Navarra, campo de «confrontación»

Presos de ETA alineados con el sector «duro entre los duros» pidieron a la dirección de la banda que intensificara las acciones terroristas en Navarra, ya que esa Comunidad Foral, que año tras año ha ido dando la espalda a las pretensiones anexionistas del nacionalismo vasco, debía «convertirse en el territorio de la confrontación por excelencia».

La siniestra solicitud figuraba en la «aportación» elaborada por algunos reclusos de última generación durante el debate interno celebrado por ETA en 2007 y principios de 2008, con el objetivo de diseñar la nueva estrategia tras la ruptura de la tregua, según informó «Diario de Navarra» el pasado 2 de octubre.

Una vez más, la dirección etarra incorpora a su «manual» de guerra sucia, para aplicarlas en la práctica, las propuestas formuladas por los sectores de la banda que alientan el terror por el terror, e ignora y desprecia las de aquellos otros que piden desde varios ámbitos el fin de la «lucha armada» por estar caducada desde el punto de vista táctico.

Debate controlado

En efecto, el «zuba» (comité ejecutivo) de la organización criminal escenificó la participación del «colectivo de presos políticos vascos» en el debate interno, para evitar deserciones entre aquellos reclusos que se habían considerado abandonados a su suerte durante el «proceso de paz», pero con la única finalidad de asumir aquellas propuestas que se adaptaran a sus planes terroristas post «proceso de paz».
Los terroristas consideran que una Navarra sin confrontación favorece a los «traidores» de Aralar, motor de Nafarroa Bai, en detrimento de Batasuna-ANV



El reciente intento, frustrado por la Policía, de activar un nuevo «comando Nafarroa», y el atentado de ayer contra la Universidad de Navarra, confirmaría que la dirección etarra se ha mostrado más que receptiva a esas aportaciones de los «duros entre los duros». En concreto, todo indica que ha hecho suya la propuesta formulada por un preso de la banda que pedía «hacer un esfuerzo especial en Navarra para incrementar nuestra actividad armada». «El fraude político puede comenzar en Navarra y queremos evitarlo», advertía este recluso, en alusión a los acuerdos de gobernabilidad entre UPN y PSN y, sobre todo, al hecho de que ANV no hubiera podido presentar candidatura al Parlamento de Navarra, ya que su lista fue ilegalizada por la Justicia. Así pues, proponía convertir al Viejo Reino en el «territorio de la confrontación por excelencia».

A los expertos en la lucha antiterrorista no les sorprende que la dirección de ETA se haya mostrado tan receptiva a esta propuesta, pues la banda teme que una Navarra en fase de normalización favorezca el asentamiento de los «traidores» de Aralar -partido motor de Nafarroa Bai-, en detrimento de una «izquierda abertzale» en vías de recesión. En efecto, la dirección de ETA abroncó a los estrategas electorales de Batasuna por no haberse podido colar en la Cámara Foral a través de ANV. En concreto, según recuerdan a ABC fuentes de la lucha antiterrorista, les acusó de «no haber hecho bien los deberes» por presentar una candidatura excesivamente contaminada por la presencia de proetarras con antecedentes, lo que puso en bandeja su ilegalización. La exclusión del «brazo político» de ETA del Parlamento de Navarra dejaba espacios libres a los «traidores» de Aralar.

La banda siempre ha considerado a Navarra pieza irrenunciable para la creación de su delirante «gran euskalherría». Por ello, acusó especialmente el golpe que supuso la exclusión de la Cámara foral, ya que Batasuna acababa de presentar su enésima oferta trampa, precisamente en el pabellón Anaitasuna de Pamplona, en la que proponía la creación de una autonomía que incluyera al País Vasco y Navarra, dentro del «Estado español», pero sólo como primera estación en el trayecto que debía concluir con la creación de la «gran euskalherría», País Vasco francés incluido.

Críticas a Nafarroa Bai

Así las cosas, según exponía en su «aportación» este preso sediento de sangre navarra, «incrementando nuestra presencia armada en Navarra restaríamos espacios a Nafarroa Bai, obligándole a quitarse la careta ante la sociedad». Además, consideraba que la exclusión de los socialistas navarros en las conversaciones de Loyola fue un grave un error. La presencia del PSN «hubiera sido la verdadera manera de aclarar desde el inicio el contencioso de la territorialidad».

Otro preso de la banda, por su parte, criticaba la citada propuesta del Anaitasuna al considerar que con ella se hacía «una diferenciación arriesgada» entre Navarra y las provincias de la Comunidad Autónoma Vasca. Este terrorista entre rejas se mostraba contrario a la convocatoria de un referéndum separado en Navarra para decidir si se une al País Vasco: «Navarra -esgrimía- es nuestra, tanto como Álava y Vizcaya, y, el día que se haga una consulta, esa consulta deberá ser una y única. Una única consulta en los cuatro territorios del sur, y cuyo resultado tenga un único valor».

ETA reacciona en Navarra tras perder allí un «comando»

Un coche bomba hizo explosión en el campus de la Universidad de Pamploma, que estaba repleta de alumnos Los autores del atentado pertenecen a un nuevo «comando» de ETA con base en la provincia de Guipúzcoa. El Peugeot 307 en el que iba la bomba quedó destrozado por completo - Efe J. M. Zuloaga MADRID-ETA demostró ayer una cierta capacidad de reacción al hacer explotar un coche bomba en Pamplona, dos días después de la desarticulación por la Policía Nacional del «comando» que la banda había organizado para cometer atentados en la Comunidad Foral. La acción criminal, que pudo causar una matanza de estudiantes de la Universidad de Navarra, se atribuye a un nueva célula que tiene su base en el País Vasco, probablemente en Guipúzcoa, y al frente de la cual hay pistoleros «liberados» (fichados). Expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN subrayaban ayer que el atentado de Pamplona, perpetrado por un «comando» que ha llegado desde fuera de Navarra y que robó el coche y montó la bomba en una sola noche, demuestra lo que ya se temía. ETA cuenta de nuevo (después de la desarticulación de los «comandos» «Urederra» -Guipúzcoa- y «Askatun Haizea» -Vizcaya-) con una infraestructura suficiente como para organizar este tipo de acciones criminales. Incluye a uno o dos «liberados» y a varios grupos de «legales» (no fichados), que actúan fuera de los días laborables como ocurrió con los coches bomba que ETA hizo estallar en un sólo fin de semana en Ondárroa (Vizcaya), Vitoria y Santoña (Cantabria). Los hechos que concluyen con la explosión, a las 11 de la mañana de ayer, de la bomba en el aparcamiento situado frente al edificio central de la Universidad de Navarra, se inician en la noche del miércoles cuando individuos desconocidos roban en la localidad guipuzcoana de Zumaya un Peugeot 307 blanco. A lo largo de la noche del miércoles y en un lugar que se cree no estará muy alejado de Zumaya, los etarras del «comando» montaron el coche bomba con 40 kilos. Por lo que se sabe tras los últimos atentados, el explosivo y las sustancias reforzadoras suelen ir alojadas en bidones de cerveza que se esconden en el maletero. Una vez montado el artefacto y los sistemas de activación, el Peugeot, conducido por una persona y precedido de otro vehículo, coche o moto, para avisar de la posible presencia de controles policiales, emprendió viaje hacia Pamplona y fue aparcado en el lugar en el que con posterioridad hizo explosión. Un terrorista llamó a las 9:53 con un teléfono móvil (comprado con documentación falsa) al servicio de Ayuda en Carretera (DYA) de Álava y comunicó que un coche bomba iba a estallar a las 11 de la mañana en el «campus universitario», aunque no indicó, fruto del nerviosismo (o de la mala fe), la ciudad concreta en la que estaba colocado el Peugeot. Los datos del vehículo sí fueron aportados por el comunicante que hablaba en nombre de ETA. La Dya se puso en contacto con la Ertzaintza. Por el contenido de la llamada se dedujo que el «campus» al que se refería era el de la capital alavesa y allí se dirigieron efectivos de la Policía Autónoma y la Policía Municipal que, lógicamente, no encontraron el coche. Las fuentes consultadas por este periódico han subrayado el hecho de que la Ertzaintza no comunicara inmediatamente la novedad a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. El concurso de las tres Fuerzas de Seguridad, una vez comprobado que el artefacto no estaba en Vitoria, tal vez hubiera permitido realizar otras pesquisas con carácter de urgencia. La explosión se produjo a las once de la mañana y causó la natural alarma en el centro universitario y una gran columna de humo visible desde toda Pamplona. La detonación pudo escucharse a mucha distancia ya que la bomba era de gran potencia. Un total de veintinueve personas resultaron heridas de carácter leve, veinticinco de las cuales fueron atendidas en la Clínica Universitaria y las restantes en los Hospitales de Navarra y Virgen del Camino. Cuatro de los heridos quedaron en observación durante unas horas y el resto fueron dados de alta tras recibir las curas necesarias. La mayor parte presentaban lesiones por cortes, problemas auditivos, inhalación de humo y algunos casos de ansiedad. La zona del atentado es un lugar de paso para estudiantes y profesores que se dirigen a las facultades procedentes de la parada de autobús. El coche bomba se colocó en un punto habitualmente muy transitado. La explosión provocó un incendio que afectó a una veintena de vehículos estacionados en el aparcamiento y, además, las llamas prendieron en el interior del ala izquierda del Edificio Central, un inmueble en forma de U de sólida construcción ya que está levantado con granito. La pared más cercana al coche bomba resistió el impacto de la onda expansiva, pero las llamas se extendieron al interior del inmueble. El fuego prendió en una zona ocupada por la Secretaría General. Una gran parte de los heridos eran trabajadores de las Oficinas Generales de la Universidad.