Se muere un grande... Manolo Preciado. Que en paz descanse.

El anterior día 6 de junio de este año, se murió Manolo Preciado, ex-futbolista y ex-entrenador cántabro, oriundo de El Astillero, importante localidad en las inmediaciones de Santander), un grande del fútbol español no por sus títulos, logros futbolísticos, fortuna o renombre (pues ciertamente nunca ha llegado a ser verdaderamente notorio); sino por sus características humanas: fuerte determinación, humildad, honestidad, sinceridad y sencillez.

Como jugador de fútbol fue primero canterano y futbolista de nuestro querido Racing de Santander (pena me da verle ahora mismo, si el año que viene no bajamos a Segunda B ya nos podemos dar por contentos), posteriormente militaría en el Linares, el Mallorca, el Alavés, el Ourense y finalmente en otro equipo de la tierruca, la Gimnástica de Torrelavega. Como jugador se puede decir que fue un jugador normal, sin más.

Sin embargo, creo que podemos afirmar unánimemente que sus mayores méritos han sido como entrenador de fútbol. A pesar de no haber entrenado a ningún gran equipo y de que sus éxitos pueden limitarse, creo que Preciado era un buen entrenador que consiguió éxitos notables, es más, creo que si esta temporada el Sporting le hubiera dado más confianza en vez de cesarle habría sido capaz de, junto a la plantilla del equipo gijonés, de salvar la categoría. Vamos que en general tengo buena imagen de él (tal vez un poco idealizada tras su muerte, todo hay que decirlo) Comenzó entrenando a la Gimnástica de Torrelavega en la temporada 1995-1996, subiéndola de Tercera División a Segunda B. Al año siguiente entrenó al filial del Racing, consiguiendo otro ascenso de Tercera a Segunda B. Desde 1997 a 2000 no entrenó, volviendo en 2000 al Racing B. El año 2000-2001 no fue un buen año para él dado que el filial descendió a Tercera, pero en la temporada siguiente el filial volvió a ascender. En 2002, tras volver el Racing a Primera División tras un breve periplo de un año por Segunda, Preciado fue encomendado el mando del equipo en su retorno a Primera. En general hizo una buena temporada, su equipo estuvo con él de entrenador relativamente lejos de los puestos de descenso, y apuntaba a mantener la categoria de manera más o menos cómoda. Sin embargo, al llegar a Santander Piterman (nefasto personaje a quienes algunos aficionados al fútbol recordaréis, creo que podemos afirmar sin equivocarnos que hundió todo equipo que compró, suerte que no estuvo mucho por Santander), Preciado presentó su dimisión al estar disconforme con el modo de actuar respecto al equipo y al entrenador de Piterman.

En la campaña 2003/2004 consiguió un ascenso de Segunda a Primera con el Levante, al siguiente año tomó las riendas del descendido Murcia, donde no tuvo un buen inicio de campeonato, siendo cesado. En la temporada 2005/2006 entrenó de nuevo al Racing, pero dimitió en la jornada 34 al no considerarse capaz de salvar al equipo del descenso, a pesar de sus esfuerzos. Nando Yosu, un hombre de la casa, consiguió salvar la papeleta aquel año. En 2006, Preciado fue contratado para entrenar al Sporting de Gijón, equipo al que entrenaría durante cinco temporadas y media consiguiendo, a partir de una base de la fructífera cantera sportinguista y de algunos viejos zorros de la Segunda División, armar conjunto que en 2008 conseguiría el ascenso a Primera (después de diez años de paso del conjunto asturiano, un clásico de nuestro fútbol, por el infierno de Segunda). Las siguientes temporadas el Sporting consiguió salvar la categoria, aunque comenzó mal la temporada este último año y por ello fue cesado, aunque el Sporting acabaría descendiendo de todos modos.

En general podemos decir que fue un jugador normalito y un entrenador que en los equipos en los que estuvo, la mayor parte de las veces, consiguió éxitos notables o al menos cumplir con las expectativas del conjunto, sacando buen rendimiento de los jugadores a los que entrenó y en los que depositó su confianza.

Justo la tarde anterior a su muerte firmó un contrato para entrenar al Villarreal la próxima temporada en Segunda División, afrontando el reto de devolver al Submarino Amarillo de nuevo a Primera.

Durante su carrera de futbolista y entrenador hizo gala de las características antes citadas, y protagonizó algunas anécdotas curiosas que, sin embargo, solo fueron producto de un carácter sencillo y bastante honesto (recordar su frase "Ni ahora somos el Bayer Leverkusen ni antes eramos la última mierda que cagó Pilatos", o su enfrentamiento con Mourinho, entre otras cosas).

La vida, a pesar de su buena trayectoria profesional, no le ha tratado bien. En los últimos años, ha tenido que soportar la muerte de casi toda su familia: un hijo (¿acaso hay algo más triste para un padre que que un hijo se muera antes que él?), su padre o su primera esposa. Todo esto ha sido una pesada losa para él, pero con determinación y coraje, este auténtico hombre consiguió anteponerse a esas pérdidas. Como un grande, y siempre como un caballero.

Como el grande que fue, Manolo Preciado disfrutó -por decirlo de algún modo dado que esto no es precisamente motivo de gozo- de una despedida multitudinaria en homenaje a él.

http://www.eldiariomontanes.es/20120609/deportes/manuel-preciado/preciado-vive-memoria-cantabria-201206090047.html

Dicho todo esto... ¡Que descanses en paz, paisano! Esperemos que la vida en el más allá, si existe, te trate con más justicia y benevolencia que la vida terrenal. Mi más sentido pésame a su familia.

Saludos cordiales a todos.