El Coronel José María Grande Urquijo da luz en el “Caso Gibraltar"

http://www.cantabrialiberal.com/noticia.php?id=215265¬icia=El%2520Coronel%2520Jos%25E9%2520Mar%25EDa%2520Grande%2520Urquijo%2520%2520da%2520luz%2520en%2520el%2520%2593Caso%2520Gibraltar


- El pasado martes, el Coronel José María Grande Urquijo, Delegado de Defensa en Cantabria y gran conocedor de temas estratégicos y de inteligencia, ofreció una documentada conferencia en el Centro Gallego de Santander, organizada por la Sociedad Cántabra de Escritores

Hacer Pensar: Si se habla de la  firmeza del Gobierno Español, disculpenme los foreros, pero me dá un ataque de risa.
Si existiera tal firmeza, Picardo hubiera dejado sus continuas provocaciones, los nazi-onalistas estarian mudos, y los asesinos etarras seguirian en prisión.

Gibraltar no fue tomado por los ingleses, ni para la corona inglesa o que en el Tratado de Utrech, no se les cedió ningún tipo de soberanía y si la utilización de la (entonces) pequeña ciudad, puerto y murallas, que era un pequeñísimo territorio

En realidad la flota que rindió la plaza de Gibraltar era una flota anglo-holandesa. En el contexto de la Guerra de Sucesión española que tuvo lugar entre 1701 y 1713, el pretendiente austracista a la Corona española, el Archiduque Carlos de Austria, carecía de flota, por lo que la flota inglesa se puso a su servicio, ayudada por navíos holandeses. (Tanto Inglaterra como Holanda participaron del bando austracista en aquella guerra). Tras intentar, fracasando, la flota combinada anglo-holandesa la toma de las ciudades de Cádiz en 1702 y de Barcelona en 1704, fue cuando los altos mandos de la Armada anglo-holandesa decidieron tratar de tomar Gibraltar. En el momento de la toma de Gibraltar la flota estaba al mando del almirante inglés sir George Rooke, y las tropas de desembarco comandadas por el Príncipe Jorge de Hesse-Darmstadt.

La plaza de Gibraltar se rindió tras sufrir un bombardeo de unas cinco horas por parte de la flota anglo-holandesa. Antes de comenzar el bombardeo, se hizo llegar a los defensores del Peñón por parte de la flota una carta del Archiduque Carlos, fechada en Lisboa el 5 de mayo de 1704, en la que se prometía a cuantos quieran quedarse en la ciudad los mismos privilegios que tenían en tiempo de Carlos II, permaneciendo intactos tanto la religión católica como los tribunales de justicia (aclaro que posteriormente a la toma de la ciudad los ocupantes de la misma no respetarían estas promesas), a esta carta la guarnición respondió reiterando su apoyo a Felipe V (quien disputaba la Corona española por el lado borbónico). Tras el bombardeo mencionado más arriba, el día 4 de agosto de 1704 se negoció la capitulación, y la plaza fue ocupada, en principio, en nombre de Carlos III, Rey de España (es decir, el Archiduque Carlos). No en nombre de la Reina Ana de Inglaterra. Así lo hacía constar también el pendón que hizo izar, en primer lugar, el Príncipe Jorge. Fue el almirante Rooke quien, contraviniendo lo acordado en la capitulación de la plaza, quien arrancó de cuajo el pendón del Archiduque Carlos y en su lugar hizo tremolar la bandera inglesa, tomando posesión de la ciudad en nombre de Ana, Reina de Inglaterra.

En cuanto al Tratado de Utrecht de 1713 y el asunto de Gibraltar en el mismo, lo mejor será que se examine directamente el artículo 10 de dicho tratado:

Artículo 10 del Tratado de Utrecht de 1713 escribió:El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.

Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraudes en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra. Y como la comunicación por mar con la costa de España no puede estar abierta y segura en todos los tiempos, y de aquí puede resultar que los soldados de la guarnición de Gibraltar y los vecinos de aquella ciudad se vean reducidos a grandes angustias, siendo la mente del Rey Católico sólo impedir, como queda dicho más arriba, la introducción fraudulenta de mercaderías por la vía de tierra, se ha acordado que en estos casos se pueda comprar a dinero de contado en tierra de España circunvecina la provisión y demás cosas necesarias para el uso de las tropas del presidio, de los vecinos y de las naves surtas en el puerto.

Pero si se aprehendieran algunas mercaderías introducidas por Gibraltar, ya para permuta de víveres o ya para otro fin, se adjudicarían al fisco, y presentada queja de esta contravención del presente Tratado serán castigados severamente los culpados.

Y Su Majestad Británica, a instancia del Rey Católico consiente y conviene en que no se permita por motivo alguno que judíos ni moros habiten ni tengan domicilio en la dicha ciudad de Gibraltar, ni se de entrada ni acogida a las naves de guerra moras en el puerto de aquella Ciudad, con lo que se puede cortar la comunicación de España a Ceuta, o ser infestadas las costas españolas por el corso de los moros. Y como hay tratados de amistad, libertad y frecuencia de comercio entre los ingleses y algunas regiones de la costa de África, ha de entenderse siempre que no se puede negar la entrada en el puerto de Gibraltar a los moros y sus naves, que sólo vienen a comerciar.

Promete también Su Majestad la Reina de Gran Bretaña que a los habitantes de la dicha Ciudad de Gibraltar se les concederá el uso libre de la Religión Católica Romana.

Sin en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender o enajenar, de cualquier modo la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla.

http://www.abc.es/hemeroteca/historico-22-07-2009/abc/Nacional/articulo-x-del-tratado-de-utrecht-por-el-que-espa%C3%B1a-pierde-gibraltar_922743483589.html

(La fuente de que el diario ABC extrajo este artículo fue un enlace, hoy expirado, a la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno español).

Mencionar que desde 1713 hasta hoy bastante de lo establecido en el artículo que he reproducido más arriba de dicho tratado ha sido incumplido por parte de Gran Bretaña.

Mencionar también que ya Oliver Cromwell, durante su mandato como Lord Protector de Inglaterra a mediados del siglo XVII, y más concretamente en 1656 en un contexto de guerra entre la Inglaterra que gobernaba y España (Inglaterra ya había comenzado a atacar a España en 1654, trató, fracasando, de tomar la isla de La Española (que Cromwell concebía como una conquista a realizar para posteriormente utilizarla como base de una expansión inglesa en el Caribe), actuales Haití y República Dominicana; y en 1655 conquistaron, en el Caribe, la isla de Jamaica que pasó a ser una colonia inglesa; no obstante la Corona española no declaró la guerra a Inglaterra hasta febrero de 1656), formuló su deseo de apoderarse de Gibraltar y hacer a España, desde la Roca, una especie de guerra de corsarios, aunque finalmente durante su mandato no se llegó a intentar por esas fechas finalmente la toma del Peñón por parte inglesa, más allá de algunas operaciones de reconocimiento naval en el estrecho de Gibraltar y un intento infructuoso de interceptar a la Flota de Indias española en las inmediaciones de Cádiz.

En cuanto a las ocupaciones ilegales de suelo español por parte de la colonia británica de Gibraltar a lo largo de la Historia está esta imagen en que se puede observar gráficamente, como ya publiqué en otro de mis mensajes concerniendo el tema de Gibraltar: