Ni la madre que la parió

'La modernidad socialista
'Ni la madre que la parió

Se cumplen 30 años desde que González arrancó el proyecto socialista que hoy domina España.

Cuando Felipe González llegó al poder, en 1982, lo hizo con una promesa implícita de reforma de la manera de hacer política en España. El PSOE se encargaría de suprimir el hábito de gobernar desde un sentido trascendente de la Historia y sin separación entre moral y Derecho. Todo el proyecto socialista se basa en que la voluntad del legislador elegido en las urnas basta para justificar cualquier ley, incluso una ley injusta. Ese es el famoso “cambio” y a eso se refería Alfonso Guerra cuando aseguró que “a España no la iba a reconocer ni la madre que la parió”.

Descartado el marxismo en el congreso triunfal de Suresnes, el fundamento ideológico del socialismo español creado por González y rematado por Zapatero es un modelo general de organización social llamado Estado del Bienestar, por el cual a un ciudadano se le evitan los grandes males y se le convierte en beneficiario de unos derechos o servicios garantizados por la Administración (y financiados con deuda). A cambio, lo único que hay que hacer es permitir que el centro se desplace a la izquierda con una batería de leyes absurdas socialistas, normas inservibles, reformas anómalas, decretos contradictorios y hasta leyes cínicas. Todas paridas por la mera voluntad del legislador. Veamos algunos ejemplos.

Qué más da

La simple voluntad del legislador, la misma que regularizó un millón de inmigrantes que pudieran mostrar un contrato y un bonobús, fue la que en junio de 2005 hizo que se aprobara la ley que extendía el derecho al matrimonio a las parejas homosexuales. Aquella fue una promesa socialista sobre un asunto por el que jamás un grupo homosexual de España se había manifestado.

Pero eso daba igual, lo mismo que daba igual que las estadísticas sobre duración media de las uniones de parejas homosexuales fueran un obstáculo a la hora de pensar en una oleada de matrimonios gays a medio plazo. Al legislador le dio igual que la ley –bien pensada– exigiera para pedir el divorcio que el matrimonio llevara un año casado y al menos otro año de separación legal. Como quiera que esa ley entraba en contradicción con los deseos del legislador, Zapatero decidió sacar adelante una ley (divorcio exprés) que anulaba el requisito de la separación, incluso en el caso de que hubiera hijos de por medio.

Para mejorar las cosas, el socialismo se sacó de la manga una Ley de Violencia de Género (violencia doméstica) que, en su afán de proteger a la mujer, imputa al hombre el delito de serlo, rompe el principio de igualdad, la presunción de inocencia e incluso discrimina a la mujer, que pasa a ser un ente tutelado por el Estado. Para evitar el pensamiento crítico hacia unas leyes injustas, el ideólogo de cabecera del socialismo, el difunto Gregorio Peces-Barba, creó las bases de una asignatura de obligado estudio en el colegio llamada Educación para la Ciudadanía (EpC), que decía tener como objetivo “favorecer el desarrollo de personas libres e íntegras”, pero que en la práctica ha resultado un instrumento de adoctrinamiento en materia sexual. Hoy, sigue vigente.

Proyecto Zapatero

Para todo lo que no es sexo en la cabeza socialista, en la España irreconocible sigue en vigor la Ley de Memoria Histórica que Felipe González ni habría soñado en promulgar. Esta ley socialista y revanchista obliga a media España a avergonzarse públicamente de sus abuelos y a condenar, ya bien entrado el siglo XXI, un régimen como el franquista que sólo debería ser objeto de estudio histórico.

El proyecto Zapatero de socialismo de combate ha llegado incluso al punto de modificar la Ley del Registro Civil para dejar a criterio del funcionario el orden de los apellidos en el caso de que los padres no se pongan de acuerdo, y en cualquier caso, por orden alfabético lo que, y ya es curioso, condenaría a la extinción en apenas tres generaciones al apellido “Zapatero”.

Narcotizados por el crecimiento económico sustentado en lo que se conoce como la burbuja inmobiliaria y la cultura del pelotazo, los españoles confortados por el Estado del Bienestar (“¡Felipe, colócanos a todos!”) dieron a González y luego a Zapatero vía libre para modernizar España. Sólo desde ese afán modernizador se puede entender que hoy mismo una autonomía manifieste que ha resuelto declararse insumisa ante la posibilidad de que se le obligue a garantizar la enseñanza en español.

Es la misma España irreconocible que no puede fumar en un bar pero sí tener una Ley de Salud Sexual y Reproductiva que da al feto la consideración de enfermedad y que permite a cualquier mujer deshacerse de un ser humano (un ser vivo según los socialistas) sin dar más explicaciones. Sólo desde el centro entendido como izquierda radical se puede comprender que haya pasado casi un año desde que el ministro de Justicia del PP declarara su intención, y sólo su intención, de derogar esa ley.

http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/politica/ni-madre-que-pario-20121208

El proyecto Zapatero de socialismo de combate ha llegado incluso al
punto de modificar la Ley del Registro Civil para dejar a criterio del
funcionario el orden de los apellidos en el caso de que los padres no se
pongan de acuerdo, y en cualquier caso, por orden alfabético lo que, y
ya es curioso, condenaría a la extinción en apenas tres generaciones al
apellido “Zapatero”.

¡ME GUSTA ESA LEY!. Jajajajaja