LA CABALGATA DE LA MUERTE

"La Cabalgata de la Muerte". Así es conocida entre los historiadores militares una de las maniobras en combate naval más arriesgadas, valientes y eficaces de toda la historia. Todo un ejemplo de profesionalidad (años de duro entrenamiento y máxima disciplina) y de sacrificio por los compañeros (años de patriotismo y camaradería).

Expongamos brevemente el contexto. Batalla de Jutlandia, 1916. La Flota Imperial Alemana ha venido preparando desde hace años la trampa en la que quiere descargar todo su peso sobre la imponente Royal Navy británica, ese golpe certero y rápido qye suprima la superioridad naval de la Pérfida Albión. Pero los británicos juegan con ventaja, dado que llevan descodificando las comunicaciones alemanas desde la derrota del "Magdeburgo"; así que preparan sus contramedidas, y se las prometen felices, puesto que el cazador se dirige hacia una trampa y pasará a ser víctima cazada.

En efecto, los acorazados alemanes se topan de frente con sus homólogos británicos. La situación es dramática para el Alto Mando Imperial alemán. Los británicos les superan en número, con lo que a la larga el intercambio de cañonazos entre ambas flotas sólo a acabar con la derrota alemana, con sus acorazados hundidos o destrozados. Y sin esos acorazados, Alemania pierde su baza naval. Hay que salvar a esos acorazados que han sido emboscados, pero ¿cómo? Y acá surge la chispa de profesionalidad y sacrificio.

De un vistazo al mapa, el Almirante alemán, Reinhard Scheer, da inmediatamente con la solución, la única posible, dramática, casi suicida, pero la única. NI más ni menos que ...¡los cruceros de batalla deben servir de escudos, deben ponerse en medio de la línea de fuego enemiga, atraer sobre sí todo el fuego, para que mientras tanto los imprescindibles acorazados puedan escapar! A priori, los cruceros de batalla alemanes no tienen ni el armamento ni el blindaje de los acorazados, pero no cabe otra. Así que Scheer, con profundo pesar, pero confiando en la disciplina y profesionalidad de sus hombres, telegrafía una corta pero dramática orden a la flota de Cruceros: "RECTO, HACIA EL ENEMIGO, CARGUEN". Cinco palabras, sólo cinco palabras, ¡pero bien sabía Scheer que sellaban el destino de miles de sus hombres, a los que quería como hijos!


La pena y la emoción rápidamente se tornaron para Scheer en un tremendo orgullo por su flota y sus dotaciones. No transcurren cinco segundos desde que la orden es transmitida..¡cuandos los cruceros ya están virando hacia el enemigo! ¿Intuyen lo que pasó, amigos? Pues ni más ni menos que cada uno de los capitanes de los cuatro cruceros de batalla (buques que eran el DERFFLINGER, el MOLTKE, el SEYDLITZ y el VON DER TANN)..¡ya habían tomado nota con antelación, observando el mismo mapa, de que esa maniobra era la única posible! Es decir, cada capitán de crucero era lo suficientemente profesional y capacitado como para actuar de Almirante de toda la flota, y saber qué maniobra debía hacerse en función de cómo discurriera la batalla.

Así que los cuatro cruceros viran hacia el enemigo, dispuestos a servir de escudo a los acorazados, que de forma coordinada escapan del lugar. Los marineros y oficiales de esos cuatro cruceros alemanes apretan los dientes. ¡Bien saben la lluvia de metralla y plomo que les va a caer encima!

Dicho y hecho. Los acorazados de la Royal Navy disparan con toda la potencia de sus cañones contra esos cuatro molestos cruceros que les estropean la trampa que tan minuciosamente habían preparado. La catarata de explosiones es infernal, y parece sacudirles de forma inmisericorde. Pero los veteranos detectan algo: ¡el fuego enemigo es brutal, pero impreciso! ¡Algo debe de estar pasando! ¿Y qué era ese algo?

Pues los otros héroes de la batalla, los capitanes de los pequeños torpederos alemanes, sin orden expresa, pero con notable pericia...¡han acudido a su vez a ayudar a los cruceros! ¿Y qué hacen? Pues lo único que pueden, lanzar andanadas de torpedos masivas contra los acorazados británicos, inexactas y alocadas, pero que por su peligro obligan a estos últimos a ejecutar maniobras bruscas de evasión, con lo que su fuego no puede ser todo lo preciso que les hubiera gustado.

Pese a la notable ayuda de los torpederos alemanes, ¿Cual hubiera sido el resultado lógico de esta maniobra? Evidentemente, los cuatro cruceros al fondo del mar. ¿Fue eso lo acaecido? ¿Cuantos cruceros mordieron el polvo? Pues amigos, en la respuesta tenemos el tributo final a esos bravos marineros: ¡NI UNO, NI UNO SÓLO! Sufren daños horribles, son averiados y padecen fuegos por todos lados, las bajas se multiplican...¡pero todos vuelven a la base!

Si Hitler hubiera dispuesto de una Armada en condiciones como ésta, capaz de llevar hasta las costas britanicas a su infanteria, armas y pertrechos e invadir la isla, el resultado de la II Guerra Mundial hubiera sido muy distinto. Porque dejar a Gran Bretaña como un inmenso portaaviones al cual llegaban todo tipo de material de guerra, desde los U.S.A., en lugar de dedicarse a atacar a Rusia con la cuál tenia un tratado de no agresión, fué el gran error de éste desequilibrado que se creia un Dios.

TRAJANO.v escribió:Si Hitler hubiera dispuesto de una Armada en condiciones como ésta, capaz de llevar hasta las costas britanicas a su infanteria, armas y pertrechos e invadir la isla, el resultado de la II Guerra Mundial hubiera sido muy distinto. Porque dejar a Gran Bretaña como un inmenso portaaviones al cual llegaban todo tipo de material de guerra, desde los U.S.A., en lugar de dedicarse a atacar a Rusia con la cuál tenia un tratado de no agresión, fué el gran error de éste desequilibrado que se creia un Dios.

Ya le advirtió el Alto Mando de la Kriegsmarine que la flota no estaría a un nivel decente hasta 1943, como mínimo. Pero Hitler, impaciente, se lanza al ruedo en 1939. Y para colmo, casi toda la flota de superficie se echa a perder en Narvik, en abril de 1940. Sólo los submarinos, los célebres lobos grises, podrán amenazar de alguna manera a la superioridad naval aliada.

si Hitler no hubiera invadido Rusia, Rusia hubiera invadido Alemania pues las tropas rusas estaban posicionadas para el ataque por eso Hitler cogio por sorpresa a los rusos.Hitles y Stalin eran unos cabrones redomados


Viva España

elcidcampeador escribió:si Hitler no hubiera invadido Rusia, Rusia hubiera invadido Alemania pues las tropas rusas estaban posicionadas para el ataque por eso Hitler cogio por sorpresa a los rusos.Hitles y Stalin eran unos cabrones redomados


Viva España

Si, es posible. Más tarde o temprano, ambas potencias habrían chocado.

De todas formas, creo que nos salimos del tema y nos vamos a la Segunda Guerra Mundial. Quizás debiéramos mantenernos dentro del tema del post. Que luego siempre puede abrir uno el que quiera.