo que para ellos acabó siendo más grave la pérdida de la posición que tenían hasta entonces en la escena internacional que los propios costes en vidas y en la economía del conflicto-.
Que los países hispanoamericanos no sufrieran directamente la guerra, disfrutaran de esa riqueza de la que hablas y aun así hayan perdido terreno creo que es un dato más a mi favor de que la inestabilidad política de esos países (no siempre achacable solo a ellos mismos, pues como bien has señalado antes la intervención de EEUU ha estado a la orden del día) ayuda a explicar su diferencia respecto de otros con mayor estabilidad y parecidos condicionantes productivos.
En este punto probablemente tengas razón, pero antes quería dejar claro con los hechos que comenté que no siempre las cosas han funcionado como ahora en el ámbito mundial económico -al ir país a país-, nada más.
Es que yo no he reconocido que en China se dé el mismo fenómeno que en EEUU.
El fenómeno al que me refiero, el ascenso del catolicismo, como demuestran los datos, se está dando en ambos países, aunque las causas difieren -en el primer caso tiene mucho que ver con la inmigración masiva hispanoamericana, en el otros caso; por conversiones de la propia población autóctona, en el caso chino. Por lo tanto, no podemos atribuir ese fenómeno a la decadencia de un país como EEUU cuando sucede algo muy similar entre otro país que al mismo tiempo está al alza económicamente. En todo caso habrá que buscar las causas en otra parte, porque, como he dicho, no se puede sostener que el fenómeno del aumento del catolicismo (de momento no a niveles mayoritarios, es obvio que en el primer caso las distintas Iglesias protestantes siguen siendo mayoritarias aunque pierdan terreno, y en el segundo estamos hablando de un régimen cuya política religiosa es precisamente el anti-religionismo, pro llamarlo de algún modo, sustituido por un culto casi divino al Estado, al Partido Comunista chino y a la figura de Mao Zedong; un tipo de culto no tan distinto del que hay en Corea del Norte a los distintos miembros de la dinastía de los Kim o como quieras llamar a la familia que ha constituido esa suerte de régimen marxista-Juche hereditario totalitario; en el caso chino, hablamos también de un catolicismo en ascenso pese a la persecución que sufre por parte del régimen del Partido único), que se está dando en ambos casos, en uno sea causa de la decadencia de un país y en el otro país, la potencia emergente, no tenga ningún tipo de influencia. Eso no tiene ningún tipo de lógica, como comprenderás.
Por otro lado, por muy protestante o lo que sea que sea un país, no hay que olvidar que ningún imperio es eterno. Sin ir más lejos el imperio británico que como he comentado antes ostentó la hegemonía prácticamente mundial en el siglo XIX y principios del XX ha mucho ya que decayó fuertemente su poder, ahora son poco menos que, por decirlo en clave humorística, el primo pequeño del primo de Zumosol -su antigua colonia, EEUU-, tanto económicamente como sobre todo en el plano geopolítico. A todo esto, antes hablaste de las antiguas colonias inglesas, como más prósperas en. Me temo que no todos los casos de colonia anglosajona ha sucedido eso. ¿O es que la India, Jamaica, Belice, el actual estado de Guayana, Egipto, multitud de países africanos, etc... no fueron también colonias inglesas? Es que de hecho, económicamente gran parte de estos otros ejemplos están todavía peor que la mayor parte de países de Hispanoamérica -a excepción de algún país como Bolivia-, o que las islas Filipinas. Por no hablar de lo que conllevó su colonización en los lugares que has citado como económicamente prósperos. Al mensaje anterior de X Bandera me remito, en este caso.
La economía china tendrá sus problemas, eso es evidente, pero lo mismo le pasa a la estadounidense. Además, por muchos problemas que pueda llegar a tener con sus exportaciones, también se han dedicado a la compra de deuda de otros países, incluidos los propios EEUU, así que si China flojea podemos imaginar cómo podría llegar a estar EEUU en esos momentos, que hace poco se salvó de entrar en recesión por un acuerdo in extremis entre demócratas y republicanos.
Con el tema de la deuda veo un pequeño problema. Que, como he dicho antes, si sucede lo que acabará sucediendo en el futuro -el problema es saber cuándo- y que comenté en aquel enlace que te puse antes, los dólares usanos pasarán a no valer siquiera el papel en que estén impresos. Por no hablar de que ya hoy día, y sin imprimir más masa monetaria (con lo que ello conlleva), la deuda de muchos países -España incluida- es, sencillamente, impagable. Aunque como arma para mejorar su posición frente a esos países les peude venir de maravilla. No obstante, mejor no olviden la frase de John Maynard Keynes referida a cuán diferente puede ser tu posición frente al banco dependiendo de la magnitud de la deuda que con él tengas contraída.
Sí, ciertamente el modo de ser chino no es el de la ética protestante, pero si su actitud ante el trabajo fueran suficientemente similares, bien podría establecerse una similitud en cuanto a resultados.
De todos modos, con similitud entre resultados que pueda o no haber, estamos hablando de dos culturas del trabajo de génesis, ámbitos y antigüedades completamente distintas. Y como he comentado la forma de dirigir la economía del PCCh tiene más que ver casi con los antiguos modos de actuar de los emperadores de la dinastía Qing que con la filosofía imperante durante la mayor parte de los últimos dos siglos en los países protestantes.
Por otro lado, y esto es otro tema distinto habría que preguntarse hasta qué punto el crecimiento económico de China la ha convertido un país en el que la prosperidad es generalizada -es cierto que algo de clase media se ha creado en los últimos años, la mayor parte de ella en el este del país, y que los sueldos empiezan a subir en algunos sectores, pero aún así no hay que olvidar que el nivel de vida en gran parte de China sigue siendo bastante precario. En concreto, cualquier pueblito de la Castilla, Aragón, Extremadura o Andalucía profunda tiene un nivel de vida bastante más elevado, por baja que sea su renta, que gran parte de la China rural. Es cierto que en EEUU o Europa también existen un número considerable de pobres, pero se puede decir que, mal que bien, las situaciones de ambos lugares siguen siendo bastantes distintas. Por no hablar de bastantes más cosas.-
Bien, esto se sale del presente debate, tan solo apuntaré algo que ya comenté en otro hilo (creo que el del multiculturalismo enn Europa si no recuerdo mal), creo que no todos los musulmanes son iguales y la mejor manera de que las prácticas y creencias de esa religión se moderen y abjuren del radicalismo es la integración.
No obstante, en este aspecto los hechos a este respecto siguen siendo los que son, y, como le gusta decir a un profesor mío, "no hay más cera que la que arde". Precisamente las segundas y terceras generaciones de inmigrantes musulmanes (las que han sido criadas y educadas aquí) están siendo bastante más problemáticas que las que les precedieron, especialmente a medida que crece su número (siempre los lugares en los que son más numerosos son aquellos en los que se producen más confrontamientos con sus vecinos autóctonos o inmigrantes de otras procedencias, sean de la generación que sean), mejor dicho, su proporción (no es lo mismo 10.000 musulmanes en una ciudad industrial pequeña tirando a mediana que en Madrid o Barcelona, claro está), creciendo sus estadísticas de criminalidad y las estadísticas de conflictividad reportada en los barrios en los que habitan, formando en no pocos casos guettos de los que acaban huyendo -y en los que a consecuencia cae en picado el precio de la vivienda, dado que no es un lugar que llame a mucha gente a vivir allí-. No pocos barrios de las afueras de París, Marsella u otras ciudades francesas, barrios poblados antaño por unos pocos inmigrantes argelinos (cuando su proporción no era la actual muchos con nacionalidad francesa ya al ser de segunda o tercera generación), subsaharianos procedentes de las antiguas colonias francesas en África o japoneses y bastantes inmigrantes de otros lugares de Europa como españoles, italianos o polacos, además de gente francesa de clase humilde y trabajadora, que eran muy agradables, con sus calles limpias, un ambiente bastante decente, hermosas boulangéries y cafés, pequeño comercio, tasas de criminalidad bastante más bajas que la actuales; han sufrido el destino que comento, pero es que sucede lo mismo no solo en Francia -aunque es aquí, y en menor medida Gran Bretaña y los Países Bajos donde tienen más problemas sobre esto, y aumentando prácticamente en forma de función exponencial-. En no pocos casos son gentes que se relacionan, en la calle, con relativa normalidad con otras personas, pero que en casa quieren Islam y más Islam. De hecho, según las estadísticas de lo que sería el CIS francés, cada vez un mayor porcentaje de los musulmanes de nacionalidad francesa se declaran practicantes. Y todo lo demás que ello conlleva. En este caso me remito a los sucesos cotidianos, la inseguridad, la profusión de mezquitas, en tantas ciudades importantes europeas -sobre todo de Europa Occidental, en Europa Occidental, si exceptuamos los problemas étnicos y en menor medida religiosos en lugares como Bosnia, Servia, Kosovo, Macedonia o Bulgaria y la cuestión ruso-chechena, no tienen este tipo de problemas-. Y no hemos de olvidar que, a excepción de Turquía -donde precisamente ha tenido que ser el ejército y los espadones militares los que han actuado para limitar las acciones de los islamistas o similares cuando han ocupado cargos de responsabilidad-, cuáles suelen ser los resultados electorales en estos países islámicos, tanto ahora como en tiempos digamos no tan duros para ellos. Porque no solo sucede en Egipto. Tenemos los ejemplos de Libia, Túnez o Marruecos. El caso de Argelia me parece más complejo y no creo que éste sea el lugar para hablar del tema (aparte de que tampoco dispongo en estos momentos de toda la información que me gustaría en ese aspecto). Pero en general, no es el Islam moderado el que está llevando la voz cantante, excepto, paradójicamente, los países como Siria o Libia -antes-, donde incluso ha habido cristianos que han llegado a ser ministros, cosa que dudo mucho que vaya a suceder en Arabia Saudí o en el Egipto de los Hermanos Musulmanes. Podríamos, además, coger fotografías de lugares tipo Túnez, Afganistán, Irán -la antigua Persia-, etc... de los años 60 o 70, y compararlas con lo que hay ahora en esos países, y así veremos más claro cuál es en estos momentos la tendencia. En Túnez, de hecho, la población cristiana oscilaba entre el 40 y el 50 por ciento en el momento de la descolonización del país. Ahora apenas andará sobre el 10 por ciento. Y se podría disertar mucho más sobre la cuestión, cosa que no corresponde hacer aquí, naturalmente. Pero negar todo esto categóricamente no es sino hacerse trampas al solitario, con la diferencia de que es una cuestión bastante más seria que una partida de solitario.
No todos los musulmanes son iguales, estoy de acuerdo en eso. Pero en general son muy pocas las voces disidentes, al menos por ahora; y muchas las exaltadas, y esto no es cosa de ahora. Es mucho más frecuente, por ejemplo, los propios enfrentamientos entre musulmanes suníes y chíies -dos corrientes distintas del Islam, que tiene sus propias corrientes, igual que las tiene el cristianismo- que la aparición de voces críticas.
Y quien no quiera integrarse, me parece bien que sea expulsado. Los imanes que aquí ejerzan deberían ser formados aquí y no venir de otros países. El enfrentamiento ya sabemos por experiencia lo que hace, y Oriente Próximo es un ejemplo bastante claro de a lo que conduce. La única manera de que desaparezcan las teocracias es desde abajo, con el convencimiento de la población, pues ya se ha visto a lo que conducen las "revoluciones" de la "primavera árabe", a la sustiución de "dictaduras convenientes" a Occidente por gobiernos a cual más radical y presionados por una población harta de caciques pero hambrienta y, por tanto, fácilmente manipulable.
Un saludo
Última edición por Bernardo Galvez el 16/2/2013, 9:38 am, editado 1 vez
Bernardo Galvez- Cantidad de envíos : 2924
Edad : 31
Localización : La muy noble, siempre leal, decidida, siempre benéfica y excelentísima ciudad de Santander. La Montaña, cuna de Castilla. España.
puntos patrióticos : 10774
Registro : 27/05/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Ya que este tema va de la ética protestante este artículo, largo pero muy interesante, viene muy a cuento. Aunque no estoy del todo de acuerdo en las conclusiones biológicas que se citan en el mismo, y que otros científicos de muy reputado historial han refutado (una cosa es no ser racista y otra negar la existencia, hablando en términos biológicos, de razas, o incluso confundirlo interesadamente con el término especie como suelen defender los que comentan lo de "Solo hay una raza, la raza humana", esto último me parece completamente absurdo). Otra "gran cagata" bastante presente en el artículo es el mito rousseauniano del buen salvaje, completamente desmentido por alguien cuya visión de la Historia no sea exclusivamente eurocentrista. Y por supuesto, resulta algo muy incoherente hablar del racismo como moderno y a la vez basarse en otras id. En algunos aspectos es un artículo muy decepcionante, aunque la parte que se refiere al protestantismo y algunas otras sí lo veo más acertado.
El racismo. Génesis y desarrollo de una ideología de la Modernidad
Carlos Caballero Jurado
Hespérides, n. 16-17, primavera de 1998, pp. 605-629.
Desde fines del siglo XIX las relaciones entre culturas y naciones se han visto envenenadas por las creencias racistas. Como la palabra racismo se usa de forma constante, y no siempre adecuada, conviene empezar por definir, lo más estrictamente posible, su significado. La palabra "racismo" designa una creencia cuyos rasgos fundamentales serían los siguientes:
1) Creer que los seres humanos se dividen, fundamentalmente, en razas. Y, en consecuencia, atribuir al factor raza una importancia antropológica decisiva.
2) Asignar a las razas características inmutables, y creer que los caracteres trasmitidos hereditariamente no son sólo los rasgos físicos, sino también ciertas aptitudes y actitudes psicológicas, que son las que generan las diferencias culturales que se pueden apreciar.
3) Creer que existe una jerarquía entre razas, siendo alguna, o algunas de ellas, superiores a las otras.
4) Entender la mezcla de razas como un proceso de degeneración de las razas "superiores".
Raza y ciencia
Lo que entendemos por "raza" es simplemente un estereotipo cultural. Este concepto se formó a partir de la presencia de ciertos rasgos externos —color de la piel, características del pelo, rasgos faciales, constitución anatómica, etc.— muy visibles y sistematizados por los científicos de la primera modernidad, rasgos a los que se superpusieron predisposiciones intelectuales e incluso espirituales. El racismo consiste, pues, en una improcedente mezcla de elementos heterogéneos: físicos por una parte, mentales y anímicos por otra.
Contrariamente a lo predicado por sus defensores durante mucho tiempo, hoy la base científica del racismo ha sido puesta en entredicho. Recientemente, por ejemplo, el equipo dirigido por los profesores Luca Cavalli-Sforza, Paolo Menozi y Alberto Piazza ha publicado la gigantesca obra The History and Geography of Human Genes (1), donde niegan toda base científica al racismo. Usando modernas técnicas desarrolladas por la Genética de poblaciones, llegan a la apabullante conclusión de que no hay fundamento científico alguno para clasificar a los seres humanos en razas, ya que la diversidad genética, bioquímica y sanguínea entre individuos de una misma "raza" es incluso mayor que la que existe entre "razas" consideradas distintas. Los factores biológicos en los que se basa el concepto científico de raza serían sólo externos, mientras que los datos aportados por las nuevas técnicas —análisis de los árboles filogenéticos, de los polimorfismos nucleares y del ADN mitocondrial— dibujan un panorama completamente distinto donde la noción de raza es irrelevante. Frente a esta perspectiva abierta por la biología molecular, otros científicos disienten. Así, André Pichot escribía recientemente: "Combatir el racismo arguyendo que las razas no existen es una inepcia (...) Que la noción de raza (o de especie, o de género, etc.) no sea aprehendida por la genética molecular es una cosa; que haya razas en taxonomía, en antropología o en el mundo humano en que vivimos, es otra muy distinta, y la verdad, en esta materia, no tiene por qué residir en el reduccionismo molecular" (La Recherche, febrero 1997).
¿Hay razas o no hay razas? ¿Hay que tener en cuenta las diferencias fisiológicas externas, o las biomoleculares? Los científicos no se ponen de acuerdo. Pero sí hay un amplio consenso sobre el hecho de que, existan las razas o no, el racismo es una peligrosa desviación.
Sin embargo, aunque el racismo está hoy completamente desacreditado como doctrina científica —o como ideología política—, esto no quiere decir que en el pasado no fuera una doctrina ampliamente difundida y apoyada por pensadores tenidos por insignes, a la vez que considerada como plenamente científica. Ni tampoco que, hoy en día, las actitudes racistas sigan estando ampliamente difundidas; muchísimas personas que jamás se definirían como racistas tienen, sin embargo, un comportamiento inequívocamente racista cuando han de convivir, por el motivo que sea, con personas de otra raza.
Racismo y xenofobia
El racismo, como es bien sabido, hunde sus raíces en la xenofobia, el miedo al extraño, una actitud o sentimiento prácticamente innato que encontramos tanto en los animales como en los seres humanos y también en los grupos sociales por éstos constituidos, incluidas las naciones. En pocas palabras, la xenofobia es la desconfianza instintiva hacia el extraño al grupo, percibido a priori, y de forma casi mecánica y automática, como un enemigo potencial. Esta xenofobia, que sin duda debe tener que ver con los instintos territoriales, no es sin embargo completamente equiparable al racismo, ya que éste no se presenta como un instinto, sino como una teoría. De ahí, de ese impulso innato y primario, a la formulación de doctrinas racistas hay un largo trecho y, en realidad, el racismo como ideología y dogma político no aparece en la historia sino muy recientemente, en el ámbito de lo que llamamos Modernidad (2).
No es extraño, ya que la modernización supone, entre otras cosas, la desaparición de un mundo caracterizado por lo reducido de las agrupaciones humanas y su aislamiento, lo que hacía que el contacto con el extraño fuera una experiencia casi excepcional para una inmensa mayoría de la población. La Modernidad abrió el camino hacia una sociedad globalizada, con gigantescos movimientos de personas, en la que la presencia del extranjero se transforma en algo cotidiano. Y esa presencia, cada vez más frecuente, del extranjero no deja de provocar angustias, sobre todo en un entorno que de ser estable y cuasi-inmutable, como el de las pequeñas comunidades que caracterizaban el modo de vida pre-moderno, pasa a ser velozmente cambiante. El proceso de desarraigo, favorecido por la modernización, está muy posiblemente en la base de la aceptación de los comportamientos racistas tan lamentablemente cotidianos en el mundo actual por amplios segmentos sociales.
Los precursores
El lugar y fecha del nacimiento del racismo como ideología está perfectamente localizado: la Europa del siglo XIX, especialmente en su último tercio, aunque hunda sus raíces casi un siglo atrás. El sueco Karl von Linné (1707-1778), y el francés George-Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788), modelos de científicos ilustrados, catalogaron a todos los seres vivos en razas, géneros, familias, etc. Los seres humanos no escaparon a ese afán catalogador y, de forma inevitable, se les clasificó por razas, como a los demás integrantes del reino animal. No es que Linné o Buffon prestaran una gran atención a clasificar a los seres humanos, pero sí sus sucesores antes de que acabara este siglo XVIII, como el anatomista holandés Peter Camper (1722-1789), que estableció una taxonomía de razas humanas —casi resulta inútil decir que los blancos estaban en el estrato superior y los negros eran situados por Camper sólo ligeramente por encima de los monos—. Camper construyó su taxonomía a partir de los cráneos, partiendo del que para él resultaba ser el modelo perfecto: las cabezas de los atletas de la escultura clásica griega. La forma del cráneo parecía ser una obsesión del siglo, ya que Franz J. Gall (1758-1828) alcanzó fama gracias a su nueva ciencia, la frenología, según la cual las predisposiciones morales e intelectuales de un ser humano se manifestaban a las claras como consecuencia de la forma que tenía su cráneo. Por ridículo que esto suene hoy día, esta teoría pasó por ser una auténtica psicología moderna, empirista y científica, frente a las tradiciones psicológicas espiritualistas. De hecho, durante mucho tiempo, a los psicólogos modernos se les llamó "frenópatas" y a las clínicas psiquiátricas modernas se las llamó "frenopáticos". Dado que la forma de un cráneo figura entre los caracteres racialmente heredados, no es difícil ver las implicaciones racistas de estas teorías (3).
En la medida en que el pensamiento teológico iba siendo sustituido por el científico y racionalista, fueron apareciendo más y más pensadores que intentaban dar explicaciones nuevas al devenir histórico humano, alejadas de las tradicionales. Y varios de ellos atribuyeron una importancia especial al tema de la raza. Los alemanes Carl G. Carus y Gustav F. Klem figuran entre los primeros autores que introducen el factor raza para interpretar la evolución de las culturas y la historia humana (4). Casi simultáneamente, el sueco Retzius introduce el primer método científico para clasificar razas: el índice cefálico (5). Combinado con otros sistemas, todos los cuales son hoy considerados de nulo valor probatorio —color de la piel, características del cabello, estatura media, color de ojos, forma de la nariz, etc.— el índice cefálico se utilizó para intentar clasificar a los seres humanos en razas. La poca fiabilidad del resultado intelectual de tales métodos resulta evidente cuando contemplamos la extremada dificultad que ha existido para clasificar y catalogar las razas. Se han formulado un gran número de taxonomías raciales, ninguna de las cuales ha llegado a gozar de plena aceptación (6).
Todo este conjunto de ideas pre-racistas o expresamente racistas no eran difundidas simplemente por científicos aislados, sino por significadas sociedades científicas, como la Sociedad Etnológica de París —fundada en 1839—, la Sociedad Etnológica de Londres —creada en 1843— y la también londinense Sociedad Antropológica —establecida en 1863. Todas ellas eran definitivamente racistas en las tesis que defendían y difundían (7).
En este contexto se formuló la primera teoría racista explícita, la desarrollada por el francés Joseph Arthur, conde de Gobineau en su celebre Ensayo sobre la Desigualdad de las Razas Humanas (1853). Sintetizando al máximo su doctrina encontraríamos estos puntos:
— Existen razas superiores, dominantes, que no son sino ramas de una misma familia, la aria, y que han dado vida a las formas culturales más brillantes y a las naciones más poderosas.
— La decadencia de esas naciones y esas culturas se ha producido por degeneración biológica de las razas, por el mestizaje.
— La historia no es otra cosa que el campo de batalla donde se libran luchas entre razas.
Tan endeble teoría es posible que no hubiera tenido mucho eco en otras condiciones distintas a las reinantes en la Europa del siglo XIX. En ese preciso contexto histórico coincidieron varios factores que favorecieron, sin embargo, la recepción de tales ideas:
a) La interpretación biologizante de las teorías de Herder. Aunque no sea posible hacer de Herder un pensador racista, su insistencia en la existencia de un Volksgeist —genio nacional— especifico e inalterable de cada nación servía indirectamente para dar credibilidad a las tesis de Gobineau.
b) El gran auge que en esos momentos experimentaba Europa, en los ámbitos de lo político, militar, tecnológico, científico y cultural. Europa se había lanzado a la conquista del mundo y lo estaba sometiendo. Las naciones formadas por miembros de la raza blanca se estaban haciendo las dueñas del Universo. El racismo fue utilizado por todas las grandes naciones imperialistas blancas como ideología de legitimación del imperialismo.
c) Los grandes avances experimentados por las ciencias biológicas. Poco después de la aparición de la obra de Gobineau aparecía El Origen de las Especies (1859), de Darwin, y aunque sin la menor duda Darwin no fue racista, sus ideas de que en la naturaleza imperaba una "batalla por la vida" en la que triunfaban "los más fuertes" y que esto era "el motor de la evolución" fueron inmediatamente vulgarizadas y aplicadas al ámbito de lo humano —darwinismo social—. No menos influyente será el descubrimiento de las leyes de la Genética por Mendel, en 1865. Aunque los descubrimientos de éste pasaran largos años sin ser de dominio público, estos avances científicos iban a tener una inesperada repercusión en el ámbito de las ideas.
El racismo fue una ideología fruto de la biologización de las teorías sociológicas. En el mundo contemporáneo, los estudiosos de áreas humanistas —la historia, la psicología, la sociología, etc.— han padecido y padecen de un notable complejo de inferioridad respecto a las ciencias exactas y naturales, cuyos métodos tratan de copiar constantemente. Estos pensadores, que significativamente empezaron a adoptar la denominación de científicos sociales, adaptaron irreflexivamente al estudio de las sociedades una serie de paradigmas tomados de las ciencias biológicas. Historiadores, filósofos, psicólogos, que antes habían buscado su inspiración en textos sagrados, tradiciones ancestrales, etc., ahora copiaban las técnicas de los laboratorios: en el mundo moderno la ciencia ha ocupado el lugar de la teología o, mejor dicho, la ciencia es la teología del mundo moderno.
d) Los avances en lingüística comparada demostraron que prácticamente todas las lenguas habladas en Europa procedían de una lengua originaria común, el indoeuropeo, de la que descendían también lenguas como el persa y las lenguas del norte de la India. A partir de la existencia de esa lengua original se dedujo la existencia de un pueblo primigenio, el ario, cuya genialidad quedaría de manifiesto al haber sido la matriz de los pueblos que crearon grandes culturas como las de la India, Persia, Grecia y Roma y —más recientemente— la Cultura occidental. Este análisis desdeñaba el hecho de que una misma lengua no implica una misma raza. Pueblos racialmente distintos pueden hablar una misma lengua sin que eso establezca entre ellos una filiación genética. Un ejemplo evidente es el caso del idioma castellano, cuyos hablantes se extienden desde los Pirineos hasta Tierra del Fuego, sin que eso haga de ellos una comunidad biológica.
Las teorías de Gobineau se inscriben en la herencia intelectual de la Ilustración, aunque a muchos esto les pueda sonar extraño. Observadores sagaces, como George L. Mosse, no han dudado en definir al racismo como "der Schattenseite der Aufklärung", el lado oscuro de la Ilustración (. Y quienes crean que el racismo es una pervivencia del mundo tradicional en el mundo moderno, deberían leer con detenimiento al antropólogo cultural y sociólogo Louis Dumont, para cerciorarse de cómo el racismo es una ideología típicamente moderna y profundamente emparentada con el individualismo (9). Gobineau trata, como todos los grandes ilustrados, de crear una gran teoría, elaborada mediante la razón, para explicar un fenómeno, en este caso la Historia política y cultural de la Humanidad, sin recurrir a las revelaciones proféticas ni a la acción de la Providencia divina. La teoría pretende ser científica y basarse en la experiencia —Gobineau fue embajador de Francia en Persia y concibió sus ideas al comparar el estado del país cuando él lo conoció con la época de esplendor de Persia en la Antigüedad—.
A Gobineau le sucedieron una serie de intelectuales cuyas formulaciones, de una manera u otra, estaban emparentadas con las suyas. Además, el ambiente intelectual global jugaba a favor suyo. No es mínimamente creíble presentar a Friedrich Nietzsche como un teórico del racismo, pero su idea de la existencia de una "moral de señores", opuesta a una "moral de esclavos" podía —debidamente vulgarizada— engarzarse con las tesis de Gobineau. Por esto, algunos de sus admiradores, y casi todos sus detractores, han hecho de Nietzsche un apóstol del racismo, aunque esta idea no se sostenga después de un análisis serio de su obra. Algo similar cabe decir de Richard Wagner, amigo personal de Gobineau, dicho sea de paso. El mundo germánico recreado por Wagner en sus óperas, presentado de forma absolutamente idealizada, era exhibido como encarnación de todas las virtudes positivas y fueron muchos los que sacaron de aquellas óperas unas conclusiones racistas.
Ya he hablado de Darwin y las teorías del darwinismo social. A esta influencia cabe añadir la del también británico Francis Galton, cuya obra Hereditary Genius (1869) fundamentó la doctrina de la Eugenesia, fácilmente susceptible de aplicación para reforzar las tesis racistas. Por muy extraño que esto suene a los oídos de muchos —dado que hoy en día, como consecuencia de la experiencia del nazismo en Alemania, está sólidamente establecida la ecuación entre Eugenesia y Racismo— la realidad es que inicialmente la obra de Galton fue asumida y difundida fundamentalmente por gentes con mentalidad progresista y de izquierdas (10).
De hecho, el conjunto de las teorías racistas engarzaban magníficamente con la ideología liberal triunfante. Como señala Mosse: "Hay que tener en cuenta que las ideas de superioridad racial no estaban necesariamente vinculadas al nacionalismo, sino que podían utilizarse también para apoyar las cualidades liberales de la seguridad en uno mismo y la iniciativa privada (...) [muchos] creyeron que Inglaterra debía sus instituciones parlamentarias a sus raíces anglosajonas. Se creía que la organización de las tribus germánicas, el Comitatus, ejemplificaba las prácticas democráticas. Se dedujo de ello que aquellas razas que no compartían ese pasado carecían de la cualidad mental precisa para el autogobierno. Esta apropiación del autogobierno como consecuencia de las tradiciones de raza adecuadas forjó una vinculación entre gobierno representativo y exclusividad racial (...) El racismo no rechazaba al principio la libertad y la autonomía, sino que les atribuía raíces de raza". (11)
El racismo, fruto del positivismo
En 1899, con la aparición de la obra del británico Houston S. Chamberlain Los Fundamentos del Siglo XIX, el racismo da un salto cualitativo. Profundizando en las ideas de Gobineau, Chamberlain circunscribe el ámbito de las razas superiores al mundo germánico-nórdico, quintaesencia de la raza aria, de los pueblos blancos. Una teoría que resultaba extraordinariamente halagadora a los oídos de los alemanes, recién unificados en 1870 y que estaban convirtiéndose en una gran potencia mundial. Chamberlain parecía dar la razón a sus ansias de expansión.
Pero es más que dudoso que Gobineau o Chamberlain, autores de libros bastante endebles —Gobineau llegaba a afirmar, contra toda evidencia, que culturas como la egipcia o la china tenían una base "aria"; Chamberlain, por su parte, trató ridículamente de demostrar que Jesucristo no era judío, sino un ario...— , hubieran encontrado eco de no haber existido un ambiente intelectual propicio. Y este, aunque parezca inverosímil, no fue otro que el generado por el positivismo, una doctrina filosófica típicamente moderna. F. Elias de Tejada llamaba la atención sobre este hecho, muy relevante, ya que salta a la vista que la obra de Gobineau o Chamberlain no podía, por sí misma, generar un movimiento intelectual con tanta influencia como la que el racismo tuvo. Elías de Tejada escribía a este respecto: "Fomentando la tesis racista o, mejor dicho, allanándole el camino, hay toda una escuela filosófica que en el siglo XIX va a investigar los problemas humanos teniendo en cuenta las diferencias entre las ramas de la especie humana; es el positivismo, cuyas perspectivas filosóficas se acomodan fácilmente al punto de vista racial. En efecto; es el positivismo la posición filosófica que sólo se atiene a los hechos, a los données, para ir sacando de ellos, por el camino de la inducción, tesis de validez general y leyes cuya aplicación sea más amplia que el hecho mismo. Ajustándose únicamente a los datos y prescindiendo de toda visión previa de amplitudes universales, tomando como punto de partida los hechos concretos, bien podrá ser la raza uno de estos en la fundamentación de una nueva filosofía de la historia. El positivismo vino a proporcionar al racismo una fundamentación filosófica y un asidero ante los ataques, porque era una filosofía que prescindía de la vieja metafísica para vivir únicamente de los planteamientos y teoremas reales.
"El padre de la escuela —prosigue Elías de Tejada—, A. Comte, no incide en cuestiones raciales, pero tampoco escapan a su aguda visión de las cosas. En la lección 52 de su Curso de Filosofía Positiva compuesta mucho antes de que apareciera la obra de Gobineau, nota ya las especialisimas aptitudes de la raza blanca para el desarrollo político, sin adentrarse en la cuestión, pero dejando abierta una pregunta a la que el propio Gobineau contestará posteriormente y en la que también se fijaran sus discípulos. ‘¿Por qué posee la raza blanca —se plantea— de una manera tan pronunciada el privilegio efectivo del principal desarrollo social, y por qué ha sido Europa el lugar esencial de esta preponderante civilización? Este doble objeto de correlativas meditaciones ha debido estimular sin duda más de una vez la inteligente curiosidad de filósofos (...) Sin duda, se percibe en seguida, al primer respecto, en la organización característica de la raza blanca, y sobre todo en el aparato cerebral, algunos gérmenes positivos de su superioridad real, aunque todavía están muy lejos los naturalistas de coincidir unánimemente en este punto’ (...) La tesis de Comte, mejor dicho, su indicación, no se ciñe estrictamente a la posición racista (...) Pero marca una dirección en la que progresarán sus discípulos, partiendo de esta intima relación entre los hechos físicos y los fenómenos políticos, tan de acuerdo con la filosofía positivista y en la que el propio Comte insiste muchas veces" (12).
De no haber existido el positivismo como filosofía de la ciencia masivamente aceptada en la Europa del XIX, es más que probable que las especulaciones racistas de personajes como Gobineau o Chamberlain, de poquísima altura intelectual como ya hemos señalado, no hubieran encontrado un terreno tan bien abonado. Quizás el mejor ejemplo de la interconexión entre racismo y positivismo sea la figura de L. von Gumplowicz, el famoso sociólogo austríaco de origen judío, quien colocó el tema racial en el centro de muchas de sus obras, como Die sociologische Staatsidee (1892) y Grundiss der Sociologie (1892), aunque sea en Der Rassenkampf (1883) donde el tema racial concita toda su atención. Vale la pena señalar también que agudísimos pensadores sociales, como Max Weber, llegaron a confiar en que el desarrollo de las modernas ciencias biológicas permitieran hacer de la raza un factor explicativo de las diferencias económicas y culturales (13).
Otra razón que nos explica el campo abonado que encontró el racismo fue el imperialismo europeo sobre los países de ultramar y la lucha entre las grandes potencias, y la necesidad de articular una serie de justificaciones ideológicas para esos fenómenos. En la medida en que la Europa blanca, o más exactamente la Europa noroccidental y los Estados Unidos se estaban adueñando del mundo, las teorías racistas servían para explicar y justificar el dominio sobre razas inferiores. El británico Kipling, quien justificaba el imperialismo inglés en terminos de "la pesada carga" que el británico debía asumir dada la incapacidad de otras razas, es quizás el representante más conspicuo de estas ideas.
Pero existía igualmente el conflicto entre distintas naciones blancas europeas, y a estas pugnas se les quiso dar también una explicación racista: no sólo existía una jerarquía entre las distintas grandes razas humanas, sino que dentro de la blanca también existían jerarquías. Para los sajonistas eran los británicos y los norteamericanos los mejor dotados. Los celtistas legitimaban las aspiraciones francesas en las bondades de la raza celta, los habitantes de las Galias antes de la invasión franca, ya que, de haber exaltado a los francos, al ser éstos un pueblo indudablemente germano, habrían glorificado indirectamente a Alemania, a la que se consideraba una potencia enemiga (14). El teutonismo consideraba, por fin, que era el pueblo alemán el que mejor encarnaba las cualidades de la raza aria. Todas estas doctrinas estaban ampliamente difundidas y eran entusiásticamente aceptadas, tanto en los ámbitos populares, como en los sesudos círculos académicos.
Aunque hoy sólo se hable del racismo alemán, este tipo de ideas tenían igualmente predicamento en el Reino Unido, EE.UU. o Francia. Un autor norteamericano, Homer Lea (1876-1912), en su The Day of Saxon (1912) animaba a la "raza sajona" —británicos y norteamericanos— a aniquilar a la "raza teutónica" si quería asegurarse el dominio del mundo.
Los pueblos europeos latinos no solían salir muy bien parados en estas teorizaciones racistas. La cultura grecorromana no era presentada como autóctona, mediterránea, sino como fruto de pueblos nórdicos emigrados al sur... Y en cuanto a lo que pasa por ser la mayor gesta de los pueblos latinos en el mundo moderno, el descubrimiento de América, no deberá sorprendernos que en los primeros años de este siglo hiciera auténtico furor la historia de los viajes de los vikingos a América, presentados como el primer y verdadero descubrimiento; el hecho de que, en cualquier caso, la eventual presencia de escandinavos en América no tuviera la más mínima consecuencia histórica era irrelevante: cualquier cosa era preferible antes que admitir que ese hecho capital de la historia de la Humanidad que es el descubrimiento del Nuevo Mundo se debiera a una tripulación de andaluces mandados por un marino italiano (15).
En cuanto a las relaciones entre blancos y pueblos de color, en la praxis política cotidiana, el muy liberal Reino Unido realizaba una política indiscutiblemente racista sobre su vasto imperio colonial, y esto resulta tan obvio que no merece la pena que abundemos en ello. Sí que conviene, en cambio, subrayar que esta praxis no era fruto de la casualidad, ni de la simple xenofobia, sino resultado de todo un andamiaje teórico de carácter inequívocamente racista (16).
Y que la vida cotidiana de los Estados Unidos, paradigma de la democracia formal, estaba impregnada de un racismo radical —no sólo frente a indios y negros, también frente a otras razas blancas, como los italianos— no era menos obvio. Y no estamos hablando de las actitudes concretas de la personas señaladas, sino de la existencia de leyes y reglamentaciones que impedían que blancos y negros viajaran juntos en autobús, se cortaran el pelo en la misma peluquería, fueran a la misma escuela, etc. De hecho, el racismo institucionalizado y legalizado se mantuvo en la mayor parte de los EE.UU. hasta bien entrados los años sesenta de nuestro siglo.
Sin embargo, será Alemania la nación con la que, en definitiva, acaben identificándose las teorizaciones racistas en la mente de la mayor parte de los habitantes del mundo. ¿Por qué? No hay duda de que Alemania fue uno de los más tristemente fértiles caldos de cultivo para todo tipo de ideas racistas. Sin duda, porque servían, como ya hemos dicho, para tratar de justificar las aspiraciones expansionistas alemanas. Debido a su muy tardía unificación, Alemania había llegado muy tarde al reparto del poder mundial y, lógicamente, trataba de subvertir ese orden. La ideología racista ofrecía un buen surtido de argumentos útiles y no se tardaría mucho antes de que apareciera una legitimación racista del afán expansionista alemán con la figura de Von Treitschke. El racismo era, incluso, una fórmula para tratar de alcanzar lo que en realidad los alemanes aún no habían logrado después de su unificación de 1870, esto es, la auténtica unificación alemana: decenas de millones de alemanes seguían viviendo fuera del territorio del II Reich, fundamentalmente en el Imperio Austro-Húngaro, pero también en Suiza.
Conviene que subrayemos, empero, que la identificación entre racismo y Alemania es bastante caprichosa, ya que como hemos afirmado el racismo ha sido una ideología profundamente arraigada en toda la Europa noroccidental y los EE.UU. Todos hemos oído hablar de los excesos del racismo nazi en el período de entreguerras y en el transcurso de la segunda guerra mundial. En cambio, un discreto velo de silencio oculta que esas mismas ideas aberrantes eran ampliamente compartidas en los EE.UU., por poner sólo un ejemplo. La obra de Stephan Kühl, The Nazi Connection. Eugenics, American Racism and German National Socialism (17), ilustra elocuentemente los estrechos lazos establecidos entre los teóricos y científicos racistas nazis alemanes y sus colegas norteamericanos; y no nos estamos refiriendo a minúsculos grupos de radicales políticos, sino a instituciones académicas y médicas estadounidenses del mayor prestigio, que compartían con los nazis alemanes la obsesión por la higiene racial.
¿Una herencia bíblica?
Si la xenofobia puede manifestarse en cualquier país o cultura, y podemos encontrar sin apenas esfuerzo huellas de esa presencia, en cambio el fenómeno que aquí definimos como racismo parece patrimonio —en cuanto a sus orígenes intelectuales y primeros escarceos— de un reducido número de naciones, todas ellas —repetimos— situadas en el ángulo noroccidental europeo, con su prolongación transatlántica en EE.UU., y con una común caracerística: la influencia que en todas ellas tuvo la Reforma protestante. En efecto, Alemania, el Reino Unido, Escandinavia, Holanda, los Estados Unidos, son posiblemente los países donde el racismo ha tenido raíces intelectuales más profundas. Desde luego, todos tienen en común una base germánica, pero pensar que el racismo se deriva necesariamente del germanismo sería precisamente caer en una abominación racista, además de ser una ridiculez histórica. Se podría pensar también que todos estos países estaban en pleno apogeo a fines del XIX y principios del XX, y que encontraron en el racismo una ideología legitimadora. Tampoco es demasiado cierto, porque según esta idea, todo país o raza que haya tenido una fase de apogeo debería haber dado lugar a la aparición de una teoría racista, y esto es falso.
A mi entender, el factor decisivo que se da en todos estos países para explicar la aparición de una teoría racista es el hecho de que fueran culturas vinculadas al Protestantismo. Como es sabido, mientras que en los países de cultura católica la libre lectura directa de la Biblia y en concreto del Antiguo Testamento estuvo prácticamente prohibida salvo autorización, en los países que se unieron a la Reforma la lectura y reflexión cotidiana sobre el Antiguo Testamento se convirtió en una práctica cotidiana de todos y cada uno de los creyentes. Son muchas y muy variadas las ideas que podemos encontrar en el Antiguo Testamento; y el exclusivismo biológico —por no utilizar en este caso la palabra racismo, para que nadie se dé por ofendido— es una de las más repetidas y las más nefastas (18). Creemos que un estudio detallado del tema demostraría la correlación existente entre los tres factores siguientes:
a) País de cultura protestante y en los que se practica la lectura cotidiana de la Biblia.
b) La noción biológica de pueblo elegido se incorpora a la cultura nacional.
c) Se formulan teorías racistas explícitas, que llegado el caso se transforman en derecho positivo.
Vale la pena, por ejemplo, comparar los casos de dos de los países donde el racismo ha estado presente en el Derecho positivo: los EE.UU. y la Suráfrica de los boers. Tenían poca cosa en común. El primero de estos Estados se estaba elevando hacia la hegemonía planetaria, era —y es— un país altamente industrializado y urbano, y los negros eran una minoría. En Suráfrica, los boers vivían en el campo, en granjas aisladas, conformaban la minoría estadística y nunca llegaron a ser una superpotencia. Ni desde el punto de vista socioeconómico, ni en el orden internacional, ni por la importancia de la población de color, los casos de EE.UU. y Suráfrica pueden ser considerados análogos. Pero ambos tuvieron leyes que impedían a un negro viajar junto a un blanco en un autobús, por ejemplo. Lo que sí tenían en común los EE.UU. y la Suráfrica boer es la ideologia germinal de ambas naciones: el calvinismo.
La simple ecuación protestantismo = racismo sería absurda, mecanicista, reduccionista. Pasaría por alto, por ejemplo, que el político racista más conspicuo del siglo, Hitler, procedía de una familia y una región culturalmente católicas. Pero que existe una relación entre una cultura nacional basada en la lectura y exégesis de la Biblia y la formulación explícita de teorías racistas me parece evidente e históricamente contrastable.
El pecado y la penitencia
En el período de entreguerras en Europa, por ejemplo, observamos claramente cómo el racismo es un componente clave en los fascismos nórdicos, pero inicialmente ausente de los meridionales. El fascismo italiano, por ejemplo, no sólo no tenía ningún componente racista originalmente, sino todo lo contrario. Cuando los soldados italianos marchaban sobre Abisinia —la actual Etiopía— para conquistarla, aunque sin la menor duda machacaron a los indígenas, es revelador que la canción militar que se hizo famosa en la campaña rezara: Facetta nera, sarai romana —"Carita negra, serás romana"—. Es decir, por encima de la brutalidad de la conquista, de las matanzas, a medio plazo existía el proyecto de incorporar a los abisinios a la italianidad. En cambio, en el fascismo alemán el racismo ocupaba el lugar nuclear. Incluso aunque dieran en algunos casos mejor trato a las poblaciones conquistadas que los propios italianos, jamás se les ocurría pretender que esos pueblos pudieran ser germanizados. El soldado alemán que violaba a una rusa, por ejemplo, era llevado ante un tribunal militar, pero no por la violación, sino por atentar contra la pureza de la sangre alemana. Por desgracia, al ser Alemania la única nación que, dada su fuerza, podía subvertir el orden internacional imperante, su versión racista del fascismo acabó imponiéndose y siendo miméticamente imitada por los demás fascismos europeos, incluido el italiano.
Cuando se habla de la Alemania nazi, resulta obvio que nadie apelará a cualquier otro aspecto de su ideología o de su política distinto del racismo y el antisemitismo. Todo aspecto interesante o positivo que pudiera haber en sus ideas o en su praxis queda anulado ante el hecho de que en el centro del discurso nazi se instaló el más fanático exclusivismo biológico. Pero de estos temas ya se ha hablado hasta la saciedad, de manera que el aspecto sobre el que aquí deseamos llamar la atención es distinto: se trata de subrayar aquí hasta qué punto el racismo fue, en sí mismo y paradójicamente, el causante de la derrota de la Alemania de Hitler. Estos serían los grandes errores hitlerianos causados por su ceguera racista:
1) En 1940 la Alemania hitleriana pudo aniquilar a los británicos en Dunkerke y después con una invasión de las islas británicas. Hitler no lo hizo porque siempre profesó una devoción literalmente perruna por los británicos que, para él, eran los más próximos parientes raciales y cuyo modelo de dominación mundial pretendía remedar. No podía aniquilar a una nación cuyo capital biológico era tan valioso... Los dejó escapar en Dunkerke, para no humillarlos; y después jamás proyectó en serio ni la invasión de Gran Bretaña ni tampoco el ataque a sus intereses imperiales en el Mediterráneo hasta 1942, cuando ya era demasiado tarde. Hitler soñaba con una alianza entre pueblos germánicos, los británicos dominando los mares y los alemanes el continente. Pretendía copiar su sistema colonialista en el Este... Y los británicos le devolvieron tanto respeto y admiración de la forma que ya sabemos.
2) En 1940-1941 los pueblos colonizados, fundamentalmente los árabo-musulmanes y los hindúes, después de la apabullante derrota de Gran Bretaña y Francia en 1940, sólo esperaban una señal del III Reich para alzarse contra las potencias colonialistas, señal que como sabemos jamás recibieron. Es más, incluso a la Francia derrotada se le permitió conservar su imperio norteafricano. En abril de 1941 Irak, un país árabe, se sublevó contra el dominio británico para unirse al Eje —un caso único, pues ningún otro país se sublevó para aliarse con el III Reich— sin recibir de Alemania más que una ayuda simbólica. La razón de tan absurda política es que, en realidad, Hitler jamás tuvo ninguna simpatía por aquellos pueblos de color. Incluso pensaba que, en definitiva, aquellas razas inferiores no podrían expulsar a los blancos... Esta estupidez llego al extremo de que cuando en Singapur los británicos fueron humillantemente derrotados por los japoneses, Hitler confió a sus generales que, de hecho, lo que él desearía era mandar a sus panzers a Singapur para defender los intereses de los pueblos germánicos frente al peligro amarillo. Que los pueblos colonizados han tenido fuerza para expulsar a los ejércitos de las naciones occidentales, incluso a costa de sacrificios increíbles, es algo que tenemos muy reciente. Hitler siempre se resistió a esta idea debido, sin duda, a sus prejuicios racistas.
3) Dada su comovisión racista, pese a sus simpatías por la Italia fascista y por el Japón, nunca tuvo el convencimiento de estar librando la misma guerra que esas dos naciones, latina la una y amarilla la otra. Esto dio lugar a lo que los historiadores han bautizado como "guerra de las estrategias independientes". De hecho, Hitler jamás se molestó en dar a conocer sus intenciones a japoneses e italianos. Japón, que durante los años 1936-39 tuvo innumerables conflictos fronterizos con la URSS, en 1940 no fue informada de que ya se planeaba la operación "Barbarroja" y cuando comunicó a Alemania que se disponía a establecer un pacto de no agresión con la URSS, hasta se le animó a hacerlo. No se consideraba preciso contar con aquellos pequeños amarillos. Casos similares se pueden relatar con respecto a Italia. Subyacente en esta absurda estrategia, estaba la idea de que esos dos Estados, que no eran germánicos, no podían ni debían ser tratados como iguales.
4) Cuando Alemania lanzó la operación "Barbarroja", los rusos y los demás pueblos de la URSS estaban literalmente hartos de la ominosa dictadura stalinista, que había causado millones de muertos y sacrificios sin fin a todos los pueblos de la URSS. De hecho, en las primeras semanas de la campaña los pueblos del Este recibían alborozados a la Wehrmacht. Pero en vez de actuar como liberadores, la campaña se transformó en una auténtica guerra de conquista colonial. Literalmente se pensaba en hacer de los pueblos de la URSS unos nuevos ilotas al servicio de los alemanes. Esta abominable política abortó, en definitiva, lo que fue una posibilidad más que real: la de que millones de ciudadanos de la URSS se unieran a los alemanes contra Stalin. Al contrario, la brutal política racista y colonialista aplicada por los alemanes en Rusia despertó todas las energías nacionales de los rusos, quienes acabaron derrotándolos y ocupando parte de su mismo territorio durante medio siglo.
Tan larga digresión pretende demostrar qué puede llegar a ocurrir cuando se parte de ideas aberrantes. Todo problema que está mal planteado no puede tener una solución correcta. Y si el planteamiento —la ideología racista— es manifiestamente absurdo —amén de potencialmente criminal—, la conclusión no puede ser más que catastrófica. Aunque a sus entusiastas defensores les guste creer que lo que provocó la derrota del III Reich fue una tenebrosa conjura mundial, la realidad es que lo que llevó a la derrota de la Alemania hitleriana no fue otra cosa que su ideología racista o, más exactamente, los errores político— estratégicos que de ella se derivaron. Su pecado les trajo una dura penitencia (19).
De la ideología a la realidad
Las tesis racistas que hablaban de la superioridad blanca, en general, o sus derivaciones —nordicismo, teutonismo, sajonismo, celtismo, etc.—, resultaban manifiestamente absurdas y no hubieran resistido un análisis frío y desapasionado, en el caso de que sus creyentes hubieran decidido someter sus ideas a esta práctica. Bastaba con preguntarse: si la raza blanca era superior, ¿cómo explicar que durante milenios la China marchara en vanguardia cultural, científica y técnica? Se atribuía a los arios todo aspecto creativo, pero sólo alguien dotado de una imaginación portentosa podía atribuir la Gran Muralla, o las pirámides de Egipto o del Yucatán, al genio creador de los blancos. Si los germanos eran seres tan poderosamente dotados, ¿cómo justificar que durante siglos hubieran sido tan sólo un pueblo de rústicos analfabetos que habitaban chozas en el interior de fríos bosques, sin dar durante tantísimos siglos la más mínima muestra de genio, mientras que, a orillas del Mediterráneo, se sucedían portentosas civilizaciones?
Los mismos germanos afirmaban sus orígenes nórdicos, incluso hiperbóreos, sosteniendo que esa sangre nórdica era la mejor. Hubiera sido necesario preguntarse, ¿cuál había sido la gran aportación del mundo nórdico a la Humanidad? Los vikingos, sus más conspicuos representantes, no fueron más que vulgares piratas y saqueadores. Incluso sus hazañas guerreras palidecen y se quedan en nada cuando se las compara con las de otro gran pueblo de saqueadores, los mongoles, quienes, además de superarles en proezas castrenses, fueron capaces de levantar un imperio, nada más y nada menos que desde Corea hasta Polonia, al tiempo que conquistaron la nación más desarrollada y poblada del mundo: China.
Los pueblos latinos, como los españoles o los portugueses, muy despreciados en la época de apogeo del racismo, demostraron estar mucho más avanzados que los británicos en el dominio del mar. Mientras que los portugueses llegaban a las Indias Orientales y China mucho antes que los británicos, los españoles fueron capaces de construir un gigantesco imperio ultramarino que duró mucho más de lo que ha permanecido en pie el bastante efímero imperio británico (20), por muy germánicos y rubicundos que fueran los conquistadores y administradores de este último. ¿Cómo un pueblo tan poco nórdico como el español había realizado tamañas proezas en la historia? En vez de resolver de una forma sensata tal interrogante se recurrió, sin embargo, a una hábil treta: mientras los publicistas anglosajones cantaban las mas apasionadas elegías de cualquier personajillo con apellido británico, las gestas de un Cortés o un Pizarro ni se mencionaban. Y que conste que no tratamos aquí de legitimar un imperialismo hispano frente a otro anglosajón, sino que apuntamos cómo se construía una visión de la historia destinada a sostener las tesis racistas del imperialismo británico. Y ¿qué decir de los árabes? Ese pueblo, considerado un pueblo semita despreciable, había realizado una de las más gigantescas epopeyas de la historia, conquistando el espacio comprendido entre los Pirineos y el valle de Ferghana en Asia Central —de hecho, la batalla en la que los árabes derrotan al ejército godo en España y la batalla de Talas, en la que expulsan a los chinos de toda el Asia Central, son cronológicamente casi simultáneas—, dotándolo además de una civilización altamente desarrollada. En cuanto a su mayor creación espiritual, el Islam, esa religión se extendía, en la época de apogeo de la ideología racista, entre el Atlántico y el Pacífico. ¿Cuál era la gran creación cultural-religiosa que se pudiera comparar a ésta y que fuera realizada por los escandinavos, un pueblo que parece ser la quintaesencia de la germanidad? ¿Sus sagas? ¿Son comparables sus correrías de saqueo por los mares que circundan Europa con esa capacidad para construir en poquísimos años un imperio pluricontinental? Todo esto resulta fácil de razonar, si uno se lo propone. Pero cuando se parte de prejuicios, casi nada resulta claro y todo acaba por deformarse.
De hecho, los prejuicios racistas reaparecen donde menos lo espera uno, y así, aún hoy en día, podemos ver, por poner un ejemplo, cómo para bastantes autores sigue siendo imposible admitir que el Taj Mahal, sin duda la creación artística más bella de la Humanidad, pueda ser debido a autores que no eran todo lo blancos que debieran (21).
Dicho de otra manera: el racismo, las teorías racistas, encuentran un mentís total en la Historia, en la que vemos a pueblos que si bien a la altura del ultimo tercio del XIX estaban en situacion de decadencia, habían sido autores de grandes hazañas, creadores y portadores de grandes culturas. Mientras que a la vez contemplamos cómo los pueblos germánicos, que por las mismas fechas se consideraban la mejor muestra del género humano, han pasado larguísimos siglos sin dar la mas mínima muestra de genialidad. ¿Por qué no se quiso ver lo que resultaba evidente? Pues porque, por desgracia, la Historia ha sido —y es— la más manipulada de las actividades intelectuales.
Para centrarnos en el caso de Alemania, nadie pareció prestar atención al hecho de que la raza supuestamente superdotada se hubiera pasado largos siglos sin dar la más mínima señal de creatividad cultural o política, ni tampoco de la voluntad de dominio que se supone acompaña a toda raza superior, siendo incluso incapaz de auto-unificarse hasta casi en los estertores del siglo XIX. Obviamente, entre los alemanes racistas no se trataba para nada la cuestión de los prusianos, considerados el paradigma de lo alemán, y en realidad los alemanes menos alemanes, ya que por sus venas corría al menos tanta sangre eslava como germana. En toda Alemania al este del Elba se encuentra una sorprendente cantidad de apellidos terminados en "-ki", los mismos apellidos que, según el rey prusiano Federico Guillermo, caracterizaban "a esa masa de estúpidos que son los polacos". De la misma manera, la cantidad de germano-austriacos que tienen apellidos de indiscutible origen esloveno o serbocroata sugiere que, aunque todos ellos sean indiscutiblemente alemanes por su cultura, desde un punto de vista racial muchos debieran ser considerados como eslavos. Un análisis sensato de la realidad histórica debía haber mostrado que, al Este del Elba, y conforme se avanza a lo largo del Danubio, la mayor parte de los alemanes tenían entre sus antepasados a algún polaco, algún checo, algún esloveno o algún croata.
Nada de esto era tomado en consideración. En cambio, el extraordinario auge cultural, científico y económico de Alemania en el mundo a lo largo de los últimos años del siglo XIX y primeros del XX era atribuido a las cualidades biológicas de su excepcional raza. Dado el tremendo influjo que ejercía la cultura alemana en toda Europa, eran muchos los que consideraban que las mejores o peores cualidades de cada nación tenían mucho que ver con el porcentaje y la calidad de la sangre germánica que corriera por sus venas. Y no estamos hablando de personajes de segunda fila. En España, por ejemplo, un pensador de la categoría de Ortega y Gasset atribuía buena parte de la responsabilidad de la decadencia española, a que los germanos que nos tocaron en suerte en las invasiones que pusieron fin al Imperio romano, los visigodos, eran unos germanos decadentes y contaminados de romanidad, lo que contrapone al vigor bárbaro de los francos, los germanos que se asentaron en las Galias (22). Queda por explicar cómo este pueblo español, tocado por esa mácula de poca y bajísima calidad de sangre germánica que nos llegó, pudo realizar la conquista de medio mundo mientras la muy portentosa sangre de los francos apenas permitía a Francia asegurarse el dominio de su "hexágono" durante un buen puñado de siglos... No menos sorprendente es la valoración de lo godo-germánico como un hecho cultural de alguna relevancia, siendo así que los siglos de dominio de los conquistadores godos en España no supuso ninguna aportación cultural apreciable y en realidad la España goda no es sino un triste final para el mucho más glorioso episodio de la Hispania romana. Pero, en definitiva, la referencia a Ortega y Gasset nos da una muestra de hasta qué grado se había extendido, también en nuestro país, la moda de la teutomanía (23).
Raza versus clase
Un análisis, no ya científico, sino de sentido común, acaba por echar por tierra cualquier teoría racista. Sin embargo, no sólo se difundieron ampliamente, sino que fueron seguidas a pies juntillas por Gobiernos, por partidos y por amplias capas populares. ¿Cómo fue posible? En realidad no tiene nada de extraño ni de excepcional. Un caso similar ha ocurrido con el marxismo. Éste, como sistema de pensamiento, es una falacia absoluta. Según esta teoría, era inevitable que los países más desarrollados económicamente se acabaran convirtiendo en comunistas, al entrar en contradicción el desarrollo de las fuerzas productivas con las relaciones de producción. Pasaron décadas y se pudo comprobar que ni un solo país desarrollado se convertía al socialismo, mientras que este régimen se imponía exclusivamente en países atrasados y feudales, puramente rurales. Pese a tan flagrante contradicción, que invalidaba al marxismo como ciencia, ya que no sólo no predecía bien el desarrollo histórico, sino que al final lo que ocurría en la realidad histórica era exactamente lo contrario de lo que se decía que iba a ocurrir, de lo que debía suceder según los dogmas; pese a esto, repito, el marxismo ha sido la filosofía oficial de la Historia durante décadas, no sólo en la URSS y demás países comunistas, sino con más fuerza aún entre los intelectuales de Occidente; y quién sabe si, de no haber sido por el hundimiento catastrófico de la URSS y el mundo socialista, aún seguiría gozando del mayor predicamento intelectual. El intelectual que vive del "prêt-a-penser" es un modelo mucho mas habitual de lo que nos podemos imaginar. Y aunque la URSS y demás países satélites parecía que debían sus teorías más a un taxidermista que a un filósofo (24), los absurdos, aberraciones y ridículos del pensamiento marxista aparentaban tener mas verosimilitud que cualquiera otra filosofía en la Historia, si uno se dejaba llevar por las opiniones de la mayor parte de los intelectuales afamados del siglo XX. Si el marxismo ha podido mantenerse como ideología cuasi-hegemónica durante tantas décadas, no debería sorprendernos que el racismo haya sido una ideología con un amplio predicamento.
El racismo y el marxismo se presentaban como ciencias y eran creídos como tales, pero en realidad no eran sino creencias, ideologías, casi religiones, que se aceptaban acríticamente por sus seguidores. Marx creyó que las clases y sus luchas eran motores de la historia. Gobineau afirmó que eran las razas y sus luchas. Hoy sabemos que si existen razas y clases es puramente como categorías descriptivas —como existen los trajes verdes y los sombreros azules—, pero que ni las clases ni las razas son los motores de la historia, porque en realidad no son sujetos agentes.
Otro punto en común entre marxismo y racismo es su gran capacidad de movilización de masas. En la Alemania derrotada de 1918, Hitler encontró en el racismo el gran motor capaz de sacar de su abatimiento al pueblo alemán e hizo de él la base de su doctrina. Poco importaba, en realidad, que el pueblo alemán no pueda ser definido como una raza. Según los criterios taxonómicos raciales entonces vigentes, una parte del pueblo alemán podía ser considerada como miembro de la raza nórdica —la que habitaba en la parte central y septentrional del país—, pero otros muchos alemanes respondían a las clasificaciones de raza alpina —alemanes del Sur—, este-europea —alemanes del Este, a partir del Elba y, desde luego, a partir del Oder— e incluso de la raza dinárica —en Austria— (25). Sin embargo, se hizo de la raza el mito movilizador central del discurso. No por casualidad la obra del teórico principal del NSDAP, Rosenberg, se llama El Mito del Siglo XX. Al proceder así, Hitler no estaba realizando nada excepcional. Por desgracia, el nacionalismo alemán se hallaba muy impregnado de racismo antes de que él fuera una figura relevante. Hoy sabemos que no hay una raza romana, sino una cultura romana; que no hay una raza indoeuropea, sino una lengua y, a grandes rasgos, una cultura indoeuropea; que no hay una raza alemana, sino una cultura alemana. Pero esto no resultaba tan obvio en la Alemania y en la Europa de principios de siglo...
Frente a la ideología pretendidamente científica del marxismo, con gran capacidad de atracción popular —¿cómo no va a gustar oír que la culpa de tus desgracias la tienen los explotadores, pero afirmándose a la vez que su fin esta próximo y es inevitable?—, se alzó otra ideología con igual pretensión de ser científica, y no menos halagadora para las masas —¿acaso no suena a música celestial que le digan a uno que pertenece a una raza superior?—. Ni una ni otra, empero, contenían un ápice de verdad y han pasado a la historia como responsables de las mayores tragedias para los pueblos que las adoptaron. Si los errores y horrores del racismo llevaron a Alemania al borde de su aniquilación como nación, los errores y los horrores del comunismo han llevado a Rusia desde el feudalismo hasta el gobierno de las mafias pasando por la dictadura más brutal de la historia.
Precisamente la comparación entre marxismo y racismo es la mejor manera de verificar hasta qué punto el racismo es una ideología típica de la modernidad. Ambas pretenden ser filosofías de la historia, que la explican a través de un solo factor —lucha de clases, lucha de razas—, basando sus teorías en los avances científicos —la economía política, la biología—. Si los marxistas querían superar la falsa conciencia de los proletarios, haciéndoles adquirir conciencia de clase, el primer objetivo de los racistas era difundir la conciencia de raza entre los miembros de la pretendida raza superior.
Dos ejemplos que nos ilustran sobre la necesidad de construir la alternativa, los nuevos paradigmas, alejados de reduccionismos y de presuntos cientifismos. Pero, a la vez, ambos fenómenos nos sugieren una importante pregunta: ¿Si eran tan erróneos y absurdos como han demostrado ser, cómo explicar su éxito? ¿Cómo llegaron a convertirse en las "ideologías universales del siglo XX", según expresión de Hannah Arendt? Este éxito no se debió, sospecho, tanto a sus méritos intrínsecos como a las deficiencias esenciales del pensamiento burgués triunfante con la Ilustración. De la misma manera que el pensamiento ilustrado fue incapaz de dar una respuesta a la problemática social que se derivaba del industrialismo capitalista, pese a sus proclamas de libertad e igualdad, el pensamiento ilustrado tampoco fue capaz de ofrecer una teoría antropológica que se adecuara a las realidades plurales del ser humano. El individuo, la construcción teórica de la antropología ilustrada, es una ilusión, ya que el ser humano, si llega a ser, es precisamente porque no es individuo, sino miembro de una comunidad o, más exactamente, de una cadena de comunidades. Al despojar al ser humano de su engarce dentro de un universo social holista y organicista, el pensamiento ilustrado no erradicó de él la necesidad de identificarse con una colectividad. La nación y la raza —en otros casos, la clase— aportaron así el nuevo marco colectivo al sujeto nacido de la Ilustración que, como ser humano que seguía siendo, en realidad no podía reconocerse en la construcción teórica del individuo.
La vinculación entre racismo e individualismo se manifiesta también en el hecho de que todo racismo es un igualitarismo. Para un racista alemán, por ejemplo, cualquier alemán era mejor que el mejor de los italianos, porque todos los alemanes era iguales, y por tanto mejores que cualquiera de otra raza... Y hacemos constar esto porque algunos racistas han pretendido dar a esta ideología un cariz de ideología aristocratizante, frente a los valores plebeyos de la Ilustración. Nada más alejado de la realidad, ya que el igualitarismo antropológico ilustrado se reproduce en el discurso racista, aunque a escala reducida, limitada. Son muchos y muy sólidos los argumentos que nos hablan de que el racismo es una ideología cuya génesis, desarrollo y características están más vinculados con la modernidad que con el mundo tradicional. Por tanto lo que está claro es que todo intento de ir más allá de los valores de la modernidad debe rechazar resueltamente cualquier vinculación con el racismo. Y que, desde el punto de vista de las Ciencias Humanas, la dependencia de los volubles datos de las ciencias físicas siempre es una peligrosa sumisión.
El racismo. Génesis y desarrollo de una ideología de la Modernidad
Carlos Caballero Jurado
Hespérides, n. 16-17, primavera de 1998, pp. 605-629.
Desde fines del siglo XIX las relaciones entre culturas y naciones se han visto envenenadas por las creencias racistas. Como la palabra racismo se usa de forma constante, y no siempre adecuada, conviene empezar por definir, lo más estrictamente posible, su significado. La palabra "racismo" designa una creencia cuyos rasgos fundamentales serían los siguientes:
1) Creer que los seres humanos se dividen, fundamentalmente, en razas. Y, en consecuencia, atribuir al factor raza una importancia antropológica decisiva.
2) Asignar a las razas características inmutables, y creer que los caracteres trasmitidos hereditariamente no son sólo los rasgos físicos, sino también ciertas aptitudes y actitudes psicológicas, que son las que generan las diferencias culturales que se pueden apreciar.
3) Creer que existe una jerarquía entre razas, siendo alguna, o algunas de ellas, superiores a las otras.
4) Entender la mezcla de razas como un proceso de degeneración de las razas "superiores".
Raza y ciencia
Lo que entendemos por "raza" es simplemente un estereotipo cultural. Este concepto se formó a partir de la presencia de ciertos rasgos externos —color de la piel, características del pelo, rasgos faciales, constitución anatómica, etc.— muy visibles y sistematizados por los científicos de la primera modernidad, rasgos a los que se superpusieron predisposiciones intelectuales e incluso espirituales. El racismo consiste, pues, en una improcedente mezcla de elementos heterogéneos: físicos por una parte, mentales y anímicos por otra.
Contrariamente a lo predicado por sus defensores durante mucho tiempo, hoy la base científica del racismo ha sido puesta en entredicho. Recientemente, por ejemplo, el equipo dirigido por los profesores Luca Cavalli-Sforza, Paolo Menozi y Alberto Piazza ha publicado la gigantesca obra The History and Geography of Human Genes (1), donde niegan toda base científica al racismo. Usando modernas técnicas desarrolladas por la Genética de poblaciones, llegan a la apabullante conclusión de que no hay fundamento científico alguno para clasificar a los seres humanos en razas, ya que la diversidad genética, bioquímica y sanguínea entre individuos de una misma "raza" es incluso mayor que la que existe entre "razas" consideradas distintas. Los factores biológicos en los que se basa el concepto científico de raza serían sólo externos, mientras que los datos aportados por las nuevas técnicas —análisis de los árboles filogenéticos, de los polimorfismos nucleares y del ADN mitocondrial— dibujan un panorama completamente distinto donde la noción de raza es irrelevante. Frente a esta perspectiva abierta por la biología molecular, otros científicos disienten. Así, André Pichot escribía recientemente: "Combatir el racismo arguyendo que las razas no existen es una inepcia (...) Que la noción de raza (o de especie, o de género, etc.) no sea aprehendida por la genética molecular es una cosa; que haya razas en taxonomía, en antropología o en el mundo humano en que vivimos, es otra muy distinta, y la verdad, en esta materia, no tiene por qué residir en el reduccionismo molecular" (La Recherche, febrero 1997).
¿Hay razas o no hay razas? ¿Hay que tener en cuenta las diferencias fisiológicas externas, o las biomoleculares? Los científicos no se ponen de acuerdo. Pero sí hay un amplio consenso sobre el hecho de que, existan las razas o no, el racismo es una peligrosa desviación.
Sin embargo, aunque el racismo está hoy completamente desacreditado como doctrina científica —o como ideología política—, esto no quiere decir que en el pasado no fuera una doctrina ampliamente difundida y apoyada por pensadores tenidos por insignes, a la vez que considerada como plenamente científica. Ni tampoco que, hoy en día, las actitudes racistas sigan estando ampliamente difundidas; muchísimas personas que jamás se definirían como racistas tienen, sin embargo, un comportamiento inequívocamente racista cuando han de convivir, por el motivo que sea, con personas de otra raza.
Racismo y xenofobia
El racismo, como es bien sabido, hunde sus raíces en la xenofobia, el miedo al extraño, una actitud o sentimiento prácticamente innato que encontramos tanto en los animales como en los seres humanos y también en los grupos sociales por éstos constituidos, incluidas las naciones. En pocas palabras, la xenofobia es la desconfianza instintiva hacia el extraño al grupo, percibido a priori, y de forma casi mecánica y automática, como un enemigo potencial. Esta xenofobia, que sin duda debe tener que ver con los instintos territoriales, no es sin embargo completamente equiparable al racismo, ya que éste no se presenta como un instinto, sino como una teoría. De ahí, de ese impulso innato y primario, a la formulación de doctrinas racistas hay un largo trecho y, en realidad, el racismo como ideología y dogma político no aparece en la historia sino muy recientemente, en el ámbito de lo que llamamos Modernidad (2).
No es extraño, ya que la modernización supone, entre otras cosas, la desaparición de un mundo caracterizado por lo reducido de las agrupaciones humanas y su aislamiento, lo que hacía que el contacto con el extraño fuera una experiencia casi excepcional para una inmensa mayoría de la población. La Modernidad abrió el camino hacia una sociedad globalizada, con gigantescos movimientos de personas, en la que la presencia del extranjero se transforma en algo cotidiano. Y esa presencia, cada vez más frecuente, del extranjero no deja de provocar angustias, sobre todo en un entorno que de ser estable y cuasi-inmutable, como el de las pequeñas comunidades que caracterizaban el modo de vida pre-moderno, pasa a ser velozmente cambiante. El proceso de desarraigo, favorecido por la modernización, está muy posiblemente en la base de la aceptación de los comportamientos racistas tan lamentablemente cotidianos en el mundo actual por amplios segmentos sociales.
Los precursores
El lugar y fecha del nacimiento del racismo como ideología está perfectamente localizado: la Europa del siglo XIX, especialmente en su último tercio, aunque hunda sus raíces casi un siglo atrás. El sueco Karl von Linné (1707-1778), y el francés George-Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788), modelos de científicos ilustrados, catalogaron a todos los seres vivos en razas, géneros, familias, etc. Los seres humanos no escaparon a ese afán catalogador y, de forma inevitable, se les clasificó por razas, como a los demás integrantes del reino animal. No es que Linné o Buffon prestaran una gran atención a clasificar a los seres humanos, pero sí sus sucesores antes de que acabara este siglo XVIII, como el anatomista holandés Peter Camper (1722-1789), que estableció una taxonomía de razas humanas —casi resulta inútil decir que los blancos estaban en el estrato superior y los negros eran situados por Camper sólo ligeramente por encima de los monos—. Camper construyó su taxonomía a partir de los cráneos, partiendo del que para él resultaba ser el modelo perfecto: las cabezas de los atletas de la escultura clásica griega. La forma del cráneo parecía ser una obsesión del siglo, ya que Franz J. Gall (1758-1828) alcanzó fama gracias a su nueva ciencia, la frenología, según la cual las predisposiciones morales e intelectuales de un ser humano se manifestaban a las claras como consecuencia de la forma que tenía su cráneo. Por ridículo que esto suene hoy día, esta teoría pasó por ser una auténtica psicología moderna, empirista y científica, frente a las tradiciones psicológicas espiritualistas. De hecho, durante mucho tiempo, a los psicólogos modernos se les llamó "frenópatas" y a las clínicas psiquiátricas modernas se las llamó "frenopáticos". Dado que la forma de un cráneo figura entre los caracteres racialmente heredados, no es difícil ver las implicaciones racistas de estas teorías (3).
En la medida en que el pensamiento teológico iba siendo sustituido por el científico y racionalista, fueron apareciendo más y más pensadores que intentaban dar explicaciones nuevas al devenir histórico humano, alejadas de las tradicionales. Y varios de ellos atribuyeron una importancia especial al tema de la raza. Los alemanes Carl G. Carus y Gustav F. Klem figuran entre los primeros autores que introducen el factor raza para interpretar la evolución de las culturas y la historia humana (4). Casi simultáneamente, el sueco Retzius introduce el primer método científico para clasificar razas: el índice cefálico (5). Combinado con otros sistemas, todos los cuales son hoy considerados de nulo valor probatorio —color de la piel, características del cabello, estatura media, color de ojos, forma de la nariz, etc.— el índice cefálico se utilizó para intentar clasificar a los seres humanos en razas. La poca fiabilidad del resultado intelectual de tales métodos resulta evidente cuando contemplamos la extremada dificultad que ha existido para clasificar y catalogar las razas. Se han formulado un gran número de taxonomías raciales, ninguna de las cuales ha llegado a gozar de plena aceptación (6).
Todo este conjunto de ideas pre-racistas o expresamente racistas no eran difundidas simplemente por científicos aislados, sino por significadas sociedades científicas, como la Sociedad Etnológica de París —fundada en 1839—, la Sociedad Etnológica de Londres —creada en 1843— y la también londinense Sociedad Antropológica —establecida en 1863. Todas ellas eran definitivamente racistas en las tesis que defendían y difundían (7).
En este contexto se formuló la primera teoría racista explícita, la desarrollada por el francés Joseph Arthur, conde de Gobineau en su celebre Ensayo sobre la Desigualdad de las Razas Humanas (1853). Sintetizando al máximo su doctrina encontraríamos estos puntos:
— Existen razas superiores, dominantes, que no son sino ramas de una misma familia, la aria, y que han dado vida a las formas culturales más brillantes y a las naciones más poderosas.
— La decadencia de esas naciones y esas culturas se ha producido por degeneración biológica de las razas, por el mestizaje.
— La historia no es otra cosa que el campo de batalla donde se libran luchas entre razas.
Tan endeble teoría es posible que no hubiera tenido mucho eco en otras condiciones distintas a las reinantes en la Europa del siglo XIX. En ese preciso contexto histórico coincidieron varios factores que favorecieron, sin embargo, la recepción de tales ideas:
a) La interpretación biologizante de las teorías de Herder. Aunque no sea posible hacer de Herder un pensador racista, su insistencia en la existencia de un Volksgeist —genio nacional— especifico e inalterable de cada nación servía indirectamente para dar credibilidad a las tesis de Gobineau.
b) El gran auge que en esos momentos experimentaba Europa, en los ámbitos de lo político, militar, tecnológico, científico y cultural. Europa se había lanzado a la conquista del mundo y lo estaba sometiendo. Las naciones formadas por miembros de la raza blanca se estaban haciendo las dueñas del Universo. El racismo fue utilizado por todas las grandes naciones imperialistas blancas como ideología de legitimación del imperialismo.
c) Los grandes avances experimentados por las ciencias biológicas. Poco después de la aparición de la obra de Gobineau aparecía El Origen de las Especies (1859), de Darwin, y aunque sin la menor duda Darwin no fue racista, sus ideas de que en la naturaleza imperaba una "batalla por la vida" en la que triunfaban "los más fuertes" y que esto era "el motor de la evolución" fueron inmediatamente vulgarizadas y aplicadas al ámbito de lo humano —darwinismo social—. No menos influyente será el descubrimiento de las leyes de la Genética por Mendel, en 1865. Aunque los descubrimientos de éste pasaran largos años sin ser de dominio público, estos avances científicos iban a tener una inesperada repercusión en el ámbito de las ideas.
El racismo fue una ideología fruto de la biologización de las teorías sociológicas. En el mundo contemporáneo, los estudiosos de áreas humanistas —la historia, la psicología, la sociología, etc.— han padecido y padecen de un notable complejo de inferioridad respecto a las ciencias exactas y naturales, cuyos métodos tratan de copiar constantemente. Estos pensadores, que significativamente empezaron a adoptar la denominación de científicos sociales, adaptaron irreflexivamente al estudio de las sociedades una serie de paradigmas tomados de las ciencias biológicas. Historiadores, filósofos, psicólogos, que antes habían buscado su inspiración en textos sagrados, tradiciones ancestrales, etc., ahora copiaban las técnicas de los laboratorios: en el mundo moderno la ciencia ha ocupado el lugar de la teología o, mejor dicho, la ciencia es la teología del mundo moderno.
d) Los avances en lingüística comparada demostraron que prácticamente todas las lenguas habladas en Europa procedían de una lengua originaria común, el indoeuropeo, de la que descendían también lenguas como el persa y las lenguas del norte de la India. A partir de la existencia de esa lengua original se dedujo la existencia de un pueblo primigenio, el ario, cuya genialidad quedaría de manifiesto al haber sido la matriz de los pueblos que crearon grandes culturas como las de la India, Persia, Grecia y Roma y —más recientemente— la Cultura occidental. Este análisis desdeñaba el hecho de que una misma lengua no implica una misma raza. Pueblos racialmente distintos pueden hablar una misma lengua sin que eso establezca entre ellos una filiación genética. Un ejemplo evidente es el caso del idioma castellano, cuyos hablantes se extienden desde los Pirineos hasta Tierra del Fuego, sin que eso haga de ellos una comunidad biológica.
Las teorías de Gobineau se inscriben en la herencia intelectual de la Ilustración, aunque a muchos esto les pueda sonar extraño. Observadores sagaces, como George L. Mosse, no han dudado en definir al racismo como "der Schattenseite der Aufklärung", el lado oscuro de la Ilustración (. Y quienes crean que el racismo es una pervivencia del mundo tradicional en el mundo moderno, deberían leer con detenimiento al antropólogo cultural y sociólogo Louis Dumont, para cerciorarse de cómo el racismo es una ideología típicamente moderna y profundamente emparentada con el individualismo (9). Gobineau trata, como todos los grandes ilustrados, de crear una gran teoría, elaborada mediante la razón, para explicar un fenómeno, en este caso la Historia política y cultural de la Humanidad, sin recurrir a las revelaciones proféticas ni a la acción de la Providencia divina. La teoría pretende ser científica y basarse en la experiencia —Gobineau fue embajador de Francia en Persia y concibió sus ideas al comparar el estado del país cuando él lo conoció con la época de esplendor de Persia en la Antigüedad—.
A Gobineau le sucedieron una serie de intelectuales cuyas formulaciones, de una manera u otra, estaban emparentadas con las suyas. Además, el ambiente intelectual global jugaba a favor suyo. No es mínimamente creíble presentar a Friedrich Nietzsche como un teórico del racismo, pero su idea de la existencia de una "moral de señores", opuesta a una "moral de esclavos" podía —debidamente vulgarizada— engarzarse con las tesis de Gobineau. Por esto, algunos de sus admiradores, y casi todos sus detractores, han hecho de Nietzsche un apóstol del racismo, aunque esta idea no se sostenga después de un análisis serio de su obra. Algo similar cabe decir de Richard Wagner, amigo personal de Gobineau, dicho sea de paso. El mundo germánico recreado por Wagner en sus óperas, presentado de forma absolutamente idealizada, era exhibido como encarnación de todas las virtudes positivas y fueron muchos los que sacaron de aquellas óperas unas conclusiones racistas.
Ya he hablado de Darwin y las teorías del darwinismo social. A esta influencia cabe añadir la del también británico Francis Galton, cuya obra Hereditary Genius (1869) fundamentó la doctrina de la Eugenesia, fácilmente susceptible de aplicación para reforzar las tesis racistas. Por muy extraño que esto suene a los oídos de muchos —dado que hoy en día, como consecuencia de la experiencia del nazismo en Alemania, está sólidamente establecida la ecuación entre Eugenesia y Racismo— la realidad es que inicialmente la obra de Galton fue asumida y difundida fundamentalmente por gentes con mentalidad progresista y de izquierdas (10).
De hecho, el conjunto de las teorías racistas engarzaban magníficamente con la ideología liberal triunfante. Como señala Mosse: "Hay que tener en cuenta que las ideas de superioridad racial no estaban necesariamente vinculadas al nacionalismo, sino que podían utilizarse también para apoyar las cualidades liberales de la seguridad en uno mismo y la iniciativa privada (...) [muchos] creyeron que Inglaterra debía sus instituciones parlamentarias a sus raíces anglosajonas. Se creía que la organización de las tribus germánicas, el Comitatus, ejemplificaba las prácticas democráticas. Se dedujo de ello que aquellas razas que no compartían ese pasado carecían de la cualidad mental precisa para el autogobierno. Esta apropiación del autogobierno como consecuencia de las tradiciones de raza adecuadas forjó una vinculación entre gobierno representativo y exclusividad racial (...) El racismo no rechazaba al principio la libertad y la autonomía, sino que les atribuía raíces de raza". (11)
El racismo, fruto del positivismo
En 1899, con la aparición de la obra del británico Houston S. Chamberlain Los Fundamentos del Siglo XIX, el racismo da un salto cualitativo. Profundizando en las ideas de Gobineau, Chamberlain circunscribe el ámbito de las razas superiores al mundo germánico-nórdico, quintaesencia de la raza aria, de los pueblos blancos. Una teoría que resultaba extraordinariamente halagadora a los oídos de los alemanes, recién unificados en 1870 y que estaban convirtiéndose en una gran potencia mundial. Chamberlain parecía dar la razón a sus ansias de expansión.
Pero es más que dudoso que Gobineau o Chamberlain, autores de libros bastante endebles —Gobineau llegaba a afirmar, contra toda evidencia, que culturas como la egipcia o la china tenían una base "aria"; Chamberlain, por su parte, trató ridículamente de demostrar que Jesucristo no era judío, sino un ario...— , hubieran encontrado eco de no haber existido un ambiente intelectual propicio. Y este, aunque parezca inverosímil, no fue otro que el generado por el positivismo, una doctrina filosófica típicamente moderna. F. Elias de Tejada llamaba la atención sobre este hecho, muy relevante, ya que salta a la vista que la obra de Gobineau o Chamberlain no podía, por sí misma, generar un movimiento intelectual con tanta influencia como la que el racismo tuvo. Elías de Tejada escribía a este respecto: "Fomentando la tesis racista o, mejor dicho, allanándole el camino, hay toda una escuela filosófica que en el siglo XIX va a investigar los problemas humanos teniendo en cuenta las diferencias entre las ramas de la especie humana; es el positivismo, cuyas perspectivas filosóficas se acomodan fácilmente al punto de vista racial. En efecto; es el positivismo la posición filosófica que sólo se atiene a los hechos, a los données, para ir sacando de ellos, por el camino de la inducción, tesis de validez general y leyes cuya aplicación sea más amplia que el hecho mismo. Ajustándose únicamente a los datos y prescindiendo de toda visión previa de amplitudes universales, tomando como punto de partida los hechos concretos, bien podrá ser la raza uno de estos en la fundamentación de una nueva filosofía de la historia. El positivismo vino a proporcionar al racismo una fundamentación filosófica y un asidero ante los ataques, porque era una filosofía que prescindía de la vieja metafísica para vivir únicamente de los planteamientos y teoremas reales.
"El padre de la escuela —prosigue Elías de Tejada—, A. Comte, no incide en cuestiones raciales, pero tampoco escapan a su aguda visión de las cosas. En la lección 52 de su Curso de Filosofía Positiva compuesta mucho antes de que apareciera la obra de Gobineau, nota ya las especialisimas aptitudes de la raza blanca para el desarrollo político, sin adentrarse en la cuestión, pero dejando abierta una pregunta a la que el propio Gobineau contestará posteriormente y en la que también se fijaran sus discípulos. ‘¿Por qué posee la raza blanca —se plantea— de una manera tan pronunciada el privilegio efectivo del principal desarrollo social, y por qué ha sido Europa el lugar esencial de esta preponderante civilización? Este doble objeto de correlativas meditaciones ha debido estimular sin duda más de una vez la inteligente curiosidad de filósofos (...) Sin duda, se percibe en seguida, al primer respecto, en la organización característica de la raza blanca, y sobre todo en el aparato cerebral, algunos gérmenes positivos de su superioridad real, aunque todavía están muy lejos los naturalistas de coincidir unánimemente en este punto’ (...) La tesis de Comte, mejor dicho, su indicación, no se ciñe estrictamente a la posición racista (...) Pero marca una dirección en la que progresarán sus discípulos, partiendo de esta intima relación entre los hechos físicos y los fenómenos políticos, tan de acuerdo con la filosofía positivista y en la que el propio Comte insiste muchas veces" (12).
De no haber existido el positivismo como filosofía de la ciencia masivamente aceptada en la Europa del XIX, es más que probable que las especulaciones racistas de personajes como Gobineau o Chamberlain, de poquísima altura intelectual como ya hemos señalado, no hubieran encontrado un terreno tan bien abonado. Quizás el mejor ejemplo de la interconexión entre racismo y positivismo sea la figura de L. von Gumplowicz, el famoso sociólogo austríaco de origen judío, quien colocó el tema racial en el centro de muchas de sus obras, como Die sociologische Staatsidee (1892) y Grundiss der Sociologie (1892), aunque sea en Der Rassenkampf (1883) donde el tema racial concita toda su atención. Vale la pena señalar también que agudísimos pensadores sociales, como Max Weber, llegaron a confiar en que el desarrollo de las modernas ciencias biológicas permitieran hacer de la raza un factor explicativo de las diferencias económicas y culturales (13).
Otra razón que nos explica el campo abonado que encontró el racismo fue el imperialismo europeo sobre los países de ultramar y la lucha entre las grandes potencias, y la necesidad de articular una serie de justificaciones ideológicas para esos fenómenos. En la medida en que la Europa blanca, o más exactamente la Europa noroccidental y los Estados Unidos se estaban adueñando del mundo, las teorías racistas servían para explicar y justificar el dominio sobre razas inferiores. El británico Kipling, quien justificaba el imperialismo inglés en terminos de "la pesada carga" que el británico debía asumir dada la incapacidad de otras razas, es quizás el representante más conspicuo de estas ideas.
Pero existía igualmente el conflicto entre distintas naciones blancas europeas, y a estas pugnas se les quiso dar también una explicación racista: no sólo existía una jerarquía entre las distintas grandes razas humanas, sino que dentro de la blanca también existían jerarquías. Para los sajonistas eran los británicos y los norteamericanos los mejor dotados. Los celtistas legitimaban las aspiraciones francesas en las bondades de la raza celta, los habitantes de las Galias antes de la invasión franca, ya que, de haber exaltado a los francos, al ser éstos un pueblo indudablemente germano, habrían glorificado indirectamente a Alemania, a la que se consideraba una potencia enemiga (14). El teutonismo consideraba, por fin, que era el pueblo alemán el que mejor encarnaba las cualidades de la raza aria. Todas estas doctrinas estaban ampliamente difundidas y eran entusiásticamente aceptadas, tanto en los ámbitos populares, como en los sesudos círculos académicos.
Aunque hoy sólo se hable del racismo alemán, este tipo de ideas tenían igualmente predicamento en el Reino Unido, EE.UU. o Francia. Un autor norteamericano, Homer Lea (1876-1912), en su The Day of Saxon (1912) animaba a la "raza sajona" —británicos y norteamericanos— a aniquilar a la "raza teutónica" si quería asegurarse el dominio del mundo.
Los pueblos europeos latinos no solían salir muy bien parados en estas teorizaciones racistas. La cultura grecorromana no era presentada como autóctona, mediterránea, sino como fruto de pueblos nórdicos emigrados al sur... Y en cuanto a lo que pasa por ser la mayor gesta de los pueblos latinos en el mundo moderno, el descubrimiento de América, no deberá sorprendernos que en los primeros años de este siglo hiciera auténtico furor la historia de los viajes de los vikingos a América, presentados como el primer y verdadero descubrimiento; el hecho de que, en cualquier caso, la eventual presencia de escandinavos en América no tuviera la más mínima consecuencia histórica era irrelevante: cualquier cosa era preferible antes que admitir que ese hecho capital de la historia de la Humanidad que es el descubrimiento del Nuevo Mundo se debiera a una tripulación de andaluces mandados por un marino italiano (15).
En cuanto a las relaciones entre blancos y pueblos de color, en la praxis política cotidiana, el muy liberal Reino Unido realizaba una política indiscutiblemente racista sobre su vasto imperio colonial, y esto resulta tan obvio que no merece la pena que abundemos en ello. Sí que conviene, en cambio, subrayar que esta praxis no era fruto de la casualidad, ni de la simple xenofobia, sino resultado de todo un andamiaje teórico de carácter inequívocamente racista (16).
Y que la vida cotidiana de los Estados Unidos, paradigma de la democracia formal, estaba impregnada de un racismo radical —no sólo frente a indios y negros, también frente a otras razas blancas, como los italianos— no era menos obvio. Y no estamos hablando de las actitudes concretas de la personas señaladas, sino de la existencia de leyes y reglamentaciones que impedían que blancos y negros viajaran juntos en autobús, se cortaran el pelo en la misma peluquería, fueran a la misma escuela, etc. De hecho, el racismo institucionalizado y legalizado se mantuvo en la mayor parte de los EE.UU. hasta bien entrados los años sesenta de nuestro siglo.
Sin embargo, será Alemania la nación con la que, en definitiva, acaben identificándose las teorizaciones racistas en la mente de la mayor parte de los habitantes del mundo. ¿Por qué? No hay duda de que Alemania fue uno de los más tristemente fértiles caldos de cultivo para todo tipo de ideas racistas. Sin duda, porque servían, como ya hemos dicho, para tratar de justificar las aspiraciones expansionistas alemanas. Debido a su muy tardía unificación, Alemania había llegado muy tarde al reparto del poder mundial y, lógicamente, trataba de subvertir ese orden. La ideología racista ofrecía un buen surtido de argumentos útiles y no se tardaría mucho antes de que apareciera una legitimación racista del afán expansionista alemán con la figura de Von Treitschke. El racismo era, incluso, una fórmula para tratar de alcanzar lo que en realidad los alemanes aún no habían logrado después de su unificación de 1870, esto es, la auténtica unificación alemana: decenas de millones de alemanes seguían viviendo fuera del territorio del II Reich, fundamentalmente en el Imperio Austro-Húngaro, pero también en Suiza.
Conviene que subrayemos, empero, que la identificación entre racismo y Alemania es bastante caprichosa, ya que como hemos afirmado el racismo ha sido una ideología profundamente arraigada en toda la Europa noroccidental y los EE.UU. Todos hemos oído hablar de los excesos del racismo nazi en el período de entreguerras y en el transcurso de la segunda guerra mundial. En cambio, un discreto velo de silencio oculta que esas mismas ideas aberrantes eran ampliamente compartidas en los EE.UU., por poner sólo un ejemplo. La obra de Stephan Kühl, The Nazi Connection. Eugenics, American Racism and German National Socialism (17), ilustra elocuentemente los estrechos lazos establecidos entre los teóricos y científicos racistas nazis alemanes y sus colegas norteamericanos; y no nos estamos refiriendo a minúsculos grupos de radicales políticos, sino a instituciones académicas y médicas estadounidenses del mayor prestigio, que compartían con los nazis alemanes la obsesión por la higiene racial.
¿Una herencia bíblica?
Si la xenofobia puede manifestarse en cualquier país o cultura, y podemos encontrar sin apenas esfuerzo huellas de esa presencia, en cambio el fenómeno que aquí definimos como racismo parece patrimonio —en cuanto a sus orígenes intelectuales y primeros escarceos— de un reducido número de naciones, todas ellas —repetimos— situadas en el ángulo noroccidental europeo, con su prolongación transatlántica en EE.UU., y con una común caracerística: la influencia que en todas ellas tuvo la Reforma protestante. En efecto, Alemania, el Reino Unido, Escandinavia, Holanda, los Estados Unidos, son posiblemente los países donde el racismo ha tenido raíces intelectuales más profundas. Desde luego, todos tienen en común una base germánica, pero pensar que el racismo se deriva necesariamente del germanismo sería precisamente caer en una abominación racista, además de ser una ridiculez histórica. Se podría pensar también que todos estos países estaban en pleno apogeo a fines del XIX y principios del XX, y que encontraron en el racismo una ideología legitimadora. Tampoco es demasiado cierto, porque según esta idea, todo país o raza que haya tenido una fase de apogeo debería haber dado lugar a la aparición de una teoría racista, y esto es falso.
A mi entender, el factor decisivo que se da en todos estos países para explicar la aparición de una teoría racista es el hecho de que fueran culturas vinculadas al Protestantismo. Como es sabido, mientras que en los países de cultura católica la libre lectura directa de la Biblia y en concreto del Antiguo Testamento estuvo prácticamente prohibida salvo autorización, en los países que se unieron a la Reforma la lectura y reflexión cotidiana sobre el Antiguo Testamento se convirtió en una práctica cotidiana de todos y cada uno de los creyentes. Son muchas y muy variadas las ideas que podemos encontrar en el Antiguo Testamento; y el exclusivismo biológico —por no utilizar en este caso la palabra racismo, para que nadie se dé por ofendido— es una de las más repetidas y las más nefastas (18). Creemos que un estudio detallado del tema demostraría la correlación existente entre los tres factores siguientes:
a) País de cultura protestante y en los que se practica la lectura cotidiana de la Biblia.
b) La noción biológica de pueblo elegido se incorpora a la cultura nacional.
c) Se formulan teorías racistas explícitas, que llegado el caso se transforman en derecho positivo.
Vale la pena, por ejemplo, comparar los casos de dos de los países donde el racismo ha estado presente en el Derecho positivo: los EE.UU. y la Suráfrica de los boers. Tenían poca cosa en común. El primero de estos Estados se estaba elevando hacia la hegemonía planetaria, era —y es— un país altamente industrializado y urbano, y los negros eran una minoría. En Suráfrica, los boers vivían en el campo, en granjas aisladas, conformaban la minoría estadística y nunca llegaron a ser una superpotencia. Ni desde el punto de vista socioeconómico, ni en el orden internacional, ni por la importancia de la población de color, los casos de EE.UU. y Suráfrica pueden ser considerados análogos. Pero ambos tuvieron leyes que impedían a un negro viajar junto a un blanco en un autobús, por ejemplo. Lo que sí tenían en común los EE.UU. y la Suráfrica boer es la ideologia germinal de ambas naciones: el calvinismo.
La simple ecuación protestantismo = racismo sería absurda, mecanicista, reduccionista. Pasaría por alto, por ejemplo, que el político racista más conspicuo del siglo, Hitler, procedía de una familia y una región culturalmente católicas. Pero que existe una relación entre una cultura nacional basada en la lectura y exégesis de la Biblia y la formulación explícita de teorías racistas me parece evidente e históricamente contrastable.
El pecado y la penitencia
En el período de entreguerras en Europa, por ejemplo, observamos claramente cómo el racismo es un componente clave en los fascismos nórdicos, pero inicialmente ausente de los meridionales. El fascismo italiano, por ejemplo, no sólo no tenía ningún componente racista originalmente, sino todo lo contrario. Cuando los soldados italianos marchaban sobre Abisinia —la actual Etiopía— para conquistarla, aunque sin la menor duda machacaron a los indígenas, es revelador que la canción militar que se hizo famosa en la campaña rezara: Facetta nera, sarai romana —"Carita negra, serás romana"—. Es decir, por encima de la brutalidad de la conquista, de las matanzas, a medio plazo existía el proyecto de incorporar a los abisinios a la italianidad. En cambio, en el fascismo alemán el racismo ocupaba el lugar nuclear. Incluso aunque dieran en algunos casos mejor trato a las poblaciones conquistadas que los propios italianos, jamás se les ocurría pretender que esos pueblos pudieran ser germanizados. El soldado alemán que violaba a una rusa, por ejemplo, era llevado ante un tribunal militar, pero no por la violación, sino por atentar contra la pureza de la sangre alemana. Por desgracia, al ser Alemania la única nación que, dada su fuerza, podía subvertir el orden internacional imperante, su versión racista del fascismo acabó imponiéndose y siendo miméticamente imitada por los demás fascismos europeos, incluido el italiano.
Cuando se habla de la Alemania nazi, resulta obvio que nadie apelará a cualquier otro aspecto de su ideología o de su política distinto del racismo y el antisemitismo. Todo aspecto interesante o positivo que pudiera haber en sus ideas o en su praxis queda anulado ante el hecho de que en el centro del discurso nazi se instaló el más fanático exclusivismo biológico. Pero de estos temas ya se ha hablado hasta la saciedad, de manera que el aspecto sobre el que aquí deseamos llamar la atención es distinto: se trata de subrayar aquí hasta qué punto el racismo fue, en sí mismo y paradójicamente, el causante de la derrota de la Alemania de Hitler. Estos serían los grandes errores hitlerianos causados por su ceguera racista:
1) En 1940 la Alemania hitleriana pudo aniquilar a los británicos en Dunkerke y después con una invasión de las islas británicas. Hitler no lo hizo porque siempre profesó una devoción literalmente perruna por los británicos que, para él, eran los más próximos parientes raciales y cuyo modelo de dominación mundial pretendía remedar. No podía aniquilar a una nación cuyo capital biológico era tan valioso... Los dejó escapar en Dunkerke, para no humillarlos; y después jamás proyectó en serio ni la invasión de Gran Bretaña ni tampoco el ataque a sus intereses imperiales en el Mediterráneo hasta 1942, cuando ya era demasiado tarde. Hitler soñaba con una alianza entre pueblos germánicos, los británicos dominando los mares y los alemanes el continente. Pretendía copiar su sistema colonialista en el Este... Y los británicos le devolvieron tanto respeto y admiración de la forma que ya sabemos.
2) En 1940-1941 los pueblos colonizados, fundamentalmente los árabo-musulmanes y los hindúes, después de la apabullante derrota de Gran Bretaña y Francia en 1940, sólo esperaban una señal del III Reich para alzarse contra las potencias colonialistas, señal que como sabemos jamás recibieron. Es más, incluso a la Francia derrotada se le permitió conservar su imperio norteafricano. En abril de 1941 Irak, un país árabe, se sublevó contra el dominio británico para unirse al Eje —un caso único, pues ningún otro país se sublevó para aliarse con el III Reich— sin recibir de Alemania más que una ayuda simbólica. La razón de tan absurda política es que, en realidad, Hitler jamás tuvo ninguna simpatía por aquellos pueblos de color. Incluso pensaba que, en definitiva, aquellas razas inferiores no podrían expulsar a los blancos... Esta estupidez llego al extremo de que cuando en Singapur los británicos fueron humillantemente derrotados por los japoneses, Hitler confió a sus generales que, de hecho, lo que él desearía era mandar a sus panzers a Singapur para defender los intereses de los pueblos germánicos frente al peligro amarillo. Que los pueblos colonizados han tenido fuerza para expulsar a los ejércitos de las naciones occidentales, incluso a costa de sacrificios increíbles, es algo que tenemos muy reciente. Hitler siempre se resistió a esta idea debido, sin duda, a sus prejuicios racistas.
3) Dada su comovisión racista, pese a sus simpatías por la Italia fascista y por el Japón, nunca tuvo el convencimiento de estar librando la misma guerra que esas dos naciones, latina la una y amarilla la otra. Esto dio lugar a lo que los historiadores han bautizado como "guerra de las estrategias independientes". De hecho, Hitler jamás se molestó en dar a conocer sus intenciones a japoneses e italianos. Japón, que durante los años 1936-39 tuvo innumerables conflictos fronterizos con la URSS, en 1940 no fue informada de que ya se planeaba la operación "Barbarroja" y cuando comunicó a Alemania que se disponía a establecer un pacto de no agresión con la URSS, hasta se le animó a hacerlo. No se consideraba preciso contar con aquellos pequeños amarillos. Casos similares se pueden relatar con respecto a Italia. Subyacente en esta absurda estrategia, estaba la idea de que esos dos Estados, que no eran germánicos, no podían ni debían ser tratados como iguales.
4) Cuando Alemania lanzó la operación "Barbarroja", los rusos y los demás pueblos de la URSS estaban literalmente hartos de la ominosa dictadura stalinista, que había causado millones de muertos y sacrificios sin fin a todos los pueblos de la URSS. De hecho, en las primeras semanas de la campaña los pueblos del Este recibían alborozados a la Wehrmacht. Pero en vez de actuar como liberadores, la campaña se transformó en una auténtica guerra de conquista colonial. Literalmente se pensaba en hacer de los pueblos de la URSS unos nuevos ilotas al servicio de los alemanes. Esta abominable política abortó, en definitiva, lo que fue una posibilidad más que real: la de que millones de ciudadanos de la URSS se unieran a los alemanes contra Stalin. Al contrario, la brutal política racista y colonialista aplicada por los alemanes en Rusia despertó todas las energías nacionales de los rusos, quienes acabaron derrotándolos y ocupando parte de su mismo territorio durante medio siglo.
Tan larga digresión pretende demostrar qué puede llegar a ocurrir cuando se parte de ideas aberrantes. Todo problema que está mal planteado no puede tener una solución correcta. Y si el planteamiento —la ideología racista— es manifiestamente absurdo —amén de potencialmente criminal—, la conclusión no puede ser más que catastrófica. Aunque a sus entusiastas defensores les guste creer que lo que provocó la derrota del III Reich fue una tenebrosa conjura mundial, la realidad es que lo que llevó a la derrota de la Alemania hitleriana no fue otra cosa que su ideología racista o, más exactamente, los errores político— estratégicos que de ella se derivaron. Su pecado les trajo una dura penitencia (19).
De la ideología a la realidad
Las tesis racistas que hablaban de la superioridad blanca, en general, o sus derivaciones —nordicismo, teutonismo, sajonismo, celtismo, etc.—, resultaban manifiestamente absurdas y no hubieran resistido un análisis frío y desapasionado, en el caso de que sus creyentes hubieran decidido someter sus ideas a esta práctica. Bastaba con preguntarse: si la raza blanca era superior, ¿cómo explicar que durante milenios la China marchara en vanguardia cultural, científica y técnica? Se atribuía a los arios todo aspecto creativo, pero sólo alguien dotado de una imaginación portentosa podía atribuir la Gran Muralla, o las pirámides de Egipto o del Yucatán, al genio creador de los blancos. Si los germanos eran seres tan poderosamente dotados, ¿cómo justificar que durante siglos hubieran sido tan sólo un pueblo de rústicos analfabetos que habitaban chozas en el interior de fríos bosques, sin dar durante tantísimos siglos la más mínima muestra de genio, mientras que, a orillas del Mediterráneo, se sucedían portentosas civilizaciones?
Los mismos germanos afirmaban sus orígenes nórdicos, incluso hiperbóreos, sosteniendo que esa sangre nórdica era la mejor. Hubiera sido necesario preguntarse, ¿cuál había sido la gran aportación del mundo nórdico a la Humanidad? Los vikingos, sus más conspicuos representantes, no fueron más que vulgares piratas y saqueadores. Incluso sus hazañas guerreras palidecen y se quedan en nada cuando se las compara con las de otro gran pueblo de saqueadores, los mongoles, quienes, además de superarles en proezas castrenses, fueron capaces de levantar un imperio, nada más y nada menos que desde Corea hasta Polonia, al tiempo que conquistaron la nación más desarrollada y poblada del mundo: China.
Los pueblos latinos, como los españoles o los portugueses, muy despreciados en la época de apogeo del racismo, demostraron estar mucho más avanzados que los británicos en el dominio del mar. Mientras que los portugueses llegaban a las Indias Orientales y China mucho antes que los británicos, los españoles fueron capaces de construir un gigantesco imperio ultramarino que duró mucho más de lo que ha permanecido en pie el bastante efímero imperio británico (20), por muy germánicos y rubicundos que fueran los conquistadores y administradores de este último. ¿Cómo un pueblo tan poco nórdico como el español había realizado tamañas proezas en la historia? En vez de resolver de una forma sensata tal interrogante se recurrió, sin embargo, a una hábil treta: mientras los publicistas anglosajones cantaban las mas apasionadas elegías de cualquier personajillo con apellido británico, las gestas de un Cortés o un Pizarro ni se mencionaban. Y que conste que no tratamos aquí de legitimar un imperialismo hispano frente a otro anglosajón, sino que apuntamos cómo se construía una visión de la historia destinada a sostener las tesis racistas del imperialismo británico. Y ¿qué decir de los árabes? Ese pueblo, considerado un pueblo semita despreciable, había realizado una de las más gigantescas epopeyas de la historia, conquistando el espacio comprendido entre los Pirineos y el valle de Ferghana en Asia Central —de hecho, la batalla en la que los árabes derrotan al ejército godo en España y la batalla de Talas, en la que expulsan a los chinos de toda el Asia Central, son cronológicamente casi simultáneas—, dotándolo además de una civilización altamente desarrollada. En cuanto a su mayor creación espiritual, el Islam, esa religión se extendía, en la época de apogeo de la ideología racista, entre el Atlántico y el Pacífico. ¿Cuál era la gran creación cultural-religiosa que se pudiera comparar a ésta y que fuera realizada por los escandinavos, un pueblo que parece ser la quintaesencia de la germanidad? ¿Sus sagas? ¿Son comparables sus correrías de saqueo por los mares que circundan Europa con esa capacidad para construir en poquísimos años un imperio pluricontinental? Todo esto resulta fácil de razonar, si uno se lo propone. Pero cuando se parte de prejuicios, casi nada resulta claro y todo acaba por deformarse.
De hecho, los prejuicios racistas reaparecen donde menos lo espera uno, y así, aún hoy en día, podemos ver, por poner un ejemplo, cómo para bastantes autores sigue siendo imposible admitir que el Taj Mahal, sin duda la creación artística más bella de la Humanidad, pueda ser debido a autores que no eran todo lo blancos que debieran (21).
Dicho de otra manera: el racismo, las teorías racistas, encuentran un mentís total en la Historia, en la que vemos a pueblos que si bien a la altura del ultimo tercio del XIX estaban en situacion de decadencia, habían sido autores de grandes hazañas, creadores y portadores de grandes culturas. Mientras que a la vez contemplamos cómo los pueblos germánicos, que por las mismas fechas se consideraban la mejor muestra del género humano, han pasado larguísimos siglos sin dar la mas mínima muestra de genialidad. ¿Por qué no se quiso ver lo que resultaba evidente? Pues porque, por desgracia, la Historia ha sido —y es— la más manipulada de las actividades intelectuales.
Para centrarnos en el caso de Alemania, nadie pareció prestar atención al hecho de que la raza supuestamente superdotada se hubiera pasado largos siglos sin dar la más mínima señal de creatividad cultural o política, ni tampoco de la voluntad de dominio que se supone acompaña a toda raza superior, siendo incluso incapaz de auto-unificarse hasta casi en los estertores del siglo XIX. Obviamente, entre los alemanes racistas no se trataba para nada la cuestión de los prusianos, considerados el paradigma de lo alemán, y en realidad los alemanes menos alemanes, ya que por sus venas corría al menos tanta sangre eslava como germana. En toda Alemania al este del Elba se encuentra una sorprendente cantidad de apellidos terminados en "-ki", los mismos apellidos que, según el rey prusiano Federico Guillermo, caracterizaban "a esa masa de estúpidos que son los polacos". De la misma manera, la cantidad de germano-austriacos que tienen apellidos de indiscutible origen esloveno o serbocroata sugiere que, aunque todos ellos sean indiscutiblemente alemanes por su cultura, desde un punto de vista racial muchos debieran ser considerados como eslavos. Un análisis sensato de la realidad histórica debía haber mostrado que, al Este del Elba, y conforme se avanza a lo largo del Danubio, la mayor parte de los alemanes tenían entre sus antepasados a algún polaco, algún checo, algún esloveno o algún croata.
Nada de esto era tomado en consideración. En cambio, el extraordinario auge cultural, científico y económico de Alemania en el mundo a lo largo de los últimos años del siglo XIX y primeros del XX era atribuido a las cualidades biológicas de su excepcional raza. Dado el tremendo influjo que ejercía la cultura alemana en toda Europa, eran muchos los que consideraban que las mejores o peores cualidades de cada nación tenían mucho que ver con el porcentaje y la calidad de la sangre germánica que corriera por sus venas. Y no estamos hablando de personajes de segunda fila. En España, por ejemplo, un pensador de la categoría de Ortega y Gasset atribuía buena parte de la responsabilidad de la decadencia española, a que los germanos que nos tocaron en suerte en las invasiones que pusieron fin al Imperio romano, los visigodos, eran unos germanos decadentes y contaminados de romanidad, lo que contrapone al vigor bárbaro de los francos, los germanos que se asentaron en las Galias (22). Queda por explicar cómo este pueblo español, tocado por esa mácula de poca y bajísima calidad de sangre germánica que nos llegó, pudo realizar la conquista de medio mundo mientras la muy portentosa sangre de los francos apenas permitía a Francia asegurarse el dominio de su "hexágono" durante un buen puñado de siglos... No menos sorprendente es la valoración de lo godo-germánico como un hecho cultural de alguna relevancia, siendo así que los siglos de dominio de los conquistadores godos en España no supuso ninguna aportación cultural apreciable y en realidad la España goda no es sino un triste final para el mucho más glorioso episodio de la Hispania romana. Pero, en definitiva, la referencia a Ortega y Gasset nos da una muestra de hasta qué grado se había extendido, también en nuestro país, la moda de la teutomanía (23).
Raza versus clase
Un análisis, no ya científico, sino de sentido común, acaba por echar por tierra cualquier teoría racista. Sin embargo, no sólo se difundieron ampliamente, sino que fueron seguidas a pies juntillas por Gobiernos, por partidos y por amplias capas populares. ¿Cómo fue posible? En realidad no tiene nada de extraño ni de excepcional. Un caso similar ha ocurrido con el marxismo. Éste, como sistema de pensamiento, es una falacia absoluta. Según esta teoría, era inevitable que los países más desarrollados económicamente se acabaran convirtiendo en comunistas, al entrar en contradicción el desarrollo de las fuerzas productivas con las relaciones de producción. Pasaron décadas y se pudo comprobar que ni un solo país desarrollado se convertía al socialismo, mientras que este régimen se imponía exclusivamente en países atrasados y feudales, puramente rurales. Pese a tan flagrante contradicción, que invalidaba al marxismo como ciencia, ya que no sólo no predecía bien el desarrollo histórico, sino que al final lo que ocurría en la realidad histórica era exactamente lo contrario de lo que se decía que iba a ocurrir, de lo que debía suceder según los dogmas; pese a esto, repito, el marxismo ha sido la filosofía oficial de la Historia durante décadas, no sólo en la URSS y demás países comunistas, sino con más fuerza aún entre los intelectuales de Occidente; y quién sabe si, de no haber sido por el hundimiento catastrófico de la URSS y el mundo socialista, aún seguiría gozando del mayor predicamento intelectual. El intelectual que vive del "prêt-a-penser" es un modelo mucho mas habitual de lo que nos podemos imaginar. Y aunque la URSS y demás países satélites parecía que debían sus teorías más a un taxidermista que a un filósofo (24), los absurdos, aberraciones y ridículos del pensamiento marxista aparentaban tener mas verosimilitud que cualquiera otra filosofía en la Historia, si uno se dejaba llevar por las opiniones de la mayor parte de los intelectuales afamados del siglo XX. Si el marxismo ha podido mantenerse como ideología cuasi-hegemónica durante tantas décadas, no debería sorprendernos que el racismo haya sido una ideología con un amplio predicamento.
El racismo y el marxismo se presentaban como ciencias y eran creídos como tales, pero en realidad no eran sino creencias, ideologías, casi religiones, que se aceptaban acríticamente por sus seguidores. Marx creyó que las clases y sus luchas eran motores de la historia. Gobineau afirmó que eran las razas y sus luchas. Hoy sabemos que si existen razas y clases es puramente como categorías descriptivas —como existen los trajes verdes y los sombreros azules—, pero que ni las clases ni las razas son los motores de la historia, porque en realidad no son sujetos agentes.
Otro punto en común entre marxismo y racismo es su gran capacidad de movilización de masas. En la Alemania derrotada de 1918, Hitler encontró en el racismo el gran motor capaz de sacar de su abatimiento al pueblo alemán e hizo de él la base de su doctrina. Poco importaba, en realidad, que el pueblo alemán no pueda ser definido como una raza. Según los criterios taxonómicos raciales entonces vigentes, una parte del pueblo alemán podía ser considerada como miembro de la raza nórdica —la que habitaba en la parte central y septentrional del país—, pero otros muchos alemanes respondían a las clasificaciones de raza alpina —alemanes del Sur—, este-europea —alemanes del Este, a partir del Elba y, desde luego, a partir del Oder— e incluso de la raza dinárica —en Austria— (25). Sin embargo, se hizo de la raza el mito movilizador central del discurso. No por casualidad la obra del teórico principal del NSDAP, Rosenberg, se llama El Mito del Siglo XX. Al proceder así, Hitler no estaba realizando nada excepcional. Por desgracia, el nacionalismo alemán se hallaba muy impregnado de racismo antes de que él fuera una figura relevante. Hoy sabemos que no hay una raza romana, sino una cultura romana; que no hay una raza indoeuropea, sino una lengua y, a grandes rasgos, una cultura indoeuropea; que no hay una raza alemana, sino una cultura alemana. Pero esto no resultaba tan obvio en la Alemania y en la Europa de principios de siglo...
Frente a la ideología pretendidamente científica del marxismo, con gran capacidad de atracción popular —¿cómo no va a gustar oír que la culpa de tus desgracias la tienen los explotadores, pero afirmándose a la vez que su fin esta próximo y es inevitable?—, se alzó otra ideología con igual pretensión de ser científica, y no menos halagadora para las masas —¿acaso no suena a música celestial que le digan a uno que pertenece a una raza superior?—. Ni una ni otra, empero, contenían un ápice de verdad y han pasado a la historia como responsables de las mayores tragedias para los pueblos que las adoptaron. Si los errores y horrores del racismo llevaron a Alemania al borde de su aniquilación como nación, los errores y los horrores del comunismo han llevado a Rusia desde el feudalismo hasta el gobierno de las mafias pasando por la dictadura más brutal de la historia.
Precisamente la comparación entre marxismo y racismo es la mejor manera de verificar hasta qué punto el racismo es una ideología típica de la modernidad. Ambas pretenden ser filosofías de la historia, que la explican a través de un solo factor —lucha de clases, lucha de razas—, basando sus teorías en los avances científicos —la economía política, la biología—. Si los marxistas querían superar la falsa conciencia de los proletarios, haciéndoles adquirir conciencia de clase, el primer objetivo de los racistas era difundir la conciencia de raza entre los miembros de la pretendida raza superior.
Dos ejemplos que nos ilustran sobre la necesidad de construir la alternativa, los nuevos paradigmas, alejados de reduccionismos y de presuntos cientifismos. Pero, a la vez, ambos fenómenos nos sugieren una importante pregunta: ¿Si eran tan erróneos y absurdos como han demostrado ser, cómo explicar su éxito? ¿Cómo llegaron a convertirse en las "ideologías universales del siglo XX", según expresión de Hannah Arendt? Este éxito no se debió, sospecho, tanto a sus méritos intrínsecos como a las deficiencias esenciales del pensamiento burgués triunfante con la Ilustración. De la misma manera que el pensamiento ilustrado fue incapaz de dar una respuesta a la problemática social que se derivaba del industrialismo capitalista, pese a sus proclamas de libertad e igualdad, el pensamiento ilustrado tampoco fue capaz de ofrecer una teoría antropológica que se adecuara a las realidades plurales del ser humano. El individuo, la construcción teórica de la antropología ilustrada, es una ilusión, ya que el ser humano, si llega a ser, es precisamente porque no es individuo, sino miembro de una comunidad o, más exactamente, de una cadena de comunidades. Al despojar al ser humano de su engarce dentro de un universo social holista y organicista, el pensamiento ilustrado no erradicó de él la necesidad de identificarse con una colectividad. La nación y la raza —en otros casos, la clase— aportaron así el nuevo marco colectivo al sujeto nacido de la Ilustración que, como ser humano que seguía siendo, en realidad no podía reconocerse en la construcción teórica del individuo.
La vinculación entre racismo e individualismo se manifiesta también en el hecho de que todo racismo es un igualitarismo. Para un racista alemán, por ejemplo, cualquier alemán era mejor que el mejor de los italianos, porque todos los alemanes era iguales, y por tanto mejores que cualquiera de otra raza... Y hacemos constar esto porque algunos racistas han pretendido dar a esta ideología un cariz de ideología aristocratizante, frente a los valores plebeyos de la Ilustración. Nada más alejado de la realidad, ya que el igualitarismo antropológico ilustrado se reproduce en el discurso racista, aunque a escala reducida, limitada. Son muchos y muy sólidos los argumentos que nos hablan de que el racismo es una ideología cuya génesis, desarrollo y características están más vinculados con la modernidad que con el mundo tradicional. Por tanto lo que está claro es que todo intento de ir más allá de los valores de la modernidad debe rechazar resueltamente cualquier vinculación con el racismo. Y que, desde el punto de vista de las Ciencias Humanas, la dependencia de los volubles datos de las ciencias físicas siempre es una peligrosa sumisión.
Última edición por Cruz de Borgoña el 16/2/2013, 9:28 am, editado 1 vez
Cruz de Borgoña- Cantidad de envíos : 702
Edad : 49
Localización : Asturias, España.
puntos patrióticos : 5936
Registro : 20/07/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Notas
1. Princenton University Press, 1995.
2. Habrá quien afirme que, de hecho, el racismo es tan antiguo como el hombre. La Antropología comparada ha demostrado que infinidad de tribus primitivas dividen a los seres humanos en dos grandes categorías: los "hombres", es decir los miembros de la propia tribu, y los demás seres humanos, catalogados directamente como inferiores y a veces incluso como animales. Pero no creo que se pueda hablar de racismo en este tipo de manifestaciones, ya que esas creencias carecen de todo tipo de formulación o intento alguno de fundamentación; se trata, simplemente, de un caso primario de xenofobia que se conoce como etnocentrismo (Levi-Strauss). Por otra parte, a lo largo de la Historia, algunos grandes pueblos se han considerado superiores a los demás, con derecho a conquistar y someter a sus vecinos, como sería el caso de los romanos, por ejemplo. Pero, a la vez, esos pueblos se han esforzado por extender su cultura a los pueblos conquistados, lo que nos muestra que en realidad creían en la superioridad de su cultura, no de su sangre. La xenofobia radical de tribus primitivas o el supremacismo cultural de algunas grandes naciones conquistadoras pueden haber tenido ocasionalmente efectos prácticos muy similares a los del moderno racismo, pero se trata en realidad de fenómenos cualitativamente distintos.
3. Es muy significativo que las teorías frenológicas fueran fundamentalmente criticadas por los pensadores de la corriente antiilustrada, como el español Balmes.
4. Carus era físico, filosofo y pintor aficionado, devoto admirador del gran paisajista alemán Caspar David Friedrich; sus ideas racistas aparecen en su obra Nueve Cartas sobre la Pintura de Paisajes (1831). Klem (1802-1867) fue uno de los primeros antropólogos y desarrollo un concepto de "cultura" cuya influencia se dejó sentir largamente. Para él, la humanidad atraviesa varias etapas de desarrollo y progreso: el salvajismo, la domesticación, la libertad. Estas ideas, típicamente progresistas, se combinan con la creencia de que los pueblos tienen temperamentos y mentalidades inmutables y que hay razas "activas" e "inactivas". Estas ideas fueron expuestas en su voluminosa obra en diez tomos Allgemeines Kulturgeschichte der Menschheit.
5. Magnus Gustaf Retzius (1842-1919) fue un anatomista y antropólogo sueco que destacó especialmente por sus estudios del sistema nervioso y de anatomía del cerebro.
6. Cada libro que trata de establecer una taxonomía racial, establece una catalogación distinta de las razas. Compárese, por ejemplo: EUGENE PITTARD, Las Razas y la Historia. Introducción etnológica a la Historia, México, 1959, y PAULETTE MARQUER, Las razas humanas, Madrid, 1969.
7. GEORGE L. MOSSE, La Cultura del siglo XIX, Barcelona, 1997. Especialmente el cap. 5º: "Racismo".
8. GEORGE L. MOSSE, Die Geschichte des Rassismus in Europa, Franfurt am Main, 1990.
9. LOUIS DUMONT, Ensayos sobre el Individualismo, Madrid, 1987. Especialmente el cap. "La Enfermedad Totalitaria. Individualismo y Racismo".
10. La obra de FRANCISCO JAVIER NAVARRO, El Paraíso de la Razón. La Revista "Estudios" (1928-1937) y el mundo cultural anarquista (Valencia, 1997) nos muestra, por poner un ejemplo, hasta qué punto la eugenesia fue asumida y difundida por intelectuales anarquistas españoles. V. p. 96 y ss. Cuando redactamos este artículo —agosto de 1997— la prensa diaria esta cuajada de noticias sobre la noticia-escándalo de este verano: la práctica eugenésica extendida durante varias décadas en los muy civilizados, modernos y socialdemócratas países escandinavos, especialmente en Suecia, que ha continuado hasta casi hoy en día.
11. GEORGE L. MOSSE, La Cultura del siglo XIX, cap. cit.
12. F. ELÍAS DE TEJADA, El racismo. Breve historia de sus doctrinas, Madrid, s.f. Elías de Tejada fue un pensador tradicionalista, ideológicamente afín al carlismo.
13. De hecho, la obra de Weber La Ética protestante y el espíritu del capitalismo es un magnífico texto antirracista, al mostrarnos como el "desarrollo" económico moderno tiene que ver fundamentalmente con la adopción de ciertos valores ético-culturales que favorecen la productividad económica, y nada que ver con "valores raciales congénitos" de los pueblos. Pero es muy revelador que, en las primeras páginas de ese texto, cuando esboza su tesis sobre la relación entre calvinismo y desarrollo capitalista, Weber diga que quizás las ideas que va a exponer en la obra sean falsas y la explicación auténtica sobre el grado superior de desarrollo económico de los países germánicos de Europa noroccidental radique en algunos rasgos raciales de los pueblos germánicos, rasgos que, nos recuerda Weber, en esa época se estaban estudiando afanosamente.
14. Este "celtismo" reaparece de la manera más inesperada en lugares insospechados, como los "comics" de Asterix y Obelix. Una lectura ideológica de estas famosas viñetas humorísticas nos muestra a los galos -celtas- como superiores a los romanos, los vikingos y los germanos, así como descubridores del continente americano, ganadores de Juegos Olímpicos, etc., etc.
15. V. GWYN JONES, El Primer Descubrimiento de América, Barcelona, 1985. Es sorprendente el interés por atribuir las mayores proezas a los vikingos, algo debido a que siendo posiblemente los escandinavos los más rubios- altos- ojosazulados miembros de la raza blanca, todo buen racista les debe prestar una rendida admiración y atribuirles las mayores proezas, aunque no se encuentre el mas mínimo vestigio de ellas en la Historia. Esta vikingomanía alcanza caracteres verdaderamente patológicos en algunas obras que insinúan orígenes vikingos en culturas prehispánicas de América; v. Jacques de Mahieu, El Imperio Vikingo de Tiahuanacu (América, antes de Colón), Barcelona, 1985.
16. Edward Said cita un buen número de las obras en las que se desarrolló la teoría racista del imperialismo ingles: THOMAS HENRY HUXLEY, The Struggle for Existence in Human Society (1888); BENJAMIN KIDD, Social Evolution (1894); P. CHARLES MICHEL, A Biological View of Our Foreign Policy (1896); JOHN B. CROZIER, History of Intellectual Development on the Lines of Modern Evolution (1897-1901); CHARLES HARVEY, The Biology of British Politics (1904)... Como se ve, un elenco de teóricos racistas de la política que hubiera despertado la envidia del mismísimo Himmler. En su obra Orientalismo (Madrid, 1990), Edward Said da otros muchos ejemplos de la presencia de ideas racistas en políticos e intelectuales británicos y franceses, todos ellos de la órbita ideológica liberal.
17. Editada por Oxford University Press, Nueva York, 1994.
18. Cuando alguien que se ha formado en el entorno de una cultura católica usa la expresión "Pueblo Elegido", le da el carácter de elección voluntaria. En la Biblia, por el contrario, el concepto "elegido" es estrictamente biológico, hereditario, racial. Numerosos pasajes de los textos bíblicos recogen, por ejemplo, las imprecaciones que lanzaban los profetas contra aquellos hebreos que mezclaban su sangre con la de otras razas.
19. El lector habrá observado que en ningún momento estamos tratando de un tema como el antisemitismo ni la política antisemita del III Reich. Tema tan importante merece por sí mismo un estudio detallado.
20. Para los británicos su imperio iba a ser eterno, al igual que para Hitler su Reich iba a durar mil años. En 1911, cuando los británicos trasladaron la sede de su Gobierno en la India desde Calcuta a Delhi, se prohibió que la banda que animaba el desfile militar conmemorativo interpretara "Onward, Christian Soldiers", dado que esa pieza musical aludía al ascenso y caída de imperios, mientras que sólo se mantenía lo creado por Dios. Obviamente era inapropiada, ya que el imperio británico iba a ser eterno. Después de la creación de Adán y de la venida del Mesías, se podía leer en la prensa británica, el tercer hecho decisivo en la Historia de la humanidad era la instauración del imperio británico, que iba a durar eternamente. En realidad, aunque los británicos estuvieron en la India durante doscientos años, desde la coronación imperial de la reina Victoria hasta que se arrió la bandera británica en Delhi solo pasaron setenta años. La creencia en la eternidad del Imperio británico o en la duración milenaria del Reich hitleriano derivaba directamente de la ideología racista que sustentaba ambas creaciones políticas. El imperialismo estaba estrechamente vinculado con el racismo, ya que el dominio imperial de una raza sobre otras parecía ser la confirmación empírica de las mejores cualidades biológicas de la raza dominante.
21. La autoría del Taj Mahal ha sido objeto de una curiosa polémica. Algunas guías de la India, destinadas a turistas occidentales, llegan a afirmar sin titubeos que el autor fue un italiano, dándole el nombre de Geronimo Veroneo, con lo cual el turista vuelve a su país satisfecho de saber que la obra de arte que le ha dejado boquiabierto no se debe a ningún tipo oscuro como los que le asediaban en las calles de Agra.Tal mixtificación se basa en apreciaciones como las del historiador George Marçais, quien escribía que las características de la obra le da "un carácter algo extraño al arte oriental y que ha dejado suponer la intervención de un arquitecto europeo" (El arte musulmán, Madrid, 1985, p. 210). Otro gran especialista en arte musulmán, Alexandre Papadopoulo (El islam y el arte musulmán, Barcelona, 1977, p. 292), sostiene que el nombre del arquitecto era el de Isa —Jesús, en árabe—, nombre muy raro en los musulmanes de la India o Persia, que "en cambio sería normal en un griego, un armenio o un sirio"; es decir, entre miembros de minorías nacionales cristianas del Imperio otomano, de alguna manera vinculadas a la tradición cultural europea. Pero no satisfecho con ello, apunta además que "según cierta tradición podría tratarse de un arquitecto italiano". En realidad, se sabe perfectamente quiénes fueron los arquitectos del Taj Mahal, y ninguno de ellos responde a la información que sobre ellos nos dan Marçais, Papadopoulo o las guías turísticas al uso (v. S. BLAIR Y J. BLOOM, The Art and Architecture of Islam, 1520- 1800, Pelican History of Art, Yale University Press). El hecho, que puede parecer anecdótico, demuestra no obstante lo arraigado de ciertas convicciones racistas, que ven como increíble que personajes morenos y de ojos obscuros puedan ser absolutamente geniales...
22. Cfr. España invertebrada, pp. 137 y ss. (Revista de Occidente, 17ª ed., Madrid, 1975).
23. Un crítico feroz de esta "teutomanía" de Ortega y Gasset fue su por otra parte rendido admirador Ernesto Giménez Caballero, en su obra Genio de España.
24. Que Marx hubiera sido un taxidermista habría explicado al menos la pasión de los líderes comunistas por hacerse embalsamar —o la de sus seguidores por embalsamarlos—, práctica que se inicia con Lenin, continúa con Stalin, Dimitrov y Mao, y llega hasta Kim Il Sung. También La Pasionaria fue embalsamada.
25. Ni siquiera los teóricos nazis del racismo aceptaron la existencia de una raza alemana. H.F.K. Günther, por ejemplo, distingía cinco razas en Europa: la nórdica, la mediterránea, la dinárica, la alpina y la báltica. Conceptuaba a la nórdica como la más dotada y creía que era la que dominaba entre los alemanes, pero desde luego no se atrevió a afirmar que todos los alemanes fueran nórdicos.
1. Princenton University Press, 1995.
2. Habrá quien afirme que, de hecho, el racismo es tan antiguo como el hombre. La Antropología comparada ha demostrado que infinidad de tribus primitivas dividen a los seres humanos en dos grandes categorías: los "hombres", es decir los miembros de la propia tribu, y los demás seres humanos, catalogados directamente como inferiores y a veces incluso como animales. Pero no creo que se pueda hablar de racismo en este tipo de manifestaciones, ya que esas creencias carecen de todo tipo de formulación o intento alguno de fundamentación; se trata, simplemente, de un caso primario de xenofobia que se conoce como etnocentrismo (Levi-Strauss). Por otra parte, a lo largo de la Historia, algunos grandes pueblos se han considerado superiores a los demás, con derecho a conquistar y someter a sus vecinos, como sería el caso de los romanos, por ejemplo. Pero, a la vez, esos pueblos se han esforzado por extender su cultura a los pueblos conquistados, lo que nos muestra que en realidad creían en la superioridad de su cultura, no de su sangre. La xenofobia radical de tribus primitivas o el supremacismo cultural de algunas grandes naciones conquistadoras pueden haber tenido ocasionalmente efectos prácticos muy similares a los del moderno racismo, pero se trata en realidad de fenómenos cualitativamente distintos.
3. Es muy significativo que las teorías frenológicas fueran fundamentalmente criticadas por los pensadores de la corriente antiilustrada, como el español Balmes.
4. Carus era físico, filosofo y pintor aficionado, devoto admirador del gran paisajista alemán Caspar David Friedrich; sus ideas racistas aparecen en su obra Nueve Cartas sobre la Pintura de Paisajes (1831). Klem (1802-1867) fue uno de los primeros antropólogos y desarrollo un concepto de "cultura" cuya influencia se dejó sentir largamente. Para él, la humanidad atraviesa varias etapas de desarrollo y progreso: el salvajismo, la domesticación, la libertad. Estas ideas, típicamente progresistas, se combinan con la creencia de que los pueblos tienen temperamentos y mentalidades inmutables y que hay razas "activas" e "inactivas". Estas ideas fueron expuestas en su voluminosa obra en diez tomos Allgemeines Kulturgeschichte der Menschheit.
5. Magnus Gustaf Retzius (1842-1919) fue un anatomista y antropólogo sueco que destacó especialmente por sus estudios del sistema nervioso y de anatomía del cerebro.
6. Cada libro que trata de establecer una taxonomía racial, establece una catalogación distinta de las razas. Compárese, por ejemplo: EUGENE PITTARD, Las Razas y la Historia. Introducción etnológica a la Historia, México, 1959, y PAULETTE MARQUER, Las razas humanas, Madrid, 1969.
7. GEORGE L. MOSSE, La Cultura del siglo XIX, Barcelona, 1997. Especialmente el cap. 5º: "Racismo".
8. GEORGE L. MOSSE, Die Geschichte des Rassismus in Europa, Franfurt am Main, 1990.
9. LOUIS DUMONT, Ensayos sobre el Individualismo, Madrid, 1987. Especialmente el cap. "La Enfermedad Totalitaria. Individualismo y Racismo".
10. La obra de FRANCISCO JAVIER NAVARRO, El Paraíso de la Razón. La Revista "Estudios" (1928-1937) y el mundo cultural anarquista (Valencia, 1997) nos muestra, por poner un ejemplo, hasta qué punto la eugenesia fue asumida y difundida por intelectuales anarquistas españoles. V. p. 96 y ss. Cuando redactamos este artículo —agosto de 1997— la prensa diaria esta cuajada de noticias sobre la noticia-escándalo de este verano: la práctica eugenésica extendida durante varias décadas en los muy civilizados, modernos y socialdemócratas países escandinavos, especialmente en Suecia, que ha continuado hasta casi hoy en día.
11. GEORGE L. MOSSE, La Cultura del siglo XIX, cap. cit.
12. F. ELÍAS DE TEJADA, El racismo. Breve historia de sus doctrinas, Madrid, s.f. Elías de Tejada fue un pensador tradicionalista, ideológicamente afín al carlismo.
13. De hecho, la obra de Weber La Ética protestante y el espíritu del capitalismo es un magnífico texto antirracista, al mostrarnos como el "desarrollo" económico moderno tiene que ver fundamentalmente con la adopción de ciertos valores ético-culturales que favorecen la productividad económica, y nada que ver con "valores raciales congénitos" de los pueblos. Pero es muy revelador que, en las primeras páginas de ese texto, cuando esboza su tesis sobre la relación entre calvinismo y desarrollo capitalista, Weber diga que quizás las ideas que va a exponer en la obra sean falsas y la explicación auténtica sobre el grado superior de desarrollo económico de los países germánicos de Europa noroccidental radique en algunos rasgos raciales de los pueblos germánicos, rasgos que, nos recuerda Weber, en esa época se estaban estudiando afanosamente.
14. Este "celtismo" reaparece de la manera más inesperada en lugares insospechados, como los "comics" de Asterix y Obelix. Una lectura ideológica de estas famosas viñetas humorísticas nos muestra a los galos -celtas- como superiores a los romanos, los vikingos y los germanos, así como descubridores del continente americano, ganadores de Juegos Olímpicos, etc., etc.
15. V. GWYN JONES, El Primer Descubrimiento de América, Barcelona, 1985. Es sorprendente el interés por atribuir las mayores proezas a los vikingos, algo debido a que siendo posiblemente los escandinavos los más rubios- altos- ojosazulados miembros de la raza blanca, todo buen racista les debe prestar una rendida admiración y atribuirles las mayores proezas, aunque no se encuentre el mas mínimo vestigio de ellas en la Historia. Esta vikingomanía alcanza caracteres verdaderamente patológicos en algunas obras que insinúan orígenes vikingos en culturas prehispánicas de América; v. Jacques de Mahieu, El Imperio Vikingo de Tiahuanacu (América, antes de Colón), Barcelona, 1985.
16. Edward Said cita un buen número de las obras en las que se desarrolló la teoría racista del imperialismo ingles: THOMAS HENRY HUXLEY, The Struggle for Existence in Human Society (1888); BENJAMIN KIDD, Social Evolution (1894); P. CHARLES MICHEL, A Biological View of Our Foreign Policy (1896); JOHN B. CROZIER, History of Intellectual Development on the Lines of Modern Evolution (1897-1901); CHARLES HARVEY, The Biology of British Politics (1904)... Como se ve, un elenco de teóricos racistas de la política que hubiera despertado la envidia del mismísimo Himmler. En su obra Orientalismo (Madrid, 1990), Edward Said da otros muchos ejemplos de la presencia de ideas racistas en políticos e intelectuales británicos y franceses, todos ellos de la órbita ideológica liberal.
17. Editada por Oxford University Press, Nueva York, 1994.
18. Cuando alguien que se ha formado en el entorno de una cultura católica usa la expresión "Pueblo Elegido", le da el carácter de elección voluntaria. En la Biblia, por el contrario, el concepto "elegido" es estrictamente biológico, hereditario, racial. Numerosos pasajes de los textos bíblicos recogen, por ejemplo, las imprecaciones que lanzaban los profetas contra aquellos hebreos que mezclaban su sangre con la de otras razas.
19. El lector habrá observado que en ningún momento estamos tratando de un tema como el antisemitismo ni la política antisemita del III Reich. Tema tan importante merece por sí mismo un estudio detallado.
20. Para los británicos su imperio iba a ser eterno, al igual que para Hitler su Reich iba a durar mil años. En 1911, cuando los británicos trasladaron la sede de su Gobierno en la India desde Calcuta a Delhi, se prohibió que la banda que animaba el desfile militar conmemorativo interpretara "Onward, Christian Soldiers", dado que esa pieza musical aludía al ascenso y caída de imperios, mientras que sólo se mantenía lo creado por Dios. Obviamente era inapropiada, ya que el imperio británico iba a ser eterno. Después de la creación de Adán y de la venida del Mesías, se podía leer en la prensa británica, el tercer hecho decisivo en la Historia de la humanidad era la instauración del imperio británico, que iba a durar eternamente. En realidad, aunque los británicos estuvieron en la India durante doscientos años, desde la coronación imperial de la reina Victoria hasta que se arrió la bandera británica en Delhi solo pasaron setenta años. La creencia en la eternidad del Imperio británico o en la duración milenaria del Reich hitleriano derivaba directamente de la ideología racista que sustentaba ambas creaciones políticas. El imperialismo estaba estrechamente vinculado con el racismo, ya que el dominio imperial de una raza sobre otras parecía ser la confirmación empírica de las mejores cualidades biológicas de la raza dominante.
21. La autoría del Taj Mahal ha sido objeto de una curiosa polémica. Algunas guías de la India, destinadas a turistas occidentales, llegan a afirmar sin titubeos que el autor fue un italiano, dándole el nombre de Geronimo Veroneo, con lo cual el turista vuelve a su país satisfecho de saber que la obra de arte que le ha dejado boquiabierto no se debe a ningún tipo oscuro como los que le asediaban en las calles de Agra.Tal mixtificación se basa en apreciaciones como las del historiador George Marçais, quien escribía que las características de la obra le da "un carácter algo extraño al arte oriental y que ha dejado suponer la intervención de un arquitecto europeo" (El arte musulmán, Madrid, 1985, p. 210). Otro gran especialista en arte musulmán, Alexandre Papadopoulo (El islam y el arte musulmán, Barcelona, 1977, p. 292), sostiene que el nombre del arquitecto era el de Isa —Jesús, en árabe—, nombre muy raro en los musulmanes de la India o Persia, que "en cambio sería normal en un griego, un armenio o un sirio"; es decir, entre miembros de minorías nacionales cristianas del Imperio otomano, de alguna manera vinculadas a la tradición cultural europea. Pero no satisfecho con ello, apunta además que "según cierta tradición podría tratarse de un arquitecto italiano". En realidad, se sabe perfectamente quiénes fueron los arquitectos del Taj Mahal, y ninguno de ellos responde a la información que sobre ellos nos dan Marçais, Papadopoulo o las guías turísticas al uso (v. S. BLAIR Y J. BLOOM, The Art and Architecture of Islam, 1520- 1800, Pelican History of Art, Yale University Press). El hecho, que puede parecer anecdótico, demuestra no obstante lo arraigado de ciertas convicciones racistas, que ven como increíble que personajes morenos y de ojos obscuros puedan ser absolutamente geniales...
22. Cfr. España invertebrada, pp. 137 y ss. (Revista de Occidente, 17ª ed., Madrid, 1975).
23. Un crítico feroz de esta "teutomanía" de Ortega y Gasset fue su por otra parte rendido admirador Ernesto Giménez Caballero, en su obra Genio de España.
24. Que Marx hubiera sido un taxidermista habría explicado al menos la pasión de los líderes comunistas por hacerse embalsamar —o la de sus seguidores por embalsamarlos—, práctica que se inicia con Lenin, continúa con Stalin, Dimitrov y Mao, y llega hasta Kim Il Sung. También La Pasionaria fue embalsamada.
25. Ni siquiera los teóricos nazis del racismo aceptaron la existencia de una raza alemana. H.F.K. Günther, por ejemplo, distingía cinco razas en Europa: la nórdica, la mediterránea, la dinárica, la alpina y la báltica. Conceptuaba a la nórdica como la más dotada y creía que era la que dominaba entre los alemanes, pero desde luego no se atrevió a afirmar que todos los alemanes fueran nórdicos.
Cruz de Borgoña- Cantidad de envíos : 702
Edad : 49
Localización : Asturias, España.
puntos patrióticos : 5936
Registro : 20/07/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
Bueno, yo había abierto este hilo con la esperanza de poner una lupa en un aspecto muy concreto como es la relación que estableció en su momento Max Weber entre la ética protestante y el capitalismo, pero veo que con cada nuevo post se abren más y más temas, y cada uno de ellos podría por sí mismo constituirse en objeto de debate monográfico, tanto por interés como por contenido. Me temo que no dispongo ni de tiempo ni de ganas para abordar todos estos asuntos como se merecen, así que por mi parte dejo el tema.
Saludos.
Saludos.
Persia- Cantidad de envíos : 2525
Edad : 108
Localización : España
puntos patrióticos : 8225
Registro : 16/06/2012
Re: Relación entre PIB y ética protestante
De todas formas sugiero que no sean tan extensos los artículos.
Resumid un poco por favor.
Resumid un poco por favor.
Hacer pensar- Cantidad de envíos : 3168
Edad : 81
Localización : Andalucía.España.Europa.Mundo
puntos patrióticos : 11097
Registro : 27/02/2012
Temas similares
» Un libro desvela una relación entre James Dean y Marlon Brando
» Cuatro detenidos en relación al espionaje en Cataluña
» Las cosas interesantes en China con relación a la hispanidad.
» El racismo y genocidio protestante en Estados Unidos.
» Nuevo video de Mindurri
» Cuatro detenidos en relación al espionaje en Cataluña
» Las cosas interesantes en China con relación a la hispanidad.
» El racismo y genocidio protestante en Estados Unidos.
» Nuevo video de Mindurri
Foro 1492 :: FOROS :: FORO GENERAL
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
10/1/2024, 5:44 am por 1492.ForoEspaña.com
» FELIZ 2024
3/1/2024, 11:12 am por 1492.ForoEspaña.com
» Este es el templo más increíble de la tierra
21/4/2023, 2:30 pm por roger54
» El Distrito de los Lagos o LAKE DISTRICT
21/4/2023, 2:30 pm por roger54
» Requisitos y Precios de Alquileres.
21/4/2023, 2:28 pm por roger54
» Los 100 lugares de Europa que debes de visitar antes de morir (imprescindible)
24/3/2023, 3:38 pm por roger54
» 100 lugares que visitar en Europa antes de morir
24/3/2023, 3:37 pm por roger54
» Qué ver en Asturias en 5 días
13/12/2022, 5:05 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Hola a todos!!!
17/11/2021, 6:06 am por 1492.ForoEspaña.com
» Nuevo parque
12/6/2021, 12:14 am por 1492.ForoEspaña.com
» El aceite de palma y la vida de los orangutanes
17/1/2021, 11:41 am por 1492.ForoEspaña.com
» Mis rincones favoritos de España
24/10/2020, 6:08 am por yolanda454
» Colau dice que Cataluña y España son dos países distintos
19/9/2020, 9:14 am por 1492.ForoEspaña.com
» ¿Te suena de algo la palabra Olite? alucinarás
8/9/2020, 3:02 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Practica para estudiantes. 200Euros
28/7/2020, 7:40 am por ranshofen1889
» • La GRAN MENTIRA de lo que se (mal) llamó 'Síndrome del Aceite de Colza Desnaturalizado'.
9/7/2020, 10:22 pm por Regeneración
» AYUDA PARA PONER AVISO EN INTERNET
26/6/2020, 8:17 pm por jonwalt
» COMO COLOCO MI FOTO
26/6/2020, 8:34 am por jonwalt
» soy nueva aqui
19/6/2020, 8:14 pm por jonwalt
» ¿Qué edad tenemos los foreros?
15/4/2020, 11:20 am por adrinhelueni198723
» ¿hombres con pelo largo o no?
15/4/2020, 11:10 am por adrinhelueni198723
» • ¿Netanyahu sigue la agenda de la "Misión Anglosajona"?...
11/4/2020, 9:32 am por Regeneración
» Fabian Mohedano dice que España necesita una reforma horaria
7/4/2020, 9:00 pm por 1492.ForoEspaña.com
» el coronavirus en africa
4/4/2020, 6:33 am por mindurri
» hola soy de nuevo mindurri
4/4/2020, 6:25 am por mindurri
» la union hispana
4/4/2020, 6:17 am por mindurri
» Chicas! vengo a alegraros el encierro por coronavirus
28/3/2020, 12:21 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Plataforma "exige" que el catalán sea oficial en toda España
28/2/2020, 7:09 am por 1492.ForoEspaña.com
» Atropellan a un independentista en la 134ª noche de cortes
25/2/2020, 3:08 pm por 1492.ForoEspaña.com
» El Parlamento de Cataluña se compromete a no comprar aceite del resto de España
19/2/2020, 11:06 am por 1492.ForoEspaña.com
» Risto expulsa a un ex diputado de Ciudadanos en directo
18/2/2020, 5:17 am por 1492.ForoEspaña.com
» Fallece inesperadamente Kirk Douglas a los 103 años
6/2/2020, 8:00 pm por 1492.ForoEspaña.com
» borrar
6/2/2020, 1:36 am por garciamartinez
» Eduardo Casanova llama "hija de puta" a la Policía Nacional
28/1/2020, 12:46 am por 1492.ForoEspaña.com
» La doble de Aitana de OT es clavadita a ella y esta soltera
16/1/2020, 7:33 am por 1492.ForoEspaña.com
» Cuando Puigdemont visite a Junqueras ¿pueden detenerle?
14/1/2020, 10:55 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Cuba Española
13/1/2020, 9:19 pm por SuperL
» Puigdemont se sale con la suya: será europarlamentario y Junqueras cumplirá 13 años
11/1/2020, 7:34 am por 1492.ForoEspaña.com
» Garzón ha perdido el norte
10/1/2020, 10:36 am por 1492.ForoEspaña.com
» Torra anuncia que desacatará la ley española "hasta el final" ¿¿??
4/1/2020, 10:52 am por 1492.ForoEspaña.com
» Desaparece el franco CFA de toda África
26/12/2019, 4:03 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Jordi Pujol robó a la hacienda española 900.000 euros pero el delito a prescrito
24/12/2019, 9:47 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Sahara Español?
23/12/2019, 1:48 am por NEROCAESAR
» 39 policías heridos en los disturbios provocados por la gente de paz
19/12/2019, 11:27 pm por 1492.ForoEspaña.com
» UAB muy fuerte lo de hoy
12/12/2019, 11:29 am por 1492.ForoEspaña.com
» Una pintura increible
12/12/2019, 4:11 am por Petehull
» Madrid es la capital del turismo español
11/12/2019, 9:07 pm por 1492.ForoEspaña.com
» 10 razones para que un catalán se haga madridista
11/12/2019, 7:18 pm por Petehull
» FC. Barcelona y Athletic de Bilbao expulsados durante un año de la Copa del Rey por pitar el himno nacional español
11/12/2019, 7:16 pm por Petehull
» Hoy hace 12 años que España no juega en Cataluña
11/12/2019, 7:15 pm por Petehull
» ¿Algún consejo para poder dormir?
11/12/2019, 1:18 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Ranking de la mujer más bella del mundo
10/12/2019, 9:53 pm por 1492.ForoEspaña.com
» 8 lugares que deberías ver antes de morirte
10/12/2019, 9:44 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Himno de España
29/11/2019, 11:49 pm por NEROCAESAR
» La Generalitat hace el ridículo más espantoso de su historia
29/11/2019, 11:44 pm por NEROCAESAR
» ¿Cortar jamón es un arte o debería de estar prohibido como pide el islam?
25/11/2019, 1:58 am por 1492.ForoEspaña.com
» Debate independencia Cataluña
16/11/2019, 2:23 am por AngelNC
» Pablo Iglesias la lia de nuevo diciendo chorradas
10/11/2019, 12:40 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Tuiteros independentistas celebran la muerte de una estudiante de 20 años
19/9/2019, 4:18 am por Adriano
» Presentación
17/9/2019, 7:29 am por Diego Merry del Val
» El sultán de Brunei dice que ya no viene a Barcelona... estupendo
22/8/2019, 2:40 am por 1492.ForoEspaña.com
» El autor del atentado de Hipercor se ríe de las víctimas
17/8/2019, 9:33 am por 1492.ForoEspaña.com
» Tv3 creo que esta vez se ha pasado
16/8/2019, 9:12 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Barcelona, Ciudad Sin Ley
12/8/2019, 9:34 am por 1492.ForoEspaña.com
» Valenciano y catalán ¿son la misma cosa?
9/8/2019, 1:40 am por 1492.ForoEspaña.com
» El castellano es un idioma perseguido por la Generalitat
4/8/2019, 11:02 am por 1492.ForoEspaña.com
» Barcelona es la mejor ciudad del mundo
25/4/2019, 12:55 am por 1492.ForoEspaña.com
» Hola,soy aqui.
28/3/2019, 5:16 am por aliciawei2016
» La educación y los exámenes
27/3/2019, 9:19 pm por 1492.ForoEspaña.com
» ¿Por qué la gente tiene más interés por las malas noticias?
27/3/2019, 9:18 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Rutas por Collserola
4/3/2019, 8:45 am por 1492.ForoEspaña.com
» Trucos para depilarse sin dolor
25/2/2019, 1:32 pm por Manu
» Camino de Santiago
13/2/2019, 9:57 am por jumeca53
» ¿José Manuel Opazo el presidente de España responde es un moroso?
9/2/2019, 11:51 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Qué guapa es Megan Boone!!
30/1/2019, 8:32 pm por 1492.ForoEspaña.com
» Razones para usa Shopify
23/1/2019, 11:20 pm por 1492.ForoEspaña.com
» ¿Qué hacer cuando te jubilas?
23/1/2019, 11:03 pm por 1492.ForoEspaña.com
» el país más rico del mundo
29/12/2018, 6:49 am por 1492.ForoEspaña.com
» La evolución de la bicicleta
29/12/2018, 6:46 am por 1492.ForoEspaña.com
» Las presentadoras más guapas de España
29/12/2018, 6:44 am por 1492.ForoEspaña.com
» • La VIDA en el Planeta MARTE según dos contactados...
2/8/2018, 12:39 am por Regeneración
» ¡Asesorías Fiscales!
1/8/2018, 11:00 am por LuisFre
» ¿qué opinas que de Barcelona se separe de Cataluña?
25/7/2018, 5:52 am por juan daniel medina
» • Similitudes de dos contactados con ETs sobre Hercólubus (Nibiru)...
7/7/2018, 8:36 pm por Regeneración
» Me presento
6/7/2018, 3:35 am por LucasCastellano
» • Hercólubus y las profecías del astónomo chileno Muñoz Ferrada...
5/7/2018, 10:18 am por Regeneración
» • Ya hace años que se PROFETIZÓ...
3/7/2018, 7:48 am por RuizHill
» ¿Quieres trabajar?
3/7/2018, 7:40 am por RuizHill
» Si estudies portugués
3/7/2018, 7:36 am por RuizHill
» Así son los jóvenes gais de la derecha española
7/6/2018, 2:16 pm por RuizHill
» Los submarinos de la flora soviética
7/6/2018, 2:07 pm por RuizHill
» Trenes que te hacen soñar.
7/6/2018, 2:01 pm por RuizHill
» Carreras de drones con cámara, una pasada
7/6/2018, 1:47 pm por RuizHill
» El discurso de Putin
24/5/2018, 6:47 pm por pol44
» • La cadena de noticias CNN reconoce que Hercólubus existe...
14/5/2018, 2:23 am por Regeneración
» ¿Habéis oído hablar de los premios Ig Nobel? te partes
3/5/2018, 7:51 am por carlossequera24
» Peruana recibe prestigioso premio ambiental “Goldman”
3/5/2018, 7:49 am por carlossequera24
» Monarquía o República?
3/5/2018, 7:45 am por carlossequera24
» ¿Qué os parece este mapa animado del castellano?
3/5/2018, 7:42 am por carlossequera24