El «comando Urrutia» tenía información del empresario asesinado Ignacio Uría

El etarra Julen Etxaniz tenía en su poder información relativa a Ignacio Uría, asesinado por ETA el pasado 3 de diciembre, a su hermano y a la empresa Altuna y Uría, propiedad de la familia. Junto con estos datos, este «chivato» de la banda elaboró, con el también miembro del «comando Urrutia» y empleado de «Gara» Arkaitz Landaberea, una información del recorrido que diariamente hacía un guardia civil desde el cuartel de Inchaurrondo hasta la calle Duque de Mandas de San Sebastián para recoger a su hija del colegio. Se da la circunstancia de que esta información «coincide fidedignamente» con la encontrada en poder de Francisco Javier López Peña «Thierry», detenido el pasado 20 de mayo.Así lo asegura el juez Ismael Moreno en los autos de prisión dictados contra los dos terroristas, que al mediodía de ayer abandonaban la Audiencia Nacional tras prestar declaración durante gran parte de la mañana. La tercera detenida del «Urrutia», June Villarrubia, quedó en libertad, y ello pese a que el propio magistrado reconoce en las dos resoluciones que tanto Villarrubia (novia de Etxaniz) como Saioa Urbistazu, pareja de Landaberea y a quien la Guardia Civil dejó en libertad antes de pasar a disposición judicial, tenían que estar necesariamente informadas de las actividades de los dos «chivatos», porque los cuatro pasaban «gran parte de su tiempo libre juntos».En el centro de la dianaEl magistrado atribuye a Etxaniz la elaboración de un enorme listado de posibles objetivos de ETA, entre los que se encuentran, además de la información de Uría y la del guardia civil citado, la relativa a dos agentes de la Ertzaintza en Pasajes (Guipúzcoa), a un trabajador de la empresa de seguridad Sabico, y a varios empresarios y concejales del PP y del PSOE (de los que tenía fotografías publicadas en medios de comunicación). Etxaniz también recopiló datos sobre el edificio de Correos de Pasajes; y en San Sebastián, del edificio de Correos de Gros, de las oficinas del INEM de la calle Okendo, de las de la Seguridad Social, y de los Juzgados de la ciudad. El etarra también elaboró informaciones «de tipo económico sobre varias empresas, obtenidas por internet, y sobre distintos repetidores».Landaberea, empleado de «Gara», dio a ETA un manual para cifrar documentación y encriptar archivosAdemás de las anteriores, Etxaniz y Landaberea redactaron juntos informaciones relativas a cuatro comisarías de la Policía autónoma vasca en Hernani, Rentería y en los barrios de Amara y el Antiguo de San Sebastián. Estos datos «fueron encontrados -señalan los autos- en un «pendrive» (memoria) incautado en el domicilio de Landaberea, siendo reconocida su autoría por Etxaniz (...)».Aunque no especifica cuándo, el juez asegura que los dos terroristas mantuvieron contactos con otros miembros de la banda terrorista en Francia, en concreto en las localidades de Hendaya, Hossegor, Capbreton (donde fueron asesinados los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno), Biarritz y Arcachon.Ficheros encriptadosLos «acreditados» conocimientos informáticos de Landaberea, quien trabajaba en «Gara» en el momento de su detención, posibilitaron que este «chivato» proporcionara a ETA «un manual para cifrar documentación y encriptar ficheros», dice el juez. Este terrorista fue captado por Etxaniz en 2006, el mismo año en el que también este último ingresó en ETA, en su caso, de la mano de Alfredo Goñi Tirapu, hermano del ex gobernador civil de Guipúzcoa José Ramón Goñi Tirapu.Fue la «numerosa documentación» (física e informatizada) incautada a López Peña, «Thierry», tras su detención la que reveló la existencia de este grupo de información, que el juez relaciona a su vez con los miembros de «varios comandos» que habrían llevado a cabo sólo este año hasta once atentados «aún no eslarecidos» en la provincia de Guipúzcoa. Entre ellos está precisamente el asesinato del empresario Ignacio Uría en la localidad de Azpeitia.