Hacia una nueva Francia: libertad para el velo y árabe obligatorio en la escuela

Casariego escribió:Me parece, cuanto menos, interesante, la noticia de que una minoría musulmana esté logrando, progresivamente, poner en peligro los pilares de la laicista República francesa. Es cuanto menos sorprendente ver cómo los laicistas y, en particular, la izquierda, se bajan siempre los pantalones para contentar a las nuevas masas de habitantes musulmanes en Europa y así obtener más votos para sus respectivos partidos políticos, cuando lo que están consiguiendo de esta manera es precisamente acelerar la destrucción del sistema demoliberal que adoran.

Uno de los problemas principales es que se les sigue denominando a los musulmanes en los países europeos occidentales, como minoría. De esta forma, caprichos del lenguaje, parece que el impacto es menor. Total, si son una minoría, qué poder van a tener... Y no es así tampoco. En unas tres décadas o antes, Francia va a ser un país de mayoría musulmana. Por lo tanto, de minoría, nada de nada.

Por otro lado, de la izquierda (mal denominada a sí misma como progresista) mejor ni hablar. Si para el capitalismo no hay más patria que el dinero, para esta izquierda que padecemos, no hay más país que el partido. Para ellos no existen Francia, España, Italia... y tampoco el sistema demoliberal. Su patria es el socialismo sin fronteras.

El multiculturalismo, actualmente de facto una suerte de ideología oficial en los regímenes demoliberales de lo que se da en llamar Occidente, no funciona, porque esta ideología implica imponer una especie de "cultura de la tolerancia general" en nuestras sociedades. El multiculturalismo no consiste exactamente en la convivencia, o mejor dicho coexistencia, de diferentes culturas en paz; sino que consiste en una especie de pseudocultura basada en promover diferentes culturas en el seno de una cultura determinada, generalmente occidental y post-cristiana (en Europa en la actualidad no creo que podamos hablar en la actualidad de países cristianos, a excepción de la católica Polonia, en menor medida la también católica Irlanda, y posiblemente algunas naciones ortodoxas de Europa Oriental), como es la Francia actual. ¿Qué ocurre? Pues que para que todas las culturas tengan su espacio en el seno de la sociedad, la cultura original tiene que perder buenas cuotas de la suya (más concretamente, entregándolas a las demás) y retroceder hasta el mismo nivel que las otras. Y es aquí donde está el problema. Una vez la cultura que ha sido dominante en la sociedad en el pasado y que ha promovido el multiculturalismo se ve igualada por las otras que no lo incentivan (como sin duda alguna el Islam, cosa que me parece bien por su parte, yo tampoco soy multiculturalista), observa cómo su sistema acaba quebrado por la suma de pesos que las otras culturas distintas causan a la vez que la suya propia se debilita y fosiliza progresivamente, tras el proceso de descomposición de dicha cultura, que actualmente estamos viviendo en casi todos los países de Europa Occidental.

Lo gracioso (por no decir otra cosa) del multiculturalismo es que su fin último es todo lo contrario a lo que su nombre indica. Más allá de que la cultura de un país deba acoger, respetar y ceder terreno ante las distintas culturas de las minorías que en dicha nación habiten, lo que intenta es imponer una única idea de cultura, un único pensamiento y por supuesto, una única cultura.

Otro ejemplo de esto que expongo se puede observar en la actual Suecia, donde las personas debidamente informadas de la situación actual pueden perfectamente observar como allí también se está dando lo que recién he descrito. Esto, una vez avanzado el proceso consecuencia de la asunción como ideología oficial de facto del multiculturalismo, está llevando a su vez (como se ha podido ver en algunos acontecimientos en Suecia, en este año 2013 que ya languidece) a la automática reacción de grupos de extrema derecha que nunca han sido multiculturalistas y que buscan un resurgir de la cultura autóctona. 

Son estos grupos denominados de extrema derecha los que intentan preservar (algo ya imposible) que su cultura sea la dominante en la tierra de sus padres, sus abuelos, sus bisabuelos... aunque los medios que utilizan para ello, en muchos casos dejan bastante que desear. El resto de grupos políticos, tanto de izquierda como de derecha, están alineados a esa idea de multiculturalismo que antes citaba.

Otro hecho relacionado con este tema es que muchos liberales y/o progresistas todavía no se han dado cuenta de que cuando se pide una ley única para todos, y se iguala a todas las personas, en el caso de que en el seno de la sociedad halla una porción significativa de la misma que no comulgue con los dogmas y doctrinas del actual sistema demoliberal, es imposible (y esto se plasma más tarde o más temprano en los propios hechos que van aconteciendo) que se produzca una convivencia de forma adecuada. Los moros no se lo creen, ni por lo visto otros grupos culturales minoritarios que no se integran en nuestras sociedades actuales. Los liberales y/o (sobre todo) los progres no se han dado cuenta aún de que lo que sirve para un francés ateo y liberal o un francés ateo y progre no le vale al musulmán hijo de inmigrantes marroquíes y partidario del Islam estricto, firme opositor al laicismo, que le trae sin cuidado (cuando no la desprecia) la Constitución demoliberal de turno y en su lugar propugna la estricta observancia de lo recogido en el Corán. 

A Occidente se le ha vendido el mundo Árabe como algo exótico. Como algo enigmático, atractivo y mágico. En resumen, nos han hecho creer que los moros viven en los cuentos de Las Mil y Una Noches. Y esta venta de dicha visión del mundo musulmán, ha sido y sigue siendo auspiciada por los partidos, tanto de izquierda como de derecha (a excepción de la extrema derecha), alineados con la idea del multiculturalismo. Incluso a sabiendas, como bien dices, que los musulmanes no creen en el multiculturalismo. Se sirven de él para alcanzar sus fines y metas.

Ante este estado de cosas y lo que indudablemente está por venir, me parece muy difícil (y aún teniendo en cuenta que por ahora los musulmanes son aún una minoría, pero que como colectivo en un par de décadas tendrán mucha más fuerza en toda Europa, y en todos los aspectos, de proseguir la tendencia actual) que un multiculturalismo de corte demoliberal-progresista como el que actualmente es ideología oficial de Estado, de facto, en prácticamente toda la Europa Occidental, pueda derrotar a ese enemigo manteniendo ese lenguaje pusilánime y contrito que mantienen prácticamente todos los políticos oficiales en lo referente a este asunto (y, como nos demuestra esta noticia, no tiene visos de cambiar, salvo en una radicalización precisamente del mismo discurso que hasta la fecha y actualmente los políticos oficiales sostienen). Por lo que probablemente como consecuencia, y ya se comienzan a vislumbrar indicios en algún que otro país europeo, a medio plazo acabarán siendo los totalitarismos de extrema derecha (que al igual que el marxismo, no dejan de ser ideologías histórica, filosófica, cultural y dialécticamente consecuencia y producto del desarrollo del sistema liberal en los últimos dos siglos de Historia, desde la época de las revoluciones liberales) quienes presenten batalla al proceso de islamización de Europa.

Los grupos de extrema derecha presentarán batalla y se defenderán. Pero no será suficiente para frenar el auge del Islam. Aparte de estar muy atomizados y poco organizados, el Sistema, se encargará de "esconder" los medios con los que pudieran enfrentar a los mahometanos. Como afirmó en una ocasión el cruelmente asesinado Gadafi, el Islam no necesita ningún ejército para conquistar Europa. Los vientres de sus mujeres tomarán el Viejo Continente. O como también dijo Bin Laden, donde nos creemos más fuertes (nuestra "democracia") es donde somos más vulnerables.

Sevillano escribió:* Por cierto entre sus fuentes foros como este. 

X bandera escribió:Bueno, el hecho de que los servicios secretos "espien" a foros o usuarios que lo único que muestran es su inquebrantable lealtad a España no es nuevo.

Pero desde luego es cómico que se inviertan recursos humanos y tiempo en una tarea tan poco productiva.