El plan de rescate de Wall Street no pasa el primer voto de la Cámara Baja

WASHINGTON. Aunque el origen de la crisis financiera de Estados Unidos se encuentra en una compleja matemática especulativa, el esperado plan de rescate para Wall Street no resistió ayer la simple prueba matemática de sumar 217 votos para ser aprobado en la Cámara de Representantes. Pese a dos semanas caóticas de búsqueda de consenso en Washington, y todos los ruegos en tono casi apocalíptico por parte de la Administración Bush, la iniciativa recibió únicamente 205 votos en una primera votación -frente a 228 «noes»-, cuyo tiempo fue triplicado en un desesperado intento de encontrar suficiente respaldo.

Para llegar a este descalabro legislativo, recibido con un vertiginoso retroceso de más de 700 puntos en la bolsa de Nueva York, se materializó en la Cámara Baja una mayoría bipartidista contraria por diferentes razones a la mayor intervención pública en el sistema financiero de Estados Unidos desde los tiempos de la Gran Depresión. Cuarenta por ciento de los diputados del Partido Demócrata votaron en contra junto a más del sesenta por ciento de los congresistas del Partido Republicano.

En esta tormenta perfecta sobre Washington se han juntado principios de la ortodoxia conservadora como el individualismo o el deseo de limitado gobierno junto a consideraciones más de izquierda deseosas de rescatar no solo a Wall Street sino también a los millones de estadounidenses en graves apuros hipotecarios. Todo con el agravante distorsionador de unas elecciones convocadas para dentro de 35 días en las que además del próximo presidente de Estados Unidos, se renuevan todos los escaños de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

A cinco semanas del 4 de noviembre, asumir grandes riesgos políticos no parece ser la estrategia electoral más cómoda. Sobre todo con un plan de rescate financiero que en sus actuales términos resulta aborrecible para una buena parte de la opinión pública, muy poco resignada a tener que solucionar problemas percibidos como totalmente ajenos a los contribuyentes, a pesar del protagonismo de Wall Street en la capitalización de las familias estadounidenses.

El resultado de esta primera votación supone también un problema de prestigio y falta de credibilidad para el presidente Bush y toda la cúpula económica de su gobierno, que ha venido argumentando que Estados Unidos entrará en una grave recesión de no prosperar un sustancial programa de intervención. Con 111 días restantes en la Casa Blanca, Bush se limitaba ayer a declararse «muy decepcionado» por el rechazo de una solución que implica elevar el techo de la deuda nacional por encima de los once millones de millones de dólares.

Cruce de reproches

Algunos republicanos han responsabilizado de este fracaso a la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi (demócrata de California). En especial, los conservadores habrían considerado inaceptable el discurso pronunciado por la «Speaker» cerca de la votación final, insistiendo en que la responsabilidad de todo este fiasco recae en la Administración Bush y en la avaricia de Wall Street. Según John Boehner, el líder de la minoría republicana, «se podía haber llegado a una solución de no ser por la intervención de Pelosi que ha envenenado a nuestro grupo parlamentario, revirtiendo un número de votos con el que contábamos».

Con todo, el portavoz Boehner ha reiterado que existe demasiado en juego como para evadir responsabilidades. Animando a que sus colegas reflexionen sobre el daño que supondrá la inacción del Congreso para «amigos, vecinos y votantes» cuando vean que todos los ahorros de jubilación se van a quedar reducidos a cero. Los demócratas, por su parte, han calificado como ridículas las explicaciones sobre sensibilidades heridas por las palabras de Pelosi.

La pregunta de los casi 500.000 millones de euros es qué pasa a partir de ahora. Con evidente pesimismo, los líderes del Congreso han vuelto a la mesa de negociaciones con el Departamento del Tesoro aunque el Capitolio en Washington no es un escenario propicio para las prisas. El Legislativo federal tenía que haber terminado su periodo regular de sesiones el pasado viernes y hoy martes se supone que no habrá actividad parlamentaria por la celebración de Rosh Hashanah, el año nuevo de los judíos. Si la Cámara de Representantes se pone de acuerdo para intentar una segunda votación, en el Senado parece existir una mayoría favorable.

MÁS DE DOS TERCIOS DE LOS REPUBLICANOS VOTAN EN CONTRA
El plan de rescate naufraga en la Cámara de Representantes sin el apoyo republicano
228 representantes votaron en contra; 205, a favor
'Necesitamos urgentemente un plan', dice el secretario del Tesoro
Bush dice que está 'muy decepcionado' y combatirá la crisis 'de frente'
El plan podría someterse a una segunda votación, pero no antes del jueves
Obama: 'Tengo confianza pero va a ser un poco complicado'
McCain: 'Es hora de que el Congreso vuelva a la mesa de negociaciones'
Actualizado martes 30/09/2008 08:29

De izda. a drcha. Bush, Obama y McCain tras conocer el rechazo. (Fotos: REUTERS | AFP)

ELMUNDO.ES | AGENCIAS
MADRID | WASHINGTON.- La Cámara de Representantes de EEUU ha rechazado del plan de rescate financiero de George W. Bush con el voto en contra de más de dos tercios de los congresistas republicanos. En total, 205 representantes votaron a favor, mientras que 228 se pronunciaron en contra de un programa que preveía un gasto de 700.000 millones de dólares.

El presidente de EEUU, George Bush, ha dicho que está "muy decepcionado" por el desenlace de un plan diseñado por su Administración y que había sorteado difíciles obstáculos. Tras dos semanas de arduas negociaciones, el programa cobró forma definitiva por fin este domingo después de que republicanos y demócratas llegasen a un acuerdo sobre sus características.

Todo parecía indicar que el plan sería aprobado este lunes pero, al final, el 67% de los republicanos y el 40% de los demócratas votaron en contra. A cinco semanas de los comicios generales, muchos legisladores se juegan la reelección y pocos quisieron arriesgar un voto a favor del impopular plan.

Tras conocerse el resultado, la Casa Blanca dijo en un comunicado que el presidente hablará este martes a las 8.45 (12.45 GMT) sobre los esfuerzos que realiza su Gobierno para resolver la crisis financiera.

Tras el fracaso de la votación, se abre un periodo de incertidumbre a la espera que se confirme si hay una segunda votación, que en todo caso no sería antes del jueves.

Nada más conocer el rechazo al plan, Bush convocó a sus asesores para "decidir los próximos pasos a dar". "Nuestra estrategia es seguir atacando de frente la situación económica", dijo el presidente.

'Esto es demasiado importante'
Sólo unas horas antes de la votación, Bush había afirmado que el plan no resolvería todos los problemas económicos aunque sí ayudaría a que la crisis no se extendiese a toda la economía.

"Tenemos mucho trabajo que hacer y esto es demasiado importante para simplemente dejar que fracase", dijo el secretario del Tesoro, Henry Paulson, tras reunirse con Bush. "Tenemos que trabajar tan rápido como sea posible (...) Vamos a seguir trabajando hasta que consigamos del Congreso lo que necesitamos", dijo.

Por su parte, el candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, expresó su convencimiento de que el plan saldrá finalmente adelante. "Tengo confianza, pero va a ser un poco complicado; las cosas nunca son fáciles en el Congreso", aseguró durante un acto de campaña en Colorado.

"Es hora de que todos los miembros del Congreso vuelvan a la mesa de negociaciones. Insto al Congreso a conseguir de inmediato solucionar esta crisis", dijo, por su parte, su rival republicano, John McCain.

El líder republicano, John Boehner, ha asegurado que "no queda otra que trabajar juntos para encontrar una solución que salve la economía". "La crisis sigue con nosotros (...) todavía nos preocupa (la situación) del ciudadano de a pie, de la clase media y cómo pueden verse afectados por la crisis en Wall Street", dijo la presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi.

Reproches mutuos
Tras la votación, los dos partidos manifestaron su voluntad de volver a la mesa de negociaciones, conscientes de que la crisis no desaparecerá por arte de magia. Sin embargo, tanto demócratas como republicanos se acusaron mutuamente del fracaso de la llamada "Ley de Estabilización Financiera".

"Estoy muy decepcionado", dijo por su parte, Barney Frank, presidente del Comité de Servicios Financieros, quien añadió, sin titubear que "los republicanos mataron este proyecto de ley".

En contraataque, los republicanos culparon del fracaso a Pelosi, quien momentos antes de la votación dijo que la crisis es fruto de las "fallidas políticas económicas" del presidente George W. Bush. "Mantenemos nuestro compromiso de trabajar de forma bipartidista para llevar ante el pleno un proyecto de ley que logre los votos necesarios para evitar un colapso financiero", afirmó el republicano Adam Putnam.

El desenlace ha provocado una debacle en Wall Street, donde el Dow Jones (-777.68 / -6.98%) se ha derrumbado un 6,98%.

El recrudecimiento de la crisis económica ya había dejado este lunes nuevas víctimas tanto en EEUU, donde se conocía que Citigroup comprará el cuarto banco del país, Wachovia, como en Europa, donde varios gobiernos han acudido en rescate de algunas de sus principales entidades financieras.

Permanecen las diferencias
El proyecto había estado a punto de naufragar en los últimos días por la oposición de los republicanos más conservadores. Los dos grandes partidos de Estados Unidos estaban de acuerdo en que era necesaria una acción así para evitar la catástrofe económica, pero los desencuentros fueron constantes en muchos puntos cruciales.

La tensión fue tal que el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, se arrodilló ante la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, en la Sala Roosevelt de la Casa Blanca para pedirle que "no tirasen abajo" el plan financiero. "No soy yo quien lo está tirando por tierra, son los republicanos", dijo la demócrata.

A ello se sumó la proximidad de las elecciones de EEUU y la presencia en pleno calendario de negociaciones del debate electoral entre los dos candidatos a ocupar la presidencia, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain.

El Congreso tumba el plan de Bush en otro lunes negro para las bolsas
Wall Street sufre la mayor caída en puntos de su historia y los mercados europeos pierden un 5%

Bush insiste en que el plan de rescate saldrá adelante, pero las dudas asaltan de nuevos a todos los mercados.
Jesús Martín
MADRID- El plan de rescate del sistema financiero estadounidense no consiguió ayer superar la primera votación en la Cámara de Representantes y arrastró a Wall Street a un desplome del 7% en el índice Dow Jones, que se ha traducido en una pérdida de 777,8 puntos, la mayor en la historia, superando la del primer día de negociación tras el 11-S (684,11 puntos). 228 votos en contra frente a 205 a favor tumbaron el acuerdo que alcanzaron durante un interminable fin de semana demócratas y republicanos. La bolsa neoyorquina había abierto la sesión con el miedo metido en el cuerpo, cediendo un 2,5%.
El varapalo a los planes de Bush ha hecho que el presidente haya manifestado su decepción y convocado a sus asesores para ver cuáles serán los siguientes pasos. Se da por seguro volverá a intentar un nuevo acuerdo entre demócratas y republicanos para una segunda votación, que será convocada el jueves si no hay cambios de última hora. El presidente, que había realizado un llamamiento al Congreso antes de que abriera Wall Street para significar la importancia que tenía la aprobación del plan, ha dejado al secretario del Tesoro, Henry Paulson, un hombre que durante muchos años trabajó para Goldman Sachs, la dura tarea de convencer a los inversores de la necesidad de devolver la calma a Wall Street.
Todo parece indicar que las declaraciones de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara Baja, destacando los excesos de la bolsa neoyorquina en los últimos años decidió el voto contrario de varios congresistas del Partido Republicano.
Como un presagio de lo que iba a suceder en Washington, las bolsas europeas habían cerrado horas antes una nueva jornada de pérdidas al comprobar que la crisis financiera de los Estados Unidos había llegado al Viejo Continente. El contagio que están sufriendo algunas entidades financieras de Europa, que ha obligado a las autoridades de Reino Unido, Alemania, Bélgica y Holanda a intervenir en su auxilio, ha pesado mucho más que los 700.000 millones que el Gobierno americano espera poner pronto sobre la mesa para salvar su maltrecho sistema financiero.
Bruselas y Ámsterdam encabezaron el nuevo «lunes negro» de los mercados europeos, con pérdidas del 7,98% y 8,75%. La intervención de sus bancos centrales en la crisis de Fortis lastró desde el inicio de la sesión las cotizaciones. Londres cerró con una caída del 5,3% y París cedió un 5,04%, en línea con Milán (-4,93%), Zúrich (-4,63%) y Fráncfort (-4,23%). El Ibex fue en esta ocasión el menos contaminado por las noticias de uno y otro lado del Atlántico, aunque acabó por debajo de la barrera psicológica de los 11.000 puntos y perdiendo el 3,88%.
Los bancos (ver gráfico) volvieron a ser los tristes protagonistas de la jornada, con el Hypo Real State en el punto de mira de los inversores. La entidad alemana se dejó nada menos que un 73,91%. En Bruselas, Fortis perdió el 23,71% y Dexia (el siguiente en la lista de problemas), un 23,71%.