Zapatero intentará lograr el apoyo de Rajoy para afrontar la crisis económica

“¿Hay fecha ya para la reunión entre Zapatero y Rajoy?”. Esta ha sido, posiblemente, la pregunta más repetida en las ruedas de prensa de las últimas dos semanas. Desde que el pasado 28 de septiembre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez anunciara su intención de reunirse con el presidente del PP para informarle sobre las medidas que está tomando el Gobierno para hacer frente a la crisis económica las especulaciones y críticas desde ambos partidos no han dejado de
multiplicarse.
Esta tarde, el presidente del Gobierno intentará convencer a Mariano Rajoy de que las medidas que ha tomado el Ejecutivo -el fondo de 30.000 millones de euros, aumento de la garantía de los depósitos hasta 100.000 euros y el aval de 100.000 millones para la financiación de los bancos- y con su apoyo poder lograr un frente político común que devuelva la confianza a la sociedad.

Ambos líderes se reúnen después de dos semanas en los que las críticas y acusaciones entre ambos partidos no ha hecho más que crecer. A pesar de que el vicesecretario general del PSOE, José Blanco no ha dejado de apelar a Rajoy para que acuda a la reunión y esté “a la altura” de las circunstancias, el número dos del PSOE le acusó de que querer “derrumbar el edificio financiero para quedarse con el solar”.

Por su parte, desde el PP, el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons acusó a Zapatero de ser el “presidente de los banqueros y no el de los ciudadanos”, después de que anunciar el fondo de 30.000 millones de euros para inyectar liquidez en el sistema financiero. Además, esta reunión coincide con el trámite parlamentario para aprobar los Presupuestos Generales del Estado a los que el PP ha presentado una enmienda a su totalidad.

Finalmente, a pesar de la tensión acumulada en los últimos, Rajoy acudirá al encuentro con la voluntad de apoyar la medidas aprobadas por el Gobierno pero, también, con la intención de pedir a Zapatero medidas específicas para las Pequeñas y Medianas Empresas y las familias.

Además, Rajoy exigirá a Zapatero un compromiso de “transparencia” en la gestión y el destino de los fondos aprobados así como destacar que los verdaderos problemas al que se enfrentan los ciudadanos son el paro y la subida de los precios. Sin embargo, es poco probable que ambos dirigentes puedan anunciar el gran acuerdo anhelado por Zapatero.

La reunión entre Zapatero y Rajoy, la décima que han mantenido los líderes del PSOE y PP, viene precedida por un reunión técnica entre sus equipos económicos liderados por el ministro de Economía Pedro Solbes y Cristóbal Montoro, respectivamente.

A pesar de que el orden del día de esta reunión es la crisis económica, Zapatero y Rajoy también tratarán sobre la renovación del Tribunal Constitucional. La situación atraviesa por un momento delicado después de que el Senado -que tiene que nombrar a cuatro magistrados- haya paralizado el proceso de nombramiento al no haber acuerdo entre el PSOE y el PP.

José Luis Rodríguez Zapatero anunció el 28 de septiembre en Valencia, durante la clausura del Congreso del PSPV, que quería verse con Mariano Rajoy para hablar de la crisis económica. Pero no fue hasta ayer cuando ambos quedaron telefónicamente para citarse hoy, a las 17.30, en el Palacio de La Moncloa. Por medio quedan varias conversaciones telefónicas entre ambos, dos reuniones de Pedro Solbes y Cristóbal Montoro con sus respectivos equipos económicos, muchos encontronazos dialécticos y muy pocas ganas reales de reunirse porque, en privado, todos reconocen que es un consenso imposible.

Como mucho, el Grupo Popular convalidará en las Cortes los reales decretos aprobadas el viernes y ayer lunes en Consejo de Ministros -por responsabilidad de Estado, ya que son decisión de todos los países de la zona euro-, pero nada de dar el visto bueno a los PGE. Y como Zapatero es consciente de ello, ayer ya dejaba claro que la reunión de hoy es para lograr el apoyo incondicional de Rajoy a «este respaldo al sistema financiero». De Presupuestos ni hablar porque, admitía el jefe del Gobierno, «tienen que ver con las opciones de política económica y social» de cada formación. En otras palabras, que el Gobierno está para gobernar y la oposición, para oponerse.

Innegociable

Pese a todo, como el diálogo siempre vende bien en la opinión pública, Zapatero no desaprovechó la ocasión de ofrecerse a Rajoy a negociar los Presupuestos si dice qué recortes «concretos» quiere aplicar. Para el Gobierno hay varias «líneas rojas» de gasto que no están dispuestos a rebajar: subida del 6 por ciento de las pensiones mínimas y las becas de estudio, «mantenimiento del poder adquisitivo» de los funcionarios, 1.200 millones para impulsar en 2009 la Ley de Dependencia y un incremento del 7 por ciento en las infraestructuras de transporte, «vital» -dijo el jefe del Ejecutivo- para salir de la crisis.

Zapatero: «Volcaré mi esfuerzo para que haya entendimiento en el respaldo al sistema financiero»

Más duro estuvo el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, quien advirtió que «sería un pena para España que Rajoy sea un caso aparte en Europa» por no apoyar las medidas aprobadas por los países de la eurozona. Blanco le pidió que «recapacite y anteponga el interés de España ante otros cortaplacistas». En materia presupuestaria, pidió «altura de miras» y advirtió que «no se puede entender el deseo de algunos de que España se quede sin Presupuestos» y que, en consecuencia, «patrocinen una prórroga» de los actuales, «que no se ajustan a las necesidades actuales».

El líder del primer partido de la oposición dejó ayer muy claro cuál será su disponibilidad y sus exigencias en la reunión de hoy de Moncloa, dónde hay posibilidad de acercamiento y dónde las posiciones son diametralmente opuestas.

Informar y no consultar

El Comité ejecutivo del PP estudió ayer las medidas puestas en marca por la Unión Europea, destinadas «a solucionar los problemas de los bancos, pero no es suficiente», dijo a modo de introducción en una comparecencia ante la prensa. Tras reiterar sus críticas de que el Gobierno «ha ocultado la crisis», atribuido las causas a elementos exógenos o faltado a la verdad sobre el grado de preparación de nuestro país para afrontar la situación, puntualizó que Zapatero «me va a informar y no a consultarme nada», expresión que da una idea del espíritu con que acude hoy a su cita.

También se lamentó de haber conocido por la prensa las medidas que se aprobaron ayer en la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros, pero a pesar de ello reiteró tanto su apoyo al incremento del fondo de garantía de depósito como a la creación del fondo de 30.000 euros -ampliable a 50.000-, para la compra de activos de los bancos como la última iniciativa de avalar, por importe de 100.000 millones de euros, el crédito interbancario.

Tras dejar claro su apoyo a estas medidas amparadas bajo el paraguas de la UE, sí puntualizó que reclamará a Zapatero «tres cosas fundamentales»: trasparencia y control de esos fondos a través de la creación de una comisión parlamentaria a la que acudan responsables del Tesoro y del Banco de España y garantía de que esas cantidades «no tienen como objetivo aumentar los beneficios y los dividendos de nadie, sino que debe ir a las familias y las pymes».

Rajoy: «Las medidas sirven para solucionar los problemas de los bancos, pero no es suficiente»

Zapatero no pidió a Rajoy en su conversación de ayer «ni criterio ni apoyo», pero defendió que sus peticiones «son de puro sentido común». «Una cosa es la crisis financiera y otra la que tiene España. Puede servir para resolver en parte los problemas de los bancos, pero no de los más de cuarenta millones de españoles», aseveró Rajoy, quien dijo echar de menos medidas que tengan por objetivo luchar contra el desempleo o la subida de los precios y de las hipotecas.

Pero tras los puntos de acuerdo, vinieron las objeciones, y el líder del PP reiteró su petición de que Moncloa «retire» su proyecto de Presupuestos Generales del Estado por entender que se elaboraron «cuando no se reconocía la crisis económica». En este sentido, recordó que su partido presentará una enmienda a la totalidad en el debate de la próxima semanas.

El líder del PP volvió a defender algunas de sus recetas económicas, como la rebaja del impuesto de sociedades, el aumento de exenciones fiscales por pago de hipoteca o la austeridad en el gasto, quizá con la mente puesta en el incremento de un 3,4 por ciento del presupuesto en la partida del presidente del Gobierno. Dijo no sentirse molesto ante la política de hechos consumados de Zapatero. «El presidente hace lo que estima conveniente. Ya sé cuáles son sus decisiones , que no ha querido pactar, pero yo estoy para tomar decisiones que sean buenas para los españoles».

En cuanto a la renovación del Tribunal Constitucional, replicó que José Francisco Hernando y Enrique López «han sido los candidatos más votados por las Comunidades autónomas. Sería sorprendente que ahora no se aceptara ese criterio. Que cumpla sus compromisos», sentenció.

CRONOLOGÍA DE LOS ENCUENTROS ENTRE AMBOS
La reunión entre Zapatero y Rajoy, la segunda de la legislatura y la décima entre ambos


Zapatero y Rajoy se saludan en el funeral por el brigada Luis Conde. (Foto: EFE)

Actualizado martes 14/10/2008 09:39 (CET)

EFE
MADRID.- La reunión que mantendrán este martes en el Palacio de la Moncloa el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, será la décima desde el año 2004 y la segunda de la legislatura, y en ella analizarán la situación económica en España.

Esta reunión se producirá después de que el jefe del Ejecutivo regresara anoche de París tras participar en la reunión de los jefes de Estado o de Gobierno de la eurozona.

Con la cita de este martes, Zapatero y Rajoy se habrán visto dos veces en privado en menos de tres meses, tras la reunión celebrada el 23 de julio pasado, en la que ambos alcanzaron varios puntos de acuerdo en temas como la política antiterrorista o la renovación de los órganos judiciales, pero que acabó con un profundo desencuentro en materia económica.

Antes de ese contacto, hacía algo más de un año que no se reunían, en concreto desde el 11 de junio de 2007, un encuentro en el que ambos dieron por sentadas las bases para intentar recuperar paulatinamente y sin condiciones la confianza mutua y la unidad frente a la banda terrorista tras el anuncio de la ruptura del alto el fuego por parte de ETA.

Con anterioridad se habían reunido el 8 de enero del año pasado, nueve días después de que ETA colocara una furgoneta bomba en el aparcamiento de la T-4 del aeropuerto de Barajas, una explosión que costó la vida a dos ciudadanos ecuatorianos.

Entonces, Zapatero y Rajoy no consiguieron llegar a ningún acercamiento en materia antiterrorista y finalizaron la reunión con reproches mutuos sobre sus respectivas actuaciones.

Más encuentros y desencuentros
Aquel encuentro fue precedido por otro celebrado sólo unos días antes, el 22 de diciembre de 2006, en el que Zapatero y Rajoy volvieron a escenificar su desacuerdo sobre el proceso de paz.

Ese mismo año ambos celebraron otra entrevista, el 28 de marzo, tras el anuncio de alto el fuego de ETA, y sirvió para que Zapatero y Rajoy constataran que habían dado pasos para recuperar la confianza en materia antiterrorista.

Hasta en cuatro ocasiones más se reunieron el presidente del Ejecutivo y el líder de la oposición en la anterior legislatura: el 24 de mayo y el 7 de septiembre de 2004, y el 14 de enero y el 5 de septiembre de 2005.

El diálogo sobre la reforma de la Constitución y los estatutos de autonomía centró el primer encuentro que mantuvieron Rajoy y Zapatero, con este último ya en el Palacio de la Moncloa tras ganar las elecciones generales del 14 de marzo de 2004.

La segunda, el 7 de septiembre de 2004, sólo sirvió para que ahondaran en sus diferencias respecto a las reformas territoriales y la tercera -el 14 de enero de 2005- se ocupó del Plan Ibarretxe, cuya toma en consideración se debatía unos días después en el Congreso de los Diputados y que fue rechazada.

En el encuentro que celebraron en septiembre de 2005, los temas principales fueron la política antiterrorista, la reforma de los estatutos y la política exterior, y se cerró con invitaciones al diálogo, acuerdo y reflexión.